● ❯─────── 「Capítulo 12: Convicción 」 ──────❮ ●
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El aire en la Hora Oscura era denso, casi irreal. La luna teñida de verde iluminaba el paisaje distorsionado, donde las sombras parecían moverse con vida propia.
Midoriya tragó saliva, sintiendo el peso de la atmósfera sobre sus hombros. Su uniforme de héroe estaba cubierto de polvo y sudor, fruto del intenso entrenamiento con Naoto.
Naoto: Tienes que entender algo, Midoriya — Dijo, cruzándose de brazos mientras lo observaba con sus ojos afilados — Las Personas son la manifestación de nuestro subconsciente. Representan lo que realmente somos en lo más profundo, y por eso tienen propiedades únicas.
Midoriya asintió, intentando recuperar el aliento tras el último intercambio de golpes.
Midoriya: ¿A qué te refieres?
Naoto extendió su mano y una figura etérea apareció detrás de ella. Ariadne, su Persona, se materializó con su elegante armadura plateada y su cabellera dorada flotando con gracia en el aire.
Naoto: Las Personas tienen resistencias y debilidades inherentes. Y como son una extensión de nosotros, esas mismas resistencias se reflejan en nuestros cuerpos — Midoriya frunció el ceño, analizando la información.
Midoriya: Entonces... si tu Persona es resistente a algo, tú también lo eres — Naoto sonrió, complacida.
Naoto: Exacto. En mi caso, las balas comunes apenas me afectan.
Para demostrarlo, sacó una pistola y, sin titubear, apuntó a su propio brazo y disparó.
Midoriya sintió un escalofrío, pero su sorpresa fue aún mayor cuando la bala rebotó contra la piel de Naoto como si hubiera impactado en una pared de acero.
Midoriya: ¡Eso es increíble! — Exclamó, impresionado.
Naoto giró su pistola en su mano antes de guardarla.
Naoto: Ahora viene la parte interesante, Midoriya. Tú y Ariadne comparten una resistencia similar — Los ojos de Midoriya se abrieron de par en par.
Midoriya: ¿Eso significa que...? — Naoto asintió.
Naoto: Si Ariadne puede resistir un ataque, tú también deberías poder.
Midoriya tragó saliva. La idea era emocionante y aterradora a la vez.
Naoto: Vamos a probarlo — Dijo Naoto, sacando otra bala de su bolsillo y cargándola en su arma — ¿Listo para ver de qué estás hecho?
El entrenamiento apenas estaba comenzando.
Midoriya apenas podía mantenerse sentado. Sus ojos estaban rodeados de profundas ojeras y su cuerpo entero palpitaba de dolor. Cada músculo de su cuerpo protestaba con cada mínimo movimiento, un recordatorio brutal del entrenamiento que acababa de soportar.
Se encontraba en una mesa dentro de la base de operaciones de Naoto, sus brazos cruzados sobre la superficie y su cabeza inclinándose poco a poco hacia adelante.
Midoriya: "Solo cerraré los ojos un segundo..." — Pensó.
Pero justo cuando estaba a punto de caer dormido...
¡PAM!
Midoriya: ¡GWAH! — Saltó del susto, llevándose ambas manos a la frente tras recibir el impacto de una tableta electrónica que Naoto había dejado caer sin miramientos frente a él.
Naoto: Oh, ¿te dolió? — Preguntó la chica con una expresión completamente neutra — Pensé que después de hoy resistirías más.
Midoriya: ¡Podrías haberme matado con eso! — Se quejó, frotándose la cabeza mientras intentaba mantenerse despierto.
Naoto: Si algo tan simple te mata, entonces mi entrenamiento fue un fracaso — Respondió con calma. Luego señaló la pantalla de la tableta — Mira esto.
Midoriya parpadeó un par de veces para despejar la vista y enfocarse en lo que tenía delante. Su expresión cambió de inmediato al reconocer el rostro y el nombre en el informe:
Stain. El Asesino de Héroes.
Su fatiga quedó en segundo plano cuando leyó el historial de crímenes y patrones de ataque de Stain.
Naoto: Quiero que me respondas algo, Midoriya — Dijo, apoyando un codo en la mesa — Si tú fueras el asesino... ¿quién sería tu siguiente víctima?
Midoriya tragó saliva. La pregunta le resultó incómoda, pero entendía el propósito del ejercicio. Cerró los ojos y comenzó a analizar la información.
Midoriya: "Stain ataca a héroes que considera falsos... aquellos que buscan fama más que la justicia..."
Tras unos segundos, Midoriya abrió los ojos y levantó la mirada.
Midoriya: Necesito el historial de los héroes que han tenido más problemas recientes con villanos... y también de aquellos que aparecen constantemente en las redes sociales o son idolatrados en las noticias.
Naoto lo miró en silencio por un momento... y luego sonrió.
Naoto: Vas por buen camino.
Midoriya se sintió aún más despierto. El cansancio seguía ahí, pero su mente estaba más activa que nunca. Ahora tenían una pista sólida sobre el posible siguiente movimiento de Stain.
Ambos comenzaron a analizar los hechos, revisando el historial criminal y tratando de descifrar cuál podría ser el Don de Stain.
Midoriya: Siento que estamos dando vueltas en círculos... — Soltó un pesado suspiro y se dejó caer sobre la mesa.
Naoto: Es normal en casos de asesinos seriales — Respondió con naturalidad, hojeando unos papeles sin despegar la vista.
Midoriya la miró con curiosidad. A pesar de su actitud analítica y profesional, no podía ser mayor de treinta años.
Midoriya: Naoto... ¿a qué edad comenzaste a ser detective? Se te ve muy joven para ser tan reconocida.
Ella le devolvió la mirada y sonrió para sí misma antes de suspirar levemente y recargarse en su asiento.
Naoto: Vengo de una familia de aclamados detectives. En cada generación, hay uno que se convierte en un gran investigador... y ahora es mi turno.
Midoriya: Vaya, no esperaba que vinieras de una familia de detectives —Dijo, con aún más curiosidad — ¿Qué otras cosas no sabré de usted, detective Naoto?
Ella esbozó una sonrisa nostálgica mientras su mirada se desviaba hacia un cuadro sobre su escritorio. Por un momento, su expresión se suavizó con un aire melancólico.
Naoto: Hay tantas cosas que no sabrías de mí... — Murmuró. Luego, su vista se dirigió al reloj de la pared — ¿Tan tarde es ya?
Midoriya también miró el reloj. 9 de la noche.
Todo el agotamiento acumulado golpeó su cuerpo de golpe. Sus músculos tensos, su mente saturada y sus párpados pesados. Soltó un suspiro de alivio y dejó caer su cabeza sobre la mesa.
Midoriya: Por fin... — Susurró, listo para dormir.
¡PAM!
Midoriya: ¡GWAH! — Se sobresaltó al sentir algo golpear la mesa justo antes de que su cabeza tocara la superficie. Levantó la mirada con expresión de dolor y vio a Naoto colocando otra tableta frente a él — ¡¿Ahora qué?! — Se quejó, masajeándose las sienes.
Naoto: Revisé nuestro itinerario — Dijo con calma — La U.A. exige que patrullemos juntos.
Midoriya: ¡Pero ya lo hicimos!
Naoto: Lo de aquella vez apenas fue un pequeño recorrido. Vamos, hoy patrullaremos en Hosu.
Midoriya cerró los ojos con resignación antes de levantarse, arrastrando los pies fuera de la oficina con el cansancio pesando sobre sus hombros.
◑ ━━━━━ ▣ ━━━━━ ◐
Hosu
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Naoto caminaba con paso firme mientras Midoriya apenas lograba seguirle el ritmo.
Naoto: Cambia esa cara — Comentó ella con tono burlón — Los héroes deben mantener una sonrisa, ¿no?
Midoriya la miró con expresión sombría. Su rostro reflejaba todo menos felicidad, solo puro agotamiento.
Midoriya: Ahora mismo... quisiera ser el profesor Aizawa... — Susurró, casi al borde de caer dormido de pie.
Naoto soltó una ligera risa.
Naoto: Pensé que resistirías más.
Sin embargo, el ambiente cambió en un instante.
¡BOOM!
Varias explosiones resonaron en la distancia, seguidas de gritos y columnas de humo elevándose en el cielo.
Midoriya: ¡¿Qué demonios está pasando?! — Exclamó, alerta de inmediato.
Naoto reaccionó rápidamente, sacando su comunicador.
Naoto: Aquí la detective Naoto Shirogane, necesito refuerzos y héroes para ayudar a los civiles. Es posible que haya vi-
Su llamado fue abruptamente interrumpido.
De la nada, un Nomu emergió de la oscuridad, lanzándose hacia ellos con movimientos torpes pero veloces. Naoto desenfundó su arma y apuntó al instante. Sin embargo, antes de que pudiera apretar el gatillo...
¡BAM!
Un fuerte golpe hizo que el Nomu se estrellara contra el suelo.
Midoriya: ¿Estás bien? — Preguntó, girándose hacia Naoto.
Naoto: Sí... pero esto no me gusta nada — Respondió ella, guardando su arma y terminando de llamar a los refuerzos — La Liga decidió atacar justo ahora...
Midoriya: Concuerdo... ¿pero por qué ahora?
Antes de que nadie pudiera responder, Midoriya vio algo por el rabillo del ojo.
A lo lejos, una silueta corría a toda velocidad entre los callejones. Cabello azul oscuro. Traje de héroe. Mirada fría y sin emoción.
Midoriya: "¿Iida...? ¡No me digas que-!"
Sus ojos se abrieron con horror al conectar las piezas.
Naoto: Bien, escucha, debemos evacuar a los civiles a- ¡¿A dónde fuiste?!
Pero Midoriya ya no estaba. Con pasos veloces y saltando de techo en techo, avanzó por la ciudad en busca de su amigo.
Midoriya: "Si hace lo que creo que hará... irá tras Stain" — Su mente repasó la información — "Según los registros, Stain ataca mayormente en Hosu... ¡Eso explicaría por qué Iida decidió ir con el héroe Manual! ¡Iidota! ¡No es un villano, es un asesino!"
El sonido de la respiración entrecortada de Iida rompía el silencio. Su cuerpo estaba en el suelo, con claras heridas y rasguños. Su brazo temblaba al intentar moverse.
Frente a él, una silueta imponente lo observaba con mirada severa.
Stain.
El asesino de héroes. El hombre lo miró con desprecio, su tono de voz frío y afilado.
Stain: Eres un falso héroe... — Susurró, dando un paso hacia él — No buscas justicia. No buscas salvar a otros. Solo buscas venganza.
El filo de su espada brilló con la luz de la luna.
Stain: Por eso... debes morir.
Iida yacía en el suelo, su cuerpo entumecido por las heridas. Apenas podía respirar, y su visión comenzaba a nublarse. Frente a él, Stain se erguía imponente, sosteniendo su cuchillo ensangrentado, listo para asestar el golpe final.
Stain: Qué falso héroe — Espetó el asesino con desdén — Buscas venganza, no justicia. No eres diferente a la escoria que pretende llamarse héroe sin entender el verdadero sacrificio.
Iida apretó los dientes. Intentó moverse, pero su cuerpo no respondía. Fue entonces cuando sintió que el tiempo se ralentizaba.
Su vida pasó ante sus ojos.
Recordó a su hermano, su ídolo, el pilar de su vida.
iida: "Tensei... hermano..."
El recuerdo cobró vida en su mente.
—Serás un gran héroe, Iida — La voz de Tensei resonó con calidez y orgullo — No importa lo que pase, sigue tus valores, protege a los demás. No te dejes cegar por la ira o la venganza. Yo sé que serás el mejor de todos.
Iida sintió el calor de aquel momento. Su hermano sonriendo, dándole una palmada en el hombro. Creyendo en él.
El siguiente recuerdo lo golpeó como un puñal en el corazón.
El ataúd.
El cuerpo de su hermano, sin vida.
La realidad lo aplastó. Lágrimas ardientes comenzaron a correr por su rostro.
Iida: L-Lo siento... — Murmuró con la voz quebrada — ¡Lo siento, hermano! ¡Te fallé!
Stain alzó su cuchillo.
Iida: Patético.
El acero descendió, directo a su cuello.
Pero antes de que la hoja tocara su piel, una fuerza impactante golpeó a Stain de costado, enviándolo varios metros lejos. El asesino se estrelló contra la pared con violencia.
Iida sintió el aire regresar a sus pulmones. Con dificultad, alzó la vista.
Una silueta se alzaba frente a él. Cabello verde alborotado.
Ojos encendidos de determinación. Izuku Midoriya. Le sonrió levemente.
Midoriya: Si no quieres decepcionar a tu hermano... entonces ponte de pie.
Iida lo miró con ojos llenos de lágrimas y dolor.
Midoriya: La vida es dura, eso es obvio — Continuó, con voz firme — Pero también es una maravilla Le extendió la mano — Tensei te dejó un legado, ¿no? — Iida tragó saliva. Su respiración temblorosa — Entonces... levántate, Ingenium.
La escena quedó en silencio por un instante. Y luego, Iida, con cada gramo de fuerza que le quedaba, se puso de pie.
Midoriya ajustó su postura, sintiendo la tensión en sus músculos mientras la brisa nocturna se filtraba entre los edificios en ruinas. Iida respiraba con dificultad detrás de él, recuperando lentamente la movilidad. Stain, en cambio, permanecía inmóvil, con su daga ensangrentada en una mano y su katana en la otra.
—Si no estás conmigo, eres parte del problema —gruñó Stain, inclinando ligeramente su cuerpo hacia adelante—. Y los problemas... deben ser erradicados.
Antes de que Midoriya pudiera responder, Stain desapareció de su vista.
Midoriya: ¡¿?!
¡ZING!
Midoriya reaccionó instintivamente, activando la absorción de daños en su traje. Un filo cortó su hombro, pero la tela sintética disipó el impacto, evitando que el corte lo atravesara.
Midoriya: "Es rápido... y preciso"
Stain no le dio respiro. Giró su cuerpo en el aire y lanzó tres cuchillos en un solo movimiento. Midoriya encendió sus botas de aire comprimido y se impulsó hacia atrás, esquivando dos de ellos, pero el tercero rozó su costado, rebotando contra su traje. Apretó los dientes.
Midoriya: "No puedo confiar solo en la defensa..."
Encendió su camuflaje óptico, su cuerpo volviéndose invisible ante los ojos de Stain.
Stain: ¿Huh...? — Entrecerró los ojos, girando lentamente su cabeza — Truco interesante... pero el miedo se huele, mocoso.
Midoriya se lanzó hacia adelante con velocidad, usando la energía de su propio cuerpo para potenciar su puño. Un golpe arremetió contra Stain desde la nada, haciéndolo retroceder varios metros hasta estrellarse contra una pared.
¡BOOM!
Stain escupió saliva y se levantó con una sonrisa maníaca.
Stain: ¡Eso es! ¡Muéstrame que eres digno!
Antes de que Midoriya pudiera reaccionar, Stain sacó una segunda katana oculta en su bota y la lanzó directamente a su pecho.
¡SHINK!
El arma se clavó en el suelo. Midoriya apenas la esquivó impulsándose en el aire, pero Stain ya estaba detrás de él, con una daga lista para cortar su cuello.
Stain: ¡Muere!
Midoriya desactivó su invisibilidad y giró en el aire con un refuerzo de sus botas, esquivando el corte por centímetros. Levantó su pierna en un contraataque veloz, propulsando una patada cargada de energía directo al abdomen de Stain.
¡BAM!
El asesino se dobló, pero reaccionó con una voltereta en el aire y lanzó otra ráfaga de cuchillos.
Midoriya alzó ambos brazos y activó su traje en absorción máxima. Los cuchillos rebotaron sin perforarlo, pero el impacto aún lo hizo tambalearse.
Stain aprovechó la abertura.
Stain: ¡Demasiado lento!
Saltó sobre Midoriya y, en un movimiento perfecto, hundió su daga en su muslo derecho.
Midoriya: ¡Tch!
Midoriya sintió el filo atravesar parte del traje. Stain lamió la sangre de su cuchillo.
Stain: Ahora no puedes moverte... — Sonrió con ferocidad — Estás acabado.
Pero Midoriya sonrió también.
Midoriya: ¿Seguro?
Antes de que Stain pudiera procesarlo, Midoriya activó una explosión de energía desde su puño derecho, lanzándolo hacia atrás con un impacto brutal.
¡BOOOOM!
Stain se estrelló contra el suelo, resbalando varios metros antes de detenerse.
Se incorporó con dificultad, con sangre escurriendo por su frente, pero con una mirada llena de furia y euforia.
Stain: Tienes agallas, chico...
Midoriya respiró con dificultad, su pierna aún entumecida.
Midoriya: Y tú... estás muy obsesionado con decidir quién merece ser un héroe y quién no.
Ambos se prepararon para el siguiente asalto. El combate aún no había terminado.
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