"¿Fregaste esto?" Preguntó Carmine, señalando la olla.

"Lo fregué ayer." Scarlet le dijo. "¿Estás segura? Mírala. Esta no está limpia." Carmine hizo una seña para mirar la olla de cerca. Scarlet miró la olla oxidada y no vio el problema.

"¿Dónde está sucia?" Le preguntó Scarlet.
"Aquí, aquí y allá." Carmine señaló primero el fondo de la esquina de la olla, luego el asa y, por último, el punto marrón que estaba dentro de la olla que no importaba cuánto se raspara, no desaparecería.

"Esas son manchas, no saldrían." Scarlet le dijo. "No estuvieron allí la semana pasada." Carmine comentó. "Bueno ... no lo sé." Scarlet admitió.

"¿Es tan difícil para ti hacer las cosas bien?" Carmine la amonestó.

"¿En serio? ¿Otra vez con eso?" Scarlet hizo una pregunta retórica, mientras ponía los puños contra sus caderas.

"¿En serio? Vas a seguir haciendo las cosas mal." Carmine imitó su tono, burlándose de ella.

"¡Hasta aquí! Estoy harta de esto." Scarlet arrojó la toallita al fregadero mientras salía de la cocina.

"¿¡A dónde crees que vas, jovencita!?" Carmine levantó la voz en tono acusatorio.

"¡Hasta aquí llegué con tus quejas! Si quieres que algo se haga bien, ¡hazlo tú misma!" Scarlet fue a su pequeño dormitorio para empacar sus pertenencias con el dinero que ganaba como mesera. "¡Me harté de ti quejándote de cada cosa! Te faltó una mancha, doblaste mal la toalla, no frotaste el cristal con suficiente fuerza, no aplicaste la cantidad correcta de acondicionador para el cabello". Y Scarlet siguió agregando la lista de quejas que escuchó de su tía a lo largo de los años mientras empacaba su ropa, lo esencial y su identificación. "YA BASTA. ¡SUFICIENTE! ¡Cada vez que hago la limpieza, exiges más de lo que podrías repartir!" Scarlet gritó mientras regresaba a la sala de estar.

"¡¿Crees que soy exigente?! ¡Solo espera a encontrar a alguien que haga de tu vida un infierno!" Carmine gritó mientras agitaba su puño.

"¡Entonces tu tomas el primer lugar! Ya terminé contigo." Scarlet abrió la puerta y salió de la casa, cerrando la puerta con un fuerte portazo.