En Iota, un islote ubicado en el pacífico sureste en Eadd. Antes del gran desastre había 1,808 habitantes. La población se redujo a la mitad en el lapso de un año. Los supervivientes tuvieron que matar a su ganado para mantenerse, sobre todo porque su tierra se secó. Los supervivientes volvieron a comerciar como en la antigüedad. Si quieres comida, tienes la caza. Si quieres agua, tienes que cavar para hacer un pozo. Si quieres un lugar para quedarte, tienes que construir tu propio refugio. Como en los viejos tiempos. Rescata todo lo que puedas encontrar o da de comer a los gusanos con tu cadáver. Los 904 habitantes asignaron a un anciano considerado digno de confianza para liderar cada sector.

Nana Huan, anciana y curandera del sector norte que trataba a los enfermos y débiles. Especialista en fitoterapia.

Roco Mangual, anciano de oriente, fue poeta, pero ahora lidera el comercio de materiales para la construcción en su región.

Sulima Santana, anciana del sur, fue meteoróloga en la edad de oro. Por lo tanto, por extensión, puede estimar cuándo será el momento adecuado para plantar los cultivos. Su césped se encarga de distribuir o racionar la comida que se puede encontrar en su área.

Will West, fue elegido por su nombre como el anciano del oeste. Y también hubo rumores de que tiene un familiar que trabaja en el continente de Eadd que trae el envío de mercancías exportadas. La región occidental está a cargo del transporte, porque el puerto es la única esperanza que tenemos para conectarnos desde el mundo exterior. Soy uno de esos habitantes que habito en el sector oeste del islote.

[11:59 PM; Islote de Iota, puerto oeste, 18/07/20]

"¿Que hora es?" Alam me preguntó mientras miraba el reloj de pulsera roto bajo la ira despiadada de los rayos del sol.
"Casi al mediodía, creo." Le respondí mientras levantaba un brazo para bloquear la cegadora luz del sol de mis ojos.
"Deberían llegar en cualquier momento." Mi primo respondió, Cosme se quedó mirando mientras usaba sus binoculares, verificando si había un barco a la vista.
"A veces, cuando el mar se ve así, no vienen." Sahara respondió, ella es la nieta de Sulima que heredó su amor por el clima.
"Tienen que hacerlo. Estamos casi sin comida." Milka respondió, vino desde el sector norte para proporcionar comida a su hijo enfermo. Si me preguntas, la rubia eligió la época equivocada para reproducir.
"No existen sólo para mantenernos." Alam la reprendió.
"Lo sé ... solo tengo hambre." Milka respondió frotando su panza para probar aún más mi punto.
"Sólo podemos esperar y ver." Cosme nos recordó mientras exploraba a través de sus binoculares.
"¿Recuerdas los tiempos en que teníamos comida enlatada?" Milka agregó.
"¡Cómo puedo olvidar! Esas fueron edades de oro comparadas con esta." Respondí antes de que la manecilla de mi reloj de pulsera rota marcara las 12.
"¡Cosme! ¿Ves algo?" Gritó Alam.
"¡No, nada!" Gritó antes de divisar el barco. "¡No, espera! ¡Ya viene! ¡Ya viene!" Cosme salió de su escondite y se dirigió al muelle.
"¡Se dirige hacia aquí!" Gritó, el resto de nosotros lo seguimos. Cuando llegó al muelle, pudimos ver el barco que venía hacia nosotros. Sahara levantó los brazos en el aire como una niña enérgica, el resto de nosotros levantamos un brazo para saludar. También saludé como un idiota, cuando pasas más de tres días sin comer, también harías un baile de perritos si te dieran la oportunidad de comer.
"Después de que traigan el envío, tal vez puedas encontrar un nuevo reloj para reemplazar esa vieja reliquia." Sugirió Alam. "Esta vieja reliquia nos ayudó a llegar al puerto esta mañana temprano."
"Lo que digas, Owen." Puso los ojos en blanco ante mi respuesta. Típico.