Beto y Francisco son operadores de máquinas en un crucero de lujo que está tomando la sección más larga de su viaje sin contacto con la costa.

"¿Verificaron dos veces?" Beto pregunta, mirando un formulario.
"No. Ramírez dijo que no era necesario."
"Pero lo que te dije sobre el sector 3, ¿lo revisaste?" Beto le preguntó.
"No lo creo." Francisco respondió indiferente. Beto se exaspera y se rasca la cabeza con nerviosismo.
"Pero eso se puede romper en cualquier momento. No podemos navegar así." Beto lo amonestó, criticando su pobre falta de juicio.
"Suficiente. Ramírez dijo que está bien, así que está bien. No hagas que nos despidan." Francisco insistió.
"Francisco, tenemos mucha gente a bordo...", le recordó Beto.
"Exactamente, no tienes que preocuparte sin sentido." Francisco lo despidió burlonamente.
"¿Sin sentido? ¿No te das cuenta de que..."
Los dos permanecen en silencio por un momento y Francisco traga. Luego dice: "¿Escuchaste eso?"

"Sí, lo escuché." Beto se dirigió debajo de la cubierta y fue a revisar cada sector en orden numérico. Francisco pronto lo siguió, comprobando el motor que debería haber revisado en primer lugar. El zumbido y el crujido de la maquinaria se hizo más fuerte cuando Beto entró en el sector 3. Vio que salía vapor de la tubería, luego vio a Francisco en el lado opuesto del sector.
"¡Ese bastardo me mintió!" Francisco se enfureció. Ramírez no era el más hablador de los operadores en el crucero de lujo, pero sabía cómo detectar daños y reparar piezas. Según Francisco, pero algo no estaba bien. No se le veía en la cubierta ni en la sala de máquinas. No tenía experiencia en conducir el crucero hasta donde Beto sabía.
"Tenías razón, Beto. Debería haberte escuchado. Ahora tengo que arreglar esto." Francisco señaló la cuña y un aparato que sobresalía de la visión periférica de Beto. Miró dentro de la serie de tuberías y vio una herramienta oxidada.
"Francisco, mira." Beto le dio un codazo y señaló el espacio entre las tuberías.
"¿Una llave inglesa oxidada? ¿Qué hace aquí una vieja antigüedad como esa?" Francisco extendió la mano para agarrar la herramienta oxidada.
"¡Espere!" Beto lo detuvo. "Podría ser una trampa". Beto le prestó a Francisco sus guantes para examinar el artefacto antiguo, tras una inspección más cercana, la llave inglesa tenía una abolladura.
"Ese astuto bastardo." Murmuró Francisco.
"Tenemos que llegar al fondo de esto." Beto dice, mirando la herramienta oxidada.
"Ya estamos en las entrañas del barco. Entonces, ¿qué diferencia hay?" Francisco comentó, Beto tenía que resistir el impulso de golpear al tipo al revés, si no era más grande de lo que era.
"Quise decir que deberíamos averiguar quién hizo esto."
"Lo sé. Todavía estoy enojado porque Ramírez me puso de pie así." Admitió Francsico.

Ahora que lo pensaba, había algunas inconsistencias con el mantenimiento del crucero. Aparte del formulario que revisó anteriormente, notó que algunas cosas no cuadraban; equipo perdido, sistema de vigilancia dañado, señales interrumpidas, pasajeros turbios y un navegador inactivo. Si estos signos no aparecen como sospechosos, entonces nada lo hará. Y la tubería dañada es una señal clara de que alguien quiere deshacerse de ellos y hay una palabra que también comienza con la letra S, se llama...

Sabotaje.

Ramírez es el sospechoso obvio, por ahora. Si hay otros sospechosos involucrados, no hay duda de que planean hundir la reputación del crucero Crowned Pearl.

Beto regresó a su puesto mientras Francisco se quedó en el sector 3 para reparar los daños que Ramírez dejó. Y lo peor es que no pudieron encontrarlo. No pudo haber ido muy lejos. Estaban en medio del océano sin costa a la vista. Ramírez no tenía medios para escapar, incluso si encontraba una manera de escapar. Se habría ido a la deriva en el mar, rodeado de agua salada con pocas provisiones para sostenerlo. Tenía que estar escondido en alguna parte. Tenía que haber algo que podría haberse perdido ... una cámara de seguridad oculta, un mensaje, cualquier cosa. Supongo que tuvo que volver sobre sus pasos. Francisco se limpió el sudor de la frente mientras intentaba reparar la tubería dañada, apretando el tornillo que mantenía la tubería en su lugar con una llave para tubos.
"Ramírez, ¿revisaste la maquinaria en los sectores 2 y 3?" Francisco le preguntó por la mañana temprano.
"Sí, todo revisado. No necesitas preocuparte por eso". Ramírez respondió.
"¿Estás seguro?"
"Si." Ramírez agarró las herramientas y su forma cuando salió de la habitación. Francisco se encogió de hombros en ese momento, ahora había reparado uno de los daños que quedaron sin control. Uno de los pasajeros se familiarizó con Ramírez. Era un hombre gordo con traje negro, estaba parcialmente calvo y tenía el pelo manchado de tinta. Fue vicepresidente de los hoteles D'Light, Yves Della Licht. La línea de cruceros Crowned Pearl se ha asociado con D'Light Hotels durante décadas. Este hombre ingresó a este crucero de lujo para quitarse la carga del trabajo con el fin de desestresarse, de lo contrario el papeleo llegaría a su cabeza y perdería más cabello de su calvicie de lo que necesitaba. El hombre de negocios vio a Ramírez con ropa casual.
"He hecho lo que me pediste." Ramírez notificó.
"Bien." Él dio una amplia sonrisa.