Capítulo 12
El viernes llegó y no pude odiar más ese día, sí, quería llegar a casa y contarle a mamá todo lo que ocurrió entre Joe y yo pero llegar también implicaba encontrarme con mi padre y eso era lo último que quería.
— ¿Estás bien?— preguntó Joe sacándome de mis pensamientos.
— Ehm... si claro no pasa nada, no te preocupes— respondí con una sonrisa para tranquilizarlo, lo que menos quería era meterlo en mis problemas tan pronto.
— Emi... yo... yo quería... quería pedirte algo—.
— Si claro que pasa—.
— Me gustaría invitarte a casa mañana, en la noche. Tal vez pienses que es demasiado pronto pero me encantaría que conocieras a mi madre y que ella tenga el gusto de conocerte, si no quieres no pasa nada te entiendo— dijo atropelladamente mientras sus mejillas se coloreban como era costumbre.
Su invitación me tomó por sorpresa,no pensé que fuera a pedirme esto tan pronto. De echo no sabía que tiempo se esperaba normalmente para ir a visitar a los padres de tu novio teniendo en cuenta que Max nunca me llevó a conocer a los suyos en dos meses de relación. Pero Joe era diferente, lo sentía y lo notaba y en sus ojos me dejaba ver la ilusión que le hacía.
— Pues claro Joe, está bien, la verdad me gustaría muchísimo— respondí ilusionada.
— Eres maravillosa— dijo sonriendo en mis labios justo antes de darme un dulce beso.
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Al llegar a casa me encontré con mamá preparando todo por lo que supuse se iría a trabajar mas tarde. Mi madre trabajaba limpiando casas y en ocasiones también cuidaba algunos ancianos por lo que no era muy raro que pasara noches fuera de casa.
— Hola mamá, he llegado— grité al entrar.
— Hola mi niña, ¿qué tal tu semana?,¿cómo estuvo el viaje?— preguntó acercándose y dándome un sonoro beso en la mejilla.
— Pues todo estuvo genial. ¿Hoy trabajas?, ¿Dónde están Víctor y Liam?—
— Pues si voy a trabajar y tu padre y tu hermano salieron a dar un paseo deben estar al llegar—.
— Bueno mejor porque me gustaría contarte algo y preferiría que estuviésemos solas—
— ¿Qué ocurre?— preguntó preocupada.
— No,no es nada por lo que debas preocuparte. Ven siéntate conmigo— dije sentándome en sofá de la sala. Bueno verás, la cuestión es que... tengo novio— murmuré esperando la reacción de mi madre que fue muy diferente de lo que esperaba.
— ¡¿En serio?!, felicidades mi niña, ¿es el chico del que me hablaste?— exclamó dándome un fuerte abrazo. Pero no me dejes así cuéntame los detalles—.
— Pues si es el mismo chico, y ¿en serio, no te vas a enojar ni decirme que fue muy rápido?— le pregunté confundida.
— Hija nadie manda en los sentimientos, no se les puede poner un temporizador. Confío en ti y en tu buen juicio, si tomaste esa decisión se que no fue a la ligera— me sonrió mientras me acariciaba el pelo.
Le conté a mi madre todo lo que había pasado esta semana incluido el plan de ir a visitar a sus padres el sábado en la tarde. Y se mostró aún más emocionada que yo diciéndome que la próxima semana el tendría que visitarnos teniendo en cuenta que el domingo sería imposible.
Al poco rato mamá se fue y yo subí a mi habitación a darme una ducha y bajar a cenar lo que había dejado preparado en la cocina. Cuando me senté a la mesa, sentí la puerta y al girarme vi a mi padre entrando con mi hermano riendo divertidos.
— Hola pequeña, ¿cómo estás?— preguntó mi padre. Pregunta que ignoré olímpicamente.
— Hola Liam, ¿qué tal ha ido la semana?— me dirigí a mi hermanito con una sonrisa.
— Todo bien hermana, la semana ha sido increíble. Papá me ha llevado a conocer un montón de lugares nuevos de la ciudad, deberías venir con nosotros mañana en la tarde, vamos a jugar a los bolos y aunque eres malísima se que te gusta— respondió emocionado.
— Me encantaría renacuajo, pero tengo algunos planes. ¿Te parece ir el próximo finde y llevamos compañía?—.
— Está bien, pero mañana te lo pierdes— dijo encogiéndose de hombros restándole importancia.
— Liam ¿porqué no subes a darte un baño y bajas luego a cenar y me dejas hablar con tu hermana?— papá se dirigió a Liam con una sonrisa.
— Vale—.
Mi hermano subió corriendo las escaleras mientras mi padre se dirigía hacia mi y con cada paso que daba sentía que mi hambre desaparecía.
— Emily hija escúchame— murmuró sentándose a mi lado. Sé que he echo muchísimas cosas mal, que los he descuidado muchísimo a tu hermano y a ti pero todos cometemos errores, ahora estoy aquí dispuesto a enmendarlos pero no me la estás poniendo nada fácil. No te pido que me perdones y que olvides todo lo que he echo de una vez, solo te pido que me des una oportunidad, déjame demostrate lo mucho que me arrepiento de haberme marchado— habló con tono afligido.
— Mira papá, a mi da igual lo que hagas o dejes de hacer. Mamá te llamó aquí por Liam, así que mientras no le falles no vas a tener problemas conmigo. Yo ya estoy bastante grande así que no necesitas comprarme con tus disculpas y tus excusas. Es verdad que todos cometemos errores pero ¿sabes que pasa?, qué no es un error que un padre abandone a sus hijos a su suerte, que se olvide de ellos mientras se da la buena vida con otra mujer, eso no es un error es solo una muestra de que no sabes ser un padre. A mi déjame en paz, solo ayuda a mi hermano con esto, no lo abandones como la última vez, él te necesita, quizás sí lo haces pueda darte ese perdón que tanto deseas aunque te advierto que nada cambiará— espeté molesta y algo frustrada mientras me alejaba de allí.
— ¡Emily!— escuché que me gritaba y me giré. Te voy a demostrar que si soy un buen padre y que te estás equivocando conmigo jovencita—.
— Eso espero— dije al fin subiendo las escaleras a mi cuarto.
Me sentía molesta, frustrada, impotente. No podía evitar mirar a mi padre a los ojos y ver en ellos al hombre que fue antes de marcharse, ese con el que siempre jugaba, el que me sacaba de paseo los fines de semana, el que me daba un beso noche tras noche antes de dormir, pero luego veía a ese mismo hombre haciendo sus maletas y largandose, dejándome sola a mi, a mi hermano y a mi madre, sin una explicación, sin un motivo. Todavía resuenan en mi cabeza sus últimas palabras antes de irse: No aguanto esta vida, necesito más, quiero más y eso tú no me lo puedes dar Anna. Se que cuidarás bien a los niños sola, así que adiós. Y así acabó todo hasta hoy.
Me lancé sobre la cama al escuchar el móvil.
Joe: Buenas noches Emi, solo confesarte que estoy contando los minutos para vernos mañana. Descansa.
Yo: Yo también cuento los minutos. Descansa Joe.
Sonriendo volví a colocar el móvil en la mesita y me dispuse a dormir intentando no pensar más en Víctor y lo que habíamos hablado.
Hola mis amores!!!
¿Qué opinan de Víctor, creen que merezca el perdón de Emily después de lo que pasó?
Espero que este capítulo les haya gustado, si es así déjenme sus votos y comentarios. Amo leerlos y me ayudan muchísimo, al final esto es por ustedes. Besitosss 😘
Atte: Mily❤️
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