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|022|No puedo más.




—Bueno, joven Kim, veo que los medicamentos han estado funcionando de maravilla.— Menciona el doctor después de revisar los ojos del castaño.

—No sabe lo mucho que me alegra escuchar eso, doctor, he sido muy responsable con el tratamiento. — Una sonrisita tímida y esperanzadora se escapa de sus labios.

—Si seguimos así de bien, considere que en un corto periodo usted ya estaría preparado para la operación.

El hombre se sienta en su escritorio después de ayudar a Taehyung a hacerlo también y comienza a escribir en el papel de la consulta, recetas médicas y muchas más recetas.

Después de escribir el listado de los medicamentos, el médico se despide de Taehyung acompañándolo hasta la salida, afuera lo esperaba Jungkook impaciente por saber que era lo que el doctor le había dicho, ve a Taehyung sonriendo y un brillo especial en su rostro que lo hizo pensar en que todo estaba bien y no se equivocó.

—¿Y bien?— Preguntó el menor emocionado acercándose a Taehyung.

—Dice que todo está marchando bien y que falta muy poco para poder operarme.— Chilla el emocionado y Jungkook también.

Por un instante se perdió en aquella sonrisa que iluminaba el bonito rostro del castaño, Jungkook sabía lo perdidamente enamorado que estaba de Taehyung. Se quedó en silencio un par de segundos aun admirando el rostro ajeno y suspiró cuando Taehyung apretó su mano para hacerlo despertar de su interminable sueño.

Juntos salieron del edificio tomados de la mano y con el pequeño Yeontan caminando a su lado, la realidad ahí afuera cayó nuevamente sobre los hombros de Jeon y al ver la calle repleta de persona soltó de inmediato la mano de Taehyung y él lo entendía perfectamente, de todas formas era su amante, era a quien debía de esconder o simplemente fuera de las cuatro paredes de su habitación fingir ser amigos.

—¿Mucha gente, verdad?— Pregunta Taehyung al mismo tiempo que arma su bastón, escucha un ligero "sí” por parte de Jeon. — Debería acostumbrarme.— Suelta después junto a una risita que de inmediato tranquilizo al menor.

—Lo siento.

—Tranquilo, ¿Vamos a comer algo? — Le propone mientras caminan sin un destino exacto.

Jeon le mira una vez más casi de reojos y dejando un poco el miedo de lado, toma con suavidad la delgada mano del chico a su lado, quien la acaricia un poco y luego la aleja.

Si alguien los viera juntos tomados de la mano sería un gran problema, ambos lo sabía. Aquella tarde compartieron el almuerzo, Jungkook sintió una enorme tranquilidad y satisfacción de tener a alguien que le ayudara a sanar su herido corazón con tan solo una sonrisa y su agradable compañía.

Después de aquello buscaron un lugar más discreto para poder despedirse con un par de besos que habían estado guardando desde que se reunieron ese mismo día en la mañana. Taehyung se subió a un taxi para volver a casa y Jeon hizo lo mismo minutos después. Y es que cada vez que debía volver a casa sentía como se apagaba, pues ¿Cuál era el sentido de seguir allí? De seguir en un lugar en donde no era querido, donde nadie se preocupaba ni un poco por él más que su Nana, aquel lugar donde cada día se le apagaba más y más la vida. Siempre se quedaba parado en la entrada de aquella enorme casa vacía y pensaba en huir y no volver más, pero ¿Por qué volvía? No lo sabía exactamente. La luz de un auto estacionándose detrás lo distrae, voltea a ver un poco y un agobiado suspiro se escapa desde lo más profundo, era HyunSuk quien venía pisándole los talones.

—Jungkook...— Dice él con esa voz tan fingida y llena de sarcasmo.

Cuando el mayor se acerca, Jungkook rápidamente abre la puerta de la casa intentando entrar antes que su novio, pero HyunSuk alcanzó a detenerlo y agarrarlo del brazo.

—¿Dónde estabas?— Preguntó entredientes.

—Fui a la universidad.— Respondió soltándose del agarre y luego entró a la casa seguido por el rubio.

—Buenas noches, familia.

HyunSuk se abre paso y lleva a Jungkook con él abrazándolo por sobre los hombros, obligándole a caminar a su ritmo, llegando hasta la sala en donde los padres del menor se encontraban. Jungkook miró a su madre quien en ningún momento sonrió y solo le veía preocupada, ella sabía que algo pasaba, que las cosas no estaban tan bien como HyunSuk se lo había dicho la vez pasada.

—Hola.— Habló Jungkook esta vez — ¿Dónde está Nana?

—En la cocina, cariño. — Le responde su madre.

Jungkook, sin decir algo más, suelta el forzado abrazo que lo mantenía cerca de su novio y se aleja de la sala hasta llegar a la cocina, allí estaba ella tan radiante y esperándolo con una sonrisa que le llenaba un poquito el corazón, después de todo volver a casa no era tan malo si estaba ella esperándolo ahí. Se acerca a ella mirándola con lágrimas en sus ojos, ella ve el cansancio y la tristeza en los ojos de su pequeño niño, y es que no lograba entender como alguien podía apagar a otro de aquella manera, como HyunSuk pudo quitar todo el brillo de los hermosos ojos de Jungkook. Él le sonríe estando frente a ella y la pequeña mujer acaricia la mejilla de quien en otra vida deseo fuera su hijo, para cuidarle incluso más de lo que había hecho durante veinte años.

—Tranquilo.— Le dice ella tratando de que el menor contuviera el llanto.— Tranquilo, mi niño.— Jungkook solo intenta sonreír y quita rápidamente las lágrimas que resbalaban por sus pálidas mejillas.

—¿Jungkook?— dice su madre entrando a la cocina —¿Cariño? ¿Estás bien?— Preocupada, ella se acerca a su hijo.

—Si mamá, solo estoy algo estresado, no es nada.— Responde al instante y evita a toda costa la mirada de su madre. —¿HyunSuk aún está en la sala?

—No, salió a una reunión con tu padre. Jungkook ¿Seguro que no tienes nada que decirme?

El menor suspiró profundamente y por fin miró a los ojos de su madre y sonrió.

—Estoy bien, de verdad.— Trató de ser convincente y la mujer le sonríe de vuelta, aunque muy dentro de ella sabía que su hijo le mentía.

Sin más que decir, Jungkook tomó aquel plato con comida que Nana le había preparado y se marchó de la cocina, llegó hasta su habitación y una vez ahí se desbordó en lágrimas, su tristeza inundaba la fría y solitaria habitación, se fundió en su cama y abrazó su almohada misma que le ayudaba a silenciar un poco su desconsolado llanto. Fueron minutos en donde solo se dedicó a llorar como si de alguna forma esto le ayudara a limpiar así su alma, cuando su llanto cesó miró la comida que yacía fría en el plato, aun así quiso probarla recordando las palabras de Taehyung.

Sin embargo, aquel primer bocado fue aún más difícil de probar, masco e intentó tragar aquel trozo de pan tostado con mermelada de fresas, aquella que tanto amaba tiempo atrás, las náuseas no tardaron en aparecer y corrió al baño y vomitó lo poco y nada que había probado de la comida. Sentado en el suelo y apoyado en el escusado volvió a llorar, era tan miserable verse en lo que se había convertido.

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