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Capítulo 25. Ella lo sabe

Al entrar en la tienda de ropa, me encontré con Anne y Ellie, quienes giraron hacia mí al oír mi comentario.

—Díganme que ya escogieron algo —dejé escapar un suspiro, dejando ver mi impaciencia.

Ellie se apresuró a acercarse con una sonrisa brillante.

—¡Damian! —corrió hasta mí y me miró con preocupación—. ¿Qué pasó? Ayer te fuiste tan rápido que pensé que algo malo había sucedido.

—Nada, solo surgieron algunas cosas de última hora, lo siento —respondí con un encogimiento de hombros. Me fijé en una pequeña flor blanca que tenía enredada en su cabello—. Ey, ¿y esto?

—¿La flor? Damon dijo que se veía linda —sonrió, despreocupada, sin notar la sombra de recuerdos que la flor despertaba en mí. Me recordó a las que siempre había en la tumba de Ethan cada año.

—Yo le dije que no combinaba en absoluto —interrumpió Anne con un tono sarcástico—, pero a cada quien lo suyo.

Sonreí sutilmente, dejando que la conversación siguiera.

—Oye, ¿nos ayudas a elegir el vestido? —Ellie preguntó, mirándome con ilusión—. Tenemos dos opciones, pero no nos decidimos.

—Yo solo tengo una —corrigió Anne—, pero Ellie insiste en que el otro es igual de lindo.

—Está bien, veamos —dije.

Pasamos la tarde planeando la fiesta de Ellie, aunque en realidad se volvió una discusión entre Anne, que tomaba el mando con absoluta confianza, y yo, que solo asentía. Realmente no me importaba, siempre y cuando Ellie estuviera contenta. Pero ¿Por cuánto tiempo más podría permitirse esa felicidad? ¿Realmente su padre seguiría adelante con su amenaza de declarar contra Damon? Conocía el vínculo que unía a Ellie y a Damon, era algo más profundo que un simple afecto. Ella lo...

—¿Volviste? Creí que ustedes se tardarían más que nosotros —La voz de Jaden me sacó de mis pensamientos al entrar en el cuarto con un traje alquilado que colgó en un perchero. Por fin habíamos vuelto a la fraternidad, y no podía estar más aliviado.

—Sí, Ellie estaba bien con cualquier cosa —respondí, encogiéndome de hombros—. ¿Y Damon?

Jaden me miró con sus cejas ligeramente alzadas.

—¿Damon? ¿Algo pasó con él?

—Nada, solo quería saber cómo le fue.

—Bien, creo...solo vimos trajes y ya, no hay mucho qué contar.

Me quedé en silencio.

—¿Todo en orden? —preguntó, observándome.

—Sí, ¿por qué no habría de estarlo?

—No lo sé, solo preguntaba.

Justo entonces sonó la puerta. Recordé que debía encontrarme con Mikhail a esta hora.

—No, espera, yo abro... —me apresuré hacia la entrada, pero Jaden fue más rápido, y ya había abierto la puerta.

Jaden parpadeó, su rostro reflejó sorpresa, pero en un segundo, su expresión se endureció, oscureciendo sus facciones con una frialdad que nunca le había visto.

—¿Qué crees que haces aquí? —espetó con tono cortante.

—¿Te importa? —Mikhail intentó avanzar, pero Jaden bloqueó su paso.

—Sí, me importa. Damian no quiere verte.

Mikhail lo miró incrédulo, sus cejas rubias se levantaron.

—¿Entonces, por qué me pidió que viniera? —contestó, desafiando a Jaden con una calma fingida.

Sentí cómo mi mandíbula se tensaba. Mikhail no tenía por qué decir eso, pero Jaden tampoco tenía razón para comportarse así.

Los ojos ámbar de Jaden se fijaron en mí, tratando de interpretar mi reacción.

—¿Le dijiste eso? —susurró.

—Sí, lo hice —admití con algo de incomodidad. No le había contado a Jaden, y quizás eso no ayudaba a calmar la situación—. Pero solo será un rato. De hecho, ¿podrías...? No, olvídalo, nosotros nos vamos.

—Está bien, Damian —dijo Jaden, un poco serio—. Los dejo solos.

Salió de la habitación con un aire decidido que me hizo pensar en la lealtad que sentía hacia mí, incluso si no lograba comprender del todo mis motivos.

—Creo que hice esto más incómodo de lo necesario —murmuró Mikhail, rascándose la nuca.

—Está bien. Ya estoy acostumbrado a este tipo de situaciones.

En realidad, no era así, pero prefería no extenderme en explicaciones.

—¿Y para qué querías verme? —preguntó.

—Ya sabes para qué —respondí.

—¿Auch? Un poco de tacto no te vendría mal.

—Antes no te molestaba —repliqué.

—Bueno, porque no estabas molesto conmigo... —sonrió cabizbajo.

En realidad, no estaba molesto con él, pero no podía decirle que su presencia me hacía sentir cosas que aún no entendía del todo. Quería recuperar la confianza y que volviéramos a ser los amigos que alguna vez fuimos, pero mi resentimiento se interponía.

—¿Descubriste algo nuevo? —pregunté, cambiando el tema.

—Seré honesto, sé algo, pero no es suficiente. No creo que pueda averiguar más con lo poco que tengo.

—¿Qué quieres decir? —lo miré directo a los ojos, esperando una respuesta.

—Lo siento, Damian. No creo que pueda llegar mucho más lejos.

Mis ojos se posaron en el suelo durante un instante

—¿Y si te cuento quién era Ethan?

Él frunció el ceño.

—Tengo algunas ideas de lo que pudo haber sucedido. Creo que podrías averiguar más si te digo la verdad.

♤♤♤

Cuando Jaden regresó a la habitación, no supe cómo reaccionar. Sentía una extraña incomodidad, como si, de algún modo, hubiera hecho algo mal.

—¿Estás molesto? —pregunté mientras lo observaba ordenar sus chaquetas en el armario, o eso pensé que hacía hasta que lo vi meterlas en una bolsa de basura—. Oye —me levanté sorprendido—. Parece que sí estás molesto.

Él miró una prenda por unos segundos antes de responder.

—¿Molesto? No, no tiene nada que ver contigo. Solo estoy deshaciéndome de cosas —dijo, sacudiendo la cabeza con una sonrisa tenue—. Ya no me gusta esta ropa, ¿sabes?

Desde que tenía memoria, ese siempre fue su estilo. ¿Por qué cambiarlo ahora?

—¿Y a qué se debe este cambio tan repentino? —pregunté, dando un paso hacia él.

—No lo sé, Dam... últimamente no me siento como yo mismo. Necesito espacio, ¿sí? —dijo, girándose para evitar mi mirada.

—¿Entonces no quieres hablar de lo que pasó hace un rato? —insistí, tratando de sacar a flote la conversación.

Me lanzó una mirada rápida por encima del hombro.

—¿Hace rato? No, prefiero no hablar de eso —respondió antes de desaparecer en el baño.

Suspiré, cayendo sobre la cama con un peso que no terminaba de entender.

—Yo sí quería hablar sobre eso... —murmuré en voz baja, sin esperar que él me oyera.

♧♧♧

—¿Es posible que los gustos de alguien cambien de un día para otro? —le pregunté a Anne, con quien había entablado una especie de amistad, aunque a veces pareciera que nuestras personalidades chocaban.

Anne frunció el ceño, pensativa.

—¿Qué tipo de gustos? ¿Como cambiar de interés amoroso de un día para otro? —respondió con una chispa de ironía en la voz.

Solté un suspiro, ignorando su comentario.

—No, me refiero a cosas como... no sé, que te guste patinar y luego ya no, o cambiar de estilo de un día para otro.

Anne se tocó el mentón, claramente intrigada.

—Mmm, nunca me ha pasado. Siempre he estado segura de lo que me gusta. ¿Por qué?

Hice una pausa, sin saber si debía confesarle lo que realmente me preocupaba.

—Es que Jaden quiere cambiar su estilo, lo cual está bien, ¿pero por qué de repente?

Anne esbozó una sonrisa comprensiva.

—A lo mejor su ropa ya estaba muy vieja. Me mencionó una vez que su hermano apenas cubre los gastos, así que no puede renovar su guardarropa tan seguido.

La observé, sorprendido.

—¿Conoces a su hermano?

Anne negó con la cabeza, su sonrisa irónica apareciendo de nuevo.

—No. ¿Y tú?

Asentí, algo inseguro.

—Sí... él es... diferente.

Anne levantó una ceja, atenta.

—¿Por qué pones esa cara? —preguntó.

—¿Qué cara? —intenté disimular.

—Esa, como si recordaras algo importante.

—No, nada de eso —mentí—. Es solo que Jaden ha adoptado ciertas cosas de su hermano desde que lo vi la última vez.

Anne rió.

—Bueno, eso pasa cuando pasas demasiado tiempo con alguien.

—Sí, pero...

Sacudí la cabeza.

—Como sea, pronto será su cumpleaños, y esperaba que pudieras ayudarme a elegir un regalo. Pareces conocerlo mejor que yo ahora.

Anne sonrió con un brillo travieso en los ojos.

—De hecho, hay algo que siempre ha querido.

♤♤♤

—Ah, es...un balón de americano —dijo Jaden sin gran sorpresa, mirando el pastel que le pedí a Damon que hiciera.

—Sé que estás en la banca por ahora, pero pronto volverás, ¿no?

Él evitó mi mirada y se dirigió hacia otro rincón de la habitación.

—De hecho...renuncié al equipo.

Antes de que pudiera responder, los chicos entraron al cuarto, gritando "Sorpresa".

—¿Por qué esas caras? No me esforcé en vano para que se pongan así —comentó Anne.

—Y a mí no me obligaron a ponerme esto para nada —añadió Damon por el gorrito de cumpleaños en su cabeza. Ellie se tapó la boca, conteniendo la risa.

Jaden esbozó una sonrisa y pasó a mi lado para ir a abrazarlos.

Todo a mi alrededor empezó a desvanecerse en una burbuja de silencio, una sensación extraña que no podía ignorar. Era como si... estuviera perdiendo algo que no lograba identificar.

—¡Juguemos a ponerle la cola al burro! —propuse de repente, sin pensar mucho en lo que decía.

—¿La...qué? —Jaden frunció el ceño

—¿Eso no es un juego de niños? —preguntó Anne con escepticismo.

—Bien, me voy —murmuró Damon, dándose la vuelta, pero Ellie lo detuvo, sosteniéndolo del brazo.

—Vamos, quiero ver cómo jugabas de niño —Ellie le sacudió el brazo.

—Definitivamente, eso no... —murmuró.

—Bien, voy por una cola —dije.

Mientras se organizaba el juego, intenté concentrarme. Anne maldecía y pisaba sin querer a quien se cruzara.. Ellie reía cada vez que alguien fallaba, mientras que Damon, astuto, casi acertó en el blanco, generando aplausos, especialmente de Ellie.

Cuando fue el turno de Jaden, lo observé con atención. Anne amenazó en broma con ponerle el pie, y Ellie la calló con un codazo, mientras Jaden avanzaba con cautela. Al quitarse la venda, sonrió, avergonzado por haber fallado.

—Creo que no soy muy bueno en esto —dijo, riendo con una mezcla de nerviosismo y alivio, contagiando a los demás con su risa.

—¿Por qué quieres jugar ese estúpido juego?

—Porque es divertido.

—Claro, para ti es divertido porque siempre ganas.

—Damián, es tu turno —intervino Ellie, sacándome de mis pensamientos.

—¿Eh? —parpadeé, mirando a Jaden, quien me sonrió—. Ah, yo... eh... necesito ir al baño —me excusé, saliendo apresuradamente de la habitación, sintiendo cómo la camisa me apretaba.

¿Qué me pasa? Me estoy volviendo loco...

—Agh —gruñí, apretando los párpados para intentar calmarme.

Justo en ese momento, Jaden llegó, y su voz me sacó del trance.

—¿Damian? ¿Estás bien? ¿Es por lo que dije antes? ¿O por lo de ayer? —preguntó con preocupación.

Negué con una sonrisa débil.

—No, no es eso. Es solo que... estos juegos me ponen nervioso. Me recuerdan a mi infancia, y nunca fui muy bueno en ellos.

Jaden me dio una palmada en el hombro.

—Bueno, no puedes ser peor que yo. Vamos, volvamos. Nos perderemos el pastel.

Pastel...

♤♤♤

Antes de la fiesta de Ellie, ajusté el moño rojo alrededor de mi cuello, dándome una última mirada en el espejo. Desde el pasillo, Ellie asomaba la cabeza, con una sonrisa emocionada y ojos brillantes de anticipación.

—Ey, Damian, creo que Jaden ya llegó —murmuró con entusiasmo, apenas alzando la voz. Luego soltó una risita—. Y se ve muy ardiente.

Le dirigí una mirada ceñuda, pero ella solo señaló hacia la entrada, donde Jaden acababa de aparecer con un traje rojo oscuro. Se movía con una elegancia segura, la postura firme y el semblante relajado, como si toda la atención de la fiesta le perteneciera.

—Anda, dilo —bromeó Ellie, dándome un empujoncito—. Se ve guapo. ¡Y hasta hace juego con tu moño!

Apenas tuve tiempo de sonreírle cuando otra persona se acercó a él, y Ellie rápidamente cubrió mis ojos, empujándome de nuevo al cuarto.

—¿Ellie, qué haces?

—Nada, yo no vi nada —canturreó, conteniéndose para no reír, lo que me arrancó una sonrisa.

—No me molesta que Anne y Jaden hablen —repliqué—. Pueden ser buenos amigos, además... ella no es así.

Ellie retiró sus manos apenada.

—Perdón. Pensé que te afectaría, y como a ella aún le gusta...

Su comentario me hizo fruncir el ceño ¿Aún le gusta a Anne?

—Está bien, no puedo impedirle sentir. Aun así, sé que no interferirá. Y si bajamos ya —Abrí la puerta y salí al pasillo, bajando las escaleras. En el último peldaño estaba Jaden, quien me saludó con una sonrisa antes de que los murmullos alrededor indicaran que Ellie descendía. Toda la atención se dirigió hacia ella; parecía una princesa de cuento.

Jaden la observaba con una sonrisa,y Ellie, al alcanzarnos, lo miró de vuelta y él comentó con una risa ligera:

—Vaya, mi cumpleaños se siente poco a comparación de esto.

—Ni lo digas, pensé que mi padre invitaría a poca gente, pero me equivoqué.

—Te traje algo —Jaden sacó una pequeña caja de su saco y se la extendió a Ellie. Ella la abrió, sorprendida al ver una pulsera de cadena con delicadas notas musicales colgando.

—Es muy bonita, gracias —le sonrió agradecida antes de darle un abrazo y desaparecer entre la multitud, lanzándonos un último vistazo.

—No creí que supieras que al hermano de Ellie le gustaba la música —mencioné.

Él se regodeó.

—Bueno, Damon me contó algo.

Desde lejos, observé a Anne entre los invitados, su vestido azul de lentejuelas reflejando la luz en destellos que le conferían un aire etéreo mientras miraba a los bailarines con cierto desinterés.

—Ahora vuelvo —le dije a Jaden, alejándome de él.

Decidí acercarme a Anne y, al llegar a su lado, le comenté:

—Parece que estás disfrutando del alcohol.

—Parece que estás disfrutando del alcohol.

Ella soltó una risa burlona, mirando su copa.

—Esa es la idea, ¿no?

Su vista se desvió a un chico que le lanzaba miradas coquetas. Cuando se dio cuenta, rodó los ojos y suspiró.

— A ese chico le gustas —señalé.

Ella suspiró profundamente.

—No quiero a alguien siguiéndome toda la noche. Esta ya es una noche bastante mala.

Recordé lo que Ellie había mencionado, y las palabras se quedaron atascadas en mi garganta. Anne giró su copa, jugueteando con el líquido antes de murmurar:

—Es estúpido, pero a veces siento que la persona que me gusta no es la misma que te gusta a ti.

Permanecí en silencio.

—Bueno... ¡A bailar! —anunció, interrumpiendo el silencio al levantarse y dirigirse a la pista.

Mis ojos vagaron hasta Ellie y Damon, ya moviéndose al ritmo de la música. Ella reía libremente, el brillo en sus ojos reflejaba las luces de la pista, mientras él, relajado y sonriente, la guiaba en cada giro. Antes de que pudiera procesarlo, sentí a Jaden a mi lado.

—Si sigues mirándola así, te verás demasiado obvio —me dio un codazo, y ambos intercambiamos una sonrisa, pero mi mirada volvió a desviarse a Damon.

—Cuando veo a Damon casi no lo reconozco. Ah...lo siento, tú no conociste a Damon en ese entonces.

—No lo hice,, pero se ve feliz ahora. ¿No era eso lo que querías?

—Sí, pero... ¿cómo sabe que no le gusta por Ethan? Son hermanos, es normal que...

—Oye, si eso fuera cierto, a todo el mundo le pasaría. Míranos, es como tú y yo. Angel y yo nos parecemos demasiado, pero no por eso te gusta, ¿o si?

Me reí.

—Ya me habías preguntado eso antes.

—¿Qué?

—Sí, la vez que fue tu cumpleaños y nos encontraste en la cocina mojados. Fue realmente tonto, porque mientras tú pensabas eso, yo solo podía pensar en cuánto me gustabas y en que tú no te dabas cuenta.

Su mirada viajó sutilmente a otro lado.

En ese momento, la música cambió a un ritmo más vibrante. Jaden carraspeó y, sin más preámbulo, extendió su mano hacia mí.

—¿Bailas? —me ofreció con una sonrisa.

—Pues nunca lo he intentado.

Jaden tomó mi mano, llevándome a la pista donde nos dejamos llevar por la música. Al principio, mis movimientos eran torpes, pero su risa y ánimo relajado me hicieron soltarme. La energía del baile, los destellos de las luces, y la sensación de sus manos guiándome parecían hacer que el tiempo se detuviera.

—Ahora bailas —comenté.

—¿Y cómo sabes que no siempre lo hice?

—Porque eres Jaden, el chico más desalineado que conozco. Esperaría que supieras nadar, no bailar.

—¿Eso crees? Puedo aprender a nadar.

Solté una risita.

—¿Por qué sigues tan aferrado al cómo era antes? —preguntó de repente, mirándome a los ojos.

—Bueno... es lo único que sé de ti. No conozco quién eres ahora.

—Sí lo sabes.

—¿Qué no es diferente? —pregunté.

—Mis sentimientos por ti —confesó suavemente.

—No es verdad. Incluso eso cambió. Antes no te gustaba.

—¿Y cómo lo sabes? ¿Cómo sabes que no siempre te quise pero tú no podías verlo?

El ambiente se tornó eléctrico cuando nuestros ojos se encontraron. Había algo en su mirada que nunca había visto antes, un dejo de intensidad. Pero antes de que pudiera entenderlo, el momento fue interrumpido por aplausos.

Ellie se unió a mi lado y soltó una enigmática sonrisa.

—Parece que mi deseo de cumpleaños se cumplió antes de soplarle a las velitas.

Damon, subiendo al pequeño escenario, se sentó frente al piano. La atención de todos giró hacia él, el bullicio se apagó, y una tensión emocional llenó el aire. Sentí un nudo en el estómago. Damon no había tocado el piano desde la muerte de Ethan; verlo ahora, era como si un pedazo de mi historia volviera a la vida.

La melodía empezó a llenar el lugar, las notas resonando en las paredes, llegando a mí como el eco de recuerdos que aún perduran desde aquel momento en que la noticia de la partida de Ethan nos sacudió a todos.

"Damian, no sé qué hacer. No puedo hacerlo sin él"

"Su hermano es un asesino"

"¿Escuchaste la noticia?"

"Ahora que Damon se fue de la casa, más vale que te comportes como tal"

"Él no va a volver, acéptalo"

"Tal vez deberías estar solo"

"Sé que cuando vuelva ya no serás el mismo. Jaden siempre será mi hermano, y siempre será parte de mi vida. Pero por favor... tú no te vayas."

Ver a Damon allí, desencadenó todo recuerdo con cada acorde. Los nervios revolotearon en mi estómago, la sorpresa se reflejó en mis ojos, y la nostalgia se coló en cada poro de mi piel.

—Esa canción... —murmuró Ellie, absorta en la escena—. Conozco esa canción.

Jaden también estaba serio, su mano se apretaba en un puño.

La sala estalló en aplausos cuando Damon terminó. Bajó del escenario, y Ellie corrió hacia él, abrazándolo fuerte, susurrándole algo al oído. Pero el ambiente cambió de nuevo cuando unos murmullos comenzaron a crecer en el fondo, y las miradas de los invitados se giraron hacia la entrada.

Unos hombres uniformados atravesaron el salón, rompiendo el ambiente festivo. La sonrisa de Ellie desapareció al instante, sus ojos se fijaron en su padre, quien evitaba su mirada. Mi pulso se aceleró, mientras Ellie, aferrada a la mano de Damon, observaba a los oficiales con creciente preocupación. El oficial se acercó a Damon con una expresión grave, y las palabras que pronunció cayeron como un yunque.

—Damon Lerman, quedas bajo arresto como sospechoso en el caso del asesinato de Ethan Ackerman. Tienes derecho a permanecer en silencio.

El mundo pareció inclinarse. La sonrisa de Ellie se había desvanecido por completo, dejando en su lugar una expresión de incredulidad y horror. Las lágrimas comenzaron a asomarse en sus ojos mientras sus labios temblaban.

—¿Q-qué está haciendo? —tartamudeó. Ella parecía perdida, como si su mente se negara a comprender.

—Por favor, señorita, no interfiera —respondió el oficial, tratando de apartarla.

—No —dijo ella, con la voz cargada de una determinación inquebrantable mientras agarraba la muñeca de Damon con fuerza—. No puede hacer esto.

—Señorita, solo hago mi trabajo.

—¡Nadie le pidió que viniera! —vociferó. Su respiración se volvió pesada, audible en el silencio que dominaba la sala.

—Lo siento, pero tenemos a un testigo en su contra.

Ellie buscó la mirada de su padre, que no se atrevía a alzar la vista. Desesperada, volvió su atención a Damon.

—Damon, solo tienes que decir la verdad. Mírame. Dime que es mentira... yo te creeré. Siempre lo he hecho.

Él alzó la mirada con pesar y su semblante se oscureció.

—Esta es la verdad.

¿Qué?

—¡No es cierto! Tú me amas. Esa es la única verdad que conozco —le gritó con desesperación, pero él parecía dispuesto a rendirse.

—Solos hazte a un lado, Ellie —pidió con voz quebrada, como si implorara el fin de ese momento, dispuesto a decir cualquier cosa para terminarlo.

—¡No lo haré! Sé quién eres. No pudiste... él... él murió en...

Su voz se apagó, sus ojos se dilataron cuando comprendió algo que la hizo tambalear. Los oficiales la apartaron, y ella se quedó parada, inmóvil, hasta que corrió tras Damon cuando lo llevaban al auto.

Observé cómo, en medio de la calle, ella jadeaba, con lágrimas corriendo por su rostro mientras se llevaban a Damon. Esa noche intenté hablar con ella, pero su padre me pidió que le diera espacio, así que decidí esperar hasta mañana.

Pero por el resto de la noche, el sueño no me visitó.

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Problemas en el paraíso 😩💔

Será que Damian seguirá queriendo a Angel cuando sepa quién es?

Yo quería preguntarles algo, por qué les gustaba angel cuando sabían que era él, pero cuando era jaden no? Si es el mismo. Jsjsjs, no entiendo

Pero k está pasandoo?

La próxima actualización no tardará tanto, ya que estoy por terminar la corrección de la historia de Ethan y podré enfocarme al cien en esta. Que por cierto, las nuevas escenas de la historia son tan 😭🌌

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