|027|Vísperas de navidad.
Ahí estaba Taehyung tan inmerso en sus pensamientos que había olvidado completamente lo que hace un rato hacía antes de correr a revisar su correo electrónico, otra propuesta de trabajo en donde lo rechazaban por su ceguera, sabía que la situación era un tanto difícil para una persona como el encontrar trabajo, aun así jamás imaginó que sería así de complicado.
Se mantenía tan ajeno a su al rededor hasta que los ladridos de Yeontan lo trajeron de vuelta a la realidad, parpadeo un par de veces y se levantó rápidamente corriendo hasta la cocina en donde minutos atrás había dejado cocinando arroz, sí, el humo y el olor a quemado estaban por todo el apartamento, el sistema de alarma de incendio se activó y para su mala suerte el agua comenzó a caer.
—No, no, no.— Decía él buscando con sus manos el interruptor en la pared para desactivarlo.— Carajo. — Dijo finalmente cuando el sistema fue apagado y se dejó caer al suelo con toda su ropa mojada.
Asimismo, Yeontan con su pelaje húmedo, apoyo su cabeza en las piernas de su dueño, quien parecía algo cansado. Jungkook había salido por la mañana a la universidad, Y Taehyung había prometido esperarlo con la cena lista, pero sus planes se habían ido al carajo, ahora estaba ahí derrotado sentado en el piso tratando de no perder la cabeza. Escucho de pronto el cerrojo de la puerta y cuando esta se abrió.
—Tae, amor...— Jungkook entra rápidamente cuando ve todo mojado y a Taehyung sentado en el piso. —¿Qué paso? ¿Estás bien?
—Sí, solo me senté aquí a pensar.— Suspira apenado cuando siente las manos de Jeon tomarlo del brazo para levantarlo. —Estaba preparando la cena, pero lo olvidé y se quemó, se activó el sistema de alarma y no pude apagarlo a tiempo.
Jungkook no pudo evitar sonreír un poquito al ver como el hombre frente a él se veía tan pequeño y adorable, como se formaba en sus labios un puchero inconsciente y su cabello húmedo cubría la mitad de su rostro. Jungkook abrió las ventanas para qué entrará un poco de aire y se pudiera secar lo que se había mojado minutos atrás, secó también el piso y la mesa, por suerte los demás muebles de la sala no habían corrido la misma desgracia. Cuando ya estaba todo más seco, volvió a la habitación en donde vio a Taehyung sentado a los pies de la cama con un dejo de tristeza plasmado en su rostro.
—Ya terminé de secar.— Dice él con su voz suave, entrando a pasos lentos hasta llegar donde el castaño y sentarse a su lado después.
—Gracias.
—Tae, ten paciencia, ¿sí? Ya encontrarás un buen trabajo, eres un excelente maestro y artista, ellos no saben de lo que se pierden.—trata de animarle. —No borres de ti esa sonrisa tan encantadora por favor.—Le habla meloso, cariñoso, tomando entre sus manos el rostro de Taehyung, quien se deja acariciar, sintiendo como se derretía entre el calor de las manos ajenas. —Tranquilo.— Finaliza Jeon dejando un beso sobre los labios de Taehyung.
Aquella tarde, aunque hacía frío, Jungkook le propuso salir a Taehyung, caminar y volver a aquel lugar en donde se conocieron. Afuera las calles estaban cubiertas de una fina capa se nieve y la gente caminaba de un lado a otro disfrutando de la nieve y el frío. Jungkook sentía su corazón tranquilo mientras caminaba tomado de la mano junto a Taehyung, era lo que siempre quiso.
Poder disfrutar de aquel amor que ambos sentían sin miedo.
Sus cuerpos se mantenían abrigados debajo de sus gruesos abrigos, bufandas y guantes para protegerse del gélido viento que le enfriaba las mejillas. Las sonrisas en sus rostros mostraban el cariño que sentían, minutos después se detuvieron en un pequeño café, aquel café donde tuvieron su primera cita tiempo atrás. Estando ahí pidieron chocolate caliente y algo para comer, casi una hora después salieron del lugar y continuaron con su caminata volviendo al parque.
Jungkook notó a lo lejos que el lago del parque estaba congelado, algo que la gente aprovechaba cada invierno armando una pista de patinaje. Caminaron hasta allí, el hielo brillaba bajo el sol de invierno, reflejando la tranquilidad de aquel momento. Jungkook, aún aferrado a la mano de Taehyung, se quedó observando a los niños y algunos adultos que patinaban y reían felices.
Un suspiro de libertad y tranquilidad se escapa desde muy dentro de él, por fin podía disfrutar todo lo que un día Jackson le prohibió.
—¿Cariño, estás bien?—Preguntó Taehyung al escuchar aquel suspiro.
Jungkook tardó un par de segundos en responder y Taehyung acarició con suavidad su mano mientras la sostenía aún. Las luces de las farolas se encendieron, ya que el sol estaba pronto a esconderse, la luz tenue hace que el lugar tenga ese toque mágico y las estrellas que se asomaban brillaban en el cielo ya más oscuro. Jungkook ayudó a Taehyung a ponerse sus patines después de que Taehyung se había negado un poco, puesto que nunca había patinado en su vida. Jungkook tenía más experiencia y lo convenció diciéndole que él lo ayudaría y que no lo dejaría caer.
Jungkook le guía afirmándolo siempre y Taehyung se aferra a sus brazos mientras se deslizan suavemente por el hielo, sus manos seguían unidas mientras se dejaban llevar por el ritmo suave de la música.
Taehyung ríe a carcajadas con algo de miedo, pero confiando cien por ciento en Jeon quien no lo soltaba en ningún segundo, Jungkook también ríe con libertad, el viento helado rozaba sus mejillas, generando la excusa perfecta para acercarse aún las al castaño y abrigarse con su cuerpo. Se detuvieron por un momento en una esquina apartada del lago, donde los árboles cubiertos de nieve que les brindaron un poco de intimidad, Jungkook tomó las manos de Taehyung entré las propias y con suavidad lo abraza nuevamente para protegerlo del frío.
Escuchó cuando la música cambia a una más lenta y algo romántica, acaricio el rostro ajeno con su mano libre y le deja un suave beso en sus labios, vio los ojitos cerrados de Taehyung y un rubor en sus mejillas mientras le sonreía después de aquel beso. Sus manos se unen nuevamente y sin alejarse aun del delgada cuerpo ajeno Jungkook se arma de valor y le dice a Taehyung lo mucho que le ama, quien emocionado le respondió con una sonrisa y un brillo en sus ojos que decía que aquel amor era correspondido.
Las horas pasaron en un abrir y cerrar de ojos, juntos volvieron a casa donde Yeontan los esperaba. Aquel día decidieron dejarlo en casa por el frío, apenas la puerta se abrió y ambos jóvenes entraron al hogar, el pequeño perrito feliz de volver a verlos daba brinquitos en las piernas de Taehyung.
Sus cuerpos se abrigaron de inmediato ya estando dentro, Jeon se alejo hasta la cocina para preparar un poco de té, mientras que Taehyung va hasta la habitación a quitarse la ropa y ponerse algo más cómodo, además que los pantalones que traía ya estaban casi congelados, después de vestirse volvió a la cocina, Jungkook le hablaba para guiarle con su dulce voz y cuando llegó hasta él lo abraza por la cintura y deja suaves besos en su cuello para luego recostar su cabeza en la espalda de este mismo.
—¿Sabes?...— Le dice Taehyung, susurrando aun sin alejarse de él.
—¿Uhm?— Jeon le mira de reojos.
—Nunca imagine lo solitaria que era mi vida hasta que te conocí, digo... Estaba tan solo antes de ti, que ahora no puedo imaginar si algún día te vas...
Jungkook sonríe y se da la vuelta para mirar su rostro y detallar cada facción con sus dedos acariciando con suavidad, un sentimiento de nostalgia y felicidad se incrusta en su pecho, no podía estar triste después de todo por fin estaba encontrando el camino a la felicidad que tanto deseaba. Estaba tan enamorado del castaño que tampoco podía imaginar ya su vida lejos de él.
—No voy a irme, cariño.
—Te amo, Jeon Jungkook. — confiesa de una vez aferrándose más a aquel hombre que le abrazaba. —Estoy completamente enamorado de ti.
—Y yo de ti, Kim Taehyung, te amo como nunca había amado en mi vida.
Una escurridiza lágrima se escapa junto a un suspiro de tranquilidad mientras seguía abrazado al cuerpo de Jeon, se quedaron en silencio disfrutando de la melodía de la lluvia que comenzaba a caer, sus cuerpos no se separaron en ningún momento Jeon acariciaba con sutileza la espalda del castaño.
Jungkook toma con suavidad el mentón de Taehyung, quien aún seguía refugiado en su pecho y eleva de este mismo para poder mirar su rostro, acaricia una vez más su mejilla y lo besa después. Entregando toda la pasión retenida dentro de él en aquel beso apasionado, robándole un par de suspiros al castaño, quien después de separarse fue guiado por este mismo hasta el sofá en donde Jungkook lo recuesta suavemente, se posa sobre él y continúa besando cada rincón de su cuerpo. No sabía si era un sueño o una realidad todo lo que tenía frente a sus ojos, incluso llegando a pensar que valió la pena todo lo que antes sufrió para llegar a este instante.
Sus ropas yacían esparcidas por el suelo de la sala, mientras que ellos estaban abrazados en el sofá, cubierto con una manta suave, en silencio, solo escuchando sus corazones, palpitar al unísono.
Al día siguiente Taehyung se había despertado casi de madrugada su espalda dolía, ya que pasar la noche en el sofá sin dudas había sido una pésima idea, se dio una ducha y después se fue hasta su habitación para vestirse, Jungkook seguía dormido en el sofá cubierto hasta la cabeza, puesto que hacía frío y él seguía desnudo. Después de vestirse, Taehyung vuelve a la sala y se acerca hasta el sofá, busca a Jeon con sus manos, quien al sentirlo se queja y estira su cuerpo despertando de a poco.
—Buen día, amor. — Dice Taehyung aun acariciándole.
—Buen día, bebé, ¿Qué haces despierto tan temprano?— Preguntó aún con su voz ronca y adormilado.
—Había olvidado decirte que me llamaron para tocar en el festival de navidad, hoy por la tarde en el centro.— Menciona él con emoción atrapando al menor entre sus manos para besarlo.
—Pero hoy es noche buena, pensé que estaríamos todo el día juntos.— habla meloso y algo berrinchudo.
—¿No iras conmigo?—Taehyung se cruza de brazos siguiéndole el juego actuando caprichoso también. — Creí que mi novio me acompañarían a todos los eventos, que amaría verme tocar y…
—Claro que amaría, verte tocar, quiero verte hacer lo que amas mientras que yo te amo a ti.— lo atrapa entre sus brazos y reparte besitos en su rostro, Taehyung ríe recibiendo feliz todas las muestras de cariño que el menor le entregaba.
—Entonces levántate y ponte ropa.
Jungkook sin oponerse hace caso levantándose de a poco buscando su ropa con la mirada, ya no estaba seguramente Taehyung la había recogido y puesto en la lavadora. Cubierto con la manta que lo cubrió del frío la noche anterior, se fue hasta la habitación en donde se vistió para después ir al comedor donde Taehyung lo esperaba con el desayuno listo. Se acercó hasta él, atrapándolo por la cintura y levantándolo unos centímetros del suelo.
Taehyung río soltando una carcajada, cuando toca nuevamente el suelo voltea quedando de frente al menor, quien besa sus labios fugazmente y se aleja para ir juntos hasta la mesa.
—Tengo que ir a buscar un par de cosas a casa de mis padres.— Suspira él bebiendo de su té. — Y bueno, creo que debí despedirme de Nana correctamente.
—Puedo acompañarte si quieres, podemos ir después del festival.
—No creo que sea buena idea amor, no quiero exponerte a nada.
—Tampoco quiero que te expongas ¿Cómo sabes si no estará ese loco esperándote ahí?
—Si están mis padres, él no hará nada, además que podría estar haciendo él en casa si yo ya no estoy ahí. — se encoge de hombros restando importancia a la preocupación de Taehyung. —No te preocupes amor. — extiende su mano tomando la del castaño, Taehyung suspira con tranquilidad y le sonríe después.
—Bueno, debo ir a ensayar, son instrumentos nuevos, así que debo familiarizarme con ellos.
Taehyung se levanta de su lugar tomando la taza vacía para llevarla hasta el lavaplatos, Jungkook le sigue y hace lo mismo. Él se encarga de lavar lo que ocuparon y luego de terminar de arreglarse juntos sale del pequeño apartamento, pidieron un taxi en dirección al centro de la ciudad.
Llegaron hasta un teatro enorme que Jungkook casualmente no conocía, a pesar de antes ir a varios conciertos, caminando de la mano junto a Taehyung, quien iba contento contándole sobre lo maravillosa que iba a ser la presentación y lo ansioso y emocionado que estaba, llegaron hasta la entrada en donde un hombre de traje y barba los recibió.
—Kim Taehyung, eres todo un hombre.— Le dice aquel hombre mirándolo mientras se saludaban de manos. —La última vez que tocamos juntos eras un adolescente.
—Hola señor Yoo, eso fue hace mucho.— Sonrió.— Él es Jungkook, mi novio.
—Un gusto conocerlo señor. — reverencia un poquito después de saludar al hombre.
—El gusto es mío, adelante chicos, les voy a mostrar el teatro, es magnífico.
El hombre entró y Taehyung caminó a su lado, Jungkook se quedó detrás de ellos llevando a Yeontan en sus brazos, escuchaba lo que hablaban Taehyung y su ex maestro, mientras observaba todo a su alrededor.
—Me costó mucho poder encontrarte Kim, las cuidadoras del orfanato me dijeron que ya no trabajabas ahí, pero una de ellas me dio tu número de teléfono, gracias a dios pude encontrarte Hoseok fue de mucha ayuda. Sabes que no podría dejar este festival en manos de nadie más que tú, eres el mejor músico que he conocido. Ese don tuyo, no lo tiene nadie. — elogio entre risas el hombre llevándose a Taehyung junto a él.
Jungkook los vio alejarse y él se quedó junto al otro encargado del evento, quien le acompañó amablemente hasta los asientos que esa noche ocuparían.
—Taehyung es increíble.— Le dice el hombre a su lado mirando al castaño que yacía en el escenario tocando el piano.
—Sí que lo es.— Le responde Jungkook sonriendo, admirando profundamente al hombre que amaba.
—Eres muy afortunado, soy Hoseok, trabajaba con Taehyung. — Le dice extendiendo su mano saludando pero sin mirarle a la cara.
Jungkook le mira recordando su rostro y acepta amablemente su saludo, ambos se quedan en silencio cuando Taehyung se para en el centro del escenario y comienza a tocar el violín tan mágico y emocionante como solo él sabía hacerlo, acompañado del coro de una iglesia cercana cantaron un par de villancicos. La mañana pasó rápido entre ensayos y la preparación de todo. Debía ser perfecto en su totalidad, Taehyung ya estaba tras bambalinas rodeado de estilistas y maquilladores que lo hacían sentir como una celebridad a punto de salir a dar el mejor concierto de su vida, o al menos así lo veía Jungkook quien estaba sentado un poquito más allá con yeontan en sus piernas.
—Señor Jeon, por favor, pruébese este traje.— le dice una de las encargadas de vestuario acercándose a él con un bonito traje que hacía juego con el color del traje que traía su novio.
—¡Oh! No es necesario. — Agita sus manos frente a ella algo nervioso y tímido. — No soy parte de la orquesta, solo vengo de compañía.
—Vamos Jungkook, eres nuestro invitado especial.— el hombre le mira y sonríe. — Solo acepta.— Le dice una vez más y le guiña el ojo.
Jungkook acepta amablemente lo que la joven le entregó y fue al camerino a cambiarse. Salió después de este y volvió a su lugar donde estaba antes, veía a Taehyung a través del espejo, se veía aún más encantador de lo que acostumbraba. Cuando finalizaron con su maquillaje, el castaño se levanta de su lugar y Jungkook rápidamente se acerca a él para darle su bastón.
—Te ves hermoso. — Le dice Jungkook arreglando el pequeño riso que caía sobre su frente. — Sin dudas eres la estrella de esta noche.
—Estoy algo nervioso.
—Lo harás bien mi amor.
—¡Estamos a cinco minutos!— una mujer anuncia asomándose por las cortinas.
—¿Cómo vas?— el hombre aparece por detrás tomando a Taehyung por los hombros dándole un pequeño susto.
Jungkook lo mira extraño, algo en ese hombre le daba desconfianza. Pero como ¿no? Si todo le asustaba, todo a su alrededor le daba cierta desconfianza.
Aun así trataba de convencerse a sí mismo de que no todas las personas son malas.
—¡Dos minutos!
—Vamos Taehyung.— El hombre le habla por última vez y lo espera cerca de las cortinas.
—Lo harás bien, te amo.— Le dice finalmente Jungkook y deja un besito en sus labios.
Taehyung se marcha siendo guiado por el señor Yoo, quien lo ayuda también a acomodarse justo en el centro del escenario.
Jungkook salió también siguiendo los pasos de Hoseok, sus ojos se abrieron con impresión cuando vio lo majestuoso que se veía el teatro adornado con un deslumbrante pino de navidad, luces y guirnaldas por cada rincón, vio después a toda la gente que se acomodaba en sus asientos, todos vestían elegantes eran muchas personas, el teatro estaba casi lleno.
Toma asiento en su lugar en compañía de Yeontan y Hoseok a su lado. En el centro del escenario ya estaba Taehyung, con su violín en mano, quien despertó la atención de toda la audiencia, aun sin siquiera tocar una sola nota, su presencia elegante y su aura de talento envolvieron la sala en donde más de alguno comentaba y preguntaba quién era aquel chico ciego, quien estaba a punto de ser todo el centro de atención.
El director de la orquesta, el señor Yoo, da tres golpes antes de comenzar para avisarle a Taehyung, posteriormente levanta su batuta y en un instante el teatro se llenó de música, el violín de Taehyung se eleva sobre el resto de los instrumentos como si fuera la voz principal de un coro celestial, con cada movimiento de su arco Taehyung se convierte en el centro de atención absoluto, balanceando con gracia y delicadeza su cuerpo mientras sus dedos acarician con elegancia las cuerdas, dejando en cada nota llena de pasión y emoción.
El sonido que emana de su instrumento era como un susurro de calidez y nostalgia que envuelve a todos en un ambiente de tranquilidad, quedando todos hipnotizados por el enorme talento y destreza de Taehyung y la forma en la que lograba transmitir su amor por la música a través de cada nota.
Sus expresiones faciales y su cuerpo en sintonía con el violín demostrando una vez más aquella profunda conexión entre el joven y la melodía, todos los ojos de los asistentes estaban puestos sobre él. A medida que la música alcanzaba ya su punto más culminante, Taehyung aun sin abrir sus ojos se sumerge aún más en su interpretación, la sala se queda en un silencio expectante, el último acorde resonó majestuosamente y Taehyung se mantiene inmóvil suspirando nuevamente mientras la sala estalló en aplausos y ovaciones, reconociendo el extraordinario talento de Taehyung.
Quien humilde y agradecido se inclina ante el público regalándoles una hermosa sonrisa, su rostro brillante de satisfacción mientras se une al resto de la orquesta con ayuda de su maestro y vuelven a reverenciar esta vez todos juntos agradeciéndoles a la audiencia. Jungkook no podía creerlo, todo el mundo estaba ovacionando y aclamabando a su novio, y el enorme orgullo que sentía no cabía en su pecho, lloraba de felicidad.
Aquella noche Taehyung sin dudas fue el centro de atención absoluto y Jungkook no podía estar más orgulloso de su chico.
Holaaa esperando que se encuentren muy bien y esperando también de todo corazón que hayan disfrutado de este capitulo tanto como yo💖😭
Tal vez es algo largo y tedioso pero si llegaste hasta aquí de verdad te lo agradezco🙏💖
Una vez más gracias por leer y por la paciencia.
No olviden dejar su comentario ya que eso me motiva a seguir adelante y continuar con esta historia que a pesar de todo tiene un enorme lugar ocupado en mi corazón ❤️
Sin más que agregar , me despido deseándoles una buena semana💖🥳
Dani💌
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