Desde el techo
Crimen
Sentado en la azotea, Ryan está tratando de arreglar esa grieta.
Desde allí puede ver todo el vecindario como normalmente no puede desde su casa.
Y entonces lo ve, a tres casas de la suya, dos hombres que parecen estar hablando hasta que uno de ellos saca una pistola y dispara al otro.
[Punto de vista de Ryan]
No podía creer lo que veía. Estaba sentado en la azotea antes de colocarme para arreglar la grieta que ha estado en el techo durante meses. Hice la mezcla del yeso para cubrirlo con un poco de cemento húmedo, aunque tardé horas en secarse. Vigilaba el barrio. A mi derecha estaba la calle del callejón sin salida, ya mi izquierda había tres casas de la mía. Dos hombres parecían estar hablando desde donde yo podía ver.
Uno de ellos sacó una pistola, en un abrir y cerrar de ojos, al otro le dispararon.
El hombre que le disparó se escapó lejos de la cuadra, bajé de la azotea para llamar a una ambulancia.
*
"Eso es todo lo que puedo decirle, señor." Ryan le dijo al instigador. Estuvo en la delegación dando su testimonio.
"¿Sabes cómo era el perpetrador?" El delegado le preguntó.
"Por lo que pude ver, el hombre vestía una gorra de camionero, una sudadera con capucha gris, tenía una barba roja y un vientre gordo, un pantalón deportivo gris y botas marrones." Ryan respondió.
El delegado llamó a su antiguo colega, Boniface, a la escena. El detective tenía la piel morena, la cabeza calva, la nariz redonda, la mandíbula ancha, una gabardina gris y guantes blancos. Trajo una carpeta de papel manila llena de fotografías de los sospechosos. Cuarenta y ocho fotos de diferentes perpetradores se exhibieron en el escritorio para que el testigo rubio las examinara. "Dinos cuál de los delincuentes reconoces." Boniface dijo, sus ojos enfocados.
Ryan apoyó los codos en el escritorio y miró las fotos policiales una por una para identificar al culpable. Se descartaron treinta y seis de las fotos policiales, quedando las doce restantes. Luego quedaron cuatro, cuatro de estos hombres tenían barbas rojas, la mitad teñidas y la otra mitad natural.
Ryan reconoció de inmediato la expresión facial arrugada del perpetrador. El vello facial rojizo del tirador. "¡Ese es el!" Ryan señaló. Boniface tomó la foto y se la mostró al delegado.
"Geoffrey Mulligan," respondió el delegado con una mueca de desprecio. El tipo era un campesino que provenía de un entorno pobre, lo arrestaron por vender metanfetamina y crack hace ocho años.
Para Ryan, fue una grieta tras otra. Primero la grieta que arregló en su techo, y ahora encontró otra.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro