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"Tu alma gemela no es alguien que entra en tu vida en paz, es alguien que viene a poner en duda las cosas, que cambia tu realidad, alguien que marca un antes y un después en tu vida.

No es el ser humano que todo el mundo ha idealizado, sino una persona común y corriente, que se las arregla para revolucionar tu mundo en un segundo."

-Mario Benedetti

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|Capítulo VIII|

El sol brillaba como si fuera pleno verano, Taehyung reía y se sentía feliz después de mucho tiempo, finalmente podía oír el mar desde lejos y sus manos tocando ligeramente la tibia arena, había soñado toda su vida con ir a la playa.

—Hasta que despiertas.—Era esa dulce vocecita otra vez, pero no se oía triste —¿Dormiste bien, amor?

¿Amor? Había escuchado bien, no estaba loco, Jungkook le había llamado amor. Sintió como ambas manos contrarias tomaron sus mejillas y luego sintió un tibio y húmedo beso sobre sus labios.

Se sentó de golpe cuando escuchó un par de ladridos de su can, estaba en su cama y todo había sido un jodido sueño. Se quedó dormido la noche anterior pensando en Jungkook, tanto así que ahora su subconsciente le jugaba una mala pasada. Estiró su mano hasta la mesa de noche y a toquesitos buscó su teléfono, al encontrarlo presionó el botón del costado que le indicaba la hora.

Se levantó y lo primero que hizo fue darse una ducha, pero no podía dejar de pensar en Jungkook, sentía que se estaba volviendo loco y debía encontrar alguna forma de volver a encontrarse con él, le daba exactamente lo mismo que Jungkook tuviera novio, quería sentirlo otra vez, quería tocar su rostro y malgastar su tiempo con él.

Y quién sabe quizás Jungkook dejaría a su novio por estar con él, aunque fuera una verdadera locura.

Taehyung nunca se había sentido así de atraído por alguien y le fastidiaba, él era alguien sin problemas, sin preocupaciones, pero ahí estaba Jungkook todo el día dando vueltas en su cabeza.

—Carajo.

Dijo Kim cuando cayó en cuenta en todo lo que estaba pensando, no podía pensar así de alguien que apenas conoce.

—Olvídate de él.—Se dijo a sí mismo.

Salió de la ducha y caminó hasta su cuarto nuevamente. Estando ahí, llegó hasta el tocador, extendió sus manos recorriendo todo el borde de aquel mueble hasta llegar al espejo en donde sintió el cristal frío. Sin quitar una de sus manos del espejo, llevó la otra hasta su rostro, y por primera vez en mucho tiempo quiso saber como era su aspecto, si en realidad era atractivo, como se lo dijo Jimin en reiteradas ocasiones. Sabía que su cabello era rizado y aveces desordenado, castaño oscuro según Jimin

Pero...

¿Y lo demás?

Suspiró resignado y la palma de sus manos golpearon fuerte contra el tocador, ahora ya no se sentía seguro, todo lo que tenía superado y asumido lo atormentaba. Y su idiota corazón comenzaba a latir por un tonto que ni siquiera conocía.

De pronto su teléfono sonó.

—Llamada entrante de: Número desconocido.

Habló el asistente de voz de su teléfono.

—¿Hola?—Habló Taehyung con seriedad, dejando de lado toda la amabilidad que lo caracterizaba.

—¿Taehyung?

Y su mundo dio vueltas al escucharlo, por fin podía oír su voz otra vez.

—Sí, con él?—Respondió aguantándose todas las ganas que tenía de gritar como adolescente enamorada.

—Soy Jungkook, mm Jimin me ha dado tu número, espero no te moleste?—Soltó una risita.

—No, para nada.—"Deseaba oir tu voz"quiso decir, pero solo lo pensó.—¿Necesitas algo?

—Pues, sí. Bueno en realidad nada en especial, estoy cerca del parque y quería saber si querías acompañarme, bueno solo si quieres y tienes tiempo. Debes de estar muy ocupado, lo siento.— Dijo todo tan rápido que a Taehyung apenas si le dio tiempo de entender lo que balbuceaba, pero seguía pareciéndole tierno.

—De acuerdo.— Soltó en medio de una risita. Y escuchó una de vuelta por el otro lado de la línea.

—Te espero Tae.

Apenas la llamada finalizado, comenzó a chillar y dar saltitos en su lugar, hasta que sintió como la toalla que llevaba en su cintura ya no estaba, sintió el frío chocar en su trasero, ignorando que estaba completamente desnudo, prosiguió a guardar el contacto de Jungkook, posteriormente para vestirse y arreglarse.

Peino su cabello acomodando perfectamente sus rizos con una loción para cabellos rizados que Jimin le había regalado hace un par de meses, la usaba porque tenía un exquisito olor dulce que le encantaba, puso un poco de bálsamo en sus labios y posteriormente un poco perfume en su cuello. Continuó poniéndose su enorme abrigo marrón, tomó a Yeontan, su bastón armado y salió de su pequeño apartamento, hacía frío, lo normal después de todo el invierno comenzaba a sentirse más y más frío con el paso de los días.

Camino por las calles conociendo el camino de memoria que lo lleva hasta el parque, sabe que ha llegado el lugar indicado, cuando el señor de la pequeña panadería que queda justo en la primera calle le saluda, siente el pasto cuando sus pisadas se hunden en este y camina siendo guiado por su pequeño perrito, Yeontan sintió el olor de Jungkook, comenzó a jalar la correa y ladrar fuerte llamando la atención de su dueño.

—¿Esta por aqui cerca?— Dijo Taehyung, y como respuesta recibe un ladrido —Voy a llamarle.

Busca torpemente su teléfono en el bolsillo de su abrigo hasta que lo encuentra. Pero no hizo falta la llamada, Jungkook ya se había adelantado cuando escuchó el alboroto que causó Yeontan.

—Tae ¿Cómo estás?- Jeon se acercó hablándole con timidez.

Solo tener a Taehyung frente a el lo hacía sentir como un niño pequeño enamorado, su cuerpo suplicaba queriendo abrazarlo.

—Hola.—Respondió él entre risitas. —Estoy bien, perfecto.

Se sintió un poco avergonzado cuando recordó el sueño que aquella mañana había tenido.

—Así veo. Gracias por venir, necesitaba estar con alguien.

¿O sea no es una cita? Taehyung suspiró profundo, en que pasaba por su mente cuando pensó que alguien con pareja le pediría una cita, qué tonto.

—De nada, y bueno, ¿Nos quedaremos aquí congelándonos? O ¿Iremos a alguna parte?

—¿Qué quieres hacer?

Habló Jeon viendo como el delgado chico caminó a pasos lentos y le siguió de inmediato alcanzándole. Lo veía de reojos, no podía evitarlo, lo extrañó tanto, Taehyung lo hacía sentir tanta tranquilidad que deseaba detener el tiempo cada vez que estaba a su lado. Estaba tan perdido viéndole que no se dio cuenta cuando Taehyung engancho su brazo entre el suyo, caminaron al mismo ritmo y el pelinegro sintió tibia sus mejillas, y el corazón latir mil por hora.

—Creo que estos encuentros "casuales" serán seguidos, así que me gustaría conocerte más, cuéntame de ti Jeon Jungkook.

—No soy nada interesante, no tengo mucho que contar la verdad.—Admitió el pelinegro con pesar.

—¿No? Todos tenemos algo para contar. ¿Qué te gusta?

Jungkook le miró y dejó pasar unos segundos de silencio para responder.

—Me gusta el arte, el cine y la fotografía. Hago arte desde que tengo memoria, solía hacerlo cuando mis padres se iban de la ciudad por períodos largos, un dibujo por día, los contaba siempre.— Soltó un ligero suspiro para tomar aire y continuar —Con el paso del tiempo los fui tirando a la basura, todos los dibujos que hice de niño, solo tengo algunos.

—Eres un tonto.—Le dijo Taehyung al artista mientras seguían caminando por el parque tomados del brazo. —Continúa...

—Y si que lo soy.— Confirma el menor.—Comencé a dedicarme a la fotografía cuando cumplí quince años, fue cuando me regalaron mi primera cámara, y pues aquí sigo.

—Inspirador.—Dijo Kim agregándole una pizca de elegancia a su tono de voz —Me agradas Jungkook. ¿Jimin y tu se conocían desde antes?

—Fuimos amigos en la infancia, nuestros padres eran vecinos, bueno aun lo son.

—Nunca me habló de ti.—Renegó el castaño.

—Quizás no soy importante para él.—Expresó con cierta melancolía.

Taehyung pudo sentir el cambio de humor y la voz melancolía del menor.

—Pues Jimin siempre finge no importarle nada, pero seguramente fuiste alguien especial en su vida.

—Quien sabe.

—Eres importante Jungkook, cada persona es importante aqui en este mundo.— Pasó por su lado, enganchando su brazo al ajeno nuevamente para seguir caminado. —Eres importante para mí.

Jungkook solo se limitó a soltar todo el aire que en sus pulmones había, aquella palabras le hacían sentir que por fin tenía un propósito en la vida, por fin era importante para alguien.

—¿Y a ti que te gusta?— Habló Jungkook después de unos segundos de silencio. —Aparte de la música, claro.

—Pues es una pregunta un poco difícil de responder.—Frunció el ceño con confusión. —Me gusta el viento en las tardes, el sonido de las aves, me gustan las plantas aunque me de alergias aveces, me gustan trabajar con niños, aprender de ellos y ayudarles también. Me gustan las personas como tú.—Su voz está vez sonó más bajo y soltó una risita.

—¿Cómo yo?

Taehyung asintió, sin embargo no siguió hablando.

No puedes hacerte el misterioso ahora Kim Taehyung, no, no.

—¿Dónde estamos?— Preguntó.—Creo que hemos caminado bastante.—Y se siente más frío que hace un rato.

La brisa fresca y fría golpeó sus mejillas , seguía esperando la respuesta del muchacho a su lado pero aún así este permaneció en completo silencio, siguieron caminando un poco más y pudo oír a lo lejos es sonido del mar, sintió un poco de nostalgia y felicidad.

—¿Que hacemos aquí?

—Bueno, hace mucho no venía a la playa.

—Pero casi es invierno Jungkook, vamos a morir congelados.—Dramatizo el de cabello rizado.

—Lo siento, creí que te gustaría venir aquí.—Dijo él apenado dispuesto a voltear para marcharse del lugar.

Y escuchó la fuerte carcajada de Taehyung, esa linda y encantadora risa que le ponía los pelos de punta cada que la oía. Taehyung apretó con suavidad su brazo, para que no escapara.

—Sabes.—Habló Kim cuando sintió a Jungkook estar a su lado otra vez —Es primera vez que vengo a la playa. — Confesó de una vez.

Jungkook esta vez no despego su mirada del rostro ajeno, vio como el castaño se quito los lentes oscuros y por fin pudo ver sus ojos a la luz del día, o lo poco que quedaba de ella.

—Gracias.

—Gracias a ti.—Susurró Jungkook quien sin pensarlo dos veces llevó su mano hasta tomar ligeramente la de su acompañante.

Taehyung sintió la suave mano de Jungkook tomar la suya y entrelazo sus dedos con los ajenos, eran tan suaves grandes y delicadas. Sentía por fin que el tiempo se detenía alrededor de ambos, tenía todo lo que quería justo ahí.

Sin embargo la realidad golpea fuerte y sin avisar, después de varios segundos tomados de la mano Taehyung decidió retirarse, se sentía avergonzado, triste y algo molesto.

Y también un tonto.

—¿Hace cuanto estas con HyunSuk?— Preguntó al momento de soltar la mano de Jungkook para introducirla dentro de su abrigo.

—Hace cuatro años.—Dijo casi obligándose a responder.

—Eso es bastante, eh.—Dejó salí una ligera risa, solo que esta vez fue fingida.

—¿Por que lo preguntas?

—Curiosidad... Bueno creo que debemos volver a nuestras casa, hace bastante frío y Yeontan podría tomar un resfriado y no queremos eso. —Dejó caer sus manos a sus costados, ya no se sentía tranquilo.

—Si, tienes razón. Te acompaño a casa.

—No es necesario Jungkook, puedo volver solo.

Caminó sin saber a donde iba pero supuso que había tomado el camino correcto para salir de la arena.

—Tae.— Sintió cuando Jungkook llego casi corriendo a su lado. -Déjame acompañarte, por favor.

—No quiero que tengas problemas con tu novio por mi culpa.

—Prometo que no pasará nada.— Mencionó tratando de sonar tranquilo y convincente.

De todas formas Taehyung no sabía lo que vivía día a día dentro de esas cuatro paredes.

Kim confío en sus palabras.

Juntos caminaron varias calles y aunque solo hubo silencio en todo momento, el castaño ya no se sentía incómodo como lo estaba hace un rato en la playa.

El asistente de voz del teléfono del rizado les ayudó a llegar a su hogar tranquilamente, junto a Jungkook subió las escaleras hasta llegar a su pequeño departamento una vez allí Taehyung se despidió agradeciéndole por la ayuda, aunque le repitió millones de veces que no la necesitaba.

—Cuídate Jungkook.—Mencionó quedándose parado en la entrada de sh hogar.

Y solo obtuvo como respuesta un cálido y apretado abrazo que lo tomó por sorpresa, no supo como reaccionar en ese momento y su cuerpo se quedó estático, hasta sus orejas las podía sentir calientes. Aclaró su garganta y sus manos inconscientemente abrazaron el cuerpo de Jungkook.

Cuando se relajó, apoyó su cuerpo apegandose más al ajeno dejando que todo su olor se impregne en su enorme abrigo, sintiendo como el menor se escondía en su pecho dejando un par de caricias en su espalda.

Jungkook quería quedarse así, quería alargar aquel bonito momento junto a Taehyung.

Pero ya debía marcharse.

Se alejó para mirarlo a la cara y por su cabeza pasó querer besarlo, quizás Taehyung también esperaba eso. Sin embargo no era tan valiente para hacerlo y talvez no era el mejor momento.

—Gracias, cuídate Tae.

Sin mas se despidió y bajo las escaleras corriendo para marcharse y dejar a Taehyung con el corazón y el alma encendida.

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Gracias a todos los que leen esta historia💖💖