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Capitulo IX


Mientras regreso de mi última misión del día y me acomodo en mi cama para un merecido descanso, es el momento de idear mi plan: "atrapar a la ratita". Pero esta no es cualquier ratita, no, esta es una sensual y caliente, y va a ser un placer para mí el jugar con ella. A pesar de que no lo sepa me resulta de lo más divertido, aunque quiera negarlo me emociona un poco ese simple hecho. Con ese pensamiento rondando mi cabeza y para no dar más vuelta al asunto, decido que lo mejor para distraerme será ver una película, pero antes siquiera de pensar en una y levantarme de la cama, tocan la puerta causando que frunza el ceño, ya que no esperaba a nadie y nadie suele venir hasta aquí porque no me gusta que me molesten cuando estoy descansando a menos que, sea algo urgente.

Soltando un suspiro exasperado al darme cuenta de quién es, abro la puerta invitándolo a que pase y él se acomoda en mi cama como santo por su casa.

—¿Se puede saber qué haces aquí?

—Como siempre directo al grano, ¿no? —Me responde divertido por mi exabrupto.

—No estoy de ánimos para tus juegos hoy, así que respóndeme lo que te pregunté o vete de aquí.

—Ok, ok tranquilo amigo —dice alzando las manos en son de paz y yo lo fulmino con la mirada para que se deje de rodeos y me diga de una vez a que vino. —Solo quiero hablar con respecto a tu misión, ya sabes, la que debes llevar a cabo a la par de la que debes realizar a menudo —dice al fin, aunque no me agrada la idea de tener ese tipo de conversación en este lugar.

—Creo que será mejor ir a otro sitio si quieres hablar de eso —digo tajante sin dar pie a que pueda refutar. Responde con un simple asentimiento de cabeza, entendiendo el porqué.

Salimos de ahí y vamos directo al lugar donde podemos conversar sin interrupciones y sin correr ningún riesgo de que alguien nos oiga. Nos sentamos cada uno en nuestro sitio habitual —en el mismo café al que concurrimos siempre que surge temas que no podemos tratar en la organización—. Una camera nos toma el pedido y después de traérnoslo vamos directo al grano, como me gusta.

—Bueno, ya estamos aquí, habla.

—Voy a mandarle un mensaje y hacerle creer que soy un "amigo" que puede "ayudarla" a encontrar las respuestas que anda buscando y le mandaré la imagen del portal como prueba de ello. Pero obviamente, no sabrá quién soy y qué es lo que quiero de ella hasta que sea el momento y sea demasiado tarde para deshacer lo que esté hecho.

—¿Estás seguro de hacer eso? ¿No crees qué estarías arriesgando todo? Además, ¿cómo sabes qué entrará a tu juego solo por qué le digas dónde encontrará lo que busca?

—Sé que al principio tendrá dudas, pero también sé, que su curiosidad será más grande y que solo por eso lo hará. Algo que evidentemente es malo para ella, pero ¿no dicen que la curiosidad mató al gato? Bueno, aquí no matará a un gato precisamente, pero sí quizás... solo quizás... a ella o tal vez esté exagerando. Quién sabe.

Aunque de todas formas nadie podría impedirlo. Nadie sabe quién soy realmente porque los de la organización creen conocerme, pero no es así, sólo ven la parte que les muestro y lo que yo quiero que sepan. Y tampoco saben ni sabrán lo que planeo y al igual que Nina, cuando lo hagan será muy tarde.

—Entonces, ¿le vas a enviar la imagen del portal, esperando a qué ella no acuda ahí y qué no eche a perder lo que planeas?

—Sé que no lo hará, es por eso por lo que lo primero que haré es mandarle la imagen del portal donde se une ambos mundos: el de la organización y el del "mundo real", por así decirlo. Además, sabes que sólo los que formamos parte de esto, podemos atravesarlo. Y que sorprendentemente está muy bien camuflada, ya que luce como una pintura de una puerta para las personas normales, pero es una entrada secreta para nosotros conectándonos con ambos mundos. Y el único método para abrirlo es diciendo la palabra específica —que también se le proporcionaré a la chica—, pero ella ni cuenta se dará de que eso en conjunto con la imagen, son la llave que la llevará a encontrar las respuestas que tanto ansía. Sin embargo, sé que no irá ahí de inmediato dada las circunstancias. Entonces, eso me permitirá jugar con ella, con libertad y al mismo tiempo, impedirá que de ese modo mis planes se echen a perder.

—Todo esto me pare una locura Archer, porque sabes que ese portal en sí es como una puerta para ir cuando y a dónde uno quiera e incluso si quisieras podrías teletransportarte a otros planetas —si es que estás loco para arriesgarte—, debido a que nadie lo ha intentado aún, pero aun así me parece una locura lo que estas planeando.

—No, no lo es, porque solo puede usarse con esa palabra.

—Pero sabes que solo basta con estar frente al portal y pensar en el lugar al cual quieres ir, pronunciar la palabra e inmediatamente después, apareces en ese sitio que has pensado e imaginado en tu mente. Menos mal que no todos pueden hacer eso y que cada miembro de la organización tienen otra palabra que sólo los comunica con ambos mundos y es todo; y los hunthers, como tú y yo, al igual que los saltadores tienen otra, debido a que estos últimos se desplazan más allá de la organización y el "mundo real". Pero ¿Y si alguien fuera de la organización se acerca a ella y se apodera de la palabra? ¿Qué pasaría si se enteran de qué la tiene?

—No lo harán, lo tengo cubierto —le aseguro sin titubear, porque lo sé—. Y si alguien lo obtiene, aun así, nadie podría usar la que es específica —o sea, la que Nina sabrá—, debido a que solo alguien importante en la organización puede hacerlo, dado que sería una locura si lo intentara alguien de menor rango y alguien externo ni siquiera podría. Si eso sucediera, sólo podrían hacerlo una vez corriendo el riesgo de que si lo hacen más de una vez entrarían en un coma profundo que podría durar de uno a seis meses dependiendo de la persona y sabes todo lo que eso implica y lo que deben hacer después para poder conectarse de nuevo con normalidad a ambos mundos, porque dependen de algo que es vital para nosotros y sin ella nadie puede hacer nada. Por lo tanto, si eso llegara a pasar deben saber muy bien las consecuencias que sus actos pueden ocasionarles, porque no solo arriesgan su vida, también arriesgan el ser expulsados o en el peor de los casos ser condenados a reclusión perpetua en la organización, sin volver a ver la luz del sol, a menos que sean perdonados.

—Sí, sí, todo eso me lo sé de memoria, ¿te olvidas de qué estamos en la misma organización? ¿Y qué todos debemos saber las malditas reglas para no infringirlas? —Rueda los ojos negando con la cabeza como si estuviera demás, lo que le estoy diciendo.

—Lo sé, lo sé, pero solo te lo estaba recordando por las preguntas estúpidas que me acabas de decir, idiota —respondo poniendo los ojos en blanco.

Te faltó que, en ocasiones, en casos de suma urgencia en la que ninguno de los que pueden hacer esa teletransportación estén presentes, los ancianos podrían autorizar a alguien de rangos inferiores a realizar ese viaje proporcionándole de forma mecánica lo necesario para que no les suceda lo que les mencione anteriormente. Pero para que eso ocurra deben estar todos de acuerdo y, además, el escogido debe tener un prontuario intachable porque una vez que se le da lo necesario para realizar el viaje no vuelve a la normalidad, pasa a formar parte del rango más alto. —Sonríe con aire de suficiencia, diciéndolo con una burda imitación de unos los ancianos del consejo, haciéndolo de forma pésima, obviamente.

—Eres un maldito idiota. —Me levanto de repente cansado de sus refutaciones absurdas sorprendiéndolo, pero se recompone rápido mirándome con el ceño fruncido.

—¿A dónde crees que vas? Todavía no hemos terminado, Archer.

—Pues yo sí, me largo. Otro día lo continuamos, ahora tengo cosas mejores que hacer que aguantar tus estupideces.

Cuando me doy la vuelta con la firme intención de marcharme, me sostiene del brazo impidiéndome irme.

—Te equivocas, no hemos terminado aún, así que siéntate Archer —dice acentuando su ceño fruncido y yo lo fulmino con la mirada.

—Yo sí, así que si me permites —me suelto de su agarre —hablamos después. —Me marcho de ahí, dejándolo con la palabra en la boca.

Cuando regreso a mi habitación, un mal presentimiento de que algo le sucederá a Nina, siento de repente. Es que, el estar realizando saltos sin ningún control va a ocasionar que en cualquier momento pierda el conocimiento, pero para su fortuna o no, eso solo durará por un día. Motivo por el cual, o al menos uno de ellos, es que la siguen dejando saltar sin hacer nada al respecto, porque si fuese otro caso ya hubiesen intervenido, llevándosela a la organización para integrarla de una buena vez y empezar a controlar sus saltos. Lo único que espero es que me deje realizar mi plan antes de que eso pasé, sino tendré que esperar y no tengo mucho tiempo, dado que si pierde el conocimiento él aparecerá y debo acercarme a ella lo más que pueda antes de que eso suceda. De lo contrario se me complicaría hacerlo y eso implicaría esperar, y ver en qué momento puedo aproximarme sin que él me vea. Y eso me llevará tiempo que no puedo perder, al menos no ahora si quiero que mis migajas de pan causen el efecto que espero.

Pero regresando a la cuestión del portal, me consta que va a ser al último lugar al cual acudiría como se lo dije a él y a menos que sea astuta no se dará cuenta de que todo este tiempo lo que tenía en sus manos era muy importante. al menos no hasta que sea demasiado tarde. Es por eso por lo que estoy seguro de que mi plan no va a fallar, aunque tengo que tener cuidado con la otra que me sigue los pasos, porque sé que ella sí podría no solo complicarme, sino también cambiar mis planes y eso no me conviene tanto o más de que él aparezca. Es por eso, por lo que cada paso que dé o haga debe ser muy bien calculado.

Se estarán preguntando cómo sé todo esto, pero por más que me agradase decírselos ahora, no lo haré. Debido a que sí lo hiciera dejarían de leerme, así que lo irán descubriendo a medida en que Nina lo haga o me dé la gana de contarles algo más. De ese modo, ustedes también jugarán conmigo o yo jugaré con ustedes, no estoy seguro cuál de las dos es la más válida, pero al final lo descubrirán al igual que ella. Y por más que quieran saberlo, no les quedará más que seguir, sino pues, sólo Nina lo sabrá al final y ustedes se quedarán con la duda de si muere o vive.

Bueno, ahora que estoy de nuevo cómodo y sin molestias, es hora de ejecutar el plan A de mis migajas de pan, busco la imagen del portal y se la envío esperando su respuesta que no llega de inmediato, pero sé que lo hará por lo que me acomodo más en mí cama y empiezo a ver la película que hubiese elegido de no haber sido interrumpido. Disfrutando al fin de mi poca tranquilidad.

Cuando por fin llega su respuesta no puedo evitar sonreír y para darle en las cosquillas, le respondo algo escueto y simple, aunque con ese mensaje también me esté burlando un poco de ella y sin saber por qué me emociono un poco.

Lo que me dice a continuación es muy sarcástico y me hace sonreír aún más haciendo que este juego se ponga interesante. Me pregunta porque no se lo digo todo de una vez, se nota que es alguien impaciente o al menos, eso denota el mensaje, ya que quiere las cosas de una. Pero lamentablemente para ella, esto recién empieza, así que, para darle más énfasis a la cuestión, no le respondo de inmediato. Sino que dejo pasar un tiempo considerable, que de seguro la debe tener mirando el móvil a cada rato y el solo hecho de imaginarla impaciente por lo que sea que le diga a continuación, hace que sientas cosas que es mejor dejarlas de lado.

Cuando al fin le contesto, se puede ver en su respuesta que no le convence lo que le digo, pero sé también que aun así va a entrar a mi juego de atrapar a la ratita, tal y como predije. Es por eso por lo que, en el último mensaje, sonriendo, le digo que entre menos sepa será mejor y más entretenido para mí, claro está. Me pregunto mi nombre y es obvio que por más que no pueda conseguir información de mí, no le diría por obvias razones y sé sin verla en estos momentos debe de estar cabreada con mi respuesta, pero también sé, que con su pregunta la operación: "gato cazando al ratón" comienza y disfrutaré de esto hasta el final ¡Oh si!

Es entonces, cuando ejecuto el siguiente movimiento.

"Necesito que dentro de tres días la detengas un momento, si puedes unos cinco minutos, sino no importa, pero necesito unos minutos para que el plan no falle".

Espero que no se haya enfadado por cómo me fui y haga lo que le pido, porque necesito esos minutos.

"¿Enserio? ¿O sea que lo harás, aun sabiendo que podrías estar cometiendo un grave error? Creí que al menos lo pensarías un poco más, no que actuarias tan rápido. ¿Por qué no esperas un poco más?"

"No empieces, confía en mí, sé lo que hago. Tengo que actuar ahora, si espero más tiempo, él va a intervenir y será más difícil acercarme a ella y eso no me conviene, debo hacerlo ahora que todavía sigue sola. Aunque la otra la vigile, pero a ella la puedo manejar, a él no. ¿Lo harás?"

"Está bien... creo que estas cometiendo un grave error, pero lo haré. Solo puedo darte unos minutos, es todo, porque si me ausento más de la cuenta se podrían percatar que no estoy y generar inconvenientes innecesarios. Lo siento amigo".

Al leer su respuesta respiro aliviado, si me decía que no, iba a estar en serios problemas.

"No te preocupes, con unos minutos estoy bien. Es para que no me vea y me salga mal la jugada. Gracias por ayudarme, aunque no confíes en mí".

"No es que no lo haga, ya te dije mis motivos, pero tú sabes lo que haces. Suerte 😉"

"Ok, ok, confía en mí. Cualquier contratiempo me avisas 😉".

Bueno, con eso concluyo el siguiente plan. Una vez realizado el movimiento estaré un paso más cerca.

Cuando llega el momento en que la segunda fase de mi plan se realice, le vuelvo a mandar un mensaje para confirmar si lo hará o no y cuando recibo un "sí" a secas, sé que puedo ir a ejecutar el siguiente movimiento.

Estoy a punto de marcharme, pero en ese instante Fabre me llama pidiéndome ayuda con algo de la organización y maldigo internamente. Este inconveniente pensé que lo había evitado, pero me equivoqué, ¡maldición! No me queda de otra más que ayudarlo con lo que sea que quiere y esperar a que esto no tome mucho tiempo y que los minutos que me consiga me sean suficientes para que no me salga "el tiro por la culata" como dice el dicho.

Llego al departamento y al no tener mucho tiempo, porque sé, que ya está detrás de la puerta, choco con el sillón que en mi prisa no logro esquivar a tiempo y maldiciendo mi descuido, me apresuro a dejar el sobre encima de la mesa y desaparecer, pero justo en ese instante abre la puerta. Aun así, sé que no me ha visto y suelto un suspiro largo porque eso estuvo cerca, muy cerca.












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Bueno, después de mucho tiempo estoy de nuevo acá. Espero les guste el capitulo y como siempre, muchas gracias a los que leen mi historia y le dan una oportunidad.

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