Los presentes observaban cómo un guapo peli plata, de ojos azules, mantenía en el suelo al as de Seirin.

—Sí. Suéltelo, Kenshi-san. No quiero que tenga problemas— dijo mirando suplicante al peli plata.

—Sólo porqué bocchan lo ordena— dijo soltado a Taiga —Escucha me bien mocoso. No te vuelvas a acercar a bocchan o te ira peor— dijo con cara de pocos amigos.

—¡Qué buen espectáculo!— dijo Shiba cruzándose de brazos desde la puerta.

—Vaya, pero sí es el perro de los Akashi— dijo en un tono de burla.

—¡Ja! No quiero escuchar eso del perro de los Na...— se quedó callado gracias a las tijeras que logró desviar.

—Shiba ¿ Qué te dije sobre el tema?— intervino Seijūrō, mientras recogía las tijeras.

—Lo siento, Seijūrō-sama. Disculpé, Furihata-sama— se disculpó haciendo una reverencia.

Kōki negó nervioso. Pues las miradas que le daban sus compañeros era de miles de preguntas.

—Todos a bañarse— ordenaron los entrenadores rompiendo el ambiente.

—Al parecer guardas un secreto, AMIGO— dijo claramente molesto Fukuda.

—Fukuda-kun— miró sus manos —Yo.... Vamos hablar a la habitación. Kenshi-san venga— dijo y entró al hotel, seguido de Fukuda, Seijūrō, Shiba y Kenshi.

Todos entraron al elevador y bajaron en el último pisó. Seijūrō abrió la habitación y se dirigió directo a su buró. Sacó ropa y se metió a bañar. Para darles privacidad.

—¿Y bien?— dijo Fukuda cruzándose de brazos mientras se sentaban en el pequeño sillón.

—Etto...¿ Recuerdas que te dije que mi familia es de Osaka?—preguntó nervioso.

—Sí... ¿Es mentira?— preguntó incrédulo.

—No. Mi familia por parte de mi papá es de Osaka— Fukuda asintió —Pero mi familia materna no. Mi familia es de Kioto.

—Eso ya lo sabía— dijo ya no entendiendo nada.

—Verás... Furihata Kōki no es mi nombre completó— confesó apenado.

—¿Qué?— gritó levantándose estrepitosamente del sillón.

—Mi nombre completo es Furihata Namikaze Kōki— dijo esperando el grito.

—Kioto... Namikaze... Bocchan— murmuró hasta que al fin logró reconocer el apellido —Namikaze... ¿Esa familia Namikaze?— preguntó boquiabierto.

—Sí, esa familia— dijo algo cohibido.

—¿Por qué nunca nos dijiste?— preguntó algo molesto.

—Yo... — trató de decir.

—Es fácil— Kenshi habló — Cuando eres parte de una familia tan reconocida en Japón, las personas sólo te buscan por el dinero de la familia y no por formar una amistad sincera y leal. Kōki-bocchan paso por ello durante sus primeros años. Cuando se vinieron a vivir a Tokio decidieron ocultar su procedencia por el bien de Kōen-bocchan y Kōki-bocchan.

—¿Creíste que nuestra amistad no iba hacer sincera?— preguntó enojado.

—Estaba acostumbrado. Tú y los chicos fueron los primeros en tratarme normal, cómo amigos y no de donde sacar un beneficio. Cómo mis padres, mi hermano y yo, no salíamos en la televisión fue más fácil al llegar a aquí— explicó bajando la mirada.

—Furihata-kun...— Sabía que tenía razón, cualquiera lo hubiese usado —No te preocupes. No le diré a nadie.... Seguro que lo de Rakuzan fue mentira ¿Qué tanto ocultas?— comentó.

—Bueno.... En realidad Akashi-san si me ayudó a entrar... Y pues amm... yo... Soy doncel— susurró sonrojado.

—¿Doncel?— preguntó mirándolo de arriba abajo.

—Nos enteramos cuando estuve en el hospital— dijo algo cohibido por la mirada de su amigo.

—¿Doncel?— volvió a repetir. Ahora entendía aquellas miradas que sus amigos le dedicaban al castaño.

—Uno muy lindo ¿no crees?— preguntó otra voz.

—Seijūrō-kun— dijo sonrojado.

—Ustedes dos... ¿son novios?— preguntó.

—No— respondieron ambos.

—Pareciera— comentó haciendo sonrojase a ambos.

—No lo somos, pero.... No suena mal— dijo sonriendo de forma seductora a Kōki. Éste sintió su corazón acelerado y sólo mordió su labio inferior para no 'atacar' al pelirrojo.

—¡Ya dejen de coquetear!— dijo Fukuda algo abochornado por la tensión sexual.

—¡No estamos coqueteando!— respondieron ambos nada convincente.

—¡Lo están haciendo!— respondieron Fukuda y Kenshi. —¿Por qué no salen y ya?— agregó Fukuda.

A los dos le subieron los colores al rostro, el celular de Kōki rompió el incómodo silencio —Abuela... Sí... Si... Ahora te lo paso— dijo dándole el celular a Kenshi. El peli plata lo cogió y se dirigió al balcón.

—Bueno, los dejó. Te veo luego, Furihata-kun— dijo Fukuda.

Una vez que el castaño salió de la habitación, Seijūrō soltó un suspiro —¿Nosotros novios? ¡Qué tontería!— dijo en tono aburrido y desinteresado para cambiar el ambienté. Aún qué le gustaba la idea, pero a Kōki no.... —Nos vemos en el desayuno— dijo saliendo de la habitación.

Kōki bajo la mirada —Si... Qué tontería— dijo con ganas de llorar. Buscó ropa, se dirigió al baño y cerró la puerta —¿Por qué estoy llorando?— dijo limpiándose las lágrimas —¡Somos amigos! No debo sentir... No debo— cubrió su boca.

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El dolor en el brazo era horrible —¿Quién es ese maldito?— preguntó.

—No lo sé, pero tengo la sensación que lo he visto antes— dijo Tetsuya —Voy a salir a caminar antes del desayuno.

Tomó el elevador y camino un rato hasta regresar al hotel. Fue cuando lo vio, Akashi estaba hablando con el chofer —Shiba. La familia de Kōki quiere mantener en secreto la conexión. Nadie debe saber, pueden secuestrarlo— dijo con el ceño fruncido.

—Lo siento, Seijūrō-sama— dijo apenado. Por una tontería estuvo a punto de exponer al castaño.

—Akashi-kun— llamó Kuroko.

Los dos voltearon —¿Qué quieres?— dijo enojado.

—¿Podemos hablar?— rogó con sus ojos de cachorro.

—Está bien— dijo y Shiba se dirigió a la puerta para darles privacidad —¿De qué quieres hablar?

—Akashi-kun te amo. Perdóname, te amo. Cometí un error, perdóname— dijo lanzándose a los brazos del pelirrojo y lo besó.

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—¿Va a desayunar?— preguntó Kenshi.

—Sí, vamos— dijo y abordaron el elevador, al abrirse mostró a un Shiba viendo por la puerta en dirección a la playa —¿Seijūrō-kun?— preguntó.

—Creó que se reconcilió con Kuroko-kun— dijo mirando por la puerta.

Aquello tomó por sorpresa al castaño, se asomó y los vio. Seijūrō y Kuroko se estaban besando —... Yo... yo...— dijo llorando y salió corriendo al elevador.

—Creo que él está...— dijo Shiba preocupado.

—No nos viste— diji Kenshi interrumpiéndolo. Abordó el elevador junto al castaño y lo llevó a su habitación. Lo mejor era que ellos no se vieran por unas horas.

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Repugnancia fue lo que sintió al sentir aquellos labios sobre los suyos. Empujó al peli celeste —¡Nunca vuelvas a besarme! Ya no siento nada por ti. Sí siento algo por ti es odió por haberme traicionado ¡Déjame en paz!— dijo enojado y entró al hotel.

—Seijūrō-sama— murmuró Shiba. No sabía qué hacer.

—Voy de regreso a la habitación. Quiero lavarme— dijo asqueado. Abordó el elevador y al entrar no había nadie. Lavó sus dientes y regresó al salón, Kōki no estaba desayunando.

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—Kōki-bocchan tiene que tranquilizarse, su corazón— tratando de calmarlo.

—El corazón es el que me duele. Seijūrō-kun me gusta,y ahora esta con Kuroko ¿Por qué a mí?— dijo llorando.

Reportándome desde la oscuridad de mi habitación... Algo me rozó la pierna  😫  ... Y aproveché para actualizar xD