Jungkook había invitado a Taehyung y a la pequeña Hareum a pasar el fin de semana a su casa en Busan, no fue un viaje tan largo, sin embargo, se divirtieron contando historias, cantando karaoke y comiendo mucha comida. Jungkook y Hareum se había quedado dormidos abrazados el uno al otro y yeontan no se quedaba atrás, el pequeño y viejo can se había quedado dormido al lado de ambos.

Taehyung sonríe sintiendo cálido el corazón, toda la felicidad que deseó durante toda su vida estaba ahí, dormidos frente a él. El tren en el que viajaban anuncia su llegada a la estación de Busan, Taehyung se acerca a aquellos que dormían y con ligeros movimientos les despierta, Hareum se levanta de inmediato y carga a Yeontan, por su parte Jungkook apenas abre sus ojos y los cubre rápidamente cuando la luz de afuera le da directamente a su rostro.

—¿Ya llegamos?— habla él con su voz ronca y se descubre los ojos para mirar a Taehyung.

—Sip.— Taehyung le sonríe y le deja una caricia en el cabello antes de alejarse y tomar sus maletas.

El adormilado jovencito se levanta del cómodo asiento en donde dormía y ayuda a Taehyung con las maletas, ya bajando del tren toma con su mano libre la de Hareum y caminan para salir de la estación y tomar el auto que los esperaba para llegar hasta la casa de Jungkook. De ahí fue un poco más largo el recorrido, Taehyung veía emocionado como al avanzar todo se veía más blanco por la nieve que comenzaba a caer, nunca había visto tanta vegetación y se veía aún más bonito el paisaje cubierto de blanco, iba hipnotizado con lo que ahí afuera había.

De pronto sintió como Jungkook posa ligeramente su mano en su pierna y la acaricia después, sus ojos se encuentran y se sonríen, Taehyung cierra un poquito sus ojos y el frío de afuera le golpea sutilmente las mejillas, Jungkook por su parte se recuesta en el hombro ajeno, toma la mano de Taehyung y sin soltarla en ningún momento mientras la acariciaba. Hareum a su lado iba perdida jugando con su tableta, una hora más tarde el auto se detiene fuera de una bonita y gigantesca casa cerca de un campo de flores, el conductor del automóvil se baja y rápidamente abre la puerta para ayudar a bajar a Jungkook y sus invitados.

—Bienvenido a casa joven Jungkook.— Dice uno de los empleados que le ayuda a bajar las maletas del auto.

—Patrick, no es necesario, yo puedo con eso.— Le dice él a aquel hombre.

Jungkook aún no se acostumbraba al montón de empleados que su madre había contratado para hacer todo en la casa, él le había dicho que no era necesario, no obstante la mujer insistió porque “La casa era muy grande” Según ella.

Y sí, la casa era exageradamente grande para tres personas, pero Jungkook seguía pensando que tener empleados era solo quitarles privacidad.

—Qué bonita es tu casa, Jungkook.— Dice Hareum con algo de timidez escondiéndose detrás de Taehyung.

—Tengo una sala con muchos juegos ¿Quieres verla?— Jungkook se agacha hasta quedar a la altura de la niña y le toma la mano para darle confianza, ella asiente y sonríe después acercándose al mayor.

Taehyung los mira a ambos y su corazón podría estallar de felicidad y ternura en aquel momento. Jungkook camina detrás de los empleados y Hareum quien cargaba a Yeontan le sigue corriendo detrás de él.

Y Taehyung les sigue los pasos también. Ahí, en la entrada de la casa, la señora Jeon les esperaba, tan hermosa y elegante, con una sonrisa de felicidad pintada en su rostro.
—Hola mamá.— Jungkook besa la mejilla de la mujer.

—Hola cielo. — ella mira a Taehyung y le sonríe amablemente, esperando a que Jungkook por fin los presente.

—Mamá, él es Taehyung, y ella es Hareum.— Taehyung reverencia un poco y le sonríe con amabilidad a la mujer frente a él, ella se acerca y lo abraza, Taehyung sorprendido, pero no incómodo, corresponde. —Bienvenido Taehyung, Jungkook me ha hablado mucho de ti, estoy feliz de por fin conocerte.— su tono de voz suena tan cálido y algo nostálgico.

—Gracias por recibirnos. — Dice Taehyung después que ella suelta aquel abrazo.

—Hareum eres tan linda tal como Jungkook te describió. — Le dice esta vez mirando a la pequeña niña. — Bueno, no sé queden ahí, hace mucho frío, adelante porfavor.

Después de entrar a la casa, admirar la elegancia del lugar, ir a sus habitaciones y organizar todo lo que habían traído ya había caído la tarde y Hareum estaba en la sala con Jungkook y su nana comiendo la tan deliciosa tarta de fresas que ella les había preparado para darles una cálida bienvenida.

—Ven cariño.— Jungkook le llama a Taehyung, quien se había aparecido después de tomar una siesta. —No te había presentado a Nana.

—Hola.— el castaño reverencia ligeramente y la señora se le queda viendo con tristeza. —Un gusto poder conocerla, gracias por cuidar de Jungkookie.

—Es lo menos que puedo hacer por mi niño.— ella sonríe sin dejar de mirar al castaño. — Tu hija es muy linda.

—Sí, es una niña hermosa. Es la más feliz de estar cerca de Jungkook, supongo que no podré separarlos.— Taehyung suelta una ligera carcajada y la mujer a su lado no puede dejar de mirarlo, su rostro era tan familiar que podría jurar que le conocía desde mucho antes.

—Jungkook me dijo que creció en un orfanato.

—Sí, ella estuvo ahí desde sus primeros días de vida, su madre después de dar a luz se fue del hospital, nadie supo nada de ella, solo dejó una carta pidiendo que la cuidarán bien y le dieran una buena familia. — un suspiro se escapa desde muy adentro de su pecho mientras miraba a la pequeña que jugaba videojuegos en la sala junto a Jungkook.

—¿Tú también creciste allí?

— Sí, según lo que me contaron, mi madre me dio a las cuidadoras de ese lugar, cuando era apenas un recién nacido, quise adoptar a Hareum por qué siento que ella y yo en otra vida, si fuimos padre e hija.— Sonrie con nostalgia.

El corazón de Nana latía tan rápido que no podía concentrarse en decir alguna palabra, después de tantos años ella sabía, su corazón se lo decía en ese momento, su hijo estaba ahí justo a su lado.

—Yo, yo… Yo fui quien te dejo en el orfanato.— confiesa de una vez con pesar.

—¿Qué? — Taehyung la mira incrédulo.

—Kim Taehyung, ese era el nombre de mi padre, tu abuelo. — Ella le mira también y sus ojos lloran. — Estuve contigo un par de días en donde pensaba si era buena idea o no darte en adopción, era muy joven en ese entonces y tu padre nos había abandonado.— la mujer suspira y luego continúa hablando.— Quería que tuvieras una vida digna, que fueras un excelente hombre. Cuando los médicos me dijeron que habías quedado ciego debido al traumatismo que sufriste yo… Yo no supe qué hacer. Se había vuelto todo tan difícil, así que decidí hablar con las monjas del orfanato para que pudieran darte la vida digna que te merecías. Espero no hayas crecido odiandome, y espero puedas perdonarme algún día.

—¿Cómo está tan segura de que yo soy su hijo?— Le pregunta él sin mirarla, dentro de él su corazón se sentía algo triste pero a la vez tranquilo.

—Porque desde que Jungkook me hablo de ti hace años atrás, cuando apenas se estaba enamorando de ti, sentí que aquel hombre del que me hablaba cosas maravillosas, yo lo conocía de algún lugar, cuando veía tus fotos, y los cuadros que Jungkook pintaba, pude reconocer tu rostro. Mi corazón me dice que eres tu mi pequeño Taehyung.

—Dios mío.— Suspira él y sus manos van directamente hasta su cabello desordenándolo un poco. — no sé qué decir, discúlpeme.

—Discúlpame tú por ser tan imprudente y no encontrar un mejor momento para hablar sobre esto, espero de todo corazón, mi niño, puedas perdonarme por abandonarte.

—¿Qué sucede? ¿Nana, porque lloras? ¿Tae, cariño? ¿Qué les paso?

—Dice nana que yo soy su hijo.— Taehyung limpia una solitaria lágrima que resbala por su mejilla y mira a la mujer a su lado.

—¿Cómo así? No entiendo ¿Nana?

—Recuerdas aquella vez que te conté que si había sido madre, nunca di detalles de cómo era mi pequeño, ni tampoco su nombre. —Jungkook la mira dándole atención y luego asiente. — Kim Taehyung era el nombre de mi pequeño, quien también omití el detalle de su ceguera.

—Yo nunca te dije que Taehyung era ciego.— Dice él rápidamente.

—Supe desde el día en que me dijiste su nombre, algo dentro de mí me dijo que era él, cuando vi tus dibujos de aquel jovencito ciego tan bonito que no hubo necesidad de que me dieras más detalles mi niño. Desde ese instante supe que algún día nos reencontraríamos.

—mi cabeza va a explotar de tanta información.— Menciona Taehyung yendo hasta la sala en donde toma asiento en el sofá.

Jungkook lo sigue y lleva a su Nana de la mano junto a él.

—Discúlpame de verdad Eunji, pero me tomará tiempo.— Le dice él mirándola compasivo y con una tranquilidad enorme que lograba transmitírselo a la mujer. —No es que no te crea, porque si te creo en verdad, solo que es tan repentino.

—Lo sé mi niño, y no te apresures, tampoco estás obligado a quererme ni respetarme como madre.— Dice ella quitándose las lágrimas. — Solo para finalizar quiero decirte que eres un hombre maravilloso.

—Pues gracias. — Le sonríe él. — Y gracias por ser sincera conmigo.

—Por qué tanta cara de nostalgia ¿Les paso algo?— Entra la mamá de Jungkook a la sala mirando uno a uno a ver quién tenía más lágrimas en los ojos —¿Jungkook? ¿Eunji? ¿Taehyung? ¿Nadie me va a decir nada?

—Llegaste tarde mamá.— Jungkook se ríe contagiando a los demás.

—Hoy Jungkook y yo iremos a los bolos.— Hareum se acerca a los adultos llamando la atención —¿Verdad, Jungkook?

El mencionado la mira y sonríe recordando la promesa que le había hecho a la pequeña niña.

Después de aquella emotiva confesión, Jungkook junto a Taehyung y la pequeña pasaron la tarde jugando en los bolos, comiendo mucha comida deliciosa y aunque hacía frío no pudo negarle a Hareum un helado, ella sabía perfectamente como convencerlo. La noche ya casi caía en lo que volvían a casa. La niña ya se había dormido en su asiento en la parte de atrás, mientras que Jungkook conduce tranquilamente Taehyung a su lado, le observa mientras le acaricia suavemente el cabello.

—Estás muy bonito hoy, mi amor. — Le dice Taehyung haciendo que Jungkook sonría y se avergüence también. —Siempre quise contemplar tu hermoso rostro. — continuó hablando con su voz suave, acariciando la rosada mejilla.

Jungkook no dice nada y solo recibe aquellas palabras amorosas y las caricias, recordando lo mucho que había anhelado aquel momento. Cuando por fin llegan a casa, Taehyung baja del auto bajando después a Hareum que seguía durmiendo, entró a casa con la niña durmiendo en sus brazos y la llevó hasta su habitación. Jungkook, por su lado, entró también, pero se dirigió hasta su propia habitación. Pasaron no más de quince minutos cuando Escucha un suave golpecito a su puerta.

—Adelante.

—Pensé que ya te habías dormido.

Entra Taehyung viendo a Jungkook sentado sobre la cama, inmediatamente se acerca a él y se sienta a su lado. Jungkook no aguanta más y se acerca a él para besarlo tan apasionadamente, haciéndolo caer preso de sus labios y su cuerpo en ese momento, Taehyung corresponde y sus manos viajan tocando y apretando con lujuria el cuerpo que tanto extrañó tocar.

—Cielo— Trata de hablar Taehyung entre los besos que su chico le daba. —Amor, no estamos solos.

—Están todos dormidos— Dice él alejándose y viéndolo con un puchero formado en sus labios.— Además puedo asegurar que desde aquí no se escucha nada.

Entonces Taehyung vuelve a tomar el cuerpo ajeno entre sus manos, quitando las prendas para así poder contemplar en todo su esplendor aquel pálido cuerpo que tanto le encantaba. Aquella noche perdieron la cuenta de cuantas veces se despertaron de madrugada para hacer el amor una y otra vez, hasta que por fin, antes de que el sol saliera, se durmieron abrazados a sus cuerpos desnudos.

Junio

El sol brillaba con intensidad y el suave sonido del vaivén de las olas endulzan sus oídos. Era una tarde cálida en donde Taehyung disfrutaba de la playa junto a su familia.  A lo lejos ve a Jungkook jugar con Hareum y sonríe después.

Por fin, el invierno se había terminado. 

Podría tomarlo como una metáfora para lo que había pasado en su vida aquellos últimos años, podía ver como en el corazón de su amado Jungkook también se había quedado atrás el frío invierno, aquel muchacho triste que había encontrado aquel día en el parque ya no estaba más, ahora él sonreía como nunca, sus ojos brillaban con un destello que dejaba ver aún más los perfectos detalles de su precioso rostro.

Oh… por su puesto que el invierno frío no volverá a congelar sus corazones…

Por qué el amor que ambos sienten es más puro y fuerte que cualquier frío invierno.

Entonces le mira una vez más y el amor de su vida le saluda agitando su mano entregándole la más grande y hermosa sonrisa que había visto jamás, entonces su corazón se siente tranquilo una vez más, dulce, cálido, y por sobre todo amado.

Jungkook le llama para que se acerque a jugar con él y su pequeña hija, Taehyung camina donde ellos y siente los brazos ajenos, rodear su cuerpo, aquellos brazos que lo hacían sentir como si pudiera volar más allá del cielo, la risa contagiosa de su pequeña y encantadora hija y yeontan dando vueltas a su lado, le hacía sentir completo, a su vida ya no le hacía falta nada.

Jungkook se queda mirando a los ojos de su amado, perdiéndose en ellos y en la sonrisa de aquel, besa sus labios una y otra vez sintiéndose el paraíso mismo, entonces vuelve a abrazarse al cuerpo ajeno y sabe que ya todo estará bien, nunca más ha de llorar, nunca más ha de sufrir. Que valió la pena todo y más para poder por fin ser feliz. El frío invierno por fin se había terminado, y las flores en su alma bailaban al ritmo de los latidos de sus corazones unidos en un amor puro y sincero.

—Te amo— Susurra Jungkook mirando aquellos que no quería dejar de ver jamás.

—Te amo— Le contesto el castaño — y quiero amarte por lo que me resta de vida. Quiero amarte cada día hasta que mi último aliento sea de amor por ti. — Decía mientras las manos de Jungkook acarician dulcemente sus mejillas.

—Prometo amarte también hasta el último de mis días, por qué no hay nada más que anhele que pasar mi vida a tu lado, mi Taehyung. — Porque el día que te conocí pude ver la luz al final del camino A través de ti.

Se besaron nuevamente sellando por fin aquel pacto de amor entre ambos que duraría hasta él final de su existencia, por una eternidad, renaciendo una y mil veces, vida tras vida. Por qué solo eran ellos dos: aquellas almas perdidas que por el azar del destino lograron coincidir y conectar aquella fría tarde de invierno en donde sus corazones se tocaron aun sin unir sus cuerpos.

Encontrándose a mitad del camino en donde se perdieron y nuevamente volvieron a encontrarse sin separarse esta vez.

Entonces se miraron una vez más, respirando profundamente y regalándose las más sinceras sonrisas, sabiendo perfectamente que aquel amor tan grande jamás podrá apagarse, que esta vez no habrá más dolorosas despedidas, que no hay nada en el mundo que pueda separar a aquellas almas enamoradas.

Entonces el chico ciego del parque tuvo la oportunidad de amar por primera vez en su vida, y el triste muchacho pudo sanar y ser amado como realmente toda su vida lo deseó.

~Fin~

aaaaaaa😭😭😭😭 les juro que estoy llorando, tengo el corazón lleno de sentimientos encontrados : Uno por que hoy es el primer aniversario de esta novela y segundo por que por fin hemos llegado al final y no puedo dejar de sentirme nostálgica 😭😭😭

Les juro que en mis planes nunca estuvo terminarla , creí que me rendiría a mitad de camino , que la dejaría como todas mis otras obras que se fueron a borradores.

Pero si les soy sincera de todo corazón seguí por ustedes, las poquitas personitas que me acompañaron en esta travesía llena de sentimientos, lágrimas y un sube y baja de emociones.

Una vez más le agradezco a cada uno de ustedes que se quedo hasta el final, a cada uno que espero paciente cada capítulo, de verdad mil gracias por ser mi motivación para seguir y concluir esta novela💖💖💖

Ya no tengo más palabras, solo agradecer y espero podamos encontrarnos en otros proyectos a futuro, les envío un abrazo enorme a cada uno de ustedes.

Hasta la próxima 💟💟 

Dani💕

Les dejo unas imágenes que creé con la IA de los personajes de esta novela, espero les guste💕