9. Quirrell

Una vez solucionada la cuestión de Norberto, el trío podría centrarse en la Piedra Filosofal. Pero no fue fácil con los próximos exámenes; Hermione no podía concentrarse en nada más y estaba volviendo locos a todos con su constante preocupación.

Un día, Harry escuchó a Tracey murmurarle a Daphne: "¡Y todos estábamos detrás de ella por su estado sanguíneo!"

Malfoy estaba furioso porque no había logrado atrapar a Harry con el dragón, pero no parecía darse cuenta de por qué ni cómo. Así que Jayson estaba a salvo de la nueva ola de resentimiento, pero el trío no.

Parecía más decidido que nunca a ponerlos del lado malo de los profesores, sin importarle la política de no intimidación, que apenas marcaba la diferencia cuando se trataba de él. Cuando estaban en el mismo corredor, Malfoy se burlaba del trío con la esperanza de provocarlos. Casi no funcionó, pero entonces Malfoy dijo algo sobre los padres muertos de Harry y Ron se abalanzó sobre él. Sólo el control de Harry y Sid sobre él le impidió romperle la nariz a Malfoy. Pero fue suficiente para que Snape le diera a Ron una detención y una excusa para ser más desdeñoso con Harry de lo habitual. Ni Sid ni Malfoy enfrentaron repercusiones, Sid porque Snape no tenía nada contra él y Malfoy porque convenientemente no había escuchado las burlas a solo unos metros de distancia.

Aproximadamente una semana antes de los exámenes, Harry regresaba de la biblioteca cuando escuchó gemidos provenientes de un salón de clases.

"No—no—otra vez no, por favor—"

Una segunda voz habló, pero Harry estaba demasiado lejos para distinguirla adecuadamente.

"Bien, bien -"

Quirrell salió corriendo de la habitación, sin siquiera darse cuenta de Harry, y caminó en la dirección opuesta.

Harry se asomó al interior. La habitación estaba vacía, pero vio una puerta entreabierta al otro lado. Quienquiera que fuera con quien Quirrell había estado hablando debía haber pasado, aunque Harry no había podido reconocer la otra voz. Pero algo hizo que se le erizaran los pelos de la nuca. No podía ubicar el sentimiento, pero lo envió corriendo de regreso al calabozo y contándoles a Ron y Hermione sobre ello.

"¿Pero no viste a nadie?" Hermione comprobó.

"No, pero tenía que haber alguien con él", insistió Harry.

"Tal vez deberíamos decírselo al profesor Dumbledore", sugirió Ron.

"¿Y arriesgarte a meterte en problemas?" dijo Hermione.

"Es mejor meterse en problemas que estar muerta", señaló Ron, y Hermione aceptó de mala gana.

Fue pura suerte que Dumbledore los pasara en un corredor desierto al día siguiente. O tal vez no lo fue; Harry tuvo la impresión de que Dumbledore era al menos casi omnipresente.

"¡Profesor, gracias a Dios que lo encontramos!"

"¡La escuela está en problemas, señor!"

"¡Alguien va a entrar!"

Sus palabras apenas fueron discernibles y el director levantó una mano para silenciarlos. "Por favor. Sólo les pido a uno de ustedes que hable a la vez. ¿Harry?"

"La Piedra Filosofal, señor", dijo Harry. "Sé que no deberíamos saberlo, pero por favor, escuchen. Creemos que está en peligro; quiero decir, no tenemos muchas pruebas, pero con el robo de Gringotts y Hagrid mencionó que estaba hablando con este extraño que estaba muy interesado en los perros de tres cabezas...

"Alguien estaba amenazando a Quirrell", interrumpió Ron.

Dumbledore observó sus rostros preocupados. "¿Profesor Quirrell, dices?"

"Sí, señor." Harry asintió. "¿Sabe él acerca de la Piedra?"

"Él debe." Dumbledore parecía serio. "Gracias por informarme sobre esto. Puedes irte. Y hagas lo que hagas, no te entrometas más. ¿Entendido?"

"Sí, señor."

Dumbledore se fue sin decir una palabra más.

Ron dejó escapar un suspiro racheado. "Eso podría haber sido peor".

"Oh, espero que llegue al fondo del asunto", se preocupó Hermione mientras se alejaban.

"Estoy seguro de que lo hará", dijo Ron alegremente. "Con Dumbledore aquí, nadie, ni siquiera Quien-tú-sabes, se atrevería a atacar."

Harry miró a Ron. "¿Quién-tú-sabes le tiene miedo a Dumbledore?"

Ron asintió. "¿Por qué?"

"Nada. Simplemente no me di cuenta”.

Pero la afirmación se quedó con Harry durante el resto de los exámenes. Luego, después de los exámenes, el profesor Snape le dijo a Harry que el director deseaba hablar con él.

"Avísanos cuando regreses", lo llamó Hermione. "Probablemente se trata de la Piedra".

"¿Crees que Dumbledore descubrió quién hubiera querido robarlo?" se preguntó Ron.

Hermione se encogió de hombros. "Podría ser cualquiera."

"¿Te imaginas si fuera Quirrell?" Bromeó Ron.

Se rieron un poco.

Pero una hora más tarde, ya no se reían.

"¿ Fue Quirrell?" -exclamó Ron-.

Harry se encogió de hombros. "Aparentemente. Bueno, no exactamente."

"¿Significado?"

"Dumbledore identificó la magia de Voldemort. De alguna manera poseía a Quirrell".

Sus amigos se estremecieron ante el nombre antes de que lo asimilaran.

"¿Tú-sabes-quién? ¿Aquí?" La voz de Hermione se convirtió en un chillido.

Ron palideció. "Oh, Merlín. Quién-tú-sabes-en nuestra escuela y ni siquiera nos dimos cuenta".

Pero la mente de Harry estaba claramente preocupada por algo más.

"Eso no es todo."

"¿Qué?" Dijeron Ron y Hermione al unísono.

"Antes de que Dumbledore luchara contra él, dijo que Voldemort había esperado que yo bajara allí. Nos había visto vigilando el corredor. Le pregunté a Dumbledore por qué habría querido que lo hiciera, por qué había estado tan interesado en mí en el primer lugar."

Sus amigos se inclinaron hacia adelante. "¿Y?"

"No lo dijo exactamente. Pero supongo que el sacrificio de mi madre me habría protegido. De alguna manera".

No parecía tener nada más que decir, así que Ron y Hermione lo dejaron caer. Justo a tiempo, además, la puerta se abrió y los estudiantes comenzaron a entrar en la sala común.

⚜⚜⚜

Los Slytherin estaban alardeando de su victoria en la Copa de las Casas mucho después de que terminara la fiesta y sus pertenencias estuvieran empacadas.

Harry pasó su tiempo en el tren charlando con Ron y Hermione, compartiendo los frijoles de todos los sabores de Bertie Bott y alternando entre jugar Exploding Snap y ajedrez. Ron, por supuesto, ganó todas las partidas de ajedrez, aunque Harry y Hermione lo compensaron en Exploding Snap.

Jayson y Sid pasaron un tiempo después para preguntar por Norbert. Sid, especialmente, parecía cautivado por toda la información sobre los dragones y hacía varias preguntas: ¿cómo era? ¿Hagrid tuvo que mantener el huevo en el fuego? – mientras el trío respondió lo mejor que pudo.

"¿Cuánta azúcar le diste?" Harry le susurró a Jayson mientras Sid y Ron continuaban conversando.

Jayson pareció ofendido. "¡No le di ninguna! A él simplemente... realmente le gusta todo lo que tenga escamas".

"Entonces debería conocer a Dudley", bromeó Harry.

"¿Quién es Dudley?" Sid se volvió hacia él.

"Mi primo. Estoy bastante seguro de que le tienen miedo a las serpientes después de que una vez hice desaparecer el cristal en el zoológico. Le vendría bien la distracción para que no vaya a cazar a Harry a primera hora".

Cuatro pares de ojos lo miraron con incredulidad, el tema de los dragones olvidado.

Ron fue el primero en romper el silencio. "¿Harry Hunting? ¿Qué es eso?"

"Nada", dijo Harry, deseando no haber abierto la boca.

Sid y Jayson intercambiaron una mirada. Parecieron tener una conversación silenciosa durante unos segundos. Entonces Sid dijo: "¿Tienes teléfono?"

"Sí, pero apenas lo uso".

Sid parecía perplejo.

Hermione alcanzó su baúl y sacó una pluma y un pergamino. "Por si acaso. Llámame si surge algo".

"O yo." Sid también anotó su número. "Si uno de nosotros no está disponible".

"Gracias." Harry aceptó el número y lo guardó en su propio baúl. "Probablemente lo necesitaré."

"Pero aún así enviaremos lechuzas", le aseguró Hermione.

Ron y Jayson habían visto esto con expresiones en blanco.

"¿Una tele-qué?" dijo Jayson.

"Teléfono", respondió Sid. "Puedes contactar con otra persona sin estar cara a cara".

Jayson intercambió una mirada con Ron, quien se encogió de hombros. "Mi papá tal vez lo sepa", dijo Ron. "Ya sabes cómo es él con las cosas muggles."

Cuando finalmente llegaron a King's Cross, sus familias y los Dursley los estaban esperando. Jayson se despidió del grupo y corrió a saludar a su madre y a su hermana pequeña. Comenzó a balbucear sobre los primeros hechizos que aprendió a lanzar.

Tío Vernon entrecerró los ojos hacia Jayson como si fuera una abominación antes de volverle una cara arrugada y familiar hacia Harry. Brevemente, Harry se preguntó si se había quedado atrapado en esa expresión después de todos estos años.

"Listo, ¿verdad?" Dijo el tío Vernon.

"¡Debes ser la familia de Harry!" Dijo la señora Weasley, sonriendo.

"Por así decirlo. Date prisa, muchacho, no tenemos todo el día". Caminó hacia donde estaban tía Petunia y Dudley.

"Un hombre agradable", murmuró Sid.

"Ciertamente lo es", respondió Harry. Se volvió hacia Ron y Hermione. "Nos vemos durante el verano".

"Bien." Hermione parecía tan sorprendida por la rudeza de tío Vernon como Sid. "Espero que tengas unas buenas vacaciones".

"Bueno, considerando que no saben que no se nos permite usar magia en casa..." Un brillo travieso brilló en los ojos de Harry.

"Ten cuidado." Ron le tocó el hombro. "Recuerda usar el Fallyfone si es necesario".

"Lo haré." Harry saludó y fue a seguir a su tío. Dudley se alejó mientras se acercaba, posicionándose de manera que estuviera detrás de tía Petunia, aunque eso no ayudaría mucho.

"¿Crees que estará bien?" Hermione se preocupó.

"Estoy seguro de que lo hará", dijo Ron, aunque no parecía seguro, ni siquiera para sí mismo. "Nos vemos."

Ginny inmediatamente se abalanzó sobre él y comenzó a preguntarle cómo era Slytherin. Sonriendo a pesar de sus preocupaciones por Harry, Ron comenzó a contarle todo sobre vivir en las mazmorras y tener a Snape como maestro y todo lo demás.