Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Reglas de ángel terrenal

Agradecía a todas las nubes que su cuaderno de matemáticas y su lápiz no se hubieran caído de su desastre de mochila, porque ahora podría aclarar las ideas e iniciar un reglamento.

Nunca fue muy aplicado en la escuela y su letra era muy pequeña, por lo que sólo tenía unas... 20 hojas sucias cuando mucho. Fue a las ultimas hojas donde simplemente había garabatos de remolinos sin sentido y comenzó a escribir reglas al azar, luego se aseguraría de ordenarlas jerarquicamente: de la mas tonta a la mas importante, así podría memorizarlas todas sin excepción.

No contemples tu reflejo por más de 10 segundos, no mascotas, no dejes caer a los niños, mantente cerca de las vías, evita llamar la atención, no permitas que te toquen, que los niños no vean su cadáver... mas que reglas parecían puras restricciones, pero era lo que había.

Salió por fin del baño de empleados de aquella tienda de conveniencia con su lápiz y cuaderno bien guardados, aunque ya se imaginaba la cara del guardia de seguridad al ver aquel lápiz mordido anotando solo en el cuaderno volador del baño.

Esperaba tranquilamente alejado de las puertas de cristal que alguien entrara para evitar perturbar a la cajera cuando la pequeña Saint Andrews hizo de las suyas, haciendo entrar rápidamente a la tienda a Ulises, su amigo de la secundaria.

Ni siquiera pudo correr a la salida porque su corazón dio una voltereta doble en su pecho, ellos siempre habían sido buenos amigos y ahora que estaba, pues... muerto, su egoísta alma sufría un poco por no verlo afectado, aunque bueno, ya había muerto hacía un tiempo, debía estar feliz porque lo hubiera superado ¿verdad?

El moreno de indiscreta cavidad nasal metía tranquilamente una moneda a la maquina de café expreso y presionaba la tecla de capuchino, su sabor favorito, y se ponía a viborear por el estante de electrónicos unos audífonos económicos, los suyos ya tenían tantos parches que parecía pirata.

Ulises cumplía años en unas semanas, le había comprado unos audífonos alucinantes que le habían vendido a poco precio en un mercado local, eran de calavera y cables gruesos, perfectos para él... Cuanto deseaba haber visto su cara al recibirlos, o mínimo habérselos dado.

Por fin una señora con carreola entró a la tienda y el pelirrojo escarlata aprovechó para huir del establecimiento por fin, cuanto le gustaría haberlo saludado...

Recordaba una vez que durante una conversación con Ulises habían tocado el tema de los deseos, que si un genio mágico pudiera concederles un solo deseo ¿qué pedirían?

Él por supuesto pidió la paz mundial, desde pequeño su padre le había "impuesto" que si un hada madrina o un genio concede deseos aparecía en su vida pediría eso, pero la respuesta de Ulises fue un poco más complicada,.

- Quiero tener la capacidad de poder reiniciar mi vida, cualquier momento de él o toda, en cuanto se me antoje -dijo gustoso el moreno mientras comían paletas de hielo aquella vez que se fueron de pinta.

- ¿Y... por qué? -había preguntado él muy confundido.

- Por qué no es la verdadera pregunta ¡piénsalo! Volver a poner las respuestas de mi examen, tomar una decisión más adecuada, hacer tonterías a propósito y poder corregirlas a voluntad... ¡y lo mejor de todo! Ser eterno

- Eso no tiene nada que ver con reiniciar tu vida -dijo el pelirrojo escarlata-. ¿O si?

- ¡Pues claro! Porque cuando fuera un anciano canoso y olvidado al borde de un paro cardíaco podría volver al momento en que era un bebé o, cuando tenga mucho estrés, regresar a cuando era un niño y hacer lo que yo quiera... ¡las posibilidades son infinitas!

Si, ahora que se lo pensaba era un muy buen deseo.

...

Ahora que iba en reversa hacia las vías había tenido la oportunidad de pasar frente al edificio departamental donde se alojaba. Tenía tantas ganas de volar hacia la ventana de su departamento y ver a Evangeline una vez más, su adorada gata, pero cuando se asomó solo vio una habitación desolada y oscura llena de cajas.

Esperaba que donde quiera que estuviese Evangeline estuviera bien, con un buen plato con comida, agua y un cuidador que la peinara tres veces al día con un boleador de zapatos de cerdas suaves y cuidadosas de marca registrada.

Tecnicamente ahora se sabía las vías de memoria y podía reconocer con facilidad factores diferentes en ella: la flora, la estabilidad de las vías y las rocas.

Tenía un muy mal presentimiento con ese tren, pues cuando se hallaba al alma de un niño las vías se veían horribles, había sangre seca e incluso órganos embarrados y molidos alrededor, mas cuando no había señales de niños todo el daño en las tablas y los rayones en las vías desaparecían, como si nunca hubieran sido usadas.

Ya estaba anocheciendo y poco a poco regresaba a ser la lucecita ciega en que se había convertido ¿el problema? Que ahora si que estaba saliendo de Saint Andrews para adentrarse en un pequeño terreno abandonado y baldío que recordaba en sus memorias como un parque. Vaya que estaba descuidado. 

Se adentró poco a poco en él observando a duras penas la madera húmeda y rota de las vías, había un niño muerto cerca, pero también muchísimos árboles, basura, charcos sucios, arbustos y animales peligrosos que, desde su punto de vista, no podían hacerle nada.

A medida que iba avanzando las vías se perdían enterradas en el lodo y sus tenis ya de por si sucios se humedecían todavía más. Con terror observó como la niebla se iba tornando de un color azulado y su cuerpo comenzaba a encogerse ¿qué le estaba pasando? No sabía que el parque de infantes fuera tan grande... el tiempo parecía jugarle una mala pasada corriendo mas lento y sentía sin dolor como su cuerpo iba flotando y encogiéndose hasta que...

No pudo moverse más.

Todo se convirtió en total silencio mientras intentaba conservar la calma y controlar el frío siendo ambas cosas en vano. Pero bueno, al menos su vista ya no era borrosa sino azul.

Después de unas horas espeluznantes oyó unos arbustos sacudirse y luego una figura regordeta y morena acercarse aterrado a él, aturdiendolo con sus sollozos y... tocándolo, haciendo que apareciese de inmediato a medio metro de donde estaba.

No... no podía ser.

La figura paró de llorar y regresó a tocarlo, haciendo que apareciese nuevamente un poco más lejos, y continuó haciéndolo una y otra vez hasta que se volvió divertido, ya no había ni rastro de las vías del tren pero aparentemente ahora las estaba siguiendo junto con aquella voz risueña que reconocía como una niña. 

Finalmente los árboles dejaron de ser constantes, el cielo comenzó a iluminarse y el ritmo de la fémina disminuyó, mas cuando las vías del tren regresaron a tierra visible y la niña lo tocó una última vez... apareció tras de unos árboles casi a unisono de la sirena policíaca.

- ¡Ahí está, entre los árboles! -gritó una dama uniformada con una linterna mientras sus compañeros cargaban a la exhausta y sucia niña.

Evidentemente la pequeña a la que había ayudado no estaba muerta, y él... se había convertido, al menos durante una noche, en un fuego fatuo.

¡Un fuego fatuo! ¡De esos que se aparecían en los bosques como almas en pena y ayudaban al explorador perdido a hallar la salida, de esos que aparecían en las leyendas que su padre le relataba cada noche!

De esos que ayudaban también a los vivos...

Vio una última vez a la morena correr a brazos de su abuela y padres, tal vez necesitaba ser menos distante con los mortales, después de todo él alguna vez fue uno, debía ser más comprensible con ellos y su insaciable curiosidad, tal vez también ayudarlos. Podía continuar con sus reglas de ángel terrenal pero siempre y cuando no fuera tan duro con la lejanía que debía tomar respecto a los humanos.

Vaya, por primera vez en mucho tiempo el frío ya no se apropiaba totalmente de sus pensamientos, sino que su padre compartía una pequeña porción de ellos, al igual que sus historias.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro