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03 - 'Decisión'

Arrastraba los pies por aquel áspero jardín de tierra, dudando sobre si era correcto entrar o no hacerlo, no terminaba de entender a la persona con la que estaba conviviendo, y tampoco terminaba de entenderse a sí mismo, no quería hijos, la idea le causaba escalofríos, pero al recordar a la pequeña masa que se movía con dificultad en el vientre de Haze, su mente y su pecho tenían un duro debate que no acababa en algo concreto todavía.


— Pero miren quién es — escuchó la desgastada voz de una mujer mayor, y al voltear, pudo ver a su vecina de al lado, una mujer de avanzada edad llena de arrugas y malas intenciones — Jessie Dalton, el alfa que no sabe hacer silencio cuando tiene visitas.


— Buenas noches, Magda — dijo de mala gana — ¿Sigues buscando a algún alfa a quien le interese follarse a una anciana beta sin gracia ni dulzura?


— ¡La próxima vez que traigas a omegas rameros a tu casa, asegúrate de que se callen la boca, no me dejan dormir con su festival de zorrería!


— Lo tendré en cuenta — dijo cínicamente mientras caminaba a la puerta de su hogar, y apenas entró, se quitó los zapatos y la cabeza — ¡Oye Cherry! ¿quieres coger cerca de la puerta de la vecina? ¡ella dice que no tiene problemas con el ruido!


Detuvo en seco su andar al notar que la sala de su hogar estaba totalmente vacía, y que parecía que nadie había estado en ella en un buen rato.


— ¿Haze? — trató de llamar a su acompañante, caminando hacía la cocina para ver si lo encontraba ahí, aunque todo lo que encontró fue botellas de licor totalmente vacías, y una caja de supresores para alfa a la que ya casi no le quedaban medicinas en su interior.


Jadeó algo frustrado para darse vuelta e ir casi corriendo hacía la habitación principal, y apenas llegó, se topó con un intenso aroma a feromonas omega por todo el lugar, las cuales provenían de cierta criatura que estaba tirada en su cama, totalmente desnudo y tarareando cosas sin sentido.


— Qué carajo — renegó en voz baja mientras se iba acercando hacía él, luchando porque las feromonas de Haze no le hicieran perder el control, aunque su aroma dulce le enloquecía bastante — ¿Hubo fiesta y no me invitaron?


— ¡Jessie! — clamó al verle llegar, para ponerse de rodillas frente a él y sonreírle cínicamente — Te eché de menos.


— Ug, apestas a licor, ¿enserio te bebiste todo lo que tenía en la despensa?


— Solo bebí un poquito, para intentar no pensar tanto — admitió sonriendo con tranquilidad.


— ¿Y te bebiste mis supresores porque...?


— Dicen que los supresores de alfa provocan efectos afrodisiacos — canturreó apegándose al cuerpo ajeno, aunque frunció el ceño al ver cómo el pelirrojo le miraba de manera algo cínica.


— ¿Quién te dijo esa tontería? — renegó — Lo único que vas a ganarte por beber supresores ajenos será descontrolar tu ciclo hormonal, incluso podrías tener un celo anormal.


— Tú solo sabes verle el lado negativo a las cosas — gruñó para empezar a olfatear el cuello ajeno — Yo creo que sí hizo efecto, porque me siento muy caliente.


— Ya lo noté — murmuró tomando las mejillas ajenas con una mano para apretarlas sutilmente — ¿Pero era necesario embriagarte así?


— No quería pensar tanto — se excusó pobremente.


— ¿Pensar en qué? — cuestionó, pero Haze solo rió por debajo y se colgó del cuello ajeno para lamerlo lentamente, aunque luego de un minuto el pelirrojo lo apartó de su cuerpo para verlo con seriedad — Lo lamento, Cherry, pero así como estás no habrá sexo hoy.


— ¡¿Qué?! ¡¿p-porqué?!


— Admito que el olor de tus feromonas me tienta, pero apestas a licor, y ese aroma solo me recuerda al mal nacido de mi padre; perdóname por hoy, te debo un follón cuando estés sobrio.Dicho esto, se apartó de él para caminar al baño de la habitación, aunque le alertó sentir cómo le arrojaban una almohada a la cabeza.


— ¡¡Lo único que nos mantiene juntos es coger, Jessie!! — gritó bruscamente, logrando que el pelirrojo le observara curioso — Es lo único que te hizo fijarte en mí, y ha sido lo único que ha permitido que sigamos viéndonos, ¡y lo único que ha evitado que me abandones actualmente! d-dime la verdad, ¿a-acaso yo ya no te gusto?


Se levantó de la cama para caminar hacía Jessie, aunque se tambaleó un poco en el intento.— No soy lindo, no soy listo, n-ni tampoco interesante, l-lo único que tengo es dejar que me cojas, y-y si ya ni siquiera eso logra que te sientas atraído por mí, yo, y-yo...


Calló sus palabras al sentir un suave beso de parte del pelirrojo, beso al que correspondió de manera algo hambrienta y desesperada, pero luego de un rato, bajó la guardia y siguió el ritmo lento con el que Jessie le correspondía.


— Esa cabecita tuya es bastante masoquista — susurró acariciando la mejilla ajena — Es cierto, el sexo nos unió, y en cierto modo hizo que quisiera verte otra vez, pero no es lo único que me mantiene cerca de ti actualmente.


— ¿Hablas de esta cosa, no es así? — murmuró señalando su propio vientre con cara de asco.


— ¿Te enojaría que diga que sí? — preguntó mientras le tomaba de las caderas para apegarlo a su cuerpo — Porque no, no es lo único.


— ¿Como que no? — preguntó con desdén — No mientas por lástima, Jessie; sé de sobra que nada más que venga de mí te interesa.


— ¿Eso crees? — dijo con algo de fastidio — Creo que he hecho mal las cosas contigo, y eso ha provocado que no logres tomarme enserio, es lo que me gano por ser un "alfa imbécil" según tus amigos.


Dichas palabras le hicieron agachar la mirada con vergüenza, aunque le alertó sentir un beso en su frente de parte del pelirrojo.


— Te ves agotado, deberías dormir.


— Creí que estábamos hablando — murmuró algo serio.


— No así como estás — respondió tomándole de los hombros para guiarlo a la cama — Necesitas descansar, bebiste mucho alcohol.


— Estoy bien — renegó, aunque al decir eso no pudo evitar tambalearse y caer al suelo sin más, aunque en un rápido movimiento tomó la camiseta del pelirrojo para tratar de detener su caída, pero solo consiguió que Jessie cayera con él.


— Agh — gruñó por debajo — ¿Estás bien, Cherry?


— S-Sí, solo...— titubeó sutilmente, aunque se quedó helado al chocar su mirada con los ojos verdes que le miraban detenidamente con ternura y algo de preocupación, daba igual si lo hacían solo por los favores sexuales que él ofrecía, amaba que alguien por primera vez en su vida actuaba de manera amable con él, y por más que parecía darle igual, él no quería perder las migajas de atención y cariño que Jessie le daba, aunque estas fueran solo a cambio de sexo.


Ambos se vieron a los ojos por varios segundos sin decir ni media palabra, hasta que Jessie rompió esos instantes juntando su boca con la de Haze, contacto al que Haze correspondió aferrándose al cuerpo ajeno, sin intención alguna de soltarlo.


— Jessie — gimoteó deslizando sus labios contra los del pelirrojo, quien le acariciaba el cuerpo mientras dejaba expuestas sus feromonas de manera inconsciente, como si estuviese tratando de marcar sutilmente al chico de ojos azules.


Ambos siguieron besándose y acariciándose por un buen rato, ninguno estaba del todo seguro de porqué actuaban así, solo sabían que disfrutaban estar de esa manera con el otro.


— Se hace tarde — murmuró con voz algo ronca, se sentía perdido, y su cuerpo empezaba a arder bastante — Debería dejarte dormir un poco.


— Yo no quiero dormir — murmuró mirando detenidamente los ojos verdes de Jessie — Y sé que tú tampoco quieres hacerlo.


— No, pero enserio no quiero cogerte así, Haze — susurró deslizando su mano por el rostro ajeno.


— Solo cierra los ojos y actúa bajo tus instintos — murmuró suavemente — Para ti no debería ser un problema.


Dichas palabras hicieron que la nube de ternura y pasión que empezaba a inundarle, se cerrara abruptamente frente a él, y en cambio, quedó un amargo sentimiento en su pecho, sobre todo por la manera en la que Haze le dijo eso.


— Wow, gracias — renegó, logrando que el pelinegro le observara curioso.


— ¿Qué ocurre?


— Veo que tus amigos lograron inculcarte esa manera de pensar sobre los alfas tan putrefacta — dijo para mirar a otro lado con seriedad.


— N-No, J-Jessie no lo decía por eso — trató de justificarse mientras se sentaba frente a él y le miraba con nerviosismo.


— ¿Ah no? — bufó con molestia — ¿Acaso no me crees un alfa que solo piensa con el pene y se deja manipular por sus instintos primitivos? Adelante, te doy la oportunidad de excusarte.


— Y-Yo no pienso, s-solo... e-es lo mismo que ocurre con la forma en que tú me ves, s-solo me ves como a un omega con el cual coger, ¿m-me equivoco?


Aquellas palabras dejaron helado al pelirrojo, ni siquiera tuvo ganas de decir algo más, solo se apartó de él para levantarse del suelo y caminar al baño de la habitación, mientras el pelinegro le miraba con preocupación.


— ¡Jessie, J-Jessie aguarda!


— Has dicho suficiente por hoy, Haze; lo mejor será que duermas — dijo sin siquiera voltear a verle.


Jadeó con pesar mientras se recostaba en el suelo y maldecía entre dientes su propio nombre, no pretendía ofender a Jessie con sus palabras, ni siquiera entendía porqué tenía el descaro de ofenderse, si él sabía de sobra que solo era un pasatiempo para el pelirrojo, pero de todas formas, no podía evitar sentir algo de pena y arrepentimiento por no haber usado las palabras correctas para hacer valer su punto, ya más que claro estaba que el pelirrojo no querría verlo ni en pintura después de eso.


— Felicidades Sasha, eres un imbécil — se regañó en voz baja para recostarse en posición fetal ahí mismo en el suelo, y sin darse cuenta, terminó quedándose dormido en el frío suelo, maldiciendo su propio nombre y pensando con decepción que estaba a nada de perder lo único que alegraba su amarga existencia.


-


Abrió los ojos con dificultad, arqueando una ceja al darse cuenta de que estaba envuelto en unas gruesas sábanas que le brindaban un calor delicioso, y de las cuales emanaba el fuerte olor de las feromonas de Jessie, lo cual volvía la experiencia aún más satisfactoria para él.


Se sentó en la cama para ver a los lados con curiosidad, "¿cómo llegué a la cama?" pensó entre bostezos, aunque rápidamente asumió que eso fue obra de Jessie, no obstante, asumirlo no era igual que comprenderlo, ya que, él estaba muy seguro de que Jessie lo odiaría por todo lo que dijo la noche anterior, siendo así, ¿cómo fue capaz de permitirle dormir en su casa aún, luego de todas las idioteces que escupió? no lo comprendía, aunque era habitual que él no entendiera a Jessie.


Se levantó de la cama para ir al baño a vestirse, aunque se detuvo al ver una nota sobre la mesa de noche de la cama, parecía ser de Jessie, su letra rústica y descuidada lo dejaba en evidencia.


"Tuve que irme al trabajo temprano, te dejé comida en el refrigerador, y escondí el poco licor que quedó de ayer. No hagas algo estúpido mientras no estoy".


Leer aquello le hizo gruñir con fastidio, odiaba que lo trataran como a un niño, y parecía ser esa la actitud que Jessie tomaría con él a partir de ese entonces, era muy frustrante tan si quiera pensarlo.


-


Se arregló y salió rumbo a su escuela, ¿porqué? no estaba seguro, tal vez porque en la escuela era el único sitio donde le sería difícil toparse con Jessie, además de que, Shun le dijo que se vieran para hablar, y aunque él no quería darle la cara a su amigo, no podía ignorarlo para siempre, eso era un hecho.


Entró al comedor con ambas manos en los bolsillos de su pantalón, buscando con la mirada a sus amigos beta y omega, tratando de no hacer contacto visual con los otros alumnos que pertenecían a la casta superior, y que ello les hacía creer que podían maltratar a todo mundo como se les viniera en gana.


— ¡¡Haze!! — escuchó unas voces conocidas acercándose, se trataban de Shun y Quincy, quienes llegaron para abrazarle con fuerza y guiarle a una mesa donde ellos ya se encontraban almorzando.


— Qué gusto que hayas podido venir hoy — dijo Quincy.


— ¿Gorilón se enojó porque viniste? — dijo Shun.


— Él no sabe que vine — aclaró — Ayer nosotros... tuvimos unas conversaciones algo chocantes, y dudo mucho que quiera verme en su casa luego de todo lo que le dije.


— Te dije que ese imbécil trataría de desligarse en cuanto pudiera — dijo de mala gana — Así mejor, Haze; creeme que tener a ese tipo cerca solo iba a hacerte daño.


— Pero era el único medianamente interesado en dormir conmigo — murmuró con pesar.


— En la época de celo se consigue pareja de manera muy fácil, Haze; no te estreses por eso ¿sí? — dijo Quincy.


— Sí, ahora debes enfocarte en qué es lo que harás con la cosa en tu vientre — dijo Shun mientras sacaba unos folletos de su mochila y se los entregaba al pelinegro — Leí sobre varios métodos para abortar muy seguros y comprobados, deberías probarlos.


— ¡Shun! — dijo Quincy, pero el gótico le ignoró totalmente, sobre todo al ver cómo su amigo se quedaba leyendo dicho folletos con curiosidad.


— No creo que necesite esto — dijo dejando de lado el folleto — Una doctora me ofreció hacerme un aborto gratuito.


— ¡¿Enserio?! ¡¿y qué tanto esperas entonces?! ¡debemos ir ya mismo a que te saquen esa cosa!


— Es que, y-yo... — murmuró tratando de buscar alguna excusa viable para justificar sus dudas aún latentes (dudas que no podía justificar, porque ni él mismo las entendía) — N-No tengo dónde quedarme, Shun; y-y un aborto implica mucho desgaste físico, ¿quién cuidaría de mí esos días?


— Eso es cierto — dijo Quincy.


— ¡Entonces dile que se quede contigo, Quin!


— ¡¿Estás loco?! ¡no puedo! recuerda que vivo con Josh, y él podría intentar hacerle algo a Haze.


— ¿Así que no le das apoyo a tu amigo para que no te baje a tu marido, eh? qué bajo de tu parte, Quincy — renegó, logrando que el pelinegro y el rubio lo miraran con incredulidad.


— Quincy tiene razón, Shun; un aborto alterará mis feromonas, no puedo estar cerca de algún alfa durante mi reposo.


— Pretextos — bufó cruzándose de brazos.


— ¿Y porqué no me quedo contigo? — cuestionó con algo de seriedad.


— ¡Sabes de sobra que te daría un lugar en mi casa! pero en mi departamento ya no tenemos espacio, apenas y podemos estar ahí mi familia y yo, y es terriblemente odioso cuando mi padre entra en celo, ugt, ¡pasa el día y la noche paseandose en la sala en calzoncillos!


— No quiero ver eso — dijo Haze con asco, para suspirar con molestia y mirar a otro lado con desdén — Por ahora mi única buena opción era quedarme con Jessie, pero presiento que no podré quedarme ahí por más tiempo.


— ¿Exactamente qué le dijiste? — preguntó Quincy.


— Quería tener sexo, pero él no quería, no sé porqué, y yo... ahhh... d-dije algo un poco ácido.


— ¿Tú? — dijo Shun incrédulamente — ¿Qué dijiste exactamente?


— Le dije que ignorara su sentido común, y que solo actuara en base a sus instintos, y que para él no sería algo muy difícil — decir eso en voz alta nuevamente le hizo sentir muy incómodo y culpable, repetirlas le hizo notar lo ácidas y muy chocantes que podían llegar a ser sus palabras — Él tiene razón en estar enojado ¿verdad? lo que dije fue muy—


— Acertado — dijo Shun — No es como que hayas dicho alguna mentira.


— Pero igual a cualquiera le molesta que le insinúen que solo se deja llevar por sus instintos — dijo Quincy — A mí siempre me enoja cuando insinúan que por ser omega ya dejaré que me coja cualquiera, son la clase de estereotipos que solo terminan de dañar nuestra sociedad.Aquellas palabras le hicieron suspirar con pesadez y cubrir su rostro con sus manos, maldiciendo haber sido tan idiota.


— ¿Holaa? ¿y qué pasa cuando los estereotipos son ciertos? — dijo Shun incrédulamente — Jessie Dalton es un gusano, se aprovechó del celo de Haze para follárselo, ¡y no conforme con eso, terminó embarazando al pobre diablo! sin ofender, Haze.


El pelinegro frunció el ceño con fastidio al oír las palabras de su amigo.


— Lo sé, sé que él actuó mal, pero admitámoslo, la mayoría de alfas en esta escuela son cretinos, y creo que se debe a la falta de educación que nos dan sobre el efecto de nuestras feromonas.


— Empiezas a sonar como señora, Quincy — renegó el gótico de mala gana.


— Él tiene razón en algo — dijo Haze con la mirada agachada — La mayoría de estos alfas son unos malditos bastardos.


— Amén a eso — dijo Shun.


— Hablo enserio — dijo mientras trataba de poner orden a sus pensamientos, y tomaba las fuerzas suficientes para decir en voz alta un pequeño gran detalle de su "primera vez" que no había compartido con sus amigos, más por vergüenza que por otra cosa, aunque antes de poder lograrlo, escuchó una voz conocida aproximarse hacía ellos.


— Miren nada más, pero si son los tres mariqueteros — bromeó un sujeto rubio que llegaba con varios sujetos para sentarse con ellos, cosa que hizo gruñir a los tres chicos por igual.


— Piérdete, Edward — renegó Shun.


—¿No tienes otro sitio al cual ir a molestar? — dijo Quincy con fastidio.


— Vamos chicos, ¿porqué tan serios? — bufó para rodear el cuello de Haze con su brazo y sonreírle coquetamente — Sasha, vaya vaya, hoy estás más radiante que nunca, ¿a qué se deberá?


— A que ayer tuve sexo duro con alguien que no eras tú — dijo sin un solo ápice de vergüenza, cosa que hizo gruñir pero al mismo tiempo agradó al rubio.


— Quienquiera que sea ese tipejo, yo te puedo atender mucho mejor que él.


— Lo dudo muchísimo — afirmó con una sonrisa cínica, él sabía de sobra que nadie podría darle ni la mitad del placer que Jessie le daba, algo que le encantaba, pero le frustraba al momento de pensar que tal vez tendría que conseguirse a otro compañero sexual después de ese día.


— ¿Eso piensas? — susurró lascivamente en el oído ajeno — ¿Porqué no te doy una demostración gratuita, eh?


Frunció el ceño con asco ante las insinuaciones nada sutiles de aquel sujeto, le repugnaba la forma en que se le insinuaba, sin una sola gota de sensualidad, solo actuando como un idiota que no sabía controlar su propio miembro.


— Pierdes tu tiempo — dijo cruzándose de brazos — No me interesas tú, o algún otro tonto de esta escuela.


— Te puedo hacer cambiar de opinión muy rápido, ricura — canturreó tratando de lamer el cuello ajeno, pero Haze rápidamente se puso de pie y se apartó de él para caminar a la salida de aquel comedor, acción que replicaron sus amigos, ignorando totalmente los reclamos de los sujetos detrás de ellos.


— Imbéciles — dijo Shun de mala gana.


— Hiciste bien al alejarte de esa forma, Haze — dijo Quincy, aunque le extrañó ver cómo su amigo iba hacía uno de los contenedores de basura del pasillo para empezar a vomitar bruscamente, algo que les asqueó mucho a ambos, pero de igual forma se acercaron a apoyar a su amigo.


— Ug, mierda — jadeó terminaba de vomitar y limpiaba su boca con la manga de su suéter — Maldito Edward.


— ¿Tanto asco te dió que se te insinuara? — dijo Shun de manera incrédula.


— Bastante — admitió con molestia.


— Mh, así que es cierto — dijo el rubio mientras miraba detenidamente a su amigo.


— ¿Es cierto qué, doctor Quin? — preguntó Shun.


— Mi madre solía decirme que a los omegas embarazados les repugnaba el olor de las feromonas de otro alfa que no fuera su pareja, tal vez es eso lo que le pasa a Haze.


— Pff, falacias — dijo el gótico incrédulamente — Eso solo funciona con los enlazados hasta donde sé.


— No en todos los casos — dijo Quincy — Mi madre y mi padre no se enlazaron hasta varios años después de tenerme, y ella siempre dice que durante el embarazo no podía ni salir a la calle, porque el olor de otros alfas le hacían— no pudo terminar de hablar, ya que una brusca arcada de parte de haze hizo que ambos voltearan a verle con preocupación.


— Iré por agua — dijo el gótico mientras caminaba de vuelta al comedor.


— No puede ser — susurró por debajo con malestar.


— Tranquilo Haze — dijo mientras le palmeaba el hombro — Las náuseas se irán pasando a medida que pasen los meses.


— Quincy— trató de hablar, aunque su amigo rubio le interrumpió.


— P-Perdón, s-sé que tu plan es abortarlo, pero... n-no lo sé, Haze; c-creo que deberías pensarlo un poco más.


— ¿De qué hablas?


— Es que... c-cuando alguien no quiere hijos se nota, pero... tu mirada cuando hablas del bebé, se nota que estás asustado, pero... es como si una parte de ti aún... aún quisiera intentarlo.


Dichas palabras le hicieron ver al rubio con algo de pesar, mientras suspiraba y volteaba a ver hacía otro lado.


— Quincy, tú eres omega igual que yo, dime, ¿qué debería hacer? y-yo no tengo un hogar, no tengo nada ni a nadie que se preocupe por mí, ¿crees que es justo condenar a otra persona a pasar las mismas penurias con las que yo debo lidiar?


— Sé que tu vida es difícil, Haze; pero... n-no lo sé, ¿Jessie no se vé interesado en ayudarte?


— Jessie solo me quiere por el sexo, nada más hace que me soporte — dijo con desdén, aunque un raro sentimiento de culpa le inundó en cuanto dijo eos, sobre todo al recordar las tiernas miradas que el pelirrojo le dedicó la madrugada anterior — S-Solo... n-no lo sé, y-yo no logro entenderlo, es un sujeto muy extraño.


— Deberías hablar con él, podría enojarse mucho si abortas a sus espaldas.


— Es mi cuerpo, yo decido qué hacer con él.


— Pero es el hijo de ambos — aclaró, logrando que Haze rodara sus ojos con fastidio — Sé que quieres irte por el camino seguro, Haze; p-pero... me aterra que él quiera hacerte algo por abortar al bebé, s-sé cómo son los alfas, y-y por más que ellos digan que no les interesa, la pérdida de un hijo les afecta más de lo que parece.


— No creo que a Jessie le afecte tanto — dijo con frialdad, aunque de nuevo sintió culpa al recordar cómo las manos del pelirrojo temblaban al momento de ver la primera imágen de su bebé, imágen que él se negó rotundamente a ver, más por precaución que por otra cosa, solo trataba de no tomarle afecto a la criatura en su vientre, en caso de tener que tomar una decisión trascendental a futuro.


-


Arrastraba los pies por aquella calle llena de personas que iban y venían de sus ocupaciones diarias, odiando con creces sentir una combinación de olores que le revolvía el estómago, detestaba cuando algunos alfas engreídos dejaban al aire sus feromonas con intenciones de presumir, pero dichas actitudes solo lograban dejarlos peor parados de lo que ya estaban de por sí, dando pie a que las demás castas hablaran pestes de ellos, y con justa razón.


Detuvo un momento su andar para sacar una caja de cigarrillos de su bolsillo y encender uno, aunque al voltear la mirada le llamó la atención un enorme aparador donde mostraban varios objetos de bebés como cunas y ropa, los cuales capturaron por completo su atención, e hicieron que su mente divagara un poco con el tema del bebé que venía en camino, el cual no estaba seguro sobre sí podrían tener o no, pero una parte de él empezaba a ilusionarse mucho con ello, y tales ilusiones le frustraban y dolían, sobre todo al recordar la cara de fastidio que hacía su compañero sexual cada que tocaban el tema.


Volteó al oír cómo alguien salía de aquella tienda, se trataba de una pareja que tenían en brazos a un bebé de aparentemente seis meses de nacido, llevaban consigo varias bolsas de compras, pero lo que más llamó la atención del pelirrojo, era el aura de tranquilidad y dicha que emanaba de ellos, y la manera tan dulce en la que mimaban a su pequeño.


Suspiró con pesar para dar una calada a su cigarrillo y seguir su camino sin más, aprovechando cada descuido para echar una que otra ojeada a aquella tienda de cosas para bebés, aunque él sabía de sobra que por más que su pecho lo deseara, nunca podría comprar algo en ella, y nunca saldría de ella con su hijo en brazos, ni acompañado por aquel omega que empezaba a atrofiarle el sentido común de manera abismal.


-


Miraba a las personas que entraban y salían de aquel consultorio con pavor, no estaba seguro sobre si lo que estaba haciendo era lo correcto, incluso sentía que estaba cometiendo un grave error, pero al mismo tiempo, no podía seguir con esa farsa, era tonto hacerse ilusiones y creer que al pelirrojo le importaría esa criatura en su vientre, ella solo estaba volviendo más incómodas las cosas entre ellos, y Haze solo quería que las cosas fueran como antes, sexo sin drama de por medio, nada más.


— Este lugar es perturbador — dijo Shun al ver a todos los chicos y chicas jóvenes que esperaban su turno.


— Es el día a día de nuestra casta — dijo Quincy con algo de pesar, abrazándose a sí mismo mientras miraba de reojo a Haze, quien miraba a la nada con pesar — ¿Estás bien, Haze?


— Quiero vomitar — susurró cubriendo su boca con su mano — No me siento bien.


— Relájate, solo son los nervios — dijo Shun.


— Si quieres irte— trató de hablar, pero el gótico le interrumpió.


— ¡Ni hablar, Quincy! este idiota necesita deshacer lo que hizo, es ahora o nunca, ¡compórtate ya, Haze! si fuiste bueno para abrir las piernas sé bueno para cerrarlas.


— ¡¿Shun podrías tener un poco más de tacto?! ¡Haze está aterrado!


— ¡Debió pensar en eso antes de dejarse coger por el maldito de Jessie Dalton!


— ¿Sasha Johnson? — habló la enfermera mientras llegaba con ellos, y apenas llegó, el chico pelinegro se puso de pie y fue rápidamente con ella, ignorando totalmente las palabras de sus amigos.


— Está actuando como un cobarde — dijo Shun de mala gana mientras miraba a Quincy detenidamente.


— ¡Y tú actúas como un mal amigo! — clamó — ¡Haze está aterrado, Shun! ¡hay que tener más tacto con él! ¡no ponerle sal en la herida!


— Pff, ¿aterrado? solo quiere quitarse ese peso de encima para ir a seguir follando con Dalton, ¡ese tonto no aprende, Quincy! ¡haces mal al victimizarlo tanto, porque a fin de cuentas él solito se buscó todo esto!


— Aunque se lo haya buscado debemos apoyarlo, Shun; date cuenta, Haze no tiene familia ni nada, ¡no podemos dejarlo a su suerte!


— Si no lo apoyara no estaría aquí, Quincy, ¿no lo has pensado?


El rubio suspiró pesadamente con fastidio para mirar a otro lado mientras esperaba a que terminaran de hacerle aquel procedimiento a su amigo, rogando porque todo saliera bien, y porque esto no le trajera graves consecuencias para su salud, o para su situación con Jessie.



-


Dudaba sobre si sería correcto entrar o no, "él no querrá verme" pensaba con pesar, pero por más que él no quisiera verle, él sí moría por acurrucarse en los brazos de Jessie, sobre todo luego de aquel día tan pesado y feo que había tenido.


Abrió la puerta con cuidado de no hacer mucho ruido, frunciendo el ceño al sentir un aroma diferente en el aire, y al oír unas risas desconocidas provenir de la cocina, su recelo y paranoia aumentó.


Caminó lentamente hacía la cocina, topándose con el sujeto pelirrojo, quien reía y platicaba alegremente con un sujeto rubio de sonrisa cínica, que emanaba una cantidad de feromonas abrumadoras (o así lo sentía él, que su olfato se había agudizado últimamente).


Su sangre se heló en cuanto Jessie volteó la mirada y se topó de golpe con su tímida mirada azul, ninguno dijo nada por varios segundos, solo se miraban a los ojos de manera tímida y algo curiosa, como si se estuviesen pidiendo disculpas indirectamente.


— ¿Y este encanto quién es? — dijo aquel sujeto que se levantaba de la mesa para ir hacía Haze y apretarle con fuerza las mejillas — Wow, ¿estás en celo, lindura? tu olor es bastante fuerte.


— Y-Yo— trató de hablar, pero el contrario se lo impidió.


— Seguro eres una conquista que Jessie tenía pactada para hoy, perdona que te lo tenga entretenido, él nunca puede rechazar una invitación que yo le hago— habla con soberbia, hasta que el pelirrojo le empujó bruscamente hacía la puerta de su hogar — ¡Oye espera, no planeaba quitártelo!


— ¡Te veo mañana, Brad! — dijo con algo de molestia mientras lo empujaba hacía la puerta principal, y luego de sacarlo de su casa y de cerrar la puerta con llave, volteó a ver a Haze con una sonrisa penosa, mientras el pelinegro le miraba algo receloso.


— ¿Quién era?


— Un compañero del trabajo, ignóralo, le gusta ser un cretino en ocasiones — hablaba mientras se acercaba a él para tomarle las mejillas y acariciarlas suavemente — Lamento haberte puesto incómodo ayer, yo... soy muy susceptible cuando hablan de instintos alfas y esas cosas.


— Yo lamento todo lo que dije — murmuró con pesar — Fuí todo un cretino, Jessie; me disculpo por eso.


— Disculpa aceptada — susurró sonriendo tranquilamente — ¿Qué dices si comemos algo para meternos a la cama a pagarte la follada que no te di ayer?


— Suena bien — sonrió de lado débilmente.


— Bien, no tardo nada, haré filete con puré de patata, te hará bien — dijo para irse a la cocina nuevamente, mientras Haze se abrazaba a sí mismo y dudaba sobre cómo decir abiertamente lo que había hecho ese día, sabía que de todas maneras el pelirrojo se pondría furioso, a pesar de no haber hecho gran cosa.


— J-Jessie, yo... — titubeó mientras caminaba a paso lento hacía la cocina para verle con timidez — Ha-Hay algo que debo decirte.


— ¿Qué pasa? — preguntó volteando a verle.


— P-Pero primero debes prometerme que no vas a enojar, ¡y-y que diga lo que diga igual vamos a acostarnos!


— Depende de lo que digas, Cherry — recalcó con algo de seriedad, acercándose a él para verle a los ojos con detenimiento — ¿Qué pasa?


Tragó en seco mientras trataba de poner orden a sus ideas, no quería admitir eso en voz alta, tan solo recordarlo hacía que su pecho doliera como nunca, pero sabía que ocultarlo solo empeoraría las cosas.


— ¿R-Recuerdas a la doctora que me atendió el otro día? p-pues ella me... m-me ofreció practicarme un aborto, con todos los gastos pagados, y también ofreció ponerme un aparato anticonceptivo.


Al escuchar tales palabras, Jessie se quedó helado de golpe, mirando algo perplejo y abrumado a Haze, no sabía qué decir, su pecho latía con fuerza y su mente era un huracán de ideas que no sabía como interpretar.


— Ho-Hoy Shun y Quincy se ofrecieron en acompañarme, y—


— ¿Ya no hay bebé? — preguntó con voz algo seria y tensa, expresión que hizo que Haze empezar a temblar y que sus ojos se cristalizaran de golpe.


— I-Iba a hacerlo, pero... p-pensé que era injusto no hablarlo contigo primero — admitió tomando los brazos ajenos para impedir que el pelirrojo se apartara de él — N-No quiero que me odies por esto, Jessie.


— ¿Porqué te afecta tanto lo que yo piense o no piense de ti? Creí que solo me querías para coger y nada más.


— N-No, y-yo, d-digo... — suspiró con frustración mientras agachaba la mirada, aunque le alertó sentir un abrazo de parte de Jessie.


— No sé qué pensar — admitió, palabras que erizaron por completo la piel de Haze — Siendo sincero, no planeaba ser padre tan pronto, pero... maldición, no he dejado de hacerme a la idea, desde que ví el ultrasonido, yo... c-creo que me encariñé antes de tiempo, p-pero sé que tú no lo quieres tener, por eso estoy tratando de reprimir esos impulsos.


Aquellas palabras ruborizaron de golpe a Haze, y le hicieron hundir su cara en el hombro de Jessie y abrazarlo con fuerza.


— ¿Si lo aborto, me vas a dejar? — susurró sutilmente.


— No me siento capaz de hacerlo, sobre todo al darme cuenta de que tu vida no es tan buena como pensé — explicó pasando su mano por la espalda ajena, tacto que relajó bastante a Haze.


— No logro decidir — susurró débilmente — U-Una parte de mí sabe que no quiere un bebé, que no puedo tener a un niño con la vida tan fea que tengo, p-pero yo... y-yo no... n-no me siento capaz.


— Sé que no me tienes confianza, Cherry, y que para tí solo soy un tipo con el cual coger y ya está... — hablaba con algo de pesar, logrando que Haze le mirara con vergüenza.


— Jessie— trató de hablar, pero el contrario se lo impidió.


— Sé que esta vida no es lo máximo, y que habrá días en los que parezca que me arrepiento de decirte esto, pero yo... quiero hacerme responsable por mis actos, y eso incluye hacerme cargo de ti, Haze, con o sin bebé de por medio.


— J-Jessie... — jadeó en cuanto le escuchó decir eso — ¿L-Lo dices enserio?


— Por supuesto — afirmó acariciando la mejilla ajena — ¿Qué dices? ¿aceptas quedarte aquí conmigo?


— ¿Bajo qué condiciones? — preguntó con algo de pesar — ¿D-Debo pagarte o algo así?


— Ya tienes sexo conmigo a diario, será descarado de mi parte cobrarte — bromeó.


— El sexo no es molestia para mí y lo sabes, además no... n-no quiero que solo por ser omega debas mantenerme.


— No pretendo creerme superior, Haze; solo lo hago por tu estado de salud.


— ¿Hablas del bebé? — murmuró con vergüenza.


— Hablo de tu asma — dijo tranquilamente — Tú mismo dijiste que no has conseguido empleo por eso, ¿cómo podría yo obligarte entonces a que pagues por quedarte aquí?


— Es que... n-no termino de comprender porqué me quieres ayudar — murmuró algo dudoso, tenía miedo de abrir la boca y arruinarlo todo nuevamente, pero algo en él le impedía quedarse del todo callado — S-Sé de sobra que solo seré una molestia.


— Ya te lo dije, quiero hacerme cargo de mis responsabilidades, ayudar al chico que coge conmigo es una de ellas, y no empieces con eso de "solo te caigo bien porque me dejo follar", porque me harás enojar y no querré hacerlo hoy.


— B-Bueno — agachó la mirada con pesar, aunque le alertó sentir un suave beso en su frente que le hizo alzar la mirada, y al hacerlo, recibió un delicado beso en los labios.


— Vamos a que comas algo — susurró usando cierto tono de voz que alteraba los sentidos de los omegas, y les hacía obedecer ciegamente las demandas que los alfas les hacían, dependiendo de qué tan dominante era el alfa podían o no resistirse, aunque en la mayoría del tiempo ellos no tenían manera alguna de declinar las órdenes de la casta superior.


-


— ¡¡Ahh, ah, m-más fuerte, J-Jessie más por favor!! — gritaba enloquecido mientras arañaba la espalda del pelirrojo, al mismo tiempo que el contrario le embestía con fuerza y se mordía el labio inferior de tal manera que incluso empezaba a sangrar, cosa que llamó la atención de Haze y le hizo mirarle curioso — ¿P-Porque-¡ah! ¿p-porqué no me muerdes mejor a mí?


— ¿Estás loco?! — rió entre jadeos y gemidos roncos — Mgh, s-si lo hago te marcaré, y-y eso solo será más problemático para ambos.


— ¿Q-Qué el embarazo ya no cuenta como una marca? — bromeó, aunque dejó de reír al ver cómo el pelirrojo pegaba su frente con la de él para verle a los ojos de manera intensa.


— Bésame — gruñó lascivamente, haciendo al pelinegro jadear y corresponder a su demanda, abrazando las caderas ajenas con sus piernas y obligándole a mantenerse pegado a él.


— Mgh, J-Jessie — gimoteó suavemente — N-No pares, por favor no pares.


— Estás temblando — murmuró suavemente — ¿Te duele?


— N-No — negó entre jadeos — S-Solo siento... q-que estoy cerca.


— Eres malo mintiendo — gruñó alzando una pierna de Haze para hacer su vaivén más lento y certero, sacándole al pelinegro jadeos suaves y muy lascivos.


— ¡Ah, a-ay por Dios! ¡J-Jessie, m-me voy a— trató de hablar, pero un beso voraz de parte de Jessie interrumpió por completo sus palabras, y sin más, solo correspondió mientras gemía entre besos y sentía la corriente del orgasmo recorrer su cuerpo, obligándole a venirse encima del abdomen ajeno — Mgh, J-Jessie.


— Eres un encanto — murmuró repartiendo besos por el hombro ajeno — Nunca me cansaré de ti.


— Ni yo de ti — murmuró acariciando la espalda de Jessie — No me dejes jamás, te lo ruego.


— Creí que no te agradaba — bromeó — Me intriga cómo le ruegas tanto a alguien a quien ni siquiera soportas.


— Sigues con eso — susurró empezando a besar el cuello ajeno — Eres tan odioso.


— Soy curioso — canturreó riendo por debajo y dejando que Haze le besara a sus anchas — Quiero saber todo lo que pasa por tu cabecita cuando piensas en mí.


— ¿De qué vale decírtelo? solo vas a burlarte.


— Porque me encanta tu cara de enojo — dichas palabras hicieron que Haze frunciera el ceño y mirara a otro lado con molestia — Jajaj, sí, exactamente esa cara me fascina.


— ¿Porqué mejor no dices lo que tú piensas de mí? — murmuró volteando a verle a los ojos — Por algo quieres que me quede contigo, dame las razones.


— Ya te dije porqué.


— Las morales, ahora dame las auténticas — el pelirrojo rodó sus ojos con fastidio ante las palabras de Haze.


— Eres imposible — susurró para agacharse y besar lentamente el cuello ajeno — Si te lo digo vas a burlarte también.


— Vaya que somos bromistas — murmuró echando la cabeza hacía atrás para dejar que Jessie le siguiera besando — Hablo enserio, Jess; por favor respóndeme.


— Me encanta todo de ti, Haze — recalcó con voz ronca, erizando por completo la piel del pelinegro — Me encanta tu voz, tus ojos, tu mirada tímida pero que a se torna tan insaciable; tu carácter apacible pero al mismo tiempo bastante fuerte, jamás había conocido a alguien como tú en mi vida, eres un diamante en bruto, Cherry, y por eso quiero tenerte solo para mí.


El corazón de Haze empezó a latir con mucha fuerza al escuchar las palabras ajenas, creía estar escuchando algo que nunca creyó posible, y pensar en ello solo le hacía temblar y aferrarse aún más al cuerpo ajeno.


— No creo que me comprendas — murmuró alzando la mirada — Pero espero que te quede claro al menos que no te quiero solo por el sexo, pequeño idiota.


— ¿E-Entonces a qué te— trató de hablar, pero un beso de parte de Jessie le obligó a callarse.


— ¿Tú me quieres solo para coger, Haze? — preguntó con voz algo ronca, usando un tono de voz específico, que hizo que el pelinegro jadeara por debajo y le mirara con pena.


— No se trata solo del sexo — admitió con vergüenza — E-Es más que eso.


— Quiero oírlo — murmuró acariciarlo las caderas ajenas pero antes de que Haze pudiera decir algo, el ruido de la puerta interrumpió abruptamente el momento entre ambos, haciendo gruñir al pelirrojo con fastidio — No puede ser.


— ¿Quién es a estas horas? — preguntó mientras veía al pelirrojo apartarse de él y levantarse de la cama para tomar unos jeans y ponérselos.


— Quédate aquí — dijo con frialdad.


— P-Pero Jessie— trató de detenerle, pero el pelirrojo volteó a verle con seriedad.


— Quédate aquí — repitió, solo que con voz y tono mucho más serios, logrando que Haze le mirara con preocupación, pero que accediera a quedarse ahí sin más.


Se acurrucó entre las sábanas mientras esperaba a que el pelirrojo llegara, aunque un rubor llegó a sus mejillas al recordar las palabras que usó Jessie para referirse a él, "¿será posible que yo le guste enserio?" pensó, y se sentía tonto al hacerse tal pregunta luego de la confesión del pelirrojo, pero realmente se sentía confundido, no sabía si solo era amable o enserio le tenía algún tipo de afecto, era muy confuso, por no decir que odioso y estresante.


Alzó la mirada al oír un brusco golpe provenir de la sala, por lo que rápidamente se puso se pie para ponerse unos jeans y un suéter de Jessie que le quedaba bastante grande, y al terminar de vestirse, fue a asomarse a la sala para ver qué era lo que estaba pasando.


Continuará <3


Por favor no olvides votar y comentar si te ha gustado el capítulo, eso me ayudaría mucho; recuerda que puedes leer el libro original "Lo Que Dice El Corazón" aquí mismo en Wattpad sin ningún problema <3


- Gema.


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