Capítulo XIX: La Furia Del Océano
El fin de los mares, un lugar recóndito encontrado en el hemisferio sur de Midgard, un lugar muy frio donde la vida apenas puede sobrevivir. Un sitio tan apartado de todo que los mismos humanos lo tenían catalogado como un lugar de gran misterio, le llamaban la Antártida.
Loki llegó con un portal, donde fue seguido por Angrboða junto con Sven y Borg. Surtr y Sinmore no quisieron acompañarlos por lo frio que era ese sitio, más aparte la bruja Munspelli tenía que terminar el ritual de los Draugr.
—Está muy frio acá —dijo tiritando el más joven de los hermanos a pesar de traer más de tres chamarras puestas.
Loki y la hechicera no se inmutaron por el clima y comenzaron a caminar hacia lo que parecía un risco muy alto que daba hacia el mar.
Los hermanos siguieron a las deidades a paso un poco más lento, la nieve los alentaba al igual que el viento tan inclemente que se manifestó.
—¿Crees que sea prudente hacer esto Loki? —pregunto Angrboða.
—¿A qué te refieres?
—A lo que voy es que siento que estamos una de nuestras cartas triunfantes antes de probar otras alternativas.
Loki se quedó callado, entendió el punto de la bruja, pero parecía ser que ella no captaba la importancia de que Thor estuviera sin tres inhibidores. Y eso era sólo suponer acorde a lo que le dijeron después de la pelea, por qué bien podría estar por completo desencadenado.
De sólo pensarlo se le enchino la piel, sería prácticamente invencible y sólo su hija, Jormungandr podría hacerle frente, nadie más.
—Creo que es lo más adecuado, teniendo en cuanta que tú y Surtr no pudieron recabar mucha información de él durante su batalla —reprochó el dios de las mentiras.
—Tampoco te vi hacerlo a ti, es más le temes tanto a los dioses que te escondes atrás de nosotros —dijo con un semblante sombrío la hechicera.
Esto enfureció a Loki quien la se volteó a encararla.
—Soy el único que ha podido dañar de manera eficiente a una Vanir cómo a Freyja, ninguno de ustedes ha hecho algo de relevancia cómo para poderse enojar —dijo Loki.
Angrboða se le quedó viendo, no movió y no mostró el enojo que se plasmó en su cuerpo. Odiaba tener que hacerle caso a Loki cuando sabía que estaba en lo cierto.
Borg y Sven escucharon la pelea de las deidades y se vieron el uno al otro, sabían que algo estaba mal cómo para que los lideres estuvieran así.
Sven tenía otra misión, dada por Sinmore, espiar la cercanía que tenía su hermano con el dios del engaño, más que nada por que buscaba que el tomara el mando del lado mortal del grupo.
El joven no entendía de que serviría eso, pero por alguna razón quería impresionar siempre a la gigante, algo lo impulsaba a hacerlo.
—¿Cómo ves lo que está sucediendo hermano? —preguntó de manera casual — ¿Te ha dicho algo Loki?
Borg lo volteó a ver, y no había notado que tan notables eran sus ojeras ahora, cómo si a duras penas pudiera conciliar el sueño. Esto captó la atención de Sven, porque sabía que su hermano a pesar de todo era una persona fuerte, la situación no era para nada normal.
—¿Decirme que Sven?
—De todo lo que está pasando, ¿qué piensa hacer? ¿Cómo actuaremos? ¿Qué sigue del plan? —intentó sonar despreocupado Sven.
Borg dejó salir un suspiro y para sorpresa de su hermano se quitó la chamarra, parecía que no lo molestaba el frío en ningún aspecto, esto tomó por sorpresa a Sven, incluso lo preocupó.
—¡Te va a dar una hipotermia! —exclamó muy asustado.
El mayor sólo sonrió, como si de un psicópata se tratara.
—No me pasará nada Sven, jamás me he sentido más fuerte —sus ojos tornaron de una tonalidad amarilla.
El aliento se le escapó al más joven de los Grommson, su hermano se había inyectado sangre de gigante.
—¿Qué has hecho Borg? —dijo con cierta pesadez.
Pero antes de que pudiera responder Loki se había detenido en el acantilado y con un movimiento de mano tres humanos atados de pies, manos y cubiertos de los ojos aparecieron, eran opositores a su gobierno dentro del parlamento.
Estaban inconscientes y golpeados.
Loki alzó sus manos, para comenzar a recitar.
Gran serpiente del mundo
Hija de la escarcha y la mentira
Reina de los oceanos
Asesina del trueno
Acepta esta ofrenda
Aparece enfrente a nosotros.
Con ello Angrboða en un sutil movimiento de mano hizo caer a los humanos hacia el precipicio con dirección al mar.
Esperaron a que la hija de ambos respondiera el llamado, pero no sucedía.
—¿Algo paso? —preguntó Sven.
Pero tardó más en terminar de decir las cosas que en lo que explotó el océano, mojándolos a todos, sin embargo, enfrente de ellos no estaba la colosal serpiente, sino dos figuras.
Un colosal gigante de la escarcha, que tenía un verdinoso semblante, algas en lugar de pelo y barba, unos ojos azuladps cómo el mar, mientras que portaba una lanza hecha de conchas de mar y coral.
A su lado una mujer de tez blanca, cabellera negra adornada con diversas caracolas y estrellas marinas, con su cuerpo cubierto por la espuma de las olas como si de un vestido se tratase, en su diestra tenía una red que parecía tejida de maleza marina, su mirada era intermitente entre el blanco y el azul, como si de una tormenta se tratase.
—Aegir y Ran...—susurró Angrboða.
—¿Qué quieren aquí? —la voz del gigante hizo temblar el risco —, no eres bienvenido aquí Loki, lo sabes.
El dios de la mentira hizo una ligera reverencia.
—Mi señor, sólo soy un padre que viene a ver a su hija —dijo de manera inocente el mentiroso.
—¡No tienes derecho a ello! —dijo la mujer, al hablar pareciese cómo si los vientos de la tormenta se manifestaran.
Esto hizo temblar a los mortales.
—Loki, por respeto a lo que algún día fuiste para Odín, un hermano, te dejaremos ir y haremos de cuenta que jamás estuviste aquí —dijo Aegir, el dios del mar.
Loki no le gustó el tono, pero sabía que no podría enfrentar en esos momentos a aquel duo.
Se arrodilló.
—Mi señor del mar y ama de las tormentas —vio con las deidades lo vieron —, necesito sólo poder hablar con mi hija unos momentos.
—Cómo dijo mi esposa, y es la última vez que lo haremos, den media vuelta por donde vinieron, la próxima vez no seremos diplomáticos —la voz del Jouton hizo temblar a los humanos.
Loki intentó hablar de nuevo, pero fue su peor error.
En un fugaz movimiento la mujer hizo que el clima cambiara alrededor de ellos haciendo caer granizo y vendavales mientras que el congelado mar rugió ante la señal del hombre.
Las olas alcanzaron alturas increíbles y gracias a los grandes vientos las dos deidades y sus secuaces fueron levantados, para ser zarandeados de un lado al otro, con el acto seguido de que una potente ola los golpeo para engullirlos en las gélidas aguas.
Sven sintió que no saldría vivo de ahí.
Concentrándose con mucha dificultad, Angrboða comenzó a recitar un hechizo, fueron envueltos en una luz azuladas, para después aparecer en la sala de la casa de los Grommson bañados de agua y muy lastimados.
Loki quedó boca arriba viendo a la nada mientras una voz invadió su mente.
«No se usará a Jormungandr, será cómo yo diga»
El dios de la mentira sintió un gran escalofrió, no tenía idea de quien era, pero así como sucedió lo olvido, dejando un gran vacío en su mente.
Se levantó y vio a su alrededor todo mojado.
—¿Por qué estamos empapados? ¿Acaso estuvo lloviendo?
Todos se le quedaron viendo.
Sinmore llegó y vio todo para después comenzar a curar a Sven, se preocupó mucho por él, y no sabía el por qué.
Angrboða se le quedó viendo a Loki, su pérdida de memoria la hizo fruncir el ceño, esto no era normal y menos para una deidad.
Nadie le respondió a Loki, el sólo alzó los hombros, se secó con su magia y se fue.
Algún Lugar del Yggdrasil
—Loki, jamás sabrás quien maneja tus hilos —una voz cavernosa susurró.
La figura estaba cubierta por un manto negro hecho por la oscuridad del universo, estaba viendo a través de una fuente de agua, vio cada momento y su rápida intervención había hecho que los dioses del mar encararan a Loki.
Con un movimiento de su mano desapareció
Glosario:
Ægir: es un jotun y el rey de los mares en la mitología nórdica. Es una personificación del poder del océano. También se lo conoce por ofrecer elaboradas fiestas a los Æsir.
Rán: es una diosa y personificación del mar . Rán y su esposo Ægir , un jötunn que también personifica el mar, tienen nueve hijas, que personifican las olas . La diosa se asocia frecuentemente con una red, que utiliza para capturar a los navegantes.
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