|026|Ya no tengas miedo.
Era una mañana tranquila en el orfanato, Taehyung estaba en el salón junto a las cuidadoras y Hoseok quienes junto a los pequeños adornaban de navidad el lugar. Escuchaba la risa de los niños, quiénes jugaban y corrían de un lado a otro, mientras que él solo se dedicaba a desarmar las cajas y entregar los adornos a las hermanas.
—Kim.— Escucha de pronto la voz del director.— Acompáñame a mi oficina, por favor.
Taehyung sin decir nada, asiente, y camina detrás del hombre mayor hasta llegar a la oficina, cuando entró escucho un pesado suspiro y como la silla se arrastró cerca de él.
—Toma asiento. ¿Cómo han estado las cosas?
—Bien, señor.— Sonríe él sin entender el porqué de aquella “cita”
—Me ha llegado un reporte, señor Kim.— Mencionó el hombre dejando los papeles en las manos de Taehyung.
Mismo quien los toca buscando braille sin encontrar nada.
—No puedo leer esto, señor. — Dice él extendiendo sus manos en busca del escritorio frente a él para dejar los papeles sobre este.
—Es un reporte de comportamientos inapropiados dentro de mi recinto y eso no puedo permitirlo, es un mal ejemplo para nuestros niños.
—No le entiendo director ¿Cuál es el problema?
—Las visitas en horario de trabajo sabes que están prohibidas, y sobre todo las conductas homosexuales, no puede andar por ahí expresando libremente su “amor” en frente de los alumnos, es inaceptable.
—Disculpe señor director pero eso es discriminación, mi desempeño como maestro no tiene nada que ver con mi vida personal y sobre las visitas no se preocupe, no volverá a suceder.— Se defiende manteniendo su posición firme.
Aunque dentro de el si podía sentir la angustia y cierta tristeza.
—Claro que no volverá a suceder, señor Kim, por qué usted desde este instante queda desvinculado de este recinto.
—Señor director ¿Está seguro?— su voz suena baja.
—Jovem Kim, lo lamento, las reglas son reglas y la decisión ya fue tomada.— Entonces Taehyung suspiro, se levantó de su lugar tomando la carpeta que anteriormente el director le había entregado, reverencio una vez más agradeciendo y se marchó de una vez.
Volvió al salón en donde estaba minutos atrás, las cuidadoras lo esperaban y con tristeza ellas le miraron sin decir nada, sintió el silencio inundar el lugar y de pronto una pequeña y delicada mano tomó la suya.
—Maestro Kim, por favor no se vaya
— Dice con tristeza aquella vocecita infantil a su lado.
—Hareum, pequeña, vendré a visitarte, no lo dudes.— Le dice él dejando una caricia en el cabello de la niña.
—Lo lamento mucho Taehyung, traté de convencerlo de que no hay nada de malo. — le dice con tristeza una de las cuidadoras acercándose a él.— Eres un buen chico.
—No te preocupes por eso, yo lo entiendo perfectamente. — Sonríe él — Iré por mis cosas.
Finaliza tomando su bolso, con su bastón en mano y yeontan a su lado, caminó hasta la sala en donde guardaba sus cosas, algunos materiales que compartía con sus alumnos en clases y un par de cosas más, luego de tomar sus pertenecías, hace una llamada. Al salir se despide de las cuidadoras y de sus alumnos, sin dudas los extrañaría bastante, ya que eran parte de su vida diaria. Afuera lo esperaba un automóvil que lo llevaría a casa, el conductor se acerca a él y le ayuda con sus cosas.
—Disculpa por pedirte tan repentino que vengas por mí, Nam.— Le dice Taehyung a su amigo.
—Está bien tae, no es una molestia para nada.— Responde él y luego de poner las cosas de Taehyung en el maletero le ayuda a subir a su auto. Taehyung lloró, apenas su amigo comenzó a conducir.
—Tranquilo.
—Es muy difícil para mí encontrar trabajo Namjoon, es tan injusto. — se quita las lágrimas.
Namjoon no dijo nada más, se quedó en completo silencio escuchando los sollozos de su amigo.
Días después, Taehyung, cansado de enviar mensajes y correos a distintos trabajos en donde uno por uno era rechazado, cerró la pantalla de su portátil y soltó un gruñido.
—No te desesperes.— Dice Jungkook acercándose a él para abrazarle por la espalda después. —Ya encontrarás algo.
—La operación es muy costosa, ya no podré pagarla.— Dice con pesar acariciando los brazos que rodeaban con delicadeza su cuello.— Tengo unos ahorros, pero ni con eso podría pagarlo.
—Yo puedo pagarlo…
—No Jungkook… —Se opone de inmediato.
—¿Por qué no? Es lo menos que puedo hacer por ti.
—Pero es mucho dinero ¿Cómo vas a conseguirlo?
—Tú no te preocupes por eso, ¿sí?— Dice con una sonrisita y besa la mejilla del mayor. —Ya debo volver a casa, te veo luego Tae.
—Tan pronto te vas.— Suspira él con pesar — te extrañaré.
—Y yo a ti mi vida.— Jungkook no quería marcharse, pero debía hacerlo. — Nos vemos.— deja un fugaz beso en sus labios y luego sale del pequeño apartamento.
Varios días pasaron en donde Jungkook no había visto a Taehyung y sí que lo extrañaba un montón, sus días eran aburridos cuando no corría a sus brazos y se dormía a su lado, y en su casa todo seguía como de costumbre, Jackson ya casi no le dirigía la palabra, su padre se la pasaba de reunión en reunión y su madre que no le quitaba el ojo de encima.
—Hoy tendremos un evento especial.— Anuncia el padre de Jungkook desde la sala mientras bebía un poco de vino.
Jungkook lo veía desde la cocina.
—¿Evento especial?— Preguntó el menor.
—Es una junta de todos los empresarios y profesionales de la compañía, debes asistir Jungkook, no olvides que eres el pilar fundamental en esta empresa.
—Justo hoy no tengo deseos de salir.— Dice en voz baja volteando los ojos.— HyunSuk irá ¿No? Puede dar el discurso y todas esas cosas por mí, él se maneja mejor en esas cosas, yo solo sirvo para ser su tonto asistente.
—Iras y punto jovencito.— sentenció el hombre mayor.
—Buenos días, familia. — Dice HyunSuk acercándose a la cocina —Buenos días.— Le dice apretando su hombro y Jungkook se queja un poco tratando de disimular el dolor. —¿Cómo estás?
—Bien.— Le responde levantándose de la mesa para retirarse.
—No vas a desayunar conmigo.— Le mira amenazante.
—Ya terminé de comer y tengo cosas que hacer.
—No era una pregunta Jungkook, siéntate.— Le responde sin quitarle la mirada de encima.
Jeon suspira y hace caso a la petición del mayor.
—La velada de hoy será para recordar toda la vida.— Menciona HyunSuk luego de morder una tostada.— Por fin podremos tomar nuestro lugar en la empresa ¿No estás emocionado, amor?
—¿Debería?— Le responde en voz baja mientras jugaba sin ánimos con la cuchara que tenía sobre la mesa.
—Serás el alma de la fiesta Jeon Jungkook.— Le dice él con ironía y sin más continúa comiendo su desayuno.
—Anímate cielo, puedes invitar a tus amigos.— Dice la mujer acercándose a su hijo.— Seguro se divertirán mucho.
—Sí, seguro.
Jeon responde en voz baja y ve a HyunSuk unos segundos, como es que podía sonreír y parecer tan lindo y amable cuando verdaderamente era una bestia disfrazada de oveja ¿Cómo es que nadie se daba cuenta? Eso era lo que más le enfurecía a Jungkook.
—¿Estás bien?— Le pregunta el rubio mirándolo confundido.
Jungkook, asiente sin mirarle esta vez, sentía como su cabeza daba vueltas y el estómago se le revolvía, veía borroso y las manos le comenzaban a sudar. Sabía que todo lo que había pasado en aquel último tiempo ya le estaba afectando más de lo que creía.
—Estás pálido.— Le dice HyunSuk fingiendo estar preocupado y se acerca a él para tocar su frente, pero Jungkook lo mira con recelo y se aleja.
Nana, quien estaba a pocos pasos de distancia, nota lo que está sucediendo y rápidamente se acerca a Jungkook y le da un vaso de agua.
—Tranquilo cariño, no pasa nada, ¿sí?— Le decía ella abrazándolo, sabía como calmar las crisis de ansiedad de su pequeño.
—¡Jungkook! ¿Qué pasó?— Preguntó la madre, esta vez volviendo al comedor.— Llamaré a un médico.
—No, Mamá, estoy bien, iré a mi habitación.
Sin nada más que decir, Jungkook se levanta de la silla con ayuda de su nana, quien también le acompaña hasta su habitación.
—Lo odio nana, lo odio tanto.— Soltó con rabia mientras un par de lágrimas se escapaban de sus ojos.—Como puede seguir fingiendo que todo está bien cuando es un maldito infierno este lugar. — Su voz sonó ahogada y la pequeña mujer solo le miraba.
La mujer sin decir nada miró a su pequeño por última vez y se marchó del lugar con el corazón hecho pedazos. Jungkook aquella mañana lloro hasta quedarse dormido, además de que el dolor de cabeza lo estaba matando. Cuando despertó ya casi eran las seis de la tarde, vio a Jackson parado frente al tocador mientras arreglaba su cabello rubio, vestía un elegante traje gris claro y su perfume se olía por toda la habitación.
—Hasta que te despiertas.— Dice él sin mirarle. — Deberías de levantarte y tomar un baño.
Jungkook se acomodaba en la cama, quedando sentado en esta aún un poco aturdido y somnoliento.
—La ceremonia es a las ocho, tienes tiempo para arreglarte.—HyunSuk le hablaba de manera pacífica y eso le confundía.
—Sí. —Dice sin más el pelinegro y se levantó de la cama para dirigirse hasta el baño.
En una elegante sala del enorme y lujoso hotel en el centro de Seúl, se llevaba a cabo aquel evento tan especial que el señor Jeon había comentado aquel día por la mañana. Las luces brillaban y el piano clásico resonaba en cada rincón, mientras los invitados llegaban enfundados en deslumbrantes trajes de noche.
Las mesas redondas estaban por cada rincón bellamente decoradas con arreglos florales y velas parpadeando.
Los anfitriones, La familia Jeon junto a los Song, recibían a sus invitados con una sonrisa radiante, mientras los camareros servían deliciosos aperitivos y copas de champán.
—¡Bienvenidos a todos! Me alegra verlos aquí esta noche para celebrar juntos.— Les saludaba HyunSuk con su sonrisa y voz encantadora que volvía loco a cualquiera, a excepción de Jungkook, quien solamente podía voltear sus ojos y aguantarse la mala cara que traía desde que llegó al lugar.
Los invitados se mezclaban entre sí, riendo y charlando en pequeños grupos, mientras las risas y la música llenaban el lugar. La conversación animada se entrelazaba con el suave sonido del piano que amenizaban la velada.
— ¡Wow, todo luce espectacular! La comida debe ser igual de maravillosa.— Dice una amiga de la señora Jeon admirando la mesa del banquete mientras camina a su lado.
— ¡Definitivamente! No puedo esperar para probar esos platillos exquisitos.— Asiente ella con una sonrisa.
A medida que la noche avanzaba, los invitados se sentaron en sus asignadas mesas de elegantes manteles y fina vajilla. Los camareros comenzaron a servir una serie de exquisitos platillos gourmet, desde entradas sofisticadas hasta deliciosos platos principales y postres extravagantes. Los invitados brindaban y disfrutaban de cada bocado, sumergidos en la atmósfera de elegancia y exquisita gastronomía.
La cena era perfecta, la comida bastante deliciosa, aunque de todas formas Jungkook casi no toco su plato, había algo que noto desde que llegó y lo tenía un tanto histérico. Estaba con su familia y HyunSuk en la mesa principal y veía a todas partes tratando de disimular a donde realmente dirigía su mirada.
—Debo ir al baño un momento.— Dice levantándose rápidamente y se alejó de ellos hasta llegar a los baños. —¡Jimin! ¿Qué hacen aquí?
—Primero que nada, hola y segundo, ¿tú crees que dejaría solo a Tae?— Le mira con mala cara y Jungkook toma su brazo llevándolo casi arrastrando hasta el baño. —¿Cuál es tu problema? ¿Por qué lo contrataron para tocar en esta estúpida fiesta?
—Te juro Jimin que yo no sabía nada de esto, de haberlo sabido le habría dicho que no viniera.
—¿HyunSuk sabe lo que pasa entre ustedes?—Pregunta ya cansado de estar ahí apoyando su cuerpo en el lavamanos.
—Shh.— Dice él asustado— No, no sabe nada, bueno no estoy seguro.
—Jungkook, no metas a Taehyung en tus problemas, él no lo merece, es un buen chico, bastante inocente.
—Pero yo lo quiero.
—Y él está tontamente enamorado de ti y lo sabes, no es justo para él ¿O sí?
—No.— Niega cabizbajo.
—Él no sabe que estás aquí, no le he dicho.— confiesa el de menor estatura.— Y no se lo diré, así que espero no te acerques a él por esta noche, HyunSuk podría descubrirte.
—Jimin yo…
—A mí no me debes dar explicaciones Jungkook.
Dice él sin más y se retira del lugar dejando a Jungkook solo quien minutos después volvió a su lugar, HyunSuk había visto todo, los vio entrar juntos al baño y luego cuando Jimin salió y Jungkook detrás.
—¿Cómo vas?— Escucha aquella voz que siempre le acompaña.
—¿Dónde estabas?— Le pregunta cuando deja de tocar aquel enorme piano. —Pensé que te habías perdido por ahí para divertirte.— Ríe con naturalidad, pero Jimin solo puede mirarle con pesar.
—Te traje un poco de vino.— Jimin toma su mano y deja la copa de vino en esta misma. —Fui al baño, los mariscos me hicieron mal.— Suelta una risita.
—Puedes ir a casa si quieres, luego me voy en taxi.
—¿Estás loco? No voy a dejarte solo.
—Ay Jimin, he andado solo por toda la ciudad.
—Aun así, no me iré hasta que termines.
Se quedaron ahí mientras que el castaño comenzó a tocar otra melodía, descansaba unos minutos y luego continuaba.
—Su atención por favor.— Habló el padre de Jungkook golpeando ligeramente la copa con una cuchara, cuando todos se quedaron en silencio y le prestaron atención, el hombre continúa hablando.—Primero que todo, gracias a todos por estar presentes esta noche acompañándonos en esta increíble velada, como bien saben nuestra empresa ha crecido enormemente este último tiempo y creemos que ya es tiempo de dejar que las nuevas generaciones sigan nuestros pasos, por eso quiero anunciarles esta noche que mi querido hijo y el Song HyunSuk tomarán el cargo de la empresa desde este mismo instante.
La gente comienza a aplaudir y Jimin ve a Taehyung aplaudir entusiasmado también.
Vuelve su mirada hasta Jeon y su familia.
—Hay algo que me gustaría hacer antes de firmar.— Se apresura en decir HyunSuk.— No es mi intención opacar este lindo momento, sin embargo, podría ser aún más bonito ¿No es así?
El rubio se levantó de su lugar y caminó hasta el centro del salón, con un ademán y una encantadora sonrisa, llamó a Jungkook quien no quería acercarse, pero lo hizo de todas formas.
Todos observaban ansiosos.
—¿Qué sucede?— Le pregunta el castaño a su amigo casi en un susurro, Jimin aclaro su garganta algo nervioso, sabía que el corazón de su amigo corría peligro.
—Solo un tonto que está parado en medio del salón. ¿No quieres ir afuera un rato? Hace un poco de calor aquí adentro, ¿no?
—Quiero escuchar lo que dicen.
—Tae…
—Jeon Jungkook.— Dice HyunSuk mirándole a los ojos como si nada pesara en su conciencia.
El corazón de Taehyung se aceleró en aquel momento al escuchar aquel nombre.
—¿Quieres casarte conmigo?— Dijo el rubio después de agacharse frente al menor y tomar su mano, Jungkook aclaro su garganta y por unos segundos vio a Taehyung que aún seguía sentado en el banquillo del piano.
Todo el mundo estaba expectante esperando la respuesta del jovencito. Jungkook por su parte quería correr y escapar de aquel lugar, aun así no tenía escapatoria , fácilmente podría no aceptar, pero tenía tanto miedo y eso le jugaba en contra. Jackson seguía sujetando su mano y ejerciendo un poco de presión a esta, Jungkook solo le miró, ya tenía una respuesta y era ahora o nunca.
—No.— Dice firmemente y HyunSuk se levanta soltando su mano rápidamente, confundido y con odio le mira.
—¿Qué? Jungkook, debes aceptar.— Toma la mano del menor y lo acerca hasta él.
—No, HyunSuk, no acepto casarme contigo, es más, no acepto nada de esta tonta celebración y no acepto el puesto en la empresa papá.
El plan de HyunSuk había fracasado, ya no tenía nada más que hacer en ese lugar.
Jungkook no deja de ver a Taehyung quien se mantenía cabizbajo. Jimin ayudó a su amigo a tomar sus cosas para marcharse lo antes posible del lugar. Juntos caminaron entre las personas y Jungkook les siguió rápidamente hasta la salida.
—Tae…— Le pide y su voz suena tan triste que estaba a punto de quebrarse.
—Yo no sabía que esta fiesta era tuya, Jungkook.— Le responde tristemente deteniendo su caminar.— Lo siento si es que arruine tus planes.
—No, Tae, no has arruinado nada, al contrario, me has ayudado a salir de toda esta situación tan horrible.— Dice el menor acercándose a él.
—¿Situación horrible? Jungkook, no entiendo qué está pasando.— Taehyung se queda parado frente al pelinegro que no sabía por dónde empezar, de todas formas ese no era el mejor momento ni el mejor lugar para contar toda la verdad.
—Puedo contarte todo, pero no aquí será mejor que te vayas a casa, te alcanzaré luego.
—¿Estarás bien?
—Sí, Tae ahora ve a casa, por favor.
Haciendo caso a lo que Jungkook le pedía, Taehyung asintió y sin más subió al auto con ayuda de su amigo, Jimin sin soltar ni una sola palabra más que querer sacar al castaño de ese tóxico lugar subió a su auto y condujo de una vez.
—¿Jungkook?— Dice HyunSuk acercándose a él.— ¡Lo has arruinado!— Le dice en voz baja tomando el brazo de Jeon y jalando de este mismo. — Debías de aceptar, esa era parte del plan.
—Ese era tu plan HyunSuk y yo ya no soy parte de tus planes.— Le responde sin sentir miedo esta vez y se suelta alejándose unos centímetros.
—Tienes un don mi querido Jeon Jungkook, un don para arruinar todo eh. ¿Será que la mala suerte a pesar de todo no te ha abandonado?
—Solo quiero que me dejes en paz.
Jungkook finalmente deja a HyunSuk y camina en dirección a la entrada para volver al salón por sus cosas, necesitaba encontrar su teléfono que había dejado justo en la mesa en la que estaba minutos antes. Sin embargo, HyunSuk lo detuvo nuevamente antes de que pudiera poner un pie dentro.
—No hemos terminado de hablar, Jungkook.— Le reclama entre dientes, y cuando sus ojos se encuentran otra vez Jeon ve la ira en ellos.
—HyunSuk, suéltame.— Le susurra y luego aleja su mano de golpe. —¿Hasta cuando piensas seguir con todo este circo?
—No lo sé, hasta que me canse.
—Estás loco.
—Esto no se va a quedar así, ¿Me oíste?
Jungkook trata de ignorar sus sentimientos y sus miedos en ese instante, sentía como su corazón en cualquier momento saldría de su pecho, podía sentir como su palpitar subía hasta sus oídos, incluso ensordeciendo todo a su al rededor, entonces caminó rápido entre la multitud de personas que susurraban mientras le veían, llegó hasta la mesa y rápidamente tomó sus cosas.
—¡Jungkook!
Cuando estaba a punto de irse del lugar, la voz de su padre lo detiene.
—¿A dónde crees que vas jovencito?— Le pregunta serio y se acerca a él. —Tremendo espectáculo ¿No? No puedo estar más decepcionado de ti, no estás a la altura de un Jeon definitivamente, no mereces llevar nuestro apellido, te quedó grande.
—Pues dale tu jodido apellido a HyunSuk, siempre has demostrado quererlo más a él que a mí que soy tu propio hijo.
—Me hubiera encantado que HyunSuk fuera realmente mi hijo.
Jungkook le mira a los ojos con rabia, pero no dice nada más, su madre un poco más allá lo miraba con tristeza, intento acercarse a su hijo, pero él rápidamente escapó del lugar. Ya no había nada que celebrar, la fiesta había sido un completo desastre, desastre que para Jeon Jungkook significaba cortar aquellas cadenas que lo ataban al infierno en donde vivía y abrir sus alas para volar lejos y por fin refugiarse en los brazos de su amado sin que nadie se opusiera.
Caminó un par de calles y se posó debajo de un poste esperando que algún taxi pasara por ahí, espero un par de minutos mientras la lluvia de aquella noche caía sobre él empapando su ropa. Cuando un taxi se detuvo en la parada, subió rápidamente y sin más siguió su camino.
Cuando llego a su destino le pago al señor y después de agradecerle también bajo del vehículo y subió las escaleras rápidamente hasta llegar al apartamento de Taehyung, llamó un par de veces a la puerta hasta que en el cuarto intento por fin esta se abrió.
—Tae.— Dice apenas lo ve y lo abraza de inmediato, suelta un suspiro cuando siente el cálido —Mi amor...
—No pensé que vendrías tan pronto.— Dice él abrazándolo y acaricia su espalda. —Estás todo mojado, entra. Quítate esa ropa y ve a darte una ducha.
Jungkook sonríe y hace caso a lo que Taehyung le pidió con esa voz tan dulce y amable, pero a la vez tan grave y varonil que le encantaba. No fue una ducha larga, pero sirvió para abrigarse del frío que traía hace un rato.
Se vistió con una pijama que Taehyung le había entregado y luego se sentó en la cama mientras que el castaño le secaba cuidadosamente el cabello con la secadora.
—Tu cabello está largo.— acaricia levemente este mismo después de apagar el secador.
—Sí, creo que debería cortarlo.
—Me gusta así. Ahora explícame que fue lo que sucedió hace un rato. — su voz suena suave y tranquila.
—Bueno, es difícil de explicar por qué es una historia muy larga.
—Tenemos lo que queda de la noche, y los días que siguen, sabes que podría escucharte todo el tiempo que sea necesario. Puedes confiar en mi, ya no tengas miedo. — Susurra el castaño y Jungkook sintió como aquellas palabras eran una caricia a su lastimado corazón.
Jungkook, aquella noche después de armarse de valor y escapar de las manos de Jackson, también pudo contar la verdad a Taehyung, no omitió detalles y se dejó consolar cada vez que una lágrima salía de sus ojos en cada relato. Taehyung puso atención en todo momento y por fin logró entender el porqué de aquella enorme tristeza que el hombre que le había robado el corazón cargaba.
Ya había pasado un par de días y Jungkook había ido a la casa de sus padres entrando a escondidas para buscar ropa y traer de a poco sus cosas hasta el apartamento de Taehyung, estaba sacando las cosas de la maleta y ordenando su ropa para ponerla en el mueble junto a la de Taehyung tal cual él se lo había pedido mientras que el castaño estaba en la cocina preparando el desayuno, Jungkook ya comenzaba a sentirse más tranquilo, las cosas por fin estaban cambiando, ya podía comer un poco y dormir bien por las noches, Taehyung sin dudas era su terapia. Ver ahora sus ropas ahí juntas era algo que jamás pensó que ocurriría, verlo despertarse en las mañanas y como se pasea con semejante sutileza por la cocina lo dejaba encandilado de amor. Compartían el desayuno entre risas, besos y contándose algunas cosas de su pasado.
Y Taehyung nunca habría imaginado lo solitaria que era su vida si aquel día en El parque no hubiera conocido a Jungkook. Su vida ahora estaba llena de luz, era aquel hombre a quien amaba quien le daba la luz que en toda su vida nunca vio.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro