Capitulo 2
- ...y ya viste esa camisa, toda apretada a su pecho.
- Aunque si ves el encaje del cuello, se ve tan suave.
- Diana dijo que la textura era maravillosa, pero el modelo lo era aún más.
- Uhg, maldita suerte, quería ir.
Lori solo escuchaba a sus amigas conversar con algo de pereza, Carol le agradaba pero esta faceta suya de diseñadora sabía lo que era, otro pasatiempo más en el que gastar su infinito dinero, le agradaba, pero no podía evitar sentir algunos celos, más cuando sus amigas llevaban hablando casi media hora de la "sesión" de Carol del día anterior.
- Cuando se le pase su faceta de diseñadora saben que les va a regalar todo eso, ya déjenlo de una vez.
- Pero Lori, esta fue ropa de hombre, según Diana fue premio doble con el modelo que se consiguió, solo míralo.
La mujer en cuestión prácticamente puso su teléfono en la cara de Lori, quien solo vio una prenda bonita y una persona a la cual el rostro se veía borroso.
- Su preciosura no tiene cabeza.
- Amargada, solo fíjate en su cuerpo y en lo bien que se le ven los atuendos de Carol.
Imagen tras imagen Lori pudo notar que, efectivamente, se veía bien y el modelo calzaba perfectamente con la ropa, sintiendo un poco de emoción de seguir viendo ante las atrevidas poses del misterioso modelo.
- Bueno, no voy a negar que se ve bien.
- Es Carol, y ya sabes que ella solo come carne de primera.
- Lo que hace el dine...
En ese momento finalmente pudo distinguir una fotografía donde el modelo estaba en una posición peculiar, dejando que dos de las chicas acariciaran su torso semi descubierto mientras le lanzaban billetes y él posaba con un rostro mezcla de seriedad y coqueteo, haciendo ademan de incitar a otra de las muchachas a acercarse. Por un momento sintió envidia ya que podía ver que estaba en buena forma y se veía bien, pero todo eso se acabó de golpe cuando proceso que ella conocía ese rostro perfectamente.
- ¿Lori?
- Te pusiste pálida.
- Será que le gusto tanto nuestro nevado modelo que quiere imitarlo jajaja.
Mientras tanto, casa Loud
- ¡Lincoln, sal de ahí, te vas a acabar el agua caliente! - Gritó una furiosa Lola.
- (Susurrando) Me siento sucio, me siento sucio, me siento sucio.
Lincoln llevaba al menos media hora en la ducha, y al menos 10 minutos desde que la diva golpeaba la puerta.
- ¡Tengo que ir a la práctica y debo ir limpia! ¡Sal ya de ahí!
En ese momento el timbre sonó, siendo el patriarca quien salió de la cocina con un mandil rosa a abrir.
- ¡Voy! - Momento en que llego a la puerta y la abrió. - ¿Diga?
- Hola señor Loud, soy Carol Pingrey, ¿Me recuerda?
- Oh... la amiga de Lori, disculpa pero no está en casa, aun no empiezan las vacaciones, ¿O acaso mi Loricita te dijo que venía?
- Eh... no, no vengo por ella, ¿Esta Lincoln en casa?
- ¿Lincoln? Creo que se estaba duchando, iré a buscarlo, pasa por favor, puedes esperarlo en la sala, y si me esperas un poco más tendré galletas recién salidas del horno.
- Ehh... ¿Gracias?
Algo confundida por el exceso de hospitalidad ingreso, notando que en la sala estaba la matriarca del hogar, parada frente a la chimenea que se notaba visiblemente dañada parte de esta mientras que la otra mitad lucía nueva además de varios sacos, herramientas y ladrillos los cuales la mujer manipulaba para reparar la estructura.
- Buenas tardes señora Loud.
- Hola.
El saludo fue cortante, totalmente diferente de la reacción del patriarca, inclusive en un principio pensó en sentarse en el sofá pero termino por quedarse de pie lejos de la mujer y los muebles apilados a un costado.
En ese momento vio como la mujer tomaba una cerveza que se encontraba sobre la parte reconstruida, la cual se terminó de un último y prolongado trago.
- ¡Lynn!
- (Desde el segundo piso) ¿Si cariño?
- ¡Tráeme otra cerveza!
- Un momento querida, estoy hablando con Lincoln.
- Tsk.
Rita siguió trabajando en silencio, pero Carol pudo notar Lynn en el segundo piso con una expresión preocupada antes de volver a internarse en el pasillo de este.
- Creo... que debería al menos disculparme con Lincoln cuando lo vea. - Dijo para sí misma Carol.
- ¿Uh? ¿Dijiste algo niña?
- No, nada señora Loud, disculpe.
No siguió observando a la chica por mucho tiempo antes de retomar su trabajo reparando la destruida chimenea, por lo que Carol completamente incomoda prefirió no sentarse en el sofá, si bien el patriarca le había invitado con gentileza no sabía bien la respuesta de la mujer.
Aun así, ella tenía varias cosas que hacer y necesitaba a un ayudante, bien podría pedirle asistencia a uno de los mayordomos de su casa, pero no había sabido nada desde el día anterior sobre Lincoln cuando tuvo que huir de sus amigas quienes terminaron por malinterpretar los servicios del joven.
No tenía los detalles, pero al menos debía fingir preocupación.
- Carol, - Termino siendo llamado por el patriarca, dándose vuelta rápidamente intentando fingir que no la había asustado. - Lincoln ya va a salir del baño, dale unos minutos por favor.
- ¿Está bien?
- Bueno, él tiene un gran talento para meterse en problemas, se pondrá mejor en unas horas no importa cuánto se humille solo.
- (Incomoda) Pareciera que están acostumbrados a eso.
- Tengo un álbum sobre eso, ¿Quieres ver?
- Mmm... tentador, pero no señor Loud, no todavía.
- Bueno, si quieres puedes esperarlo aquí o ir a verlo a su cuarto, es al fondo a mano derecha en el segundo piso.
- Si acaba de salir del baño, ¿No le incomoda que lo vea al natural?
- (Confundido) ¿Debería?
- (Seria) Si, es tú hijo.
- Honestamente hay tantas amigas de mis hijas que lo han visto con poca ropa que ya no le daba importancia, ¿Sabias que ese chico tiende a andar en ropa interior cuando hace algo que le gusta?
- ¡¿Es nudista?!
- Podría decirse.
- (Molesta) ¡Lynn! ¡Mi cerveza!
- Oh, ¡Lo siento cariño, ya voy! - A Carol. - Bueno, haz lo que gustes cariño, siéntete como en tu casa.
Y así fue como el patriarca se interno en la cocina, dejando sola una vez más a Carol.
- Empiezo a entender porque Lincoln tiene esa personalidad tan rara.
Sin mucho interés de permanecer cerca de la matriarca, Carol subió hacía el segundo piso, lugar que no había visitado desde que estaba en preparatoria cuando visito un par de veces a Lori, de hecho le era extraño ir a ese lugar por el hermano menor de esta y peor, pensar en que podría decirle luego de lo ocurrido el día anterior con sus... entusiastas amigas.
- ¿Debería pagarle un bono por daños psicológicos?
Tal fue su ensimismamiento que no pensó demasiado en lo que estaba haciendo su cuerpo, ignorando a Lisa quien iba a salir de su cuarto más fue ignorada por completo por la mujer hasta llegar al cuarto del final del pasillo, lugar que había mencionado el patriarca que era la morada del chico al cual entro sin la menor vergüenza, notando que el chico se encontraba secando su cabello con solo los calzoncillos puestos.
- Hey, ¿Qué tal Linc?
- (Serio) Nada de "hey", ¿Qué haces aquí?
- Intente llamarte pero no contestabas, un buen jefe se preocupa por sus empleados, ¿No te parece un poco pequeño este cuarto? Pareciese que es un closet.
- Primero, un buen jefe no me hubiera expuesto a eso, segundo, si es un armario, o lo era, cuando era pequeño lo adaptamos para que pudieran caer mis cosas y volverlo mi cuarto.
- Literalmente mi closet es más grande que esto. - Carol se cruzo de brazos, algo indignada por estar en un lugar tan pequeño con alguien semidesnudo. - Mmm, ahora que lo pienso, ¿No deberías estar avergonzado?
- ¿Avergonzado?
- Ya sabes, mostrar tanta piel frente a una mujer madura, normalmente un chico en crecimiento como tu diría algo como "kya" o "sal de mi cuarto depravada".
- (Asqueado) Tienes una mente muy retorcida.
- O tú eres un nudista, incluso tu padre me dijo eso, si, debe ser eso.
- (Serio) Largo.
- Ya, ya, no te enojes, ¿En cuanto tiempo estarás listo? Necesito tu asistencia el día de hoy.
- ¿Tengo que ir otra vez a tu casa después de lo que me hiciste vivir?
- Tu fuiste el que se envalentono por los billetes, los bailes eran innecesarios.
- Bueno... eso no...
- ¿Quieres dinero?
- (Decaido) Si.
- Entonces ponte unos pantalones y sígueme, tengo varias cosas que hacer y Jeffrey está de vacaciones.
- ¿Jeffrey?
- Nadie que necesites conocer cariño, ¿Sabes qué? Literalmente solo ponte pantalones, te comprare una camisa o algo acorde a la servidumbre de un Pilgrey.
- Oye yo...
Lincoln ya se había colocado sus jeans para ese momento, de hecho era lo único que había alcanzado a ponerse, ni zapatillas ni polera cuando Carol lo tomo de la mano y lo arrastro hacía fuera, deteniéndose apenas un momento cuando llego a la entrada al ver al patriarca acercarse con galletas.
- Fue un gusto señor Loud, pero me llevaré a Lincoln a su trabajo de medio tiempo.
- ¿Lincoln tiene trabajo?
- Papá, salva...
- Así es señor Loud, - Carol no dejo hablar al peliblanco. - Nos vemos.
- Pero...
Y tan rápido como llego, la millonaria se había retirado dejando confundido al hombre.
- Bueno, tampoco es que vayan a hacer algo ilegal.
Ya en el vehículo de Carol esta coloco en el asiento del copiloto al muchacho, cerrando la puerta y aferrando el cinturón de seguridad lo suficiente para darle tiempo a sentarse en el asiento del piloto y alejarse de la humilde residencia de su empleado.
- Esto debería considerarse como secuestro.
- Vamos, no te pongas así, no todos los chicos de tu edad puedes decir que tienen a una mujer madura que les compra ropa.
- ¡Eso esta mal en muchos sentidos!
- Ay si, como si no disfrutaras cuando te ofrezco dinero.
- Hasta yo tengo un limite para dejarme tentar por el dinero.
Carol lo miro un momento, aprovechando un semáforo en rojo para sacar dinero de su bolso una vez más.
- ¿200 está bien para que te dejes querer por hoy?
- ¿Tengo que modelar?
- Nop, solo dejarte vestir por mí.
- Bueno... supongo que podría...
- Excelente. - El semáforo se puso en verde, y la mujer no demoro en acelerar. - ¡Vamos de compras!
- ¡Oye, oye, oye, baja la velocidad, baja la maldita velocidaaaaaaad!
Una vez ya estacionados en el centro comercial, Carol miraba todas las tiendas casi con ojos brillantes.
- Tenia ganas de venir hace tiempo, si no fuera por ese Jeffrey... ¡Pero ahora estoy contigo!
- ¿Puedo comprarme una polera?
- Obvio tontito, vengo a darte el porte de un mayordomo de los... ¡¡¡Ese vestido es di-vi-no!!!
Acto seguido, Carol corrió detrás de una tienda casi como si fuese un perro de caza detrás de su presa, algo que le causo un fuerte deja vú a Lincoln.
- Impresionado no estoy, decepcionado tampoco, ¿Pero por que me duele el cora... ah... ah... ¡Achú!
No era un día especialmente caluroso y su expuesto torso comenzaba a lamentarlo cuando desde la entrada de la tienda Carol comenzó a hacerle señas.
- ¡Linky! ¡Ven aquí! ¡Primero revisare esta tienda y luego iremos por tus cosas!
- Solo piensa que es Leni, solo piensa que es Leni.
De esa tienda, Carol salió con una gran sonrisa y Lincoln con dos bolsas, una en cada mano.
Ropa comprada a Carol: 3
Ropa comprada a Lincoln: 0
- Bien, no más distracció... esos zapatos son preciosos.
- ¿Al menos con mi sueldo puedo ir por unos zapatos para mí?
- Ay bobito, ya iremos a eso, - La sonrisa de la chica se ensancho. - Pero es que están preciosos, ¿Debería?
- (Enojado) ¡No!
- ¡Bien dicho Lincoln, no debería contener mis deseos! Vamos a esa tienda también.
- ¡Ahg!
Ropa comprada a Carol: 5
Ropa comprada a Lincoln: 0
- Uf, que buena visita. - Carol limpiaba su frente como si hubiese sudado, mientras tanto Lincoln cargaba ahora ambas bolsas y dos cajas en sus manos.
- ¿Puedo ir por zapatos?
- O si, si, si, lo siento Linc, el honor de los Pil... ¡¿Qué es ese vestido?!
- (Serio) Debí imaginarlo.
Ropa comprada a Carol: 8
Ropa comprada a Lincoln: 0
- Bueno, a lo que vini... ¿Llegaron nuevos collares?
Ropa comprada a Carol: 11
Bolsas y cajas llevadas por Lincoln: 8
- Oye, últimamente creo que podría hacerme de un espacio para hacer deporte en casa, hay veces en que ir hasta el gimnasio es taaaan cansador.
Ropa y cosas compradas por Carol: 15
Bolsas y cajas llevadas por Lincoln: 11
- ¿Los chocolates de esa tienda no se ven fabulosos?
Cosas compradas por Carol: 23
Cosas cargadas por Lincoln: 16
- ¿En que momento dejaron de contabilizar mis cosas? ¡Achú!
Ropa que vestía Lincoln: 1
Casi dos horas pasaron y Carol se veía casi rejuvenecida, había pasado mucho tiempo desde que no enloquecía comprando toda clase de cosas y su antiguo mayordomo Jeffrey generalmente la detenía de no enloquecer, pero ahora todo había surgido de forma fácil y tranquila, dándose una vuelta por todos los lugares que quiso miraba hacía el horizonte con una sonrisa de satisfacción.
- Hoy fue un buen día, - Se volteó feliz. - ¿No lo crees Lincoln?
Pero detrás de ella, todo lo que podía ver era un bulto de cajas y bolsas siendo apenas cargada por el muchacho peliblanco quien incluso sostenía una bolsa con los dientes, y por supuesto, seguía descalzo y sin polera.
- ¿No estás muy acostumbrado a ser un exhibicionista?
- ¡¡¡Es tu culpa!!!
Al final, Lincoln no obtuvo ropa nueva ese día.
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