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El sol se había ocultado tras los altos edificios. El cielo oscuro casi en su totalidad, pero con aquellas bellas tonalidades naranjas aun visibles
El viento frio soplando levemente meciendo las hojas de los árboles, las calles iluminadas y poco transitadas, como siempre a la misma hora, todos los días...
Denki, llevaba caminando unos cuantos minutos cruzando las calles, observando el cielo, saludando a los perros callejeros de por allí, cualquier persona que lo viera pensaría que estuviera loco, más a él no le importaba seguía saludando a todo perro, gato o ave que estuviera en su rango de visión, además de ser una buena manera para pensar en otra cosa y no en... aquel
Cerca de su destino apresuro el paso, subió el único escalón, saco las llaves del bolsillo y abrió
— Ya llego por quien llora – un fuerte golpe proveniente de la sala, y que se escuchó por toda la casa, causo un sobresalto al rubio, quien instantes después tapó su boca y río por lo bajo, sabía lo que significaba aquel golpe
"¡Tarde de juegos de mesa!"
Lanzó a un rincón de por allí en la entrada su mochila, quito los zapatos y dando ligeros saltos con ambas manos entrelazadas tras su espalda, sujetando una bolsa de compras, acercó al sillón sin hacer el más mínimo ruido, deteniéndose a pocos centímetros de este
El sonido de hace un momento se volvió a escuchar, pero esta vez constante y menos sonoro como la primera. Inclinando su cuerpo hacia delante, observo una escena bastante conocida y que siempre le causaba gracia, no importaba cuantas veces la viera nunca se cansaría de ella
Sentados en el suelo sobre cómodos cojines, frente a frente, con una pequeña mesa de por medio. Izuku movía nervioso los brazos de un lado a otro tratando de detener inútilmente a Ochako quien golpeaba su cabeza contra la mesa maldiciendo su muy pero muy mala suerte en los juegos de mesa
Terminado de ver el capítulo de héroes, cual fue una bomba de emociones para los dos, el juego acordado en jugar aquella tarde fue... Monopolio
Fijando sus ojos color ámbar sobre el tablero vio en este, dos dados, unos billetes, dos fichas (el sombrero y el gato) y múltiples propiedades la mayoría estas del peliverde. Ochako, había caído en una de las propiedades de su amigo perdiendo así sus últimos billetes y quedando endeudada
Había transcurrido un buen rato y ninguno de los dos había percatado de la presencia de Denki quien los veía divertido aun detrás del sillón
Un pequeño golpeteo hizo presente, desde la habitación de al fondo. Algo peludo y esponjoso apareció brincando por el pasillo, disparado como una flecha a la sala. Dando un gran salto aterrizó en la cabeza de la castaña, haciendo que rebote en la mesa, luego dio otro esta vez hacia los brazos de Denki quien lo recibió gustoso soltando en el proceso la bolsa
— Denki!! – exclamo Izuku – ¿Hace cuánto que llegaste?
El interrogado negó levemente, acariciando al conejito en sus brazos
— Hace unos instantes – respondió – hola a todos
Rodeando el mueble, dejo al conejo en este y abrazo al peliverde, y dio múltiples besos a su frente sacándole risas
— Ah... fue una tortura no verlos en todo el día – dijo exhausto apoyando su cabeza sobre el hombro de Izuku, quien daba palmadas a su espalda
— Tanto así...?
— Mnh... – asintió sobre su hombro
— Ay, ay mi cabeza... – quejaba Ochako sobando la parte trasera de su adolorida cabeza
Aquella bola de pelos, aunque fuera pequeño, tenía una fuerza y un peso...
— Qué más paso hoy? – pregunto Izuku
— Más bien quién llego hoy... – pensó, no queriendo contar al peliverde, respondió otra cosa – lo mismo de siempre... todo frío y resbaloso brrr – alejo de Izuku y puso de pie – ¡Bueno quien tiene hambre, traje pollo! – exclamo rodeando el sillón levantando la bolsa
El conejito al ver que iban a comer, bajo del sillón dirigiéndose a la silla de ruedas situada en el rincón de la misma sala, apoyó ambas patitas peludas en una de las ruedas y empujó adelante. A Denki e Izuku les pareció tierna su acción y en cuanto a Ochako... seguía con la cabeza sobre la mesa siendo ignorada por ambos chicos
— Con tremendos amigos para que enemigos – murmuro
Sentados en el sofá, los tres amigos veían una película picando de rato en rato lo traído por rubio. El conejo, dormía sobre el regazo del pecoso, algo raro ya que esa hora solía corretear por toda la casa. Antes que terminará, el sueño ganó al peliverde
Entre ambos lo llevaron a su cuarto, tapizada de imágenes de All Might por todos lados y una estantería de sus figuras del mismo personaje. Acomodándolo en la cama lo arroparon, el conejo subió y acurrucó a su costado
— Buenas noches – susurraron
Sin hacer el más mínimo ruido salieron de la habitación, dejando entre abierta la puerta. De nuevo en la sala la castaña tomo sus cosas y abrigo
— Qué sucedió hoy Uraraka? – pregunto Denki
Ochako se detuvo, sabía que en algún momento le llegaría preguntar, pero no esperaba que fuera ahora mismo demás... había prometido al peliverde no contar nada, aun así, no fue necesario su silencio dijo mucho, aunque...
Denki ya lo sabía, desde el momento que entro y vio los ojos a Izuku, sus esmeraldas le delataron. Dejo caer todo su peso en el sillón y apoyo su cabeza en sus manos
— Y "ese"?
— Se fue al igual que los otros..., claro que con un regalo de cortesía de mi parte
— Me lo imagino – murmuro
— Y a ti?, por tu rostro puedo decir qué algo paso o te paso hoy, y ni intentes negarlo porque cada vez que tienes un mal día traes pollo frito
Denki tardó unos segundos en responder a la castaña, que tenía ambas manos en su cadera esperando que hable
— Él volvió
La castaña abrió los ojos, esperando haber escuchado mal
— Con él... te refieres a él a él? – el rubio viéndola de reojo asintió – ¡¿Ahora que quiere ese idiota?! – exclamo en un susurro furiosa
— Pues para que más, para seguir fastidiando con su mendiga presencia, como si no fuera suficiente que... ¡AGH! tendré que soportarlo hasta que termine esto
— Y puedo saber quién es la pobre víctima qué lo va a entrenar – pregunto curiosa por saber quien fue el valiente en aceptarlo
— Hawks..., un amigo de la señorita Nemuri – respondió
— Lastima por esa pobre alma en desgracia, teniendo a tremendo imbécil a su cuidado
— Si... lastima...
El vibrar del celular de la fémina los interrumpió, al encenderlo una sonrisa coqueta se formó en su rostro
— ¿Porque presiento que no veré a cierta persona con lentes mañana por la mañana? – pensó el rubio al mismo tiempo que veía a la castaña guardar el aparato
— Denkiiii, por casualidad aun tienes ese antifaz
Si, no le vería mañana ni pasado mañana, ahora la pobre alma en desgracia sería Iida, fue a traer lo pedido por la castaña ignorando la sonrisa de esta
— Te lo regalo – dijo al volver
— Gracias Denki~ – agradeció y guardo en su cartera
Antes de abrir la puerta e irse, abrazo al rubio
— Todo cambiará y para bien estoy segura, tengo un buen presentimiento y sabes que nunca fallo en ello – afirmo, dándole otro abrazo más fuerte abrió la puerta – ¡Ah! y por cierto en cuanto a la molestia de hoy, descuida no lo volveremos a ver y si regresa – entre cerro los ojos mostrando una sonrisa tétrica de oreja a oreja – lo esperare con una muy buena taza de café hirviendo, ¡En fin!, me voy adiós Denki y gracias otra vez~
— S-sí, si a-adiós
Uraraka era sin duda una gran amiga alegre, bondadosa... Pero había veces que daba mucho miedo...
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