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Capitulo X


Florencia


Sinceramente no sé qué hago aquí. En estos momentos tendría que estar en mi casa, acostada en mí cama durmiendo mi sueño reparador —mi belleza no se hace sola, por si se lo preguntaban—.

No predije lo que pasaría y eso que mi trabajo consiste en ver las cosas antes que sucedan y, por lo tanto, evitarlos, pero—aunque parezca increíble y no me crean— cuando se trata de mí, no puedo percibir muy claramente lo que ocurrirá. Una mierda, lo sé.

En estas circunstancias, es cuando quisiera haberlo visto venir con claridad, para poder esconderme en el lugar más recóndito del mundo. De ese modo no podrían obligarme a asumir un puesto del cual nada quiero saber y menos hacerme cargo.

Bendita la hora en que Manuel se le ocurrió morir, se suponía que él debería estar en estos momentos parado frente a los del consejo y no yo. Lo que no quiere decir que no lamente su muerte, al contrario, lo siento mucho, él era una persona magnífica que no merecía perder la vida siendo tan joven, pero en este trabajo la muerte forma parte. Solo los que tienen ojos por todos lados logran sobrevivir lo suficiente como para contar anécdotas a sus nietos —si es que llegan a tener hijos, claro está—, ya que hay quienes no desean que sus descendientes pasen lo que ellos han vivido solo por nacer diferentes a los demás.

—Buenos días, Florencia, ¿lista para el gran nombramiento más apresurado que hubo hasta ahora en la organización? —pregunta con una sonrisa maliciosa en los labios y sarcasmo puro, Nigel.

—Si no te guardas esa lengua venenosa que tienes, un día de estos te va a envenenar.

— ¿Acaso es una advertencia? —Se toca el pecho de forma dramática—. No sabía que te importaba tanto mi persona como para cuidarme.

Pongo los ojos en blanco y evito seguir su provocación, debido a que sabe perfectamente que el odio es mutuo desde nuestro primer encuentro en la organización, pero sabe cómo buscarme las cosquillas. El miserable.

¿No les ha pasado qué no les cae bien una persona desde la primera impresión? ¿Y después de conocerlo, les simpatiza menos? Bueno... si no les pasó, pues a mí sí. Y la sensación se ha ido intensificando con el tiempo de una manera tal que el solo verle la cara, me causa náuseas. Creo que eso se debe a que mis instintos me están advirtiendo que él no es una persona de fiar y sé que debería hacer algo al respecto, pero por ahora descarto ese pensamiento. Aun así, lo dejo como algo para investigar mejor más adelante.

Regresando al motivo por el cual estoy aquí "el maldito nombramiento", no me queda más que aceptar "mi destino" por decirlo de alguna manera, aunque más que destino es una maldición. Yo no pedí nacer con estos poderes ni mucho menos formar parte de todo esto. Si fuese así, no hubiera elegido esto bajo ninguna circunstancia. Créanme, a ustedes tampoco les gustaría estar en mi lugar si supieran la responsabilidad que voy a cargar sobre mis hombros.

Me posiciono en el lugar dónde se me ha designado; frente al estrado donde se sientan los miembros del consejo. Y mientras espero a que los ancianos lleguen, me pongo a pensar en el hecho puntual de que ella pronto estará aquí también y eso me causa escalofríos. Porque sinceramente, no es un destino que desearía para ella, pero lastimosamente nada puedo hacer para modificarlo, dado que es inevitable, es su "predestinación", aunque ella va a tener una mejor posición —como para verle el lado positivo—.

Lo único que espero es que, cuando llegue el momento no tenga que hacer cosas por las que vaya a arrepentirme en el afán de querer ayudarla. Ya que les puedo asegurar que hay muy pocas cosas en las que lamento haber interferido y no me gustaría que esto forme parte de ello, porque no es solo por mí, sino por lo que implicaría que las cosas salgan mal para ella. Veremos qué sucederá cuando llegue el momento.

Miro a mi alrededor y puedo notar la presencia de casi todos, y como imaginaba... no muchos están contentos con mi nombramiento. Malditos bastardos, yo tampoco lo estoy y aun así me los tengo que fumar, así que tomen —les saco mentalmente el dedo medio a todos, aunque ellos no puedan verlos— y por más que lo intento, no puedo evitar que una sonrisa se me escape. Lo sé, ¡lo sé!, un poco infantil de mi parte, pero un poco de diversión a costa de ellos no viene mal.

Los del consejo empiezan a entrar al lugar de a poco se van acomodando en sus respectivos asientos. Cuando ya están todos sentados, el líder del consejo se pone de pie frente al estrado —donde se encuentra un micrófono— para tomar la palabra.

—Sean todos bienvenidos a este momento tan importante: el nombramiento de nuestra nueva vidente. Quién será nuestros ojos fuera de esta organización. —Comienza Alberto, el líder del consejo. Yo solo quiero que esto termine de una vez para poder salir de aquí. Tanta hipocresía me fastidia—. Antes tomémonos un minuto de silencio por la muerte de una persona magnífica como lo era Manuel y luego proseguiremos con el nombramiento. —Todos agachan la cabeza en un silencio sepulcral.

Mientras todos están en silencio me llegan en la cabeza vistazos en forma de imágenes de Nina y de otros iniciados. Pero la que me importa—aunque no debería de ser así— es la de ella y no me gusta nada lo que pasará. Esto no debería estar sucediendo, aún es muy pronto. Maldigo por lo bajo, me tendré que hacer cargo de esa situación cuando termine está cháchara.

Se suponía que tenía más tiempo para emplear un plan, en el cual, podría cuidarla y que no le sucediera nada en el proceso de saltos. Esto de no poder manejar lo que va a suceder en el futuro me saca canas ¡verdes! Y he aquí el motivo por el cual no quiero asumir este trabajo, ya que con una variación por infinitésima que sea, modifica todo lo que ya estaba "destinado a ser". Debido a que hay diferentes futuros posibles y solo es claro del todo cuando la persona en cuestión toma la decisión definitiva, dado que una vez determinado cual va a ser el rumbo fijado, el actuar de terceros no tiende a modificarla a menos que lo haga alguien que sepa el momento exacto para proceder y así poder trazar uno más conveniente.

Mientras tanto, fluctúa de uno a otro, y nada se puede hacer para que no se dirija por caminos que no le conviene y cuando eso ocurre odio poder ver lo que vendrá.

Aunque tengo puntos ciegos y quién lo sepa, obviamente lo puede usarlo en mi contra y eso sea un fastidio, si tengo la oportunidad de intervenir y actúo en el momento exacto en que la persona decide por fin tomar uno de esos futuros posibles, puedo hacer que cambie el curso y tome la decisión que más le favorezca. Pero como soy una vidente, tengo prohibido usar eso a mí beneficio, solo puedo hacerlo en cuestiones en las que el consejo me ordene, en el caso de que esté en peligro de ser descubierta la organización, para encontrar a los iniciados —cuando aparezcan, informar a los hunthers (son los buscadores y vigiladores) para que le sigan los pasos y no hagan nada estúpido hasta que estén preparados para estar por su cuenta, aunque sigan siendo observados—.

Claro que si realizo pequeñas alteraciones sin que se percaten, no pasaría nada el tema está en que, si me descubren haciendo maniobras que no me están permitidas, corro el riesgo que me destituyan y me destierren a los confines de la tierra o incluso me declaren la muerte.

Tampoco puedo hablar de la organización a quién este fuera de ella por más cercano que este sea, el secreto se lleva hasta la tumba.

Lo raro de esto es que se haya adelantado, alguien tuvo que haber intervenido porque por más que trato de vislumbrar que es lo que está pasando, solo me encuentro con agujeros o imágenes borrosas. Quién sea el que fuere el culpable, sabe muy bien lo que está haciendo y como bloquearme. ¡Maldición!

—Hoy tenemos ante nosotros a Florencia Orduz, quien será de ahora en más nuestra vidente. —Sigue su discurso el anciano, tomando de nuevo la palabra—. A pesar de ser muy joven para realizar este trabajo, déjenme decirles que es de las mejores en lo que hace y la más capacitada para reemplazar al difunto, Manuel. Y no la juzguen por ser una novata, créanme que los podría sorprender.

Todos comienzan a cuchichear entre si después de las últimas palabras del anciano, como si a mí me importara sus opiniones. Aunque debo admitir que me tienen demasiada confianza los del consejo, solo espero que después no se arrepientan. Lo que no quiere decir que no sea muy buena en lo que hago, claro que sí, pero por más que me moleste aceptarlo, tengo mis malditos puntos ciegos y como pueden usarlas en mi contra —quienes lo sepan hacerlo—, es muy difícil para mí dilucidar lo que pasara y eso me saca de mis casillas. Pero no por eso me doy por vencida, al contrario, busco la forma de que eso no me afecte y usarlos a mi beneficio; haciéndoles creer a mis enemigos que me ganaron y darles su merecido cuando menos lo esperen.

—Silencio en la sala, por favor. —Ordena el líder, aunque no todos se callan a la primera que lo dice, sino a la tercera vez—. Florencia Orduz, ¿prometes poner tu alma y vida en esta nueva responsabilidad que te brindamos los del consejo para que cumplas bajo las leyes que lo ameriten y si no lo haces, asumir el castigo que eso conlleva?

—Sí, acepto. —Es mi respuesta, si esperaban algo mas no lo iban a conseguir. Escucho algún que otro bufido, pero evito darles importancia, tengo cosas más importantes de que ocuparme que de unos impertinentes.

—Con esto queda cerrada la sesión por hoy. Pronto nos reuniremos para recibir a los nuevos iniciados.

Después de eso, todos se retiran lentamente a sus respectivas labores, ya que esto solo era un mero formalismo para que supieran que, de precisar información deben acudir a mí en caso de que lo requieran. Porque por más que anteriormente dije en que momentos usar la videncia, si los del consejo lo aprueba, puedo ayudar en lo que me precisen a quien sea.

Cuando me disponía a hacer lo mismo, la premonición que me viene en imágenes, de que efectivamente Nina se va a teletransportar a Francia —específicamente a París, cerca de la Torre Eiffel—. Me sorprende que su primer viaje sea donde siempre ha deseado ir y me causa un poco de risa a la vez, porque este no va a ser un viaje de placer precisamente. Lo que me hace pensar que alguien tuvo que haber provocado este gran giro de las cosas. No hace mucho vislumbré su futuro y se suponía que le quedaba un año todavía para que comenzaran los saltos a lugares.

Esto me está dando jaqueca; sólo sucede cuando empiezo a tener lagunas e intento llenarlos buscando los motivos y no lo consigo por el hecho de que hay alguien que lo está causando —a estos puntos ciegos me refería anteriormente—. Y no puedo creer que esto recién empieza y ya tenga que lidiar con ello. ¿Quién estará detrás de esto? Se lo que debe pensar... miren quién lo pregunta ¿y saben qué? Pueden meterse sus opiniones en donde más les parezca. Les dije que tenía ¡¡¡malditos puntos ciegos!!! Al tratar de ver de nuevo lo que pasa, mi jaqueca se intensifica a tal punto que pierdo el enfoque de mi búsqueda.

Por como lo veo, de alguna forma, no sé cómo, alguien ha averiguado como usar mis puntos ciegos y aprovechándose de eso, ha causado que Nina salte antes de lo previsto. Tendré que tener más cuidado de ahora en más y tenerla bien vigilada, ya que, si es lo que creo, esto se me puede salir de las manos y no podré protegerla como corresponde y si eso ocurriera, estaría fallando en lo que hago y apestaría como vidente.

Mi mayor trabajo es protegerla y si no lo puedo hacer me sacarían mi puesto inmediatamente. Y no que eso me causara angustia ni ningún sentimiento parecido, pero si me quitan mi trabajo no podré protegerla ni estar a su lado y eso es algo que no puedo permitir bajo ninguna circunstancia, porque ella es muy importante y debo cuidarla no solo por quererla, sino también por la organización. Además, es un encargo que me hizo su padre antes de morir y no puedo fallar a mi palabra.

Ahora lo que tengo que hacer es mandar a un hunthers para que la vigile y no haga ninguna tontería o en el peor de los casos —que sería terrible incluso para ella— algo que nos deje en evidencia. Me hubiese gustado estar ahí para ella, pero lamentablemente no tengo la habilidad de teletransportarme. Además, si me llegase a ver ahí no podría darle una explicación razonable de cómo es que me encuentro en el mismo lugar que ella sin tener que decirle la verdad. Dado que no puedo hacer eso o al menos, antes de que esté lista para asumir todo lo que conlleva ser ella... en la organización. A parte de que lo debe descubrir por sí misma y por más que quiera no puedo intervenir.

Entonces, lo que debo hacer es preguntar a la central quien está disponible para darle aviso de lo que va a suceder y que hagan su trabajo.

"Soy la vidente, ¿quiero saber quién está disponible para una misión?"

Voy directo al grano, no me gustan las formalidades. Además de que es a Chris a quien le pregunto y él siempre se molesta cuando no lo saludo, aunque sea por mensaje porque es el señor formalismo y piensa que el saludo es fundamental para una buena relación cordial y como me gusta sacarle las cosquillas, siempre hago lo contrario a lo que quiere. Lo conozco desde que somos niños, a pesar de que casi no nos vemos ahora por su trabajo en la central, pero siempre me gustó molestarlo.

"Podrías al menos poner un "hola", ¿no? "Vidente". Lo haces adrede, porque sabes que me molesta. Si no te tuviera tanto aprecio, hace años que te hubiese dejado de hablar. Además, que no te cuesta nada, ¡¡¡mujer!!!".

Pongo los ojos en blanco, aunque no pueda verme. Pero no puedo evitar sonreír, ya que sé que el habrá hecho lo mismo.

"¡Vamos Chris! Son pequeñeces, podrías ir directo al grano y decirme lo que quiero saber y ya. Además, sabes que solo me gusta fastidiarte y por si no lo sabías la formalidad está sobrevalorada, ¡¡¡hombre!!!".

"Perdóneme "vidente" por querer enseñarle los modales que no posee y que cualquier persona normal haría sin tener que decirle nada, pero bueno... El que está disponible en estos momentos es, Anderson".

"Lo que digas, sigue haciendo lo que se supone que haces mejor, aunque tengo mis dudas al respecto. Gracias por la información, espero verte pronto, por más que no lo creas extraño tus peculiaridades".

"Oh esto tengo que encuadrarlo, me has agradecido y quieres verme, ¿estás segura de que te encuentras bien? Por cierto, ¡FELICIDADES POR TU NOMBRAMIENTO! Ya me estas contagiando de tu frivolidad, saludos cariño".

Vuelvo a poner los ojos en blancos, él es tan único y solo por eso lo soporto y, aunque no se lo digo casi nunca... también lo aprecio mucho. No lo haría si fuese de otro modo o se tratara de otra persona. Aun así, no le respondo, porque sería solo hacer largas, a pesar de que la idea no me desagrada, pero tengo asuntos pendientes más importantes en estos momentos.

Saber que el único disponible en estos momentos es Anderson, no es del todo mi agrado, dado que ese chico tiene algo raro que no termina de convencerme, al igual que Neil. Además, por más que lo intento no puedo vislumbrar su futuro, porque fluctúa de tal manera que querer ver algo de ella me da terribles jaquecas. Es como si supiese exactamente como repelerme, porque por más que quiero fijar bien su provenir se me arma lagunas mentales tan profundas que solo llego a ver borrones que no me sirven de nada. Y podría incluso llegar a desconfiar de mi capacidad, pero sé que él de alguna forma es el responsable y que se trae algo entre manos; que voy a descubrir tarde o temprano.

Creo tener atisbos de lo que quiere hacer, aunque no podría asegurar nada por lo que mencioné anteriormente y ese es el motivo por el cual, no me gusta la idea de encomendarle esto a él, pero también pienso que, si él está detrás de todo esto, es una forma de estar al corriente de sus movimientos o eso quiero creer. Espero no estar mandando a Nina a la boca del lobo.

Le mando un mensaje indicándole el lugar y la hora en donde tiene que estar y nada más, no me explayo ya que es su misión hacer lo demás, yo solo soy una guía. Aunque debería darle más información, pero al tratarse de él solo le digo lo que tiene que saber y ya.

Lo malo de todo esto, es que solo acaba de comenzar y ya puedo advertir los próximos saltos que va a hacer mi amiga. Sólo me resta esperar a que llegue el momento indicado y mandar de nuevo a un hunthers para que la vigile y todo es por mero formalismo —podría bien ver más adelante lo que puede llegar a pasar—, pero es mi deber informar cuando sucede algo con algún iniciado independientemente de quien se trate; si es uno que ya ha ingresado hace mucho tiempo o está por iniciar su viaje.

Y como puedo observar los movimientos de todos a medida que van realizando sus saltos, solo es cuestión de vigilarlos y que no nos delaten y ya. Además de realizar un informe de todos sus movimientos, que es la parte más tediosa de todas, menos mal no son muchos los que andan en movimiento sino me volvería loca.

***

Pasados unos días después del nombramiento, mientras estoy tranquila en mi habitación, acostada en mi cama después de un largo día de papeleos que sigo llenando, porque tengo que poner al día con los informes de todos los que estuvieron en movimiento recientemente, así como la de Nina.

Estoy a punto de quedarme dormida cuando me llegan retazos de lo que viene y no me agrada nada lo que veo. No pensé que sería la primera en quién pensaría que podría ayudarla a esclarecer lo que le pasa, aunque supongo que el mensaje de advertencia que le envié le habrá dado una pista al respecto. Esto me va a dar dolor de cabeza ya lo veo venir, y lo que más me pesa es que no puedo ayudarla, a pesar de que es lo que más me gustaría.

Me duele lo que viene y como otra cosa en mi vida —que se supone debo tener ventaja y no desventaja—, no puedo hacer nada para evitarlo. Debido a que, si lo hago, me va a volver a buscar y ver una manera hasta que le de las respuestas que anda buscando. En cambio, si la enfrento ahora y hago de cuenta que no se nada al respecto y, aunque no me entienda ahora, sé que después cuando ya todo se sepa me va a perdonar, o eso quiero creer.

Salgo de mi habitación y le digo a mi mamá ni bien la veo:

—Mamá en breve va a llegar Nina, ¿podrías avisarme cuando eso suceda? ¿Por favor? — digo así ya está advertida de quien vendrá a visitarnos.

—¿Y eso? Ella casi nunca viene a vernos, eres tú quién va a verla por lo general. Aunque claro, no sea algo recurrente—. Pongo los ojos en blanco y no puedo evitar mirarla con el ceño fruncido, ya que indirectamente me está reclamando ese hecho sabiendo perfectamente por qué no la veo siempre.

—Viene a preguntarme si sé sobre los viajes que ha estado realizando, como sabe que a veces se cosas antes que sucedan, piensa que le diré al respecto. Además, le hice una advertencia y creo que por eso ha venido directo aquí y no ha ido a buscar a su madre.

—Oh, Flor, pero no puedes revelarle nada hasta que esté preparada a asumir su cargo —pongo los ojos en blanco porque me lo dice como si no lo tuviera claro.

—Lo sé, mamá, pero si no la veo ahora seguirá insistiendo y es mejor hablarlo ahora y hacer de cuenta que no sé nada de una vez. Aunque me odie por no decirle la verdad, pero lamentablemente es algo que debe descubrir por sus propios medios y yo debo quedar al margen, a pesar de que me duela hacerlo porque sé que en ese proceso va a descubrir cosas que no se imagina y no poder estar ahí para ella, me mata.

—Cuánto siento que tengas que hacer eso, pero sabes que, si la ayudas y te descubren lo que puede pasar, no solo a ella, sino a ti también.

—Lo sé, lo sé, lo llevo claro, ¿sí? Solo espero que cuando llegue el momento lo entienda y me perdone—lo digo cabizbaja.

—Verás que así será, no te preocupes, Nina es una buena chica lo entenderá. Ahora ve a tu habitación, que yo te aviso cuando haya llegado—. Hago un asentimiento con la cabeza y me voy.

Cuando llega al fin, no puedo evitar ponerme un poco nerviosa, a pesar de que ya sé cómo termina. Pero una cosa es verlo y otra vivirlo y no puedo evitar sentirme mal al respecto, pero es mejor así, al menos hasta que lo haya descubierto todo y pueda hablar con ella, y aclarar por qué no le pude decir nada, aunque me odie ahora.

Lo que no pude evitar fue que mi madre intentara ayudarla, aunque no sé porque se lo ha dicho. Ella tampoco puede hacerlo, pero supongo que sus motivos, tendrá. Mientras no me involucre, ella puede hacer lo que crea conveniente.

— ¿Por qué le has dicho eso, mamá? —le pregunto frunciendo el ceño.

—Porque el que tú no la puedas ayudarla, no quiere decir que yo no pueda hacerlo —me guiña un ojo y yo pongo los ojos en blanco.

—Como quieras, mientras lo hagas con precaución y sin develar nada comprometedor, supongo que no tiene nada de malo. Pero ten cuidado hay mucho en juego y debes encargarte de que te prometa no debelar su fuente bajo ningún motivo.

—Quédate tranquila hija, yo me encargo —me guiña de nuevo un ojo.

—Está bien, te lo encargo. Al menos, quiero creer que es una buena idea —diciendo esto, me dirijo de nuevo a mi habitación y me dispongo a observar que es lo siguiente que le espera a Nina.





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Bueno acá un nuevo capítulo.
Para aquellos que me leen muchas gracias por darme unos minutos de su tiempo y la oportunidad.

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