Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

El uso de la Viagra es de tiempo limitado

Era Navidad. 25 de Diciembre.

Este día era el menos concurrido si hablamos de locales o servicios de asistencia médica, ya que en estas fechas muchas personas prefieren comer en casa o tratar sus heridas por sí mismos, ya que las emergencias en esta época eran escasas. Sin embrago, siempre había alguien que se le conocía por ser la excepción a la palabra.

– No creo que el pavo recalentado sea buena excusa para el dolor de espalda. – Fue lo que dijo cierto genio de la robótica que acababa de llegar a la sala de urgencias junto a un moreno que andaba con una... ¿Toga? Por encima de su ropa.

Ambos se ayudaban cual borrachos en media jerga para llegar a la sala de espera donde se sentaron uno al lado del otro, solo que su forma de llegar y de sentarse era similar a la de un pingüino con tacones creyéndose diva cagándose al caminar.

Claro que esto llamó la atención de cierta enfermera en turno que se les había quedado mirando como poseso luego de ver su extraña entrada a la sala de urgencias.

– Emm... Disculpen jóvenes... – Inició la enfermera cuando se acercó a los recién llegados.

¿Sería educado preguntar qué había pasado?

Porque Katie no sabía si era buena idea o no, digo, a nadie le gusta insultar a las personas sin querer... o bueno a ella no le gustaba, y ciertamente no quería empezar con el pie izquierdo, es Navidad por todos los cielos.

Katie era una chica afroamericana de 20 años que estaba por terminar la carrera de medicina y se encontraba en ese lugar por sus pasantías, y si, ella había tomado la decisión de pasar la Navidad en un hospital en el centro solo porque quería graduarse temprano.

No la juzguen, no es día de andar con caras amargas.

... A menos que sea 1 de Enero.

– ¿Los puedo ayudar en algo? – Preguntó queriendo ser lo más amable y menos seca posible, solo para aligerar un poco el tren.

– No lo sé, ¿Por qué no le preguntas al chino culero al lado de mí?

Oh vaya.

– Ya te dije que lo sentía, ¿Cuántas veces me tengo que disculpar? – Contraatacó el de hebras azabaches mientras le dirigía una mirada molesta disque arrepentida al moreno.

– Hasta que los cerdos vuelen.

– No era mi intención.

– Me vale verga.

– Umm... – Claro que la más incómoda ahí era la chica de cabellos afro que no sabía cómo proceder o que hacer para calmar las cosas.

Ya que todos estamos de acuerdo con que esto no se estaba calmando pero nada.

Y es que Hiro no tenía idea de que terminarían en una sala de urgencias en Navidad por una estupidez como esa, porque el asiático hacia cuenta de que todo lo sucedido fue una estupidez cometida por su persona sin querer, y es que tener a un novio tan galante y sexy rondando por el apartamento en calzones como se le viniera en gana debía ser ilegal.

Y ES QUE DEBIA SER ILEGAL.

Vamos, que estaba consciente que él era menor por dos años, pero no era para tanto, tampoco lo iba a demandar o algo así, es decir, diablos.

– No es por interrumpir su hermosa charla – Interrumpió la fémina con una clara cara de incomodidad –, pero si son tan amables de decirme que pasó tal vez podamos atenderles más rápido. – Por lo menos intentó ser elocuente.

– ¿A poco no hay que pedir cita? – Fue lo que incrédulamente pregunto el mexicano al escuchar a la enfermera.

Es que... Puta que ofertón.

Pues a hacerse la vistima.

– No exactamente, solo en caso de que su situación no requiera atención inmediata. – Explicó la morena un poco molesta porque ni ella entendía la dinámica de las citas en hospitales, y estudia para enfermera fíjate.

– No mames, ¿Quién vergas inventó el sistema de citas? – Preguntó el moreno reclinándose en el espaldar de la silla mientras se cubría los ojos con el brazo ya que, por alguna razón, la vista empezaba a dolerle – Chino, ¿Tu sabes quién lo inventó?

– Un tarado que no quería trabajar tiempo extra.

De acuerdo, a este paso la morena no podría ayudarlos a tiempo, díganle a ver si es que tienen una infección o algo así, porque su forma de caminar solo indicaba que debería llamar al doctor Francis para que la ayudara con esto.

– Jóvenes, si me permiten volver a preguntar – Dijo volviendo a intentar sacarles información – ¿Por qué están aquí específicamente?

–... Pues sucede que la palanca se atascó y el palo de la grúa no quiere bajar, y me duele como el infierno.

...

¿Khe?

Rebobinemos a la tarde del 24 de Diciembre, donde nuestros tortolos protagonistas se encontraban en quehaceres de la vida, porque sí, un día antes es que se les había ocurrido hacer la comida y los preparativos para la cena navideña ya que Miguel NO pensaba pasar la Navidad sin cenar una tradicional cena navideña, y Hiro de complaciente (y de medio culpable, porque entre nos el asiático se sentía mal de que Miguel no pudiera pasar la Navidad con su familia) decidió ayudar con las decoraciones y en conseguir todos los ingredientes, que de por si eran un chingo.

Aunque eso sí, los dos habían conseguido sus regalos con antelación porque ni de coña hacían fila para comprar regalos a último segundo y a precios tan elevados que te dejaban azul de la impresión. Primero lo esencial, luego lo necesario.

Para resumir un poco, la cena fue casi un desastre, primero que nada, la comida no había quedado bien por culpa de varios ingredientes faltantes y que de paso Miguel no tenía la más re puta idea de cómo le hacia su abuela para que la comida le saliera como salida de restaurant.

Que si, el mendigo sabe cocinar, no más que no pasa del nivel intermedio.

Por lo que Hiro, en un último intento por salvar la cena, busco un pavo a medio hacer y lo preparó junto a Miguel para que estuviera listo para la noche.

Se podría decir que comieron recalentado ya que técnicamente el pavo era la idea original para la cena pero se descartó porque:

Chino, soy lo suficientemente capaz de hacer la cena, no necesitamos un ave para disfrutar una buena cena navideña.

Miguel se la debía en este punto.

Ahora, la cena se había salvado, por lo que tocaba el intercambio de regalos.

La cuestión es que el chino la quiso hacer de ingenioso y quiso que su regalo fuera sorpresa, además de que fuera inolvidable, porque en su cabeza de adolescente puberto súper genio nivel 40 eso era romántico de algún modo lógico.

Porque Hiro quería que le hicieran el delicioso por un fin de semana entero pero su novio, como el caballero que era, quería esperar a que el pálido de su bebé fuera mayor de edad.

Aun cuando a Hiro le valían tres hectáreas de verga tener solo 16 años.

Y volviendo a la actualidad...

– Creo que no entiendo que quiere decir. – Fue lo que contestó la enfermera mientras ayudaba al moreno a llegar a una camilla, porque más vale prevenir que lamentar.

– Maldita sea...

El mexicano a este punto se estaba cuestionando que había hecho mal como para acabar de este modo tan cruel.

Dios, apiádate de él.

Por otro lado, Katie trataba de mantener la serenidad en el aire mientras llenaba la forma de registro del paciente y se trataba de acordar como se inicia un procedimiento de rutina básico.

¡Vamos Katie, que eso te le enseñaron hace poco! ¡Caramba!

– Bien, seré breve, ¿Este dolor empezó desde temprano o apenas lo está sintiendo? – Preguntó la enfermera tomando los signos del moreno antes de retirar la toga rara que se cargaba encima.

El castaño quería responder, pero notó que, por algún motivo, el techo empezaba a moverse gracioso y la vista empezaba a tenerla borrosa, por lo que, en consecuencia, empezó a gruñir de dolor.

– Señor, ¿puede responder la pregunta?

– No sé, me duele mucho. – Y apenas retirar la toga es que la morena entendió lo que quería decirle el latino hace rato.

¿Debería decir que es la primera vez que alguien le llega con un problema así?

– De acuerdo – La forma incomoda, y el cómo alargó la "o" al final, indicaban la clara falta de experiencia de la pobre chica de rulos cabellos –, esperen aquí en lo que traigo al doctor para que lo examine. – Fue lo único que dijo antes de desaparecer por el pasillo.

Si en la mañana le hubieran dicho a Katie que atendería a un par de muchachos con un problema sexual grabe se hubiera reído para luego comentar: "Si me llega a pasar, estaré contenta de reírme en sus caras", claro que ahora era lo menos que quería hacer de lo incomoda que se sentía.

– Te mataré por esto Hiro – Para este punto, Miguel ya no sabía qué hacer para aguantar el dolor, asique solo se ponía a maldecir al prójimo. –, ahora sí parece que me lo van a amputar.

– No exageres, no creo que lleguen a algo como eso.

– ¡Si me la cortan esta vez sí que te jodiste, Chino!

Puede que no lo parezca, pero Hiro estaba por tener un ataque de pánico, o de ansiedad... O LO QUE VINIERA PRIMERO, POR QUE ESTA VEZ SI QUE LA CAGÓ RE FEO.

Por Einstein, es que él no creía que su soñada noche de sexo terminaría en la sala de urgencias.

Gay panic.

Mientras tanto, al otro lado del hospital se encontraba una enfermera nerviosa de perder su pasantía por no poder encontrar al doctor Francis por ningún lado, o por sentirse una inútil, y es que ya se estaba asustando con la idea de dejar al par de muchachos solos por tanto tiempo. Diablos, apenas lleva dos meses ahí y ya siente que la van a reprobar por sus miedos.

Adiós créditos extra.

Por fortuna logró encontrar al doctor en una de las habitaciones privadas, y como si estuviera en una carrera contra reloj, lo tomó del brazo y le habló lo más breve posible sobre el caso intentando sonar profesional, aunque más parecía una estudiante presentando una exposición, luego de haber estudiado una hora antes, que una profesional en medicina.

Durante el camino a la sala de urgencias, el doctor le preguntó a la afroamericana si le había hecho un chequeo completo al paciente, a lo que la enfermera respondió que solo hizo el chequeo básico y lleno la plantilla con la información base del paciente.

Otro strike de parte de Katie.

Fue entonces cuando llegaron justo a tiempo para presenciar a la acalorada pareja discutiendo por...

– ¡Al menos yo se cocinar! ¿Tú qué sabes hacer?

– Acuérdate quien preparó el pan de muerto para la ofrenda de Noviembre, imbécil.

– Eso no cuenta.

– Lo dice alguien que alardea de saber cocinar un buen guiso y me trae unos fideos. – Contraatacó el asiático asumiendo que si estaban discutiendo, pues que lo hicieran bien ¿no?

– No hables que tú me dijiste que te trajera cabellos de ángel.

– ¡Te dije sopa con cabellos de ángel! ¡SO-PA!

– ¡TÚ me dijiste que querías FIDEOS!

– Jódete.

... Al parecer estaban discutiendo sobre comida, algo normal en las parejas ¿no?

– Bueno al menos yo no ando caminado por la vida con un desorden más grande que el apartamento.

– Y al menos YO no soy el que anda por ahí con unos calzones más pequeños que mis caderas dejando su sabroso culo al aire.

–... ¿Qué? – Fue entonces que el moreno lo vio confundido, ¿no estaban discutiendo sobre comida?

– Tú y tu sabroso culo que dan ganas de azotarlo toda la noche – Re mató el chino haciendo gestos obscenos sobre cómo se lo haría al mexicano – ¡Sobre mis bolas!

Finalizó mirando seriamente al moreno que se le había quedado viendo raro, solo para que al rato se echaran a reír cual foca epiléptica mientras se daban un abrazo.

– ¡Ay perdóname! ¡Soy un asco!

– Tranquilo, así te quiero mi arrocito. – Respondió el mexicano mientras calmaba la carcajada de bruja que le estaba saliendo, porque si seguía así no creía poder aguantar el dolor de su entrepierna.

¿Dónde vergas estaba el doctor?

El doctor Francis carraspeo intentando llamar la atención de los muchachos enfrente de él, en lo mientras su cerebro intentaba descifrar que acababa de suceder.

– Señores – Llamó finalmente captando la atención del castaño y el azabache. –, ¿Me permiten un minuto de su atención?

Para cuando los muchachos asintieron el doctor decidió proseguir.

– Iniciemos con preguntas simples, ¿de acuerdo? – Aclaró sin esperar una respuesta verbal y continúo con la cita – Me han dicho que llegaste con un dolor en la entrepierna que te impedía caminar correctamente, ¿Es correcto?

– Sí señor.

– Bien – Contestó brevemente mientras anotaba en una carpeta lo dicho por el paciente –, ¿Cuándo comenzaron sus síntomas?

–... Como más o menos en la madrugada, a eso de las doce, creo. – Dijo luego de pensarlo bien, ya que Miguel no estaba sumamente seguro de que fueran las doce de la madrugada, ya que cuando se levantó seguía siendo de noche.

Pero asumiendo que eran las cinco de la mañana cuando salieron del departamento rumbo al hospital, tendría sentido, al menos para él.

– De acuerdo, ¿Le duele?

– ¿Qué mierda de pregunta es esa? ¡Claro que me duele! – Se expresó el moreno mientras volvía a colocar su brazo sobre sus ojos.

– No se altere, es parte del protocolo.

Protocolo sus genitales, y miren que los tiene ardiendo, en el mal sentido.

– ¿Levantó algo pesado recientemente?

– ¿El culo del chinito cuenta?

– ¡Miguel! – Expresó en estado de shock el asiático mientras miraba mal a su novio.

– ¿Qué? No creo que sea lo más extraño que ha oído.

A Hiro esto le valía madres.

¡Qué vergüenza!

– En realidad, tu amigo tiene razón, no es lo más extraño que he oído. – Respondió con un sonrisa pareciéndole gracioso el actuar de la pareja – De acuerdo, sigamos. ¿La erección se produjo después de usar una sustancia en particular?

– ¿Cómo que, exactamente?

– Como alcohol, marihuana, cocaína, u otras drogas. – Respondió el canoso doctor dando los principales ejemplos de lo que él sabía eran posibles causantes.

– Solo tomé un vaso de vino, ni siquiera era caro o algo así. – Porque para Miguel no tenía sentido que el alcohol lo tuviera así.

Pero el asiático tenía una breve idea de lo que sí pudo dar efecto.

– Disculpe, doc. – Interrumpió el azabache subiendo la mano como quien no quiere la cosa sintiendo extrema pena. – Creo tener una idea de que lo causó.

Para cuando captó la atención de todos los presentes, sacó del bolsillo de su pantalón (mismo que usaba en la cena) una cajita azul recién abierta la cual acercó al doctor. Claro que antes de que el profesional médico la tomara el músico la arrebató de las manos de su novio con una cara de completo shock.

– V... G... – El chino entonces empezó a sudar frio – ¡¿Viagra?!

En ese momento, Hiro sintió el verdadero terror.

– ¡No mames, chino! ¡¿Cuál es tu problema?!

– ¡No sabía que esto iba a pasar! ¡Lo siento!

La enfermera que se quedó todo el tiempo observando la pelea solo se podía preguntar cuanta paciencia debían tener ellos dos para no mandarse a comer espárragos.

Por otro lado, el doctor de pálida piel determinó que era buen momento para enseñarle a su pasante una de las consecuencias de consumir drogas que aumentan el flujo sanguíneo y el éxtasis sexual, ya que la veinteañera en su estadía en el hospital solo pudo tomar notas sobre los problemas cardiacos y las consecuencias de la injerta de antipsicóticos en jóvenes mujeres.

– Katie, toma nota. – Dijo el doctor de repente sorprendiendo a la pasante quien tomó su libreta rápidamente – Uno de los efectos secundarios del consumo de viagra o Sildenafil llega con el padecimiento de Priapismo, condición que le da al paciente una erección prolongada que con el tiempo se vuelve dolorosa. Ahora dime, ¿Cómo se debería proceder?

– Bueno, si la sangre se encuentra acumulada en el miembro del paciente lo recomendable seria drenar la sangre, en caso de ser un Priapismo Isquémico. En el caso contra-

– ¿¡O sea que me arrancarán el pene!? – Grito alterado el dicho paciente empezando creer que este era su fin.

Si antes su abuela creía que no le daría nietos por su orientación ahora MENOS le va a dar.

– ¡No, no, no, no, no, no, no! ¡Nada de eso señor! – Contestó igual de alterada la enfermera, ella no quería participar en una cirugía, no gracias.

– Eso solo sería si en su caso fuera un Priapismo Isquémico. – Respaldó el doctor afirmando lo dicho por la pasante antes de dirigirse a ella nuevamente. – Pero en el caso contrario, ¿Qué se haría?

– En caso contrario, solo habría que esperar y aplicar compresas de hielo para bajar el dolor.

– Muy bien, ahora, ¿Hiro, cierto? – Preguntó esta vez dirigiéndose al asiático. – Antes de continuar, y solo por curiosidad, ¿Qué doctor te receto la viagra?

– ¿A poco me la recetan? – La cara de crédulo de Hiro era para fotografía.

Pero para este punto el dolor de cabeza de Miguel no le dejaba admirarla.

– Si no te la recetaron, ¿De dónde las sacaste? – Preguntó el adolorido mexicano a nada de gritar todo el repertorio de groserías que se sabía.

– Se las quité a Tadashi cuando no miraba. – Respondió sintiendo que ya valía madres desde hace horas y ya mejor soltaba todo para que la regañida fuera corta. – ¿Estuve mal? – Preguntó al doctor esta vez estando más que asustado.

– ¡Chiiiinnnnnngadamadreeeeeee! – Miguel para este momento ya se quería hacer la suicidasion.

– Si te hace sentir mejor, no es nada grave, aunque pudiste haberle causado algo peor, te sugiero que no lo vuelvas a hacer, al menos que él esté de acuerdo. – Dijo el médico señalando al ya moribundo latino.

– Claro, pero ¿él va a estar bien?

– Después del diagnóstico y del tratamiento estará como nuevo. – Contestó el doctor cerrando la carpeta para empezar el diagnóstico y determinar el tipo de tratamiento necesario.

– De acuerdo, pero... ¿ÉL va a estar bien? – Preguntó el asiático americano señalando la entrepierna.

– ÉL deberá salir del juego por lo menos dos semanas – Respondió el médico señalando igualmente la entrepierna del latino –, y deberá venir a un chequeo para ver que no haya lesiones internas.

En este momento Hiro podía respirar tranquilo con la certeza de que no había dañado a su novio, aunque no sabía qué le iba a decir a su tía si le preguntaba.

– ¿Lo ves, chino? Andar de calientes casi me deja sin fusil. – Fue lo que dijo Miguel apenas se había retirado el doctor, porque lo último que muere es el sentido del humor.

Pensándolo bien, no le iba a decir a Tía Cass, lo que ella no supiera no la dañaría, sobre todo a él.

– Feliz Navidad, Canelita.

– Púdrete.

---------------------------------------------------------------------------------------

Palabras: 3,140

Fecha de Publicación: 26 de Diciembre del 2019

Escritor: SakuraDemon

Au: Semi-canónico (Edades invertidas)

Fandom: Big Hero 6 y Coco

Nota de Escritor:


¡¡Muy buenos días, tardes o noches mis niños y niñas del señor!!

¿Cómo la están pasando estas navidades?

Porque yo la estoy pasando con dolor de espalda y un sueño que te cagas con las ojeras de mapache degollado que me cargo.

Aiuda.

Este especial de Navidad iba a publicarse ayer, pero su publicación se retrasó ya que no había acabado con la limpieza, y ya para entonces se había ido la luz.

-Cries in Spanish-

Cabe decir que este especial se me ocurrió un día que estaba viendo "Sala de Emergencias: Historias Inéditas" y apareció un caso de un tipo con problemas de circulación en la sangre en el pene.

Y por algún motivo me acordé de Hiro y Miguel, y me los imaginé en una situación similar pero en Navidad.

Esta es la segunda vez que escribo de esta pareja, la primera vez fue en mi libro "Ink", el cual era un reto que jamás terminé y estoy segura que jamás terminaré:' 3

De todas formas, espero pasen una felices fiestas y que no la pasen hasta tarde como yo.

Un Felices Fiestas atrasado de parte de su escritora desde Venezuela.

Los quiero~

Bye~

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro