–Gavi sabes que te quiero mucho y que eres mi mejor amigo, pero... Una apuesta es una apuesta.–Dice un sonriente Pedri, que sostiene en sus manos una linterna.

–Te odio, nunca debí haber hecho esa estúpida apuesta, y tú, Ferran eres un cobarde.

–Oh por favor, no lo tomes tan personal Pablito, sólo es una noche.–Responde Ferran, quién le pasa una mochila con un par de botellas de agua y unas mantas.

–Sí, solo una noche, en un bosque, con rumores de animales salvajes, y lo único que me dan es una estúpida linterna para defenderme... Recuerdenme ¿Por qué demonios estoy haciendo esto?–Pregunta ya resignado y tomando la mochila y la linterna.

–Porque amigo mío, dijiste que podías hablar con un Alfa sin querer encajarle un golpe, o de lo contrario pasarías la noche en el bosque.–Dice Ferran, recordando como su pequeño amigo Omega, le partido la nariz a un corpulento Alfa como si fuera una hoja de papel.

–¡Pero el idiota me tocó el trasero! ¿Cómo quieren que no le de un puto golpe?

–Ya, ya, cumple tu palabra, dijiste que serías capaz de permanecer una noche sólo en este bosque, como el valiente Omega que eres.–Dice Pedri con una mirada burlona.

Y así ambos betas se retiraron del lugar, no sin antes dejarle un verdadero objeto con el cual el Omega pueda defenderse por si algo llegará a ocurrir.

—Bien, Pablo es fácil sólo es encontrar un buen sitio para pasar la noche.–Dice el pequeño Omega, empezando ha adentrarse más al bosque.

Gavi sabía que era mala idea, pero no podía retractarse eso sólo haría que sus dos amigos se burlaban de él.

Sabe que no tiene que preocuparse por el tema de los Alfas, que cuando sea el momento indicado, encontrará a su destinado tal y como paso con sus padres.

Pero ya cumplió los 18, y la mayoría de sus conocidos y familiares lograron captar el olor de sus compañeros a los 16.

Y el hecho de que lo tachen de Omega defectuoso, no ayudó en el momento en que decidió entablar esa conversación con el Alfa.

Que tenía una leve fragancia a bosque mojado, madera y whisky, el olor lo atrajo, pero resultó sólo ser un mal entendido.

Cuando se acerco para comprobar si era su Alpha, el olor se desvanecido dejando en su lugar un terrible olor a pepinos y cerveza.

Y para no verse como un cobarde frente a sus amigos, decidió hablar de todas formas con el Alfa, pero el muy desgraciado quiso propasarce con él, y terminó rompiéndole la nariz.

Un pequeño ruido logro sacrlo de sus pensamientos.

No es que sea paranoico ni nada, pero es bien sabido que en ciertas épocas, hay muchos animales salvajes por las zonas.

Y definitivamente no es una alucinación ni nada

Lo que tiene a unos metros de él, no es uno ni dos, sino tres putos lobos de casi su mismo tamaño.

–Mierda... Bien, si no me muevo quizás...

Uno de ellos salto en frente, y Gavi sale corriendo, no sabe a donde, pero cualquier lugar es mejor que terminar siendo la cena de una manada de lobos.

Corre con todas sus fuerzas tratando de esquivar las raíces, he intentando no tropezar con nada ¡Maldición!

No sabe si es por el pánico que está empezando a calarle, pero jura haber escuchado unas risas y unas pisadas más fuertes, y para empeorar más cercas.

Lleva corriendo como tres horas, o incluso más, perdió a los lobos o eso piensa, tal ves sólo se están divirtiendo cazando a su presa.

Estaba desesperado de dar vueltas por todo el bosque. Podia sentir el dolor recorrer su cuerpo, no quería detenerse a tomar un descanso, sin embargo tuvo que hacerlo, sino no podría continuar.

Deslizó su cuerpo contra un árbol para recuperar el aire.

Incosientemente empezó a llorar, no sabe si podrá salir de este bosque, por más que camine no encuentra mas que árboles, creé que hasta ha empezado a correr en círculos o no sabe si hay árboles iguales, no sabe dónde está o para donde ir, ya no sabe nada.

–Pero miren nada más, lo que me he encontrado, un bonito Omega.–Salta del susto, y rápidamente se pone de pie, no sabe de donde salieron esas tres personas, y por su olor sabe que dos son Alphas y uno beta.

–Si que sabes correr pequeña zorra, entrar al bosque tu sólo, sabiendo que muy probablemente te encuentres con depredadores.–Dice uno de los Alphas, y empieza a acercarse a Gavi, quien sólo anita a aferrarse al bate que le dio Pedri para defenderse

–¿Quiénes son ustedes?

–Somos tu peor pesadilla, pequeño humano.

El Alpha más alto se abalanzó contra el, y lo único que pudo hacer, fue intentar golpearlo con el bate, pero los otros dos también intervinieron.

Lo último que recuerda antes de que el beta le haya dado un fuere golpe en la cabeza, fue haber visto como a los tres les brillaban los ojos de un azul antinatural.

–Ustedes los humanos no le tienen aprecio a sus vidas.

Y con eso último todo se volvió oscuro para Gavi.