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|06|Un poco de tranquilidad.


Jungkook pensó que el interrogatorio de su madre el día anterior había llegado hasta ahí, pero no, la mujer en un intento de acercarse a su hijo lo hostigaba con preguntas.

Continuó así durante toda la mañana.

Después de desayunar en silencio solo oyendo las travesías de sus padres y excusando la ausencia de HyunSuk, quien una vez más lo había dejado solo por la mañana sin ningún motivo aparente. Se levantó de la mesa agradeciendo a su Nana por el desayuno, otra vez Jungkook no quería estar ahí, no quería oír ni ver a sus padres, fingir ya no se le daba bien y era agotador sonreír y fingir todo el tiempo.

Tomó sus cosas y salió de casa, el frío de afuera le rozaba las mejillas con sutileza y sus pulmones se llenaban de aire puro, sentía libertad con solo poner un pie fuera de esa maldita casa. Caminó a pasos lentos y un poco agotados llevando su cámara colgando en su pecho, tomó algunas fotos en el camino y se detuvo cuando estuvo fuera de la casa de Jimin.

Jimin y Jungkook fueron amigos casi toda su infancia, fueron al mismo kínder y luego a la misma escuela. Cuando crecieron, cada uno tomó caminos diferentes y dejaron de verse después de un tiempo.

Se quedó unos segundos ahí tratando de mirar por lo poco que se veía desde la cortina, quería encontrar a Taehyung ahí adentro; sin embargo, la casa parecía vacía. Con un sentimiento de pesar en su pecho y decepción después de no encontrar a Taehyung, siguió con su camino hasta la universidad.

Sabía que sería un día aburrido igual que siempre, aunque no dejaba de sentirse un poco exaltado, ya que no pisaba la universitaria hace casi dos semanas, eso era el tiempo en que los moretones de su rostro se curaban, o al menos dejaban de notarse tanto. Ya estando dentro de esta caminó por el pasillo mientras configuraba su cámara, ajeno a todo lo que le rodeaba, sin darse cuenta de que todos los alumnos lo veían raro y hablaban entre ellos.

—Jungkook.

Se detuvo al escuchar aquella voz que conocía desde hace tiempo.

Y luego un abrazo lo cubrió por la espalda tomándolo por sorpresa.

Sus ojos se abrieron y su corazón comenzó a palpitar rápidamente, se quedó estático en su lugar sin soltarse del abrazo que por un momento lo hizo sentir tranquilo, unas pequeñas lágrimas se escaparon de sus tristes ojos y al soltarse del apretado abrazo camino rápidamente hasta llegar al baño y esconderse en uno de los cubículos.

—¿Jungkook?

Escuchó otra vez, sin embargo, no salió de su escondite.

—Yugyeom.— Soltó apenas un suspiro.

—Estábamos todos preocupados por ti ¿Dónde estabas?

Decía él muchacho, abriendo una a una las puertas de los baños, hasta que encontró a Jungkook sentado sobre el inodoro, abrazando sus piernas, levantó su rostro empapado en lágrimas y a su amigo se le encogió el corazón al verlo tan hundido en la tristeza.

—¿Qué paso?

Jungkook no dejaba de llorar, sentía el alma rota, y Yugyeom podía notarlo.

Sin más se acercó a él y lo abrazó nuevamente, el pelinegro hundió su rostro en el pecho de su amigo dejando salir su ahogado llanto. Y a Yugyeom no le importó que su camisa favorita se empapara de lágrimas, no soportaba ver a su amigo de esa forma, así de roto.

Jungkook siempre fue un chico feliz, su sonrisa y linda personalidad relucían a flor de piel, pues lo conoció en la adolescencia siendo Jungkook el más carismático e increíble chico de su grupo de amigos; sin embargo, ya no era el mismo que había conocido.

Yugyeom sentía el dolor de Jungkook, podía ver como el mundo de su amigo se venía abajo, como el brillo de sus ojos se apagó desde hace ya un tiempo, y sabía de cierta forma que HyunSuk no le permitía tener una amistad cercana, como lo eran antes. Fueron un par de minutos en donde solo los sollozos de Jungkook se oían haciendo eco en el baño, mientras que su amigo solo se dedicaba a acariciar con delicadeza el cabello negro de este.

Cuando su respiración se tranquilizó, se alejó de él, Yugyeom se sentó en el piso quedando de frente a su amigo, quien le dedico una sonrisa en forma de agradecimiento. Se quedaron sentados ahí, el de cabello largo acariciaba la mano de Jungkook.

—Gracias.

—Las clases de Arte son aburridas sin ti, te extrañé.— Le dijo acariciándole la mano.

—Lo siento.

—Sé que no es tu culpa tonto.— dicho esto ambos sonríen.

—Quiero terminar con él, quiero que se vaya de mi vida para siempre.

—El golpe en tu ojo, lo hizo él ¿Verdad?

Jungkook asintió cabizbajo y su amigo suspiró apretando su mano.

—Maldito hijo de perra. ¿Alguien más lo sabe?

—Solo Nana, ni siquiera le he dicho a mis padres, de todas formas dudo que les importe.

El rubio se le quedó viendo sin saber que decir, tenía miedo de lo que podía pasarle a Jungkook si seguía viviendo en el mismo lugar que su agresor. Jungkook le contó con detalles todo lo que había estado viviendo en el último tiempo, hasta el más mínimo detalle, dejando perplejo a Yugyeom quien le presto toda la atención mientras escuchaba el horrible relato de su amigo. Fueron más de treinta minutos en lo que estuvieron encerrados en el baño, Jungkook pudo sentirse de cierta forma un poco más aliviado después de eso. Cuando salieron ambos del cubículo, el triste pelinegro mojó su rostro y se quedó viendo al espejo.

Suspiró cuando vio las marcas que aún se notaban incluso a metros de distancia podían distinguirse, otra vez el peso caía sobre sus hombros y miles de preguntas bombardearon su mente, preguntas que el mismo debía de responderse.

El timbre sonó, habían perdido la primera clase de aquella mañana, pero a Yugyeom no le importaba si se trataba de recuperar el tiempo perdido con Jungkook y por supuesto hacerle compañía, a la hora del almuerzo se quedaron en las gradas del campo de fútbol, y su grupo de amigos llegaron de a poco, reuniéndose como en los viejos tiempos.

—No puedo creer que estés aquí— Menciona él de pequitas abrazando a Jungkook. —No vuelvas a dejarnos, ¿Oíste? Traje galletas, las hice yo mismo —Dijo después de separarse del pelinegro y sentarse en una de las gradas.

Jungkook tomó una de las galletas que su amigo le ofreció y sonrió.

—Gracias Lix.

—Mingi dice que viene luego, anda muy enamorado, pero aún no sabemos quién es la chica misteriosa.

—Querrás decir, chico misterioso.— Mencionó otro de sus amigos con mueca graciosa.

—¿Mingi también?

—Es un chico, de tercer año.— Asiente mirando a sus amigos, y el de pequitas queda impresionado.

—Este debería ser el club de los homosexuales y no de los rechazados.— Dice el muchacho llenando su boca de galletas.— Digo, somos todos iguales, ¿No? Si hay algún hetero entre nosotros que hable ahora o calle para siempre.

Todos se quedaron en silencio, pues era obvio lo que el divertido muchacho pecoso decía; sin embargo, esa no fue la razón por la cual hubo silencio. Todos vieron a Jungkook, quien simplemente se mantenía con la vista baja y perdido en sus pensamientos.

—¿Te sientes bien Jungkook?— Le preguntó uno de sus amigos.

—Si.—Se apresura en responder con una sonrisa fingida. —Solo estoy aprovechando el tiempo con ustedes, los extrañaba.

Jungkook ese día volvió a casa más aliviado.

A pesar de ello, el saber que HyunSuk se encontraba en casa lo hacía sentirse angustiado, pero podía estar tranquilo mientras estuvieran sus padres en casa.

Entró a la casa cerrando la puerta a la vez y camino por el pasillo hasta la cocina donde estaba su Nana, como siempre esperándolo con una sonrisa, un cálido abrazo, y su comida favorita, tal cual fuera un niño pequeño.

Se acercó hasta ella, en realidad no deseaba comer con sus padres ni mucho menos con HyunSuk, se quedó en la cocina con la pequeña mujer un par de minutos tratando de escuchar la conversación que su padre tenía con HyunSuk.

—¿Cómo han estado las cosas con Jungkook?— Preguntó el mayor.—¿Veo que sigue igual de caprichoso?—Soltó una carcajada.

—La verdad es que sí, pero es adorable.

Sonreía con tal naturalidad sin parecer que mentía.

—La hemos pasado increíble estos últimos meses, tenemos planeado viajar a París el próximo mes...

—¿París? Maldito, mentiroso, manipulador.—Susurró Jeon mientras oía desde la cocina.

—Qué bueno, no sabes cuanto admiro la paciencia que tienes con ese niño malcriado.— Halago el hombre, haciendo sentir orgulloso al rubio.

—Usted sabe lo mucho que amo a su hijo.

Se le daba con naturalidad eso de mentir y manipular, siempre sonaba convincente.

—Gracias HyunSuk, eres una gran persona.— Sonrió, elevando su copa de vino. —No me equivoque en elegirte como pareja para Jungkook.

Estaba tan molesto con toda la mierda que salía de la boca de esos dos, pensando cuál de los dos es más imbécil, pero no podía hacer ni decir nada, no quería provocar la ira de su novio, no ahora...

—Buenas noches.— Dijo el pelinegro mientras pasaba por la entrada al comedor.

—Hasta que decides volver.— Le dijo su madre con una amplia sonrisa.

—¿Todo bien amor?—Preguntó el rubio dejando un beso en los labios del contrario, haciendo que este obligadamente lo aceptara.

—Sí, tuve bastante tiempo de ponerme al día con las clases.— suspiró sin mirar a los ojos amenazantes de su novio.— Saben que es una lástima que solo quedan un par de días para que ustedes se vaya.— Quitó su mirada rápidamente y la dirigió hasta sus padres.

Fue la estrategia perfecta para cambiar el tema de conversación.

—¿Vas a extrañarnos verdad cariño?— Dijo la mujer dejando una caricia en la mejilla de su hijo, la cual fue rechazada disimuladamente por el menor, el cual giró la cara al momento del tacto.

—Sí.— mintió el menor, se lamentaba porque solo quedaban dos días de una relativa calma. —Estoy algo cansado, iré a darme una ducha, buenas noches.

Se despidió de su familia y caminó hasta su habitación, cerró la puerta y se aseguró que HyunSuk no viniera detrás de él y se tiró a la cama, veía el techo y pensaba en Taehyung, sonrió cuando recordó su bonito rostro y suspiró cuando las mariposas se hicieron presente en su estómago.

Definitivamente, debía volver a verlo.

♡♡♡

Espero les esté gustando como va la historia💖💖 De momento esta un poquito aburrida pero les prometo que se pondrá interesante...

Gracias a los que están apoyando💖

No olviden dejar su estrellita y comentario, besitos💖💖

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