"¿Lo trajiste?" Stella le preguntó a su camarada.
"Si." Respondió Micah, sin molestarse en echar un vistazo a la chica más alta.
"¿Estás segura?" Insistió Stella.
"Como te dije: sí." Micah respondió con su habitual y monótona voz.
"¿Por qué no vuelves a comprobar, sólo en ca..." Stella trató de echar un vistazo a la caja metálica antes de que el agente más bajo le apartara la mano de un golpe.
"¡Podrías por favor calmarte!" Micah chilló.
"Está bien, está bien, me estoy volviendo un poco loca." Dijo Stella mientras trataba de calmar sus nervios.
"Puedo decir." Micah entrecerró los ojos mientras apretaba los dientes.
"¿Cuánto tiempo?" Preguntó Stella.
"Un momento, casi estamos allí." Micah le dijo.
"No, no puedo. Me voy." Stella se levantó de su asiento.
"¡Siéntese, por favor!" Exigió Micah. Estaban tan cerca de completar la misión, pero Stella estaba tratando de abortar.
"Es sólo que ... yo no ..." balbuceó antes de que Micah escuchara pasos.
"Es demasiado tarde, aquí viene." Micah le dijo a Stella mientras miraban a su cliente caminar hacia ellos, ¿otro agente quizás?

La mujer tenía el pelo oscuro y ondulado y botas negras cuando se acercó a ellos. Una mano enguantada se colocó en su cadera mientras miraba a sus asociados. "¿Has traído lo que pedí?"

"Sí, trajimos los artículos que compraste." Micah se levantó de su asiento y entregó el estuche. Por lo que Stella podía ver, Micah podía llegar hasta la cintura de la mujer. Una mano enguantada agarró el asa del estuche. "Armamento de última generación disfrazado de cosméticos comunes, cortesía del I.B.I." Añadió Micah.

"¿Incluye la garra acrílica?" Ella preguntó.
"Sí. Extra nítido y estéticamente agradable, tal como lo solicitaste." Micah respondió, poniendo sus manos detrás de su espalda como un antiguo monje.
"Excelente." Carina abrió el estuche para ver los accesorios. Cuando miró la pistola de cuarzo, que parecía un secador de pelo inalámbrico con acentos iridiscentes. Ella mostró una sonrisa felina. "Purrrfecto."