Capítulo 2
Chloé miró de arriba a hacia abajo al desconocido que había pronunciado su nombre sin escrúpulos, aquel caballero de cabellos negros y ropas desaliñadas que se había atrevido a molestarla.
Esperaba que aquel vagabundo dijera o emitiera palabra alguna, pero no hacia nada más que mirarla.
—¿Quieres una foto? — cuestionó con sonora arrogancia y burla.
Plagg parpadeo varias, abrió la boca para decir algo, pero no lograba articular ninguna palabra, su cuerpo se movió de forma rara y comenzó a vacilar.
—Yo-o, yo-o quería, q-queria, que de-dejes de...
—¿Acaso no sabes hablar sin tartamudear? — preguntó divertida— sé que soy alguien que deja a la gentuza sin palabras, pero esto es mediocre.— comentó.
Plagg se silenció y sus mejillas comenzaron a enrojecer.
Adrien se apresuró a acercarse a él e interponerse entre ellos.
—Hola Chloé, perdón si mi... — Adrien miró a Plagg— primo lejano de otro país te molesto, es nuevo por acá y no conoce nuestras costumbres — mintió y lanzó una mirada furtiva hacia Plagg.
El pelinegro lo miró confundido, luego volvió su vista a Chloé.
—Disculpate con Chloé, Plagg— ordenó Adrien.
El nombrados agachó la cabeza.
—Si, lo siento si te moleste— se disculpó.
La rubia lo miró y suspiró, luego miró en dirección de Adrien con seriedad.
—Que no se vuelva a repetir, recuerda lo que hablamos Agreste, mantente alejado de mí, tú y tu raro primo lejano— dijo para luego darse media vuelta y comenzar a caminar hacia el interior del establecimiento.
Plagg seguía con sus ojos la figura de Chloé marcharse, observaba como aquel cabello dorado se zarandeaba a los lados al compás de su andar firme, decidido y elegante, únicamente dejó de verla cuando ella desapareció.
—¡Plagg! — gritó Adrien.
El nombrado parpadeo varias veces y miró al rubio.
—¿Qué?, no tienes que gritar estoy al lado tuyo— se quejó.
—Te llame tres veces y no respondias, parecías hipnotizado. — comentó el rubio suspirando— Como sea no debiste hacer eso, no es bueno enfretar a Chloé.
Plagg volvió su mirada hacia donde la rubia se había marchado, luego la campana comenzó a sonar y todos se apresuraron a ingresar.
—Vamos, Plagg, entremos. — dijo Adrien.
Ambos comenzaron a entrar bajo la atenta y curiosas miradas de algunas parisinas.
...
Adrien y Plagg entraron al salón y al instante las miradas de todos los presentes se dirigieron a ellos, específicamente hacia el de pelo negro.
—Tenemos un invitado el día de hoy— habló la profesora.
—Oh... Si— habló Adrien— él, él es mi primo lejano que viene de una isla remota al norte del continente asiático. —mintió.
Plagg arrugó la nariz y miró confundido a Adrien.
—Ja-ja, ¿no es así? — cuestionó el rubio golpeando levemente a su acompañante con su codo.
Plagg asintió no muy seguro.
—Oh, que genial, dinos, ¿cómo te llamas? — preguntó curiosa Miss Bustier.
—Soy Plagg, el kwa- — antes de poder seguir hablando Adrien le dió un fuerte pisotón — So-soy solo Plagg. — se retractó con dolor.
Adrien tendió una dulce sonrisa mostrando todos sus dientes mientras que Plagg lo fulminaba con la mirada.
—¿Solo Plagg? ¿No tienes apellido? — cuestionó la mayor de los presentes.
—No...es que...— Plagg y Adrien se miraron, el Rubio le hizo una seña al palinegro para que mintiera—...en la isla donde vivo no se suele usar los apellidos, solo nuestro nombre, ya que ningún otro de nosotros tiene el mismo nombre— respondió.
—Eso es sorprendente— halago la mayor.
—Eso es totalmente ridículo— habló alguien más.
Plagg dirigió su mirada hacia aquella voz encontrándose con aquellos ojos azules que lo habían dejado helado hace no mucho tiempo.
Ambos conectaron miradas.
—¿Qué clase de persona no tiene apellido? Es más, ¿qué clase de ser humano tiene un nombre tan ridículo como solo "Plagg"? — cuestionó irónica.
Plagg se quedó en silencio por unos segundos, las personas a su alrededor lo miraron con curiosidad y a Chloé con desaprobación. Adrien iba a hablar por el pelinegro, sino fuera porque Plagg comenzó a reír de manera suave.
—Tienes razón, si lo dices así suena ridículo— comentó mientras paraba de reír lentamente— Pero en mi isla "Plagg" significa Dios de la destrucción en una antigua lengua muerta.
Chloé lo miró con una ceja levantada.
—Parece difícil de creer— comentó.
La discusión de ambos iba a seguir, sino fuera porque Miss Bustier los detuvo anunciando que el examen que se aproximaba.
—Muy bien Plagg, siéntate donde quieras, si quieres en el fondo hay lugar— informó la mayor.
Él dirigió su ojos hacia Chloé y su alrededor, notando qué no había ningún asiento vacío, lo cual y por alguna razón hizo que se sintiera triste.
Comenzó a subir los escalones hacia los últimos lugares del salon, no sin antes mirar por última a vez a Chloé, cual ella hizo lo mismo de reojo.
Plagg se sentó y la señorita Bustier comenzó a entregar los exámenes, cuando llegó al pelinegro se detuvo con duda, no sabía si entregarle una hoja o no.
—¿Alguien se quiere ofrecer a ayudar a nuestro invitado con su examen? — cuestionó
La mayoría de alumnos levantaron la mano, a excepción de cierta rubia de cabello largo y ojos azules.
Miss Bustier miró a Chloé y sonrió.
—Chloé, ¿Quieres ayudar a Plagg con su examen? — preguntó con amabilidad.
La rubia giró a ver a la mayor y negó.
—Por supuesto que no, todos esos tontos levantaron la mano, ¿por que tengo que ayudarlo yo?, nisiquiera es mi culpa que viniera a mitad de un examen. — se quejó la rubia.
Miss Bustier suspiró.
—Chloé, Plagg es nuevo hoy, tal vez no sepa de los temas del examen y sería bueno que alguien con uno de los promedios más altos de la clase lo ayude. La única que podría hacer que logre entender eres tú.
La rubia y la mayor se miraron mutuamente durante unos segundos. Luego Chloé suspiró.
—Está bien— cedió la menor a regaña dientes— Pero que no me haga perder mi valioso tiempo.
Chloé y Plagg se miraron.
—¿Estás esperando una invitación? — cuestionó irónica— Apresurate —ordenó mientras apartaba sus ojos y se volteaba hacia adadelanre.
Plagg río, tomó el examen que le extendía Miss Bustier y se acercó hacia Chloé.
—Siéntate aquí Plague y no invadas mi espacio personal— ordenó ella mientras señalaba a su lado.
—Bien pueden comenzar—anunció la profesora.
Todos acataron la orden de la mayor y comenzaron su examen.
Chloé comenzó a explicarle a Plagg lo que tenía que hacer y como tenía que hacerlo, la rubia en ningún momento lo miró, solo señalaba con su dedo índice el examen mientras mantenía una vista baja.
En cambio Plagg en ningún momento miró la hoja del examen, solo mantenia una mirada observadora sobre Chloé, lo cual ella sentía y le parecía molesto, pero no tanto como para decirle algo.
La campana sonó anunciando que la primeras horas de clases habían terminado.
Miss Bustier comenzó a recoger los exámenes.
—En la segunda hora diré quienes fueron los mejores y quienes los peores — anunció.
Plagg y Chloé entregaron los suyos.
La rubia comenzó a juntar sus cosas y guardarlas en la mochila, mientras Plagg la miraba.
—Oye-e quería agradecer...
—¿Por qué creés que puedes dirigirme la palabra? — cuestionó Chloé interrumpiendolo— No necesito tu agradecimiento, si te ayude fue por lástima— dijo al mismo tiempo que giraba su cuerpo haciendo que su cabello golpeara contra la cara de Plagg.
El pelinegro se quedó estático en su sitio, un pequeño suspiró escapó de sus labios y una sonrisa se dibujo en su rostro.
—Hola Plagg, siento haberte dejado solo, seguro pasaste por una mala experiencia con Chloé— llegó Adrien a un lado del pelinegro.
Plagg nisiquiera le había prestado atención a Adrien, solo miraba en la dirección que Chloé se había ido, mientras de nuevo sentía una corriente eléctrica recorrer su cuerpo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro