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|04|Conociéndote.

El agua de la bañera cubría todo el cuerpo desnudo y adolorido de Jungkook, estaba sentado en el piso de esta misma con sus rodillas pegadas al pecho, rodeando sus piernas con ambos brazos, dejando salir toda la tristeza y la angustia que sentía, Lloró por horas, como queriendo limpiar su cuerpo con lágrimas.

No había ni una sola parte de su cuerpo que no doliera, tanto física como emocional, la persona que tanto amo se había convertido en un monstruo, tenía miedo de lo que HyunSuk podría hacerle, tenía miedo de morir en manos de su novio.

Sin embargo, no era tan valiente para escapar de aquel infierno.

Con algo de dificultad logro ponerse de pie para salir de la ducha y cubrir su cuerpo con una toalla, no estaba listo para salir y mirarlo a la cara como si nada hubiese pasado. Se vio en el espejo, su aspecto era cada vez más deplorable, intento forzar una sonrisa, quería disimular ante su nana.

Ella era la mujer que trabajaba en su casa desde que tiene memoria, ella fue quien prácticamente lo crío ante la constante ausencia de sus padres, que por trabajo solían viajar por periodos largos.

Salió del baño y rápidamente fue a hasta su habitación, el camino estaba libre, HyunSuk no estaba ahí, se vistió y se quedó unos minutos contemplando la cama, las sabanas de seda que él y su novio eligieron tiempo atrás lucían desarregladas de una forma estrepitosa, minutos antes fueron el escenario de una desgarradora y espantosa escena, algo que nunca más quisiera volver a vivir.

—¡¿Jungkook, donde mierda estás?!

Reaccionó con miedo ante la voz firme y autoritaria de su novio y al oír los pasos de él acercándose sintió pánico, tanto así que no se dio ni cuenta cuando ya se encontraba corriendo hacia la puerta de la casa, la cual abrió y azotó con fuerza al salir.

Como una especie de rutina, después de cada pelea, después de cada momento traumático él solía huir, corriendo sin rumbo fijo, solo quería escapar de las garras de quien era el hombre al que alguna vez amo, un sin fin de preguntas recorrían por su mente.

¿Por qué lo hacía? ¿Qué estoy haciendo mal? ¿Lo merezco? ¿Será que tiene razón y todo esto es mi culpa?

Seguía corriendo, sus lágrimas caían y parecían congelarse, sus mejillas estaban rojas, y ya casi se quedaba sin aire después de correr varios kilómetros.

Buscar un poco de soledad y calma en un bello parque, sentado siempre bajo el mismo árbol, veía el mundo avanzar, aunque él no pudiera, todo era igual, salvo por ese chico de abrigo largo, piel canela, de voz grave, pero tierna que se había aparecido en su paisaje nuevamente junto a su pequeño perrito, por ese momento olvidó lo que horas atrás había pasado.

"Hasta en el día más nublado habrá un sol para ti."

El paisaje traía a su mente esas frases de los libros de auto superación y amor propio que últimamente había leído.

—Quizás el sol si puede salir para mí...

Pensó jungkook al ver a Taehyung jugando con Yeontan a solo unos metros de él.

—¡Taehyung!— Lo llamó agitando su mano enérgicamente.

Y la bajó de inmediato cuando se dio cuenta de que Taehyung no le respondería el saludo por obvias razones, se sintió un verdadero tonto.

Taehyung giró su cabeza buscando de donde provenía esa voz, era imposible no reconocerlo.

—Jungkook, hola.— Le dijo quedándose quieto esperando que el menor se acercara a él.

—¿Cómo estás?— Preguntó Jungkook ya estando a corta distancia de él.

Sentía cómo su cuerpo temblaba y esta vez no era por el frío.

—Pues, de maravilla.—sonrió bajando a Yeontan al suelo.

Jungkook noto el vapor, entrar y salir por la boca de Taehyung cada vez que respiraba, frotaba constantemente sus manos en un acto de conseguir calor.

—Vaya que si hace frío hoy.— Comentó Taehyung confirmando lo que era evidente.

Era un día particularmente frío en comparación a los demás.

—¿Quieres ir a un lugar más cálido? ¿Podríamos ir por un café?... Solo si quieres, claro...—Jungkook hablo por impulso.

No quería que el frío acortara su pequeño encuentro.

No entendía la necesidad que tenía de sumar minutos para conocer más al carismático chico, que soltaba detalles de su vida casi a tira buzón. Taehyung lo consideró unos segundos. Segundos que se hicieron eternos para el menor, quien esperaba ansioso que la respuesta fuera positiva.

Balanceándose sobre sus talones hacia adelante y atrás volvió a preguntarle a Taehyung.

—¿Y bien?

—De acuerdo, pero debemos asegurar que dejen entrar a Yeontan.—Respondió tomando la correa de su amigo para luego abrocharla al collar que este traía.

Jungkook no pudo evitar sonreír, dios había olvidado lo que era sonreír de verdad.

Miro a Taehyung brindándole la sonrisa más grande que había mostrado en este último tiempo.

Lástima que el chico no pudiera verla.

Mientras algunos copos de nieve comenzaban a cubrir sus cabellos y las calles de la ciudad, cruzaban una que otra palabra mientras caminaban por momentos, solo avanzaban en silencio. En esos momentos Jungkook se sorprendía a sí mismo mirando descaradamente una y otra vez al muchacho de cabello rizado.

—Aquí es, Taehyung.—rompió el silencio.—Aquí si puede entrar el cachorro, ten cuidado, hay una escalera para entrar.

Taehyung no quería ser una molestia para nadie, pero cada vez que se encontraba con estructuras desconocidas era todo un desafió a pesar de estar acostumbrado. Armo su bastón y comenzó a golpear el piso de un lado a otro para distinguir los escalones.

Su plan se vio interferido, sintiendo la tibia y cálida mano de su acompañante enganchadose a su brazo, Taehyung sorpresivamente sintió algo de calor en sus mejillas y su estómago mientras se le revolvía en ese momento. Jungkook lo ponía nervioso y de cierta forma se sentía bien.

El notable cambio de temperatura le indicó que ya estaban en el interior de la cafetería. Podía sentir el aroma del café, chocolate y galletas.

—Por aquí.—Jungkook le indicaba con su voz sin soltarle el brazo. —Tenemos la chimenea cerca, ya moriremos de frío.— Soltó una risita.

—Amo el café en días fríos.— Mencionó Taehyung mientras tomaba asiento, tratando de calcular la distancia de la silla con sus manos.—Se siente hasta más dulce.—Sonrió después.

El silencio se volvió a hacer presente, Jungkook daba pequeños golpecitos en la mesa con la punta de sus dedos, pensando en como entablar una conversación con el castaño, algo interesante pero que no fuera tan hostigante, por más que lo pensó ninguna idea llegó a su mente.

A su lado, debajo de la mesa, Yeontan lo miraba ladeando su cabeza.

—De seguro crees que soy patético por no saber qué decirle a tu dueño.— Jungkook pensaba, en su mente intentaba buscar algún tema, iba a hablar, pero antes de hacerlo la mesera los interrumpió trayendo la carta, La chica sin notar la discapacidad de Taehyung le dejó sobre la mesa frente a él.

Jungkook leyó la lista en la carta y cuando ya estuvo a punto de ordenar levantó la mirada encontrándose al castaño pasando suavemente sus dedos por la carta, sin embargo por más que buscó no había braille por ninguna parte.

—¿Podrías leerme la carta?—Pidió un poco avergonzado.

—Si claro, discúlpame qué descortés fui.—Otra vez Jungkook se sentía el ser más estúpido de todo el planeta.

—No te preocupes, no creo que acostumbres a salir con personas ciegas.— Soltó una carcajada que relajó a Jungkook inmediatamente quien sonrió también.

Luego de leerle, Taehyung pudo elegir, chocolate caliente y una tarta de fresas, casualmente Jungkook eligió lo mismo.

—¿Fresas eh? Así que tenemos algo más en común.—Aseguró el mayor entusiasmado, como solía ser siempre su personalidad.

—Si, es una de mis frutas favoritas, dicen que aquí sirven la mejor tarta de fresas.— Decía él queriendo sonar interesante —Aunque lo dicen porque no han probado la que hace mi Nana.— recalcó orgulloso.

—¿Nana es tu mamá?— preguntó Taehyung bebiendo un sorbo de su café.

—Lamentablemente no, aunque hubiera deseado que si lo fuera.— Jungkook dejo salir un melancolíco suspiro.  —Ella trabaja en la casa donde vivo con mis padres y HyunSuk.

—¿Y HyunSuk es tu hermano?

Quiso suponer que hablaba de su hermano, esperaba que sí.

Un breve silencio atacó otra vez, Jungkook sintió como su estómago se apretaba con solo escuchar el nombre de su novio.

—¿Hey estás ahí?—Preguntó Taehyung, extendiendo sus manos para encontrar las de Jungkook.

Quien las acercó tocando ligera y fugazmente las de Taehyung.

—Si, aquí estoy.—Respondió el menor con la voz un poco más apagada.—No, él no es mi hermano, es mi novio.

—Oh, tienes novio, entiendo.—Curioso volvió a insistir —¿Y no se molesta porque invitas a chicos extraños a citas en la cafetería?— Una tímida sonrisa salió de sus labios.

—Bueno, si lo dices así suena osado, pero créeme que no es algo que acostumbre a hacer.

—Solo bromeo, relájate.

Jungkook no entendía como él podía ser tan ligero, tan desenrollado, y él solo era un nudo de nervios todo el tiempo, por lo que solía tomarse las cosas a pecho o estar más a la defensiva, su realidad lo obligaba.

—Y tú ¿Por qué aceptaste si no sabes como soy?— pregunto Jungkook —Podría estar mintiendo y ser un señor viejo y calvo que seduce a jóvenes.

Ambos rieron liberando la escasa tensión que aún existía.

—No es necesario ver para saber cuando te mienten.—Respondió con naturalidad el castaño.

Esas palabras retumbaron en la mente de jungkook, y cuanta razón tenía.

Con cada minuto que pasaba sentía la necesidad de saber más, de ahondar más en el mundo de ese chico que lo miraba aún sin poder ver. Su mirada era intensa y dominante, pero a la vez pacífica y amable.

—¿Cómo lo haces? Digo... ¿Cómo reconoces a las personas, solo por su voz? ¿Las imaginas?— Le preguntó.

—Su voz, los aromas, esos detalles me ayudan a reconocer.— Respondió.— Normalmente tocó el rostro de las personas, pero no quiero incomodarte.— Sonrió genuinamente siendo tan despreocupado como siempre.

—No te preocupes por eso ¿Cómo crees que soy yo?

—Pues se me hace que no eres muy actrativo y quizas tienes la apariencia de un metalero cuarentón.— bromeó aguantando las ganas de reírse.

Jungkook tragó saliva y depronto su mente trabajo mil por hora ¿De verdad daba aquella impresión? Y el castaño frente a el quien solo le escuchó suspirar comenzó a reír a carcajadas como si hubiera soltado el mejor chiste del mundo, aunque para Jungkook fue más una ofenza.

—¡Hey! Calma, estoy bromeando, dios debes relajarte definitivamente.—Dijo Taehyung entre risas —Disculpame. Acércate, ponte frente a mí.—Le pidió Taehyung al menor, quien sintió como su corazón casi explotó.

Se acercó después de pensarlo unos segundos y una vez frente a frente, el castaño frotó sus manos para darles calor, y delicadamente las llevo hasta el rostro de Jungkook, con la yema de sus dedos comenzó a tocar y recorrer con delicadeza cada detalle de su piel, podía sentir las largas pestañas del menor provocando una ligera cosquilla en la palma de sus manos.

Tocar el rostro de las personas lo ayudaba a tener una idea de como se veían, era como ver a través de sus manos, a falta de un sentido los demás se vuelven más definidos y certeros. La personalidad firme y segura de Taehyung comenzó a ceder, al notar que el chico tenía unas facciones realmente bellas, la textura de su piel era suave, sentía su pausada respiración rebotar contra la palma de sus manos.

Cuando estuvo a punto de tocar los labios del rostro ajeno, quitó sus manos rápidamente y se encogió en su lugar.

—Así puedo conocerte.— Fue lo único que pudo decir mientras se alejaba, sintiendo sus mejillas calientes.

Jungkook abrió lentamente los ojos, y el chico empoderado que había visto minutos antes estaba totalmente serio, y avergonzado. Él no se quedaba atrás, aún podía sentir el aroma a fresas que se desprendía desde las suaves manos de Taehyung. Mentiría si dijera que no sintió nada, apenas sus manos rozaron sus mejillas, sintió como todo su cuerpo hacía cortocircuito, y agradecía a quien fuera que estuviera allá arriba que Taehyung no pudiera ver sus mejillas rojas.

—Perdón si te incomode.— Se disculpó el mayor al notar que jungkook permanecía en silencio —Debe ser extraño que alguien que no conoces invada tu espacio personal así.

—No, no es eso, está todo bien.— Respondió el menor, tomando ligeramente la mano de Taehyung.

Quién al sentir el ligero tacto sonrió.

Las horas pasaron sin que pudieran sentirlas, las personas entraban y salían de la cafetería y ellos seguían ahí contando anécdotas y hablando una que otra tontería. Yeontan dormía plácidamente bajo la mesa.

—Así que das clases de música.—El menor estaba realmente sorprendido. —Ese día del concierto, estuviste de maravilla.

—Muchas gracias.—Dijo él sintiendose orgulloso de sí mismo —Es la orquesta del orfanato en donde crecí, allí es donde doy clases.

Aquella información le cayó como un balde de agua fría sobre la espalda, jamás se le cruzó por la mente que Taehyung creció en un orfanato y que posiblemente no tenía familia. Jungkook iba a seguir hablando, él quería saber más de la vida de su acompañante, pero el destino tal vez quería otra cosa.

—Disculpen chicos, pero ya vamos a cerrar.

Habló la mesera dejando el papel con la cuenta sobre la mesa y se alejó.

—¿Tan rápido pasaron las horas?— Preguntó el castaño sonriendo.

Pero esta vez la sonrisa no fue recíproca, el menor miraba su celular, veía la hora y lo tarde que se había hecho, más de quince llamadas perdidas y al rededor de veinticinco mensajes de HyunSuk. Todo eso bastó para reventar su burbuja de tranquilidad. Se puso de pie rápidamente y Taehyung pudo oír cuando la silla fue arrastrada.

—¿Todo bien?— Taehyung se puso de pie enseguida como si hubiese podido ver la cara de terror que Jungkook tenía.

—Si, todo está bien.—Respondió el menor depositando unos billetes sobre la mesa —¿Te acompaño a tu casa?

—Jungkook puedo tomar un taxi hasta mi casa, no te preocupes, gracias por la invitación, realmente lo pasé bien.— Cargó a Yeontan en brazos, armo su bastón, y bajo las escaleras hasta la salida de la cafetería esta vez sin la ayuda del menor

—De verdad, no me molesta acompañarte. — insistió, aunque eso le trajera más problemas.

—De verdad, puedo solo.— Le respondió imitando su tono de voz, casi burlándose, sonrió y se despidió. —Nos vemos Jungkook.—Volvió a reír nervioso —Bueno, tú me ves porque yo bueno, ya sabes...—Dijo apuntando a sus ojos.

Era increíble como con su personalidad Taehyung lograba doblegar el miedo que Jungkook podía sentir en ese momento.

—Te veo, Tae...—El menor vio como se alejaba junto con su perrito apegado al cuerpo, estaba realmente frío, pero el castaño parecía disfrutarlo.

Era como un osito en invierno...

El celular de Jungkook sonó nuevamente, por miedo no quiso contestar, camino de vuelta hasta el parque, y notó lo mucho que habían recorrido con Taehyung en busca de un cafetería, pero valió la pena, todo había válido la pena. Incluso lo que podía pasarle llegando a casa valdría la pena.

Con las manos temblorosas dentro de sus bolsillos, él regreso a casa. En las calles sonaban melodiosas canciones, algunas le recordaban a esas fiestas con sus amigos, esos amigos que ya casi no veía. Pasaba por el centro de la ciudad donde de noche todo es bohemia y vida nocturna, los jóvenes caminaban por fuera de los locales, alegres, disfrutando de su libertad y juventud.

¿Por qué yo no puedo? ¿Por qué? Si soy como ellos...

Con más firmeza apretaba sus puños dentro de sus bolsillos manera inconsciente, era la rabia, esa que lo invadía cada vez que pensaba en lo mucho que le había entregado a HyunSuk y lo poco que lo valoraba.

Después de ver que ya estaba frente a su casa, tomó un respiro antes de entrar, una última bocanada de aire, porque allá dentro era sofocante, allá dentro sentía que se ahogaba. Suspiró agotado, aunque más tranquilo, y la noche se hacía presente junto a un mensaje de su novio al teléfono.

<< Hyunsuk♡: ¿Piensas volver o tengo que ir por ti? >>

Sintió un nudo en su estómago, la sensación de nervios volvía otra vez, suspiró resignado y comenzó un lento caminar hacia su casa, como queriendo demorar a propósito, cada paso que daba lo acercaba más al infierno en el que vivía y lo alejaba de su libertad.

Sabía que él estaba enojado, cada vez que salía a algún lugar debía enfrentar la desconfianza de su novio. Una vez frente a su casa, su pecho se sentía oprimido, entre esas paredes la vida, la vida se apagaba un poco más cada día. Al entrar se encontró con el rostro preocupado de su nana, quien lo esperaba como siempre.

—¿HyunSuk está?—Preguntó antes de saludar siquiera.

—No, él salió a buscarte, hace un rato ¿Dónde estabas mi niño?— Preguntó la mujer acercándose a Jungkook para envolverlo en un abrazo.

Al no tener respuesta guardó silencio unos minutos, de apoco el sonido de los sollozos de un devastado Jungkook subieron de intensidad para volverse finalmente en un llanto insostenible.

—¿Hasta cuando vas a aguantar esto cariño, los escuché esta mañana, dime ¿Qué te hizo ahora?— Nana insistía en saber, pero el menor de ninguna manera iba a contar la atrocidad que Jackson había hecho con él, era lo más bajo que podía alguien hacer y sentía mucha vergüenza.

—Lo de siempre Nana.—Respondió el menor encogiéndose de hombros —Solo discutimos.

—¿Volvió a hacerlo? ¿Por qué permites que te golpee así mi niño?— La mujer secó con cuidado las lágrimas que empapaban sus pálidas mejillas.

Jungkook se disponía a responder cuando sintieron el cerrojo de la puerta abrirse, era él. HyunSuk había vuelto.

—Puedes dejarnos solos, por favor.—Le pidió a Nana en un tono autoritario.

La pequeña y rechoncha señora asintió sin decir nada, dejo una caricia más en la mejilla de su adorado niño y se perdió por los pasillos de la enorme casa.

El mayor se acercó lentamente a su novio que permanencia inmóvil secando sus lágrimas.

—Amor...—Susurró cada vez más cerca del menor, el cual por un acto de protección dio un paso atrás y cubrió su rostro con ambas manos.—No estés así conmigo, tienes que entenderme.

—¿Entender qué HyunSuk? ¿Dime que más es lo que tengo que entender?— Susurró entre sollozos.

—Perdóname bebé.—Le pidió tomando su rostro con ambas manos para que dejara de esquivarlo con la mirada ejerciendo un poco de presión en sus mejillas. —Tú sabes que a veces pierdo el control.

—No solo perdiste el control, volviste a golpearme y no solo eso, si no también abusaste de mí HyunSuk ¡Yo no quería! Y aún así lo hiciste.— Agacho su mirada dejando caer lágrimas de dolor. — Dijiste que no volvería a pasar, lo prometiste.

—No lo digas así.— El tono de su voz cambio drásticamente, Jungkook sabía que su novio se había molestado. —Yo te amo, bebe, y tú me amas a mi ¿No es así?

Jungkook seguía amándolo ¿Verdad? Ni el mismo lo sabía.

El rubio aún sostenía el rostro de su novio entre sus manos, solo que ahora comenzaba a ejercer más presión provocando un poco de dolor.

—Yo solo quería sentirte cerca, amor, solo quería que fueras mío una vez más, pero tú solo complicas las cosas. Te prometo que no volverá a pasar ¿No estás pensando en dejarme por esto cierto?— Preguntó en un tono más persuasivo —Nunca más amor, nunca más.— Lo abrazó y fue correspondido por Jungkook.

Quién una vez más le daba el perdón que no merecía.

Nunca más...

Cuantas veces has oído esa palabra después de cada insulto, después de cada golpe y quien sabía si ahora la escucharía después de cada abuso.

La noche transcurrió tranquila, HyunSuk dormía plácidamente abrazando por la espalda a su novio, como si no pesara en su conciencia. A diferencia de él, Jungkook no logró conciliar el sueño.

Intentaba no traer a sus pensamientos recuerdos amargos, por un breve momento recordó las manos de Taehyung tocando sus mejillas y como se sintió después de eso. Una tenue sonrisa se dibujó en su rostro, el sueño de apoco se fue apoderando de él y cerró sus ojos logrando dormir un par de horas.

♡♡♡




Gracias a todas las personitas que están leyendo, espero les guste esta historia tanto como a mi♡♡♡






¡¡FELIZ ANIVERSARIO DE DOS AÑOS!!

Hace un par de días fue el aniversario de publicación de este fanfic, estoy feliz y agradecida del apoyo que le han dado, a los que han ido llegando y a los que están desde el inicio, mil gracias 🥳💖💖





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