La música clásica se oía sutilmente por todo el pequeño apartamento, el sonido de la tetera anunciaba que el agua estaba en su punto exacto para preparar su té de hierbas y el aire entraba por la ventana dándole un toque frío a su mañana.

Taehyung no le incomodaba el hecho de vivir solo, es más, era agradable llegar a su hogar después de un bullicioso día en el orfanato, ahí podía sentirse cómodo y seguro, ahí nadie lo miraba raro y si, él podía sentir cuando alguien se le quedaba mirando. No le gustaba inspirar lástima, porque él nunca se sintió menos, al contrario, muchas veces creía ser mejor que otros con sus cinco sentidos.

Sentado en el banquillo de su piano, bebía el té caliente, Yeontan estaba preparado para lo que venía, sin más que hacer, el joven maestro se dispuso a tocar, sus dedos se deslizaban por las teclas con la agilidad de un prodigio. Envuelto en la melodía, se dejó llevar, perdiéndose en sus pensamientos, sin dudas él te sabía mejor estando acompañado.

Recordó la charla con Jungkook la tarde anterior, las risas, los tartamudeos del chico a causa de los notorios nervios. Cuando sus manos se deslizaron por el delicado rostro de Jungkook, imaginaba sus facciones, asimilando a su tono de voz. Sabía que era un chico encantador.

El ladrido de Yeontan dispersó cualquier rememoranza, sin darse cuenta sus manos habían dejado de tocar.

Taehyung no se lamentaba por su condición, para el era un tema más que resuelto y asumido, pero desde que Jungkook apareció, sentía la frustración de no poder verlo.

Realmente deseaba poder ver su rostro.

Sus manos fueron directamente a su rostro y se elevaron hasta su cabello desordenándolo en el paso, quería dejar de pensar en Jungkook, quería dejar de imaginarse su rostro cada vez que lo recordaba.

Sin embargo, no encontraba forma de quitárselo de la cabeza.

Bebió lo poco que quedaba en su taza, se levantó del banquillo del piano y se dirigió hasta la cocina en donde lavó la taza y organizó lo que había ocupado aquella mañana, y es que no le era necesario la vista cuando ya tenía memorizado todo su pequeño hogar.

Minutos más tarde salió al balcón, donde tenía varias plantas que últimamente había olvidado darles la atención que merecían, puesto que con su trabajo y pasar tla mayoria del tiempo fuera de casa se le hacia un poco difícil entregarles tiempo, con una de sus manos tocaba delicadamente las hojas identificando las que estaban secas para retirarlas, una a una las iba arrancando de los tallos siempre con suavidad, de pronto el ladrido agudo de Yeontan lo asustó y las hojas secas que tenía en su mano volaron por todo el pasillo del balcón.

El can ladraba, y un gruñido se escuchó.

—¡Sssh! ¡Silencio!— Regañó Taehyung, pero el can hizo caso omiso y siguió amenazando al felino que estaba de intruso en su balcón.

Taehyung trato de mantener la calma, extendió sus brazos tratando de encontrar al canino, pero este corrió por entre sus piernas persiguiendo al gato hasta el otro lado del balcón, Taehyung cayó al suelo golpeándose el trasero y escuchó cuando alguno de sus maseteros golpearon en el suelo al caer por el barandal. Sabía que Yeontan y el gato habían hecho un completo desastre y se sentía mal, él nunca se comportaba así, era un perro tranquilo y amable.

Trato de ponerse de pie tanteando con sus manos buscando el barandal del balcón para usarlo como ayuda.

—Maldito gato.— Escuchó Taehyung una voz desconocida, y unos pasos rápidos que subían por la escalera. —¿Te encuentras bien?

Taehyung sintió como el desconocido tomo su brazo y le ayudó a levantarse del suelo.

—Lo siento mucho, se ha escapado el gato de mi abuela.— Mencionó preocupado acercándose al castaño para ayudarlo.

—No te preocupes, mi perro se volvió loco, él no es así.

Dijo Taehyung limpiándose las manos que al tocar el suelo se llenaron de tierra.

—Déjame ayudarte, soy Yoongi mi abuela vive en el piso de abajo.

—La señora Min, no le agrado a tu abuela, y tampoco a tu gato por lo que puedo notar.

—¡No hables con el Yoongi, y trae al gato de vuelta!— Gritó la anciana.

—¡Ya voy!—Gritó el de vuelta. —Lo siento mucho, pero esa señora está loca. Llevo apenas dos días aquí y ya quiero desaparecer.

Taehyung dejó salir una risita y sus manos nuevamente se extendieron hasta el barandal del balcón para guiarse por el pasillo de este mismo, y sus pies los usaba para encontrar lo que habían tirado los animales al suelo. Sabía que el nieto de la vecina seguía en su balcón a pesar del silencio, podía oír perfectamente como limpiaba el desastre.

—Oye, ¿Tienes algo que hacer esta noche?— Preguntó depronto.

Taehyung se sorprendió ante la pregunta, nunca fue alguien a quien le invitaran a salir mucho menos dos chicos diferentes en la misma semana.

—No.

—Bueno, no lo tomes a mal, solo que soy nuevo en la ciudad y no conozco a nadie, además eres muy amable, lo único que he visto en estos días es a mi abuela.

—No creo que pueda ayudarte con eso Min Yoongi, tristemente no conozco más que el camino ida y vuelta desde aquí hasta mi trabajo.—Sonrió un poco apenado.

Y por un momento pensó en Jimin.

—Tengo un amigo que quizás puede ayudarte, podríamos ir donde él, trabaja en un bar cerca del centro. Es el único lugar donde puedo llevarte.— Respondió Taehyung y escuchó una risita.— Pasa por mí a las 08:00.

—Si.— Mencionó emocionado. —Gracias.

Las horas pasaron y el reloj marcó las 08:00 en punto, Taehyung no acostumbraba a salir mucho menos a fiestas y locales nocturnos; sin embargo, estaba entusiasmado por escuchar un poco de música, beber vino y fumar algún cigarrillo.

Un suave golpe se oyó en la puerta y caminó hasta ella.

—Hola.

Mencionó Yoongi viéndolo de pies a cabeza, sintió sus mejillas ruborizarse, el castaño se veía realmente atractivo.

—Te ves muy lindo.—Habló Yoongi en voz baja muriendo de vergüenza.

—Gracias, seguramente tú también te ves increíble, Jimin nos está esperando.

Taehyung salió de casa no sin antes avisarle a la chica del apartamento de arriba quien era la que cuidaba a Yeontan cuando él debía ir a lugares donde no tenía permitido entrar el can, la muchacha era joven y amable, eso dejaba a Taehyung tranquilo y seguro de que su pequeño amigo estaría bien.

Tomaron un taxi en dirección al centro, Yoongi se quedó en silencio, pues no acostumbraba a salir con personas discapacitadas y no sabía como hacer amigos, solo fue suerte que el rizado aceptara su invitación a salir.

—¿Estamos cerca?

—Según lo que indica el mapa, solo quedan un par de calles.

Tal cual mencionó Min Yoongi solo faltaban unas pocas calles para llegar a su destino, cuando por fin se detuvo el taxi Yoongi bajo de este pagando y de inmediato ayudo a su acompañante a bajar de este, Taehyung agradeció sonriéndole y caminaron juntos hasta la entrada. La música se oía mezclándose con las voces de las personas que se encontraban en el lugar, Taehyung al desconocer el lugar entrelazo su brazo con el de yoongi para ser guiado por este mismo.

—Y bien, ¿Dónde encontramos a tu amigo?— Le habló mientras caminaban por el sitio.

—En la barra, dijo que estaría allí.

Yoongi recorrió todo el sitio con su mirada hasta llegar a la barra, donde un joven rubio, sonriente y de carita angelical atendía amablemente a las personas que había en el lugar.

—Olvidé decirte que es un bar gay, así que si te incomoda algún tipo de los que se encuentran aquí puedes decirme y vamos a otro lugar.

—No te preocupes Taehyung, también soy homosexual.— Dijo Yoongi entre risas.

—No hay muchos lugares para nosotros, pero este es un lugar tranquilo, al menos eso me ha dicho jimin.

Al momento de llegar a la barra Yoongi y el amigo de Taehyung hicieron contacto visual por un par de segundos, Yoongi no pudo evitar sentirse nervioso, pero actuó de manera tranquila, el rubio lo ponía nervioso y no sabía su era por el ceño fruncido que traía o por lo increíblemente atractivo que se veía con aquella expresión.

—Jimin, él es Min Yoongi, es el nieto de la señora amargada del piso de abajo.— Mencionó Taehyung entre risas.

—Un gusto Jimin.— Extendió su mano para saludar, pero el rubio solo saludo en un ligero ademán y una sonrisa bastante fingida.

Y no es que fuera un amargado, solo que la gente le inspiraba desconfianza, pues bien sabía que Taehyung era un ser humano bastante confiado e inocente, y la gente solía aprovecharse de su nobleza y amabilidad, ya le había pasado antes que debía cuidar a su amigo de muchos tipos que se aprovecharon de él.

—¿Qué desean beber?— Dice el rubio clavando fijamente su mirada en los ojos del chico de facciones mininas.

—Una Lager por favor.— Dice Min Yoongi con timidez, el rubio lo intimidaba de sobremanera hasta sentirse un poco incómodo.

—¿Todo bien Jimin? Te escucho un poco molesto.

Taehyung conocía perfectamente a su amigo, y podía reconocer el timbre de su voz con cada persona con la que el rubio interactuaba.

—Solo estoy un poco estresado, un hijo de perra vino y me toco el trasero, como si estuviera aquí para entretenimiento de estos mal nacidos.— Resoplo enojado.

Algo dentro de Yoongi también se llenó de ira, como podía ser posible que dejaran entrar a tipos acosadores. Si él hubiera estado en aquel momento, no hubiera dudado ni un segundo en romperle la maldita nariz al imbécil.

—Lo siento, solo tuve un mal día, no es personal Min Yoongi.— Le sonrió, esta vez dejando en la barra un vaso grande de cristal con la cerveza a tope. — Disfrútalo, llegó hoy en la mañana desde Australia, eres el primero en probarlo.

Taehyung no podía ver, pero sabía perfectamente que Jimin estaba coqueteando con su nuevo amigo.

—Jungkook pregunto por ti hoy.— Comentó tocando la mano de Taehyung para llamar su atención. Mismo que sintió mariposas en su estómago cuando escuchó aquel nombre.

Lo extrañaba, no podía mentirse a sí mismo, quería volver a tenerlo cerca y escuchar su torpe vocecita.

—Lo vi en la universidad, cosa que es bastante extraño porque no asiste nunca, me pidió tu número de celular.

—¿Y se lo diste?

—Han tenido una cita y no le has dado tu número de teléfono Taehyung.—Soltó más como un regaño y el mencionado se encogió de hombros.

—Solo ha sido coincidencia Jimin, no fue una cita.—Defendió.

—Pues si se lo di, pero recuerda que él tiene novio Tae, no te hagas ilusiones.—Volvió a advertir.

—Lo sé, lo sé, mejor hablemos de otra cosa. Yoongi es nuevo en la ciudad.

—Sí, llegue hace un par de días, soy de Daegu. Vine aquí por trabajo.-Sonrió mirando al rubio quién le devolvió la sonrisa y siguió trabajando.

—Genial.— Mencionó Jimin mientras seca los vasos.

La noche pasó entre tragos, risas, anécdotas y conversaciones. Jimin y Yoongi se llevaron bien y quedaron de salir algún día. Cuando el reloj marcó las 3 de la madrugada, jimin marcó su hora de salida y en su auto llevó a Taehyung junto con Yoongi hasta el edificio en donde vivían.

Taehyung, estando en su casa, sintió un poco de luz a través de sus ojos, lo que le indicaba que la luz de la sala estaba encendida, con cuidado se quitó los zapatos.

—Buenas noches, Taehyung.

Escuchó la aniñada y femenina vocecita de su vecina, quien al parecer se había quedado dormida porque su voz también sonó algo adormilada.

—Jisu, pensé que ya te habías ido.

Taehyung se quitó su enorme abrigo y lo colgó en el perchero que estaba cerca de la entrada.

—No podía dejar a Yeontan solo.— La escuchó reír.

Taehyung busco entre sus cosas su cartera, buscó un par de billetes y pasó sus dedos por sobre estos mismos para identificar a cada uno.

—Ten, es tu pago, gracias por cuidar a Yeontan.

—No hay de que, descansa.

Fue lo último que dijo la muchacha y Taehyung escuchó cuando la puerta se cerró. Caminó hasta su habitación despojándose de su ropa en el camino, escuchó las uñas de su canino amigo chocar contra la cerámica y cuando ya sintió la alfombra supo que estaba cerca de su cama, se sentó en esta misma y nuevamente Jungkook vino a sus pensamientos.

¿Será que él también quería volver a verlo?

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buenos dias/tarde/noche personitas que leen esta historia, espero se encuentren super bien💖

Muchas gracias por llegas hasta aquí y muchas gracias por leerme.🥰🥰