Olvidado
"Gracias a Dios que llegaste aquí." Dijo su esposa mientras traía las bolsas de la compra.
"Yo siempre entrego." Él sonrió, mostrando su dentadura coronada.
"Cuando dices 'siempre' te refieres a 'a veces'". Él bromeó ante su comentario.
"¿Dónde pongo esto?" Preguntó, poniendo el galón de leche en el mostrador.
"Oh, ponlo en la nevera. Y deja la otra cosa en el cajón, pero ten cuidado y no dejes que nadie te vea". Desdémona le dijo, insinuando que su hija y sus nietos se quedarían con ellos por el momento.
"¿La otra cosa?" Levantó una ceja.
"¿Estás bromeando, verdad?" Llevan 52 años casados y ella recordó lo bromista que era él el día que se conocieron.
"¡Por supuesto que estoy bromeando! ¡Lo compraste!" Él mintió.
"Casi me asustaste por un minuto." Ella dio un suspiro de alivio, no duró mucho.
"Pero hagamos como si no fuera una broma. ¿De qué estabas hablando?" Desdemona se llevó la mano a la frente.
"Lo olvidaste ... realmente lo has olvidado ... no puedo creerlo ..." Sintió un dolor en el pecho, mientras trataba de respirar.
"Cálmate, estoy seguro de que podemos solucionarlo". Dustin le dijo.
"¿Estás loco? Realmente no sabes de lo que estoy hablando." Ella gritó, sus ojos llorosos.
"Realmente no lo hago." Admitió que Desdemona agarró un envase de pastillas vacío del mostrador, mostrando la etiqueta de la receta.
"Echa un vistazo a esto. ¿Te acuerdas ahora?" Para su consternación, no lo hizo. Simplemente se encogió de hombros.
"Dustin, no." Lo había sospechado durante algún tiempo, pero odiaba admitirlo. Comenzó a olvidar pequeñas cosas, como olvidar su propio cumpleaños y luego su memoria comenzó a deteriorarse lentamente. Solía recordar los nombres de sus hermanos que ya habían muerto hacía mucho tiempo. Pero cuando se olvidó de quién era su hijo, ella entró en pánico, por eso invitó a sus hijos y nietos a quedarse en la casa, para hacerle compañía. Cuando Dustin se olvidó de su aniversario de bodas, le rompió el corazón. Antes de la propagación de la pandemia, le rogó a Dina (su hija) que acompañara a su padre a la tienda. Lamentablemente, fue hospitalizada y se infectó. Desdemona oró para que su esposo regresara sano y salvo con los grosseries y la medicina. Regresó sano y salvo, pero se olvidó de la medicina que ayudaría a tratar su enfermedad. Ya era demasiado tarde para comprar la medicina.
"No te preocupes cariño, todo saldrá bien." Su esposo la consoló.
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