|05|Si tan solo si tan sólo supieras.
Temprano por la mañana los ojos de Jungkook se abrieron con tranquilidad, no había rastros de su novio en la habitación y eso le relajaba, estiró su cuerpo y se quejó cuando noto que aún le dolía un poco la espalda, no queriendo recordar el porqué, se quedó mirando el techo y suspirando con cierta melancolía. Sin embargo su burbuja de tranquilidad se rompió cuando escuchó voces en la planta baja de la enorme casa.
Sus ojos rodaron por inercia cuando reconoció la voz de su madre y resoplo aún más fastidiado cuando hoyo la de su padre.
Se había acostumbrado tanto a su ausencia que cada vez que ellos volvían a casa era incómodo y Jungkook no soportaba a su padre, siempre fue un hombre serio, frío, podría decir que hasta mal padre por dejarlo abandonado cuando él más lo necesitaba, y su madre, aunque la mujer si era dulce y amable al jovencito eso ya no le importaba. Los quería si, pero no podía dejar de sentir rencor hacia ellos, no podría perdonarles jamás todo lo que tuvo que pasar por la ausencia de ambos.
Se levantó sin ánimos, y bajó a la sala, aún en pijama, era día domingo, así que le daba exactamente lo mismo cambiarse de ropa, incluso podría estar todo el día sin bañarse. Pero esa ya es otra historia.
Se quedó parado a mitad de la escalera unos segundos pensando en que tal vez no era buena idea reunirse con sus padres tan temprano, después de todo le daba igual que ellos volvieran, los vio entrar con sus maletas y detrás de ellos unos hombres cargando un par de cajas.
—Que bueno que volvieron.
Habló Jungkook después de unos segundos, captando la atención de sus padres, quienes ni se habían dado cuenta de que él estuvo parado ahí unos segundos, siendo invisible para ellos como lo ha sido siempre.
—¡Cariño!— Chilló la mujer acercándose a él, quien lo abrazo de inmediato.
Pero se alejó cuando noto que el abrazo no fue correspondido.
—Buenos días, amor.— Saludo HyunSuk con un beso a su novio, quien se quedó quieto cuando sus labios apenas rozaron con los del mayor.—Veo que te levantaste de mal humor.
—Al contrario, estoy perfecto.— Fingió sonreír y se alejó del hombre.
Pero su tono de voz neutral decía todo lo contrario, y HyunSuk lo sabía, le tocaba los cojones tener a Jungkook con esa cara de amargado todo el tiempo.
Y como no, si él mismo se encargaba de hacerle la vida un infierno.
Sin más que decir Jungkook decidió volver a la habitación, pensaba que tal vez con la llegada de sus padres las cosas podrían ser diferentes, que tal vez HyunSuk volvería a ser el mismo de antes o al menos comportarse. Entró a la habitación y cuando iba a cerrar la puerta alguien detrás la detuvo. Vio a su novio parado detrás de la puerta, quien entró y cerró esta misma rápidamente.
Jungkook dio dos pasos atrás y el miedo le heló la sangre.
—¿Por qué estás de mal humor?— Preguntó el tan frío y amenazante como siempre, pasó por su lado y el corazón de Jungkook se detuvo por un instante.
Quiso responder, pero estaba paralizado, el miedo se apoderó de todo su cuerpo y unas pocas palabras lograron salir de su boca.
—Solo pasé mala noche.—Respondió con apenas un susurro.—Quizás necesito dormir un poco más.—Pasó por el costado de HyunSuk y se dispuso a meterse en la cama nuevamente, sin embargo, el rubio se molestó aún más y como disfrutaba del dolor ajeno tomó a Jungkook del brazo y lo jalo hasta él.
—Suéltame.— Su voz sono apenas en un hilo.
—No quiero que salga ninguna palabra de esto frente a tus padres, ¿Me Oíste?— Amenazó presionando más la mano con la que sostenía el brazo del menor, haciendo que este llorara en silencio. —No quiero problemas.
Jungkook asintió apretando los ojos.
HyunSuk, ante la respuesta de su novio, lo empujó con fuerza haciendo que este cayera de forma brusca sobre la cama y salió de la habitación cerrando la puerta de golpe.
Jungkook cubrió su boca para opacar su desconsolado llanto, maldecía una y mil veces el momento en que permitió que HyunSuk le diera el primer golpe que desataría a la verdadera bestia que escondia ser, y se maldecía a sí mismo por ser un tonto.
Lloraba en silencio deseando que toda su maldita existencia fuera solo una pesadilla.
Se levantó de la cama cuando pudo calmar su llanto, limpió sus lágrimas y se cambió de ropa por algo más cómodo y finalmente fingió una sonrisa frente al espejo, suspiró mirándose unos segundos, una de sus mejillas aún se veía un poco magullada y la perforación de su labio se había arruinado por los golpes. Se quitó la pequeña argolla con cuidado y la guardó. Se veía triste, amargado, su brillo ya no existía, en sus ojos solo se reflejaba sufrimiento y oscuridad, inexpresivos y somnolientos, ya no brillaban más.
Suspiró una vez más y salió de su habitación, para posteriormente reunirse con su familia en el comedor, donde tenía que fingir que todo estaba bien y que su noviazgo seguía siendo perfecto.
El silencio era incómodo y solo se podía oír a lo lejos la música del viejo tocadiscos que su padre tenía en la sala, era primera vez después de mucho tiempo que compartía con sus padres, detestaba tenerlos ahí en frente sin preocuparse, sin darse cuenta de toda la mierda que le rodeaba, Jungkook simplemente deseaba no estar ahí.
—¿Supongo que se quedarán hasta navidad?
Jungkook decidió romper el incómodo silencio, su madre lo miró de inmediato, en cambio, su padre suspiró con molestia, el menor sabía la respuesta que ellos le darían, sin embargo, insistió con aquella pregunta.
—Solo hemos venido por unos días, hemos estado muy ocupados estos últimos días.— Respondió la mujer.
—¿Estos últimos días?— Frunció el ceño con molestia. —Toda su vida han estado ocupados.
—Sabes como es nuestro trabajo Jungkook.— Le recalca su padre mirándolo con seriedad.
—No recordaron mi cumpleaños ¿Saben cuantos años cumplí siquiera?— Dijo él sintiéndose ahogado por el nudo que se estaba formando en su garganta.
Sus padres se miraron con decepción.
—No tienen idea.
Fue lo último que dijo cuando se levantó con brusquedad de la silla, arrastrándola y tirando la servilleta de tela sobre la mesa para posteriormente abandonar a su familia.
Jungkook estaba molesto, decepcionado, harto de la vida que tenía, quería escapar y no volver nunca más. Entró a su habitación olvidando ponerle seguro a la puerta, se quitó la camiseta para cambiarse, sin embargo, se quedó parado frente al espejo observando los moretones que tenía cerca de sus costillas. La puerta se abrió tomándolo por sorpresa, la mujer entró a la habitación.
—Hijo ¿Qué te paso?— Se acercó a él, pero este retrocedió de inmediato.
Rápidamente, se vistió, no quería que nadie lo tocará ni mucho menos lo vieran así.
—No es nada.
—¿Cómo que no es nada? Estás todo golpeado.— Caminó acercándose a él nuevamente.
Pero Jungkook realmente no quería tenerla cerca y volvió a alejarse de la mujer.
—¿Quién te hizo eso?
—Estaba borracho y me peleé con un tipo.—A ella podía mentirle con tranquilidad, su ingenuidad no le permitía ver más allá de la realidad.—Ya se borrarán, no es nada mamá.
—¿Te emborrachas y peleas? ¿Qué más es lo que no sé, Jungkook?
Aquellas preguntas le helaron el cuerpo y el alma, realmente la mujer a la cual le llamaba madre no tenía idea de nada.
—Solo fue esa vez.— Respondió agotado —No quiero ser grosero mamá, pero de verdad necesito descansar.
—Está bien, ¿Hay algo que necesites?— Jungkook negó con la cabeza y fingió una sonrisa. —Le diré a HyunSuk que suba para que te haga compañía.
—No, no es necesario, estoy bien así mamá.
Se apresuró en decir cuando sintió su corazón, casi salir de su pecho cuando hoyo el nombre de su novio.
La pequeña mujer salió de la habitación sin decir nada más.
Si tan sólo supieras...
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