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Lo siento II

Dos sollozos se escuchaban por el departamento. Ryōta abrazaba fuertemente a su novio —Miradme.

Yukio negó y oculto su rostro en el pecho del rubio.

—Yukio— dijo separándose y viéndolo directamente a los ojos —Te amo— le beso —¿Por qué no me dijiste? No tenías que pasar por esto solo.

Yukio dudó unos segundos —Te...tenía miedo a que...

—¿A qué te dejará?— dijo interrumpiéndolo —. ¿Cómo pudiste creer eso. Yo te amo. Nunca te dejaría.

—Eso no fue lo que dijiste hace unos minutos— comentó resentido.

—¿Qué querías que hiciera? Creí que no aceptaste porque ya no me amabas— se defendió.

—Idiota...— susurró desviando la mirada —Yo te amo ¿Cómo podía amar a otra persona? Si te he amado desde el primer día que te conocí.

—Ryōta...

—Ya no importa— se sentó y jaló al pelinegro sobre sus piernas —Ahora... ¿Qué dijo el médico?

—Ya te dijo. No puedo tener bebés— sollozó nuevamente.

—¿A qué médico fuiste?— preguntó.

—Al hospital xxxx. No quise ir al Midorima para que no se enterarse Midorima y te dijera— dijo sintiendo las caricias del rubio.

—Nada más regrese Midorima, iremos con él. Quiero escuchar una segunda opinión— dijo besándole el cabello.

—Está bien... Pero será lo mismo. No te puedo dar hijos.

—Yukio...

—¿Me sigues queriendo? No podré dar...

Capturó en un beso salvaje, los labios del pelinegro —Existen otras formas. Podemos adoptar, y eso es lo de menos. Lo que ahora me importa eres tú.

—Ryōta— sollozó y se aferró fuertemente al nombrado.

Cargo al pelinegro y lo llevó a su cama. Lo acostó, le quito los zapatos, y se acomodó con él. Le abrazó y se aferró a su cuerpo —Te amo, Yukio.

————————

—Mamiii comer— dijo un pequeño pelirrojo.

Sonrió al verlo jalándolo su pantalón —Nada más déjame guardar el archivo— dio y guardó el archivo. Luego cargo a su hijo —¿Kōko?

—Iba— dijo sonriendo.

Rió por el apodó de shiba. Cómo Seishirō no podía decirlo completo le decía Iba. —Bien. Vamos por tú almuerzo.

Camino a la cocina y se encontró con Seijūrō y su hija —¿Qué haces?— preguntó mientras colocaba en la silla a Seishirō, y luego besó la mejilla de Kōko.

—Kōko quiere comer— dijo buscado en de refrigerador.

—Ahora preparo algo—dijo besándole la mejilla a su esposo —Mientras ve sacando el jugo y sus platos— agregó mientras buscaba en el refrigerador las verduras. Rápido las lavó y cocino, para darles una pasta —¿Cuándo regresa Midorima?.

—Me dijo que durarían 15 días la luna de miel. Así que en una semana están aquí— comentó mientras buscaba los vasos favoritos de sus hijos.

—Ya veo— respondió. Media hora después los mellizos estaban comiendo tranquilamente.

—¿Cómo va tú manuscrito?— preguntó mientras le daba de comer a Seishirō.

—Bien. En una semana tengo que entregar el último capítulo— dijo sonriendo.

—Lo esperaré con ansias— dijo besándole la mejilla.

—Gracias— dijo besándole la mejilla. Desdé de que nacieron los mellizos, por las fechas perdió un semestre, pero ya lo había recuperado y estaba por graduarse. En la etapa que esperaban a los mellizos, escribió un libro con consejos e inseguridades, el cual, recicló y presentó unos meses después como un trabajo de redacción. Pero mayor sorpresa se llevó cuando le notificaron que sería publicado. Y así, unas semanas después su libro fue publicado y ahora iba por el segundo libro dirigido a donceles.

—aguaaa— pidió Kōko sacándolo de sus pensamientos.

—Sí amor— dijo dándole agua.

—Kōki.... ¿No crees que Ryōta se ve diferente?— preguntó.

—Sí.. Ya no se ve igual de triste, pero algo pasa entre ellos.

—————— 15 días después —————

Dos personas caminaban hacía su destino. Las personas volteaban a verlos, y más al que portaba un bonito anillo en el dedo anular. Indicando que estaban prometidos con quien lo llevaba de la mano.

—Tenías que perder los lentes— dijo enojado por toda la atención.

—Lo siento. No fue mi culpa que esa joven chocará conmigo y destruyera mis lentes— dijo defendiéndose.

—Está bien. Camina más rápido— indicó jalando a su prometido.

———— Flashback —————

Lentamente abrió los ojos y noto que estaba en los brazos de Ryōta. Con cuidado, se levantó para preparar el desayuno, pero no sin antes bañarse. Así que se dirigió a los cajones y sacó un bóxer del cajón de la ropa interior de Ryōta. Allí solía dejarlos. Al estar revoloteando el cajón sintió algo duro entre ellos, buscó y encontró esa caja. La abrió y allí estaba un hermoso anillo, el cual reconoció.

Escuchó su nombre y vio que Ryōta comenzaba a moverse en la cama. Sonrió, se acercó al rubio y esperó a que se despierte.

Se desperezo mientras se tallaba los ojos Yukio dijo al verlo sentado en el bordo de la cama.

Ryōta le beso la comisura de los labios Me preguntaba... ¿Tú proposición aún sigue vigente?.

Parpadeó varias veces en signo de confusión, hasta que vio la caja en la mano de Yukio Sí.

Con la mano temblorosa acercó la caja Te amo. Quiero pasar el resto de mi vida a tú lado dijo al borde del llanto.

En un moviendo rápido atrajo al pelinegro entre sus brazos y lo besó. Devoró esos labios Te amo tomó la caja y colocó el anillo en el dedo anular correspondiente Te amo volvió a repetir, pero esta vez el besó fue profundo y comenzaron las caricias.


—————fin Flashback ————

—¿Yukio?— dijo al ver que casi se estrella contra el elevador.

Se sonrojó al recordar su noche de pasión —Estoy bien.

Abordaron el elevador y fueron directo con Midorima, quien los esperaba con los resultados de las pruebas y exámenes médicos. Pues encanto arribaron de la luna de miel concertaron una cita ese mismo día y el peli verde les pidió varios estudios, y hoy tendrían los resultados.

—Los estábamos esperando— dijo un pelinegro.

—Kazucchi— dijo Ryōta al verlo.

—Tak... Midorima— dijo Yukio incómodo.

Kazunari sonrió —Kazunari está bien. Pasen— dijo abriéndoles la puerta del consultorio.

—Llegan tarde— dijo Shintarō al verlos.

—Lo sentimos. Pero Ryōta tuvo que formar algunos autógrafos para que nos dejaran pasar— dijo Yukio sentándose.

—Eso no importa ¿Cómo está?— preguntó Ryōta directo al punto.

Shintarō soltó un largo suspiro —El médico tiene razón.

Esas palabras le rompieron el corazón a Yukio.

—Shin-chan— dijo Kazunari para que su esposo continuará.

—Cierto. Un 50% tiene razón— dijo ganándose la mirada de ambos —Las radiografías muestran el ducto principal obstruido. Por ello, el otro médico les dio ese diagnóstico. Al estar obstruido, el semen no llega al útero. Pero con una intervención quirúrgica y medicamentos existe un 60% de probabilidad de embarazo.

—Podré tener.. — no prosiguió por las lágrimas que se lo impidieron.

—Sí. pero no por ahora... en uno o dos años con la operación, medicamentos y cuidados podrán tener un pequeño rubio revoltoso igual que Kise—dijo sonriéndole al pelinegro.



Amo el KiKasa De hecho tengo un fanfic de ellos, pero no se donde lo deje.

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