Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 8. ¿Amigos?

Incluso cuando era pequeño, pocas cosas solían asustarme. Me recuerdo como alguien valiente, siempre al frente para afrontar los problemas, y aunque nunca lo hacía de la forma correcta, de igual manera lo conseguía.

Mi mayor temor nació de algo que solía gustarme: la oscuridad.

Me encantaba meterme bajo mis cobijas, encender una lámpara, y leer uno de mis cómics. Esa noche llovía intensamente; los truenos le daban una ambientación perfecta a la gran pelea entre Batman y el Joker que estaba leyendo. Era de madrugada, así que bajé a la planta baja por un vaso de agua. Las luces estaban apagadas, y cuando llegué a la cocina, antes de poder dar un paso más, una alta figura emergió de la oscuridad.

Y ahí comenzaron las pesadillas.

—Tal vez no lo sepas, porque nunca hablamos de eso, pero... —murmuré—. Cuando Damon volvió a casa luego de la muerte de Ethan, fui yo quien lo encontró. Él me tomó las mejillas, estaba asustado, y me manchó de sangre la piel. Su pantalón estaba roto y tenía tierra en la cara. Desde que tengo esa imagen en mi cabeza, yo... —suspiré—, no he podido sacarla de ahí. Por eso a mí la oscuridad me...

—Asusta —terminó por mí. Nuestras miradas se encontraron.

—Sí, y ni siquiera sé por qué te estoy contando todo esto. Debes pensar que soy patético.

Jaden rio suavemente.

—Entonces no quieres saber a lo que yo le temo.

Entrecerré los ojos, intrigado.

—¿Y qué es?

—Oh, no estamos hablando de mí.

Rodé los ojos.

—¿Y? —lo miré, cambiando de tema—. ¿Cómo vas con tu novia?

Jaden permaneció en silencio e intenté leer su expresión.

—No. Ella y yo...terminamos.

Me quedé callado. Diría que me sorprendió, pero siendo honesto, no lo hizo.

—Sé que dijiste que no querías meterte más en esto. Solo quiero hacer las cosas bien.

—Yo... honestamente, no estoy tratando de hacer nada —admití.

—Lo sé. Solo quería que supieras que mientras esté aquí, no me rendiré contigo. Incluso si tú ya lo hiciste, seguiré por los dos.

Mirarlo directamente a los ojos me llevó de vuelta a aquella época en la que solo éramos él y yo contra el mundo.

Esa noche terminó con ese último diálogo. Me había quedado sin respuestas para él. A veces sentía que era una parte de mi pasado que buscaba arrastrarme de vuelta, y no es que mi futuro fuera mejor, pero al menos podía decidir hacerlo mejor. Jaden fue uno de mis tropiezos anteriores, y no pensaba volver a repetirlo.

—Ey, despertaste.

Me froté los ojos, aclarando mi vista para encontrar a Jaden parado frente a mí.

—¿Qué haces? —musité.

—Te traje macarrones —me extendió una bolsa de plástico—. Sé que te gustaban mucho cuando íbamos en secundaria.

Desvié la mirada.

—Es cierto, me gustaban. Ya no.

Una chispa de decepción cruzó su mirada, pero se recuperó casi al instante, volviendo a la normalidad.

—Bueno, entonces dime qué te gusta ahora y lo conseguiré. Voy a salir un rato.

—Espera, ¿tú no...?

—¿Qué? —sonrió, divertido—. ¿Esperabas que me quedara contigo? Porque puedes decir que sí y lo haré.

Fruncí el ceño, incómodo con la idea de parecer necesitado.

—Nada de eso —negué, tratando de sonar convincente—. Ya vete.

Pero él sonrió satisfecho y se fue, dejándome solo con mis pensamientos.

Decidí salir. No pensaba ser el tipo que se queda en su habitación un fin de semana. Aunque la etapa de rebeldía ya la había dejado atrás, tal vez podía encontrar otra forma de divertirme sin causar tanto caos.

Fue entonces cuando vi a Mikhail caminando en dirección opuesta a la mía. Deseé que me tragara la tierra, ya que no me había preocupado en arreglarme; así como me desperté, salí. Aunque, ¿de qué me iba a avergonzar? Yo lo había visto a él en pijama antes.

—Bolita de odio.

¿Esperen, qué?

—Lo siento, ¿te molesta que te llame así?

—¿Por qué me dices así? —pregunté, aún desconcertado.

—Ah, por Damián Wayne, el hijo de Batman.

—Sí, creo que lo conozco.

¡Claro que lo conozco! ¡Soy el mayor fan de Batman! Pero eso él no lo sabe...

—¿Pero qué tiene que ver conmigo? —fruncí el ceño, mirándolo con recelo.

—Es que me resultas parecido. Además, el nombre es una coincidencia, y sus personalidades son similares.

—Oh... bueno, yo prefiero a Dick Grayson, por su sentido de la justicia y lealtad.

—Me sigue gustando más Damian —dijo, manteniendo la mirada fija en mí, y por un segundo pensé en el doble sentido que eso podría tener—. Ah, me refiero al personaje —aclaró rápidamente.

El momento se vio interrumpido por unas voces familiares que se aproximaban por el pasillo. Atisbé a Damon platicando con Jaden, y sin pensarlo, empujé a Mikhail al armario de limpieza y cerré la puerta, quedando frente a él. Antes de que pudiera protestar, le puse un dedo en los labios, indicándole que guardara silencio, y puse mi atención en la conversación afuera.

—¿Ahora tú y Damian son amigos de nuevo? —preguntó Damon.

Jaden se rio.

—¿Estás celoso? Sabes que también eres mi amigo.

¿Pero qué demonios...?

—Está bien, solo cuídalo. Yo no podría hacerlo.

—¿Así como cuido de ti? —preguntó Jaden en tono juguetón.

—Nadie te lo pidió. Desde el primer día te me pegaste. Parece que estás obsesionado conmigo.

—Mi única obsesión es tu hermano.

—Ey, sigue siendo mi hermano —advirtió, endureciendo el tono.

—Por eso es más divertido.

—¿No tienes algo que hacer? —inquirió Damon, claramente irritado.

—Sí, y tú vas a acompañarme.

—Ya te dije que no quiero ir a comprar comida.

Las voces se fueron apagando conforme se alejaban, volviéndose inaudibles.

Al volver mi vista al frente, noté la pequeña sorpresa en el rostro de Mikhail, quien parecía perdido observando los detalles de mi cara.

—¿Tu hermano es Damon Lerman? —preguntó, y supe que no podía ocultarlo más, así que resignado asentí, apretando los labios.

—Entiendo si ya no me quieres ayudar —dije, apartándome.

—¿Por qué no me lo dijiste? Quiero decir, de haberlo sabido no te habría dicho de hablar con él.

Abrí los ojos sorprendido. Esperaba que se molestara por no haberle contado, no que se preocupara... por mí.

—Pero no lo entiendo, si es tu hermano, ¿cómo es que no sabes si en verdad mató a esa chica? —preguntó.

—Lo único que sé es que un día estaba por escaparse con ella, y al otro regresó cubierto de sangre.

—Damian...

—Está bien, entendería si ya no quisieras hablarme. No serías la primera persona en hacerlo —murmuré.

Estaba por salir, cuando Mikhail atrapó mi mano.

—¿Por qué debería dejar de hablarle al chico genial que le gusta DC?, ¿porque tienes un hermano propenso a homicida?

—¿Eso no te importa? —inquirí extrañado.

—Estamos hablando de ti, no de tu hermano. Al menos no has querido lastimarme hasta ahora, y no creo que lo hagas.

Aunque en el pasado le hice daño a mucha gente, estaba decidido a no hacerlo más. Mis problemas anteriores a Damon aún me pesaban, pero las terapias habían ayudado. Sin embargo, hay cosas que nunca cambian.

—Y si lo hicieras, soy fuerte para superarlo —dijo sonriendo.

—Lamento no haberte dicho que Damon es mi hermano.

—No te estoy culpando. En tu situación habría hecho lo mismo.

—De hecho yo...ya no hablo con él, así que aunque quiera no creo que sea de mucha ayuda. En realidad creo que me odia.

—¿Pero qué hay de ese chico que hablaba con él? Parecen ser buenos amigos, y tú y él son compañeros, ¿no?

Me reí ante su ingenuidad al desconocer la situación.

—Él y yo éramos mejores amigos, pero un día nos besamos y ya no lo somos más.

Mikhail apretó la mandíbula.

—Ah, tu compañero, el que siempre está semidesnudo —recordó para ser más específicos.

—Ese mismo.

Disfruté un poco de su obvia incomodidad que intentaba disfrazar.

—Entonces ambos están descartados —concluyó.

—Tendremos que hacerlo por nuestra cuenta —finalicé.

♤♤♤

—Hola, nuecesita —dijo Jaden entrando al cuarto, muy alegre con una bolsa en mano. Eso fue lo que más me molestó.

—¿Cómo me dijiste? —sacudí la cabeza—. No importa. Hay otra cosa que me molesta más ahora —se detuvo a mirarme con las cejas levantadas—. Te conté sobre mi hermano, lo difícil que era para mí acercarme a él, y resulta que tú y él han sido amigos todo este tiempo —una risa se filtró en mi voz.

Él exhaló pesadamente, como si se estuviera preparando para hablar.

—Escucha, no lo hice porque te conozco y sé que tu sentido de inferioridad te habría puesto justo como ahora.

Abrí la boca, ofendido.

—¿Inferioridad? ¿Crees que siquiera me importa que seas su amigo y no el mío? Adelante, ni siquiera eres bueno en eso. No tengo nada que envidiarle.

Jaden apretó los labios, mirando a otro lado y luego volviendo a mí.

—Okey, lo siento. Pero apenas si me hablas. No creí que importara quiénes fueran mis amigos.

—Claro que no —bufé—, pero creo que cuando se trata de mi hermano, claramente me importa.

Jaden sonrió con gracia.

—Damon piensa que lo odias. Tal vez se equivoca.

Lo miré despectivo.

—¿Hablas con Damon sobre eso?

—Oh, no —alzó las palmas—. Tal vez un poco de ti sí, pero nada de lo que tú me dices.

—¿Y qué te dice?

—Ah-ah, código de amistad, prohibido revelar los secretos de tu amigo con otro.

—¿Comparten secretos? —susurré, provocando una sonrisa más amplia en su rostro.

—Si quieres, podemos compartir uno tú y yo.

Estreché los ojos.

—Creo que paso. Igual se pueden ir al demonio los dos.

Él soltó una carcajada.

—Bien. Tal vez le diga eso.

—¡Oye!

—¿Qué? Dijiste que no éramos amigos, ¿por qué cubrirte?

—Ah, no, bueno... no lo sé, yo...

—¿Porque te quiero? —ladeó la cabeza—. Puede ser. Se me hace una razón válida.

Fruncí las cejas inconscientemente, con una pequeña sonrisa.

—No, no hagas eso —exclamé, reaccionando a la tonta expresión en mi rostro—. Se supone que estoy molesto.

—Como si no tuviera suficientes cosas ya por las que disculparme —espetó aburrido, con los ojos cansados.

—¿Dices que no lo lamentas? —soné más agresivo de lo que pretendía, lo que provocó que él sonriera.

—Escucha, Damián: si me disculpara por cada cosa que te molesta, nunca terminaría. Sé lo que hice, soy consciente de ello, y lo lamento, pero no lamento ser amigo de Damon. Lo cuido y él cuida de mí, e incluso si no somos amigos, también quiero cuidarte.

Me crucé de brazos, mostrándome a la defensiva.

—No necesito tu ayuda, ya no.

La idea de que incluso Jaden tuviera una mejor relación con mi propio hermano que yo me irritaba profundamente.

—Sé que no —dijo él, apenas esbozando una sonrisa antes de darme la espalda—. Descansa, Damian —se recostó en la cama y encendió la lámpara.

Y así la dejó encendida durante las noches siguientes.

—————————♡————————

Hoy no hay nota

Espero que les haya gustado ♡

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro