Acercándose de a poco a la verdad
Esto no me puede estar pasando ¿Por qué? ¡¿Por qué?!
Empiezo a refunfuñar yendo de un lado al otro y de vuelta, agarrándome la cabeza y maldiciendo. ¿Cómo es esto posible? ¿cómo paso?
Ni siquiera estaba pensando en algo específico, mi cabeza es una tormenta de pensamientos que no logro dilucidar cual es la predominante. ¿Por qué tenía que pasar justo ahora? ¡¿por qué?!
Mirando a mi alrededor trato de ubicarme y ver dónde carajos me metí ahora, pero como paso ayer, no sé en qué lugar me encuentro. Camino unos pasos para ver si logro ubicarme, sin embargo, no tengo ni la más pálida idea. Para colmo no hay ni un alma por aquí a quien podría llegar a preguntarle, supongo que debe ser muy temprano o termine en un lugar deshabitado y ese pensamiento me da escalofríos.
A lo lejos en una esquina, creo ver a una persona conocida, quizás solo sea mi imaginación… porque se supone que no debería de estar aquí, sino en otro lugar…
Me acerco por detrás lentamente, y al estar distraído por estar hablando por teléfono, escucho parte de su conversación ocultándome de su campo de visión.
―Lo sé, lo sé, hago lo que puedo, pero esta persona parece estar al tanto de mi presencia porque ni bien estoy cerca desaparece impidiéndome el acercarme lo suficiente como para saber de quien se trata. ―Se queda callado escuchando, sea lo que sea que le dice la persona del otro lado de la línea y vuelve a hablar―: Es astuto, demasiado para mi gusto si no fuera porque… ―no termina su oración porque en ese mismo instante se gira para donde me encuentro como si sintiera mi presencia descubriéndome, ups. Enarca una ceja de forma interrogativa, sin embargo, continúa hablando como si no me hubiese visto.
‹‹Te tengo que dejar, hablamos más tarde ―le dicen algo que le hace fruncir el ceño y niega con la cabeza como si la persona del otro lado de la línea pudiera verlo ―. Ahora no puedo hablar, lo haremos en cuanto regrese y no me llames hasta que lo haga yo ―se queda callado unos minutos más―. Te he dicho que lo hablaremos después, adiós.
Cuelga y me observa como si fuese una fuese un fantasma.
― ¿Se puede saber qué haces aquí? ¿en qué momento llegaste? ―Mira tras de mi―. ¿Estás sola?
― ¿No crees que son muchas preguntas juntas? —Sigue viendo tras de mí como si esperara que alguien aparezca de repente—. Deja de mirar detrás de mí, es más que obvio que estoy sola ―pongo los ojos en blanco― y la que debería de preguntar que hace aquí soy yo no tú, ¿no te parece?
Me mira y sonríe con una de esas sonrisas burlonas que tanto suelen molestarme, como si fuese una pregunta muy estúpida la que acabo de hacer. Lo fulmino con la mirada porque sabe que odio que haga eso y aun así lo sigue haciendo el muy idiota.
―Tranquila, no me veas de esa forma ―me dice de forma burlona, lo que hace que me enoje más―, pero es que tu pregunta es absurda. Yo estoy aquí por trabajo, ¿lo has olvidado?
Cuando estoy a punto de replicar, de repente su cara se ensombrece, lo que me desconcierta un poco. Es como si hubiese visto algo que le desagradara detrás de mí, pero al voltearme a observar no veo absolutamente nada.
― ¿Qué sucede?
―No es nada, no te preocupes, vamos, ven conmigo ¬―me dice guiándome a donde sea que me esté llevando, sin darme lugar a réplica.
Mientras avanzamos, su móvil suena y él ni siquiera se inmuta, pero al ser tan insistente quién sea que esté llamando, no le queda otra más que contestar.
―Sí, ¿qué ocurre? —contesta de forma brusca—. Sí… aquí está conmigo no te preocupes… ok… está bien se lo diré. Adiós. ―Cuando cuelga y posa su mirada en mí, lo hace de una forma en la que no lo podría descifrar. Es como si hubiese hecho algo que no debiera o esa es la sensación que me da.
― ¿Quién era? ―pregunto para que deje de verme de la forma en que lo está haciendo. Es que pareciera que me estuviese regañando sin emitir palabras.
Se aclara la garganta antes de responderme―: Yohanna, se alarmó cuando desapareciste de la nada y, aunque no sé cómo, supo que estabas conmigo y al no poder llamarte a tu móvil debido a que te olvidaste la cartera, me ha llamado a mí. Te manda decir que lamenta lo que sucedió, pero que su viaje es impostergable como te lo había dicho y que por eso, deberán dejar su charla para cuando vuelva o te llamara si es que la misma se alarga mucho.
Maldición y ¿ahora qué es lo que hare? Necesitaba saber lo que tenía para decirme. ¿Por qué tuve que venir en el instante en que me iba a decir?
‹‹ ¿Se puede saber el motivo por el cual estabas con Yohanna a estas horas?
―Fue a verme porque teníamos una charla pendiente y como te dijo debía viajar, entonces estábamos en eso cuando aparecí aquí. Aunque no entiendo por qué me teletransporte, no debería de haber pasado.
― ¿Por qué no?
―Porque se supone que lo hago cuando veo alguna imagen de algún país o esté pensando en uno, y este fue de la nada. Como si me hubiesen arrastrado hasta aquí sin mi consentimiento.
― ¿Y eso es posible? ―me mira como si hubiera una pregunta más ahí, pero implícita, aunque no sabría qué. Enarco una ceja de forma interrogativa para ver si agrega algo más, pero no lo hace.
―No tengo ni la más pálida idea, recuerda que soy nueva en esto y que hay cosas que no sé.
Enarca una ceja como si no me creyera del todo, pero no omite ninguna opinión al respecto. Es como si el supiera cosas que yo no, y mis dudas se acentúan.
― ¿Hay algo que quieras decirme, Gideon? ―le pregunto, sin poder contenerme.
―No, ¿por qué lo preguntas?
―Porque siento que me estas ocultando algo que debería de saber o que sabes más de lo que dices.
―Tonterías, si supiera algo ya te lo hubiese dicho ―pone los ojos en blanco, como si lo que acabo de decir fuese algo absurdo, pero mi intuición me dice que no estoy tan errada. Además, hay algo en él que parece raro, pero no sé el qué. Descubriré que es lo que me esconde, por ahora lo dejare pasar, solo por ahora―. Sigamos caminando que mi hotel queda a un par de cuadras de aquí y se está haciendo tarde.
Seguimos por un sendero que me pareció interminable y después de dar la vuelta por una calle estrecha, nos encontramos con un edificio que desentona un poco con los demás que se encontraban allí.
Entramos al lugar y después de saludar a unas personas que se encuentran en la recepción, subimos al elevador y presiona el número de su piso. Todo esto lo hacemos en total silencio, como si hablar en esos pocos minutos que nos encontramos en el elevador, sobrara.
Cuando llegamos y abre la puerta indicándome que pase primero, me encuentro con Marc ―su asistente personal― que observa a mi hermano de inmediato, haciéndole una pregunta silenciosa del porqué estoy ahí como si mi presencia le molestara, pero mi hermano lo ignora adentrándose en su habitación sin omitir ningún comentario, cerrando la puerta detrás de si dejándonos a Marc y a mi sin saber qué hacer. Y, aunque lo conozco porque ha ido con Gideon al departamento un par de veces, de repente me siento incomoda al quedarme sola con él. Y su semblante no ayuda a menguar la incomodidad.
―Hola… ―digo como para romper el ambiente tan tenso que se instaló y de la cual, pareciera que él no quisiera salir, porque solo esta ahí parado, mirándome.
―Hola Nina… ―carraspea levemente tratando de aclararse― no sabía que vendrías tú también.
De repente su mirada cambia a una más fría de lo que ya de por si es, obligándome a esquivar la mía porque me es imposible sostenérsela y un escalofrío me recorre el cuerpo como si estar en el mismo espacio que él, fuese peligroso. Pero lo descarto inmediatamente, si fuese así mi hermano no estaría con él y menos aún, me dejaría sola o eso es lo que quiero creer.
Cuando le iba a explicar mi presencia allí —con alguna excusa barata, que esperaba se me ocurriera rápido—, Gideon sale de su habitación, ocasionado que tanto Marc como yo lo observemos, pero él lo ignora por completo dirigiéndose solo a mí.
―Ven tenemos que hablar ―al ver que no me muevo de mi sitio, me dice―: ¿Qué esperas? Ven aquí, tenemos que hablar ―repite.
Reacciono, pero es como si mis pies no me respondieran y bajo la atenta mirada de Marc que va de hito en hito de mi hermano a mí, por fin reaccionan luego de lo que parece una eternidad. Me dirijo a la habitación de Gideon ignorando por completo el hecho de que él no le dirige ni una mirada a Marc aun cuando este, ponga cara de pocos amigos al saberse ignorado.
― ¿Sucede algo con él? ―no puedo evitar preguntar.
―Cosas de trabajo, no te preocupes, tenemos cosas más importantes que discutir.
―Ok… ¿De qué quieres hablar? ―pregunto a pesar de que estoy segura de que paso algo entre esos dos y que no es nada bueno, pero de nuevo hago de cuenta que le creo porque de todas formas sé que no me dirá nada por más que lo interrogue una y otra vez.
—Quiero entenderte, entender lo que te está pasando, por eso quiero que me expliques de nuevo eso de que no sabes cómo es que apareciste aquí.
―Ya te lo dije. Por lo general, cuando me pasa esto, es porque he visto al menos una imagen del país o la ciudad o donde sea.
―Pero también me habías dicho que no entendías todavía del todo cómo funcionaba esto, quizá no siempre sea como me estás diciendo. Tal vez influya otros factores ―me dice como si supiera de lo que habla. Lo que causa que mis sospechas se acentúen aún más todavía, aunque no entiendo… bueno… pensándolo bien si lo hago, pero no explicaría por qué no me dice la verdad, que el sabía lo que me estaba pasando, en vez eso, solo hace de cuenta que no sabe nada.
De repente me siento mareada, tanto misterio me está afectando demasiado, solo quiero saber que pasa ¿Acaso estoy pidiendo demasiado?
― ¿Estas bien? Te has puesto muy pálida ―me mira con preocupación ―. ¿Quieres que te traiga algo?
―N-no te preocupes, no es nada ―suelto un suspiro cansado, como si todo me pesara una tonelada―. No sé cuánto tiempo me queda, así que lo mejor es que me vaya porque si desaparezco aquí sería muy sospechoso para Marc y no quiero causarte problemas.
―No es necesario que te vayas y no te preocupes por él, ya se habrá ido ―su rostro se ensombrece por un momento, sin embargo, cuando me ve ha desaparecido―. No quiero que andes por ahí, quédate el tiempo que sea necesario, nadie te molestara aquí ―mira su reloj―. Tengo que dejarte, lo siento. Llámame si surge algún inconveniente y vendré lo más rápido que pueda.
―Está bien, ve tranquilo, supongo que en cualquier momento vol…
En ese preciso momento, vuelvo a estar sentada en la cafetería, sin embargo, Yohana ya no está, se ha ido. Suelto otra vez un suspiro cansado, supongo que al final llegare a tiempo al trabajo.
***
“¿Seguirás así? Esto se está poniendo muy aburrido, yo que pensaba que sería más entretenido…”
Otro mensaje más de esa persona, quien quiera que sea, pero no pienso seguir su juego solo para entretenerlo, que se vaya a la mierda.
“Púdrete”
Es mi respuesta, estoy hasta la coronilla de las incógnitas si quiere jugar, que se busque a otra.
“Ja, ja, ja, tranquila, cariño, envejecerás rápido si te pones así”
Ni siquiera me molesto en contestarle, el hacerlo es permitirle seguir con el juego y la verdad es que paso. Tengo cosas más importantes que hacer.
Pongo en silencio el móvil y lo guardo dentro de mi cartera, quiero desconectarme un poco para pensar un modo que me lleve a encontrar respuestas, las necesito con urgencia, pero por más vueltas que le doy al asunto no se por donde comenzar. ¿Qué debería de hacer?
De repente una idea, un tanto descabellada, viene a mi mente y lo pongo en marcha ni bien se me ocurre. Sé que quizás no será fácil de llevarla a cabo, pero nada pierdo con intentarlo.
Vuelvo a agarrar mi móvil de la cartera y cuando la desbloqueo, veo que me ha llegado dos mensajes más del hombre misterioso y una es de Anderson, pero decido ignorarlos e ir a lo importante. La llamo, pero no me atiende, al quinto tono cuelgo y vuelvo a intentar; nada, no responde. ‹‹Maldita sea, atiende el bendito teléfono›› no lo hace. Sin embargo, no me doy por vencida, necesito llevar este plan a cabo sí o sí.
Después de la quinta llamada, por fin se digna a contestar:
―Hasta que atiendes el bendito móvil ―digo con indignación.
―Bájale al tono y fíjate como me hablas ―pongo los ojos en blanco, aunque no pueda verme―. ¿Que necesitas con tanta urgencia?
―Quiero hablar contigo otra vez de lo que ya sabes, ¿estás en casa? ―pregunto cómo quien no quiere la cosa, debido a que eso es lo que quiero saber. Su respuesta ya me la sé.
―Ya lo hablamos, no me hagas repetirte lo que ya te he dicho. Y respondiendo a tu pregunta, no, no estoy en casa, y si tu plan es venir para tratar de convencerme, perderás tu tiempo ―escucho que alguien la llama, le dice que ahí va y más calmada me repite lo que ya me ha dicho antes lamentando que no pueda decirme más y bla bla bla.
―Entiendo… pero no perdía nada intentándolo, es que estoy desesperada entiéndeme ―suspiro―, aunque no puedas decirme nada, ¿a qué hora volverás? Quiero que me prepares mi comida favorita, hoy necesito un poco de mimos, al menos, concédeme eso.
Por un momento no escucho nada del otro lado de la línea, por lo que pienso que me ha colgado. Lo compruebo y no, no lo ha hecho, pero aun así tarda unos minutos en contestarme.
―Lo siento cariño, pero hoy no estaré en casa ― ¡Genial! Es lo que estaba esperando.
Trato de sonar lo más decepcionada posible―: Genial, simplemente genial, mamá. Eres muy mala conmigo, seguro que si fuese tu hijo dejabas todo y volvías a la casa para hacerle su comida favorita.
―Deja el drama Nina, no seas exagerada. Vente mañana y cumplo todos los caprichos que quieras.
―No importa, ahora no lo quiero ―me hago la ofendida―. Me cocinare y daré mimo a mi sola, no te preocupes —escucho que suelta un suspiro de “dame paciencia”, lo que hace que sonría, es fácil sacarle de sus casillas.
―Como quieras, te tengo que dejar. Hablamos.
―Hablamos.
Ni bien corto la comunicación y sin perder tiempo, me pongo en marcha hacia la casa de mi madre. Estoy segura de que si busco en la casa algo voy a encontrar.
***
He buscado prácticamente en cada rincón de esta maldita casa y hasta ahora no he encontrado absolutamente nada. Si había algo en algún lugar, mi madre se ha encargado de guardarlo muy bien. Debe de haberlo hecho en algún sitio, estoy segura de que ella tiene información guardada en algún rincón de este lugar; solo yo no las encuentro.
Cuando estoy a punto de darme por vencida, me golpeó la cabeza con una pintura que tiene colgada en la pared, al levantarme después de buscar detrás de la pequeña biblioteca que tiene en un rincón mi madre. Con el impacto causo que la pintura se mueva unos centímetros que me permite observar que hay algo detrás de la misma.
Muevo la pintura de su lugar colocándola en el piso a un lado de la pequeña biblioteca, pudiendo ver de esa forma con más precisión que es lo que hay ahí. Me decepciono un poco al ver que solo hay como una caja de zapatos pequeña, que, al abrirla, la decepción me dura poco volviendo la esperanza de que esta vez me iré de la casa con información precisa o más información de la que sé hasta ahora, al menos.
Inspecciono los papeles que encuentro y no dicen nada relevante ni que me sirva para algo, bufo por lo bajo cuando la desesperación me invade. Debajo de todo el tumulto de papeles, veo algo que me llama mucho la atención. Es una foto muy antigua, pero a su vez no lo parece, no sabría cómo explicarlo a ciencia cierta; pongámonos en que antigua.
Creo que se trata de la organización, aunque no esté del todo segura. Hay otra foto detrás que muestra a cuatro jóvenes abrazados sonriendo, y viéndola de cerca los de la derecha son mis bisabuelos y supongo que la otra pareja son los amigos que mencionó mi mamá, con los que fundaron la organización. Observo si hay algo escrito detrás y solo dice: 1953. Supongo que es la fecha en que fue sacada la foto.
Sigo revisando más a fondo encontrándome una carta dirigida a mi bisabuela de parte de mi bisabuelo:
Australia, 20 de junio de 1977
Querida Magdalena:
Lamento mucho mi ausencia todo este tiempo, pero las cosas por aquí se han puesto tensas. Con Robert estamos tratando que la situación no se nos salga de las manos y no es una tarea fácil.
Reclutar a nuevos saltadores se ha vuelto difícil después de la desaparición sin rastros de algunos de ellos. Hemos logrado apaciguar a los que se quieren revelar, sin embargo, hay otros que no están del todo convencidos aun así y eso me preocupa bastante, a ambos.
Como no hemos logrado aún convencerlos a todos, de momento seguiré aquí y debido a lo acontecido en Paris, estamos evitando lo más que podamos hacer saltos muy distantes, solo los necesarios y es el porqué de mi ausencia. Te pido que tú tampoco lo hagas, debes cuidarte, recuerda que ahora debes hacerlo por dos, además de que si te llegara a suceder algo mientras no estoy a tu lado, seria algo que no podría soportar.
Espero que esto no se prolongue tanto y que sea antes de que nazca él o labebée, no me perdonaría no estar contigo ese día tan importante para ambos.
Quiero que sepas que te llevo siempre en mi corazón y mis pensamientos, nunca lo olvides. Te extraño como no tienes una idea, quisiera tenerte aquí conmigo, abrazarte y sentir tu calor mientras duermo, porque solo en tus brazos puedo dormir con tranquilidad. La cama sin ti se siente fría, ocasionado que mis sueños estén llenos de insomnio.
Cuídate amada mía.
Siempre tuyo, Genaro.
Es la carta mas tierna que he leído, no puedo evitar que un par de lágrimas se me caigan al saber que mis bisabuelos se amaban tanto y que en una simple carta se logre sentir, porque lo ha hecho. Pero volviendo a lo importante y en la que me tengo que enfocar ahora, según esta carta mi bisabuelo estaba lidiando con algo de los saltadores, lo que quiere decir que yo soy uno de ellos; lo que implica que debería de estar en la organización, pero por alguna razón sigo estando libre —por decirlo de alguna manera—, o es que todavía no se han percatado de mi presencia. Sea como sea la cuestión, es mejor que siga ‹‹libre›› al menos, hasta saber bien de que se trata todo esto y el misterio detrás de tanto secretismo.
Sigo buscando en la caja a ver si encuentro algo más, sin embargo, al parecer, es todo lo que hay. Cuando estoy por acomodar todo de nuevo en la caja, un ruido hace que me sobresalte y se me caiga todo lo que tenía en el piso, ocasionando que todo quede esparcido. Suelto un gruñido de indignación antes de ponerme a juntar todo de nuevo, mientras estoy haciendo eso veo algo que me llama la atención, es como si alguien supiera que esto iba a pasar por lo que dejo esa nota para que lo viera.
Ten cuidado con él, no permitas que se te acerque demasiado o será tu perdición.
¿Y esto qué significa? ¿De quién tengo que cuidarme...? Lo que me faltaba para sumar más misterios a resolver.
------------------------------------------------------------
Bueno... después de mucho tiempo estoy de nuevo por acá.
Nina se está acercando cada vez más a la verdad, veremos que pasa y de quién tiene que alejarse. Pobre Nina, no termina de salir de las incógnitas, para sumar una más.
Espero les guste el capítulo, a aquellos que estén leyéndolo...
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro