|017|Confesión
—Mamá.
—¿Estás bien hijo?— Cuestionó ella preocupada.
—Sí, sí, estoy bien.— Se apresuró en responder.—Solo tengo hambre
— Caminó hasta la cocina.
—Eunji preparo el desayuno, pero ninguno de ustedes se despertó cuando ella los ha llamado. —Dijo la dama mientras deslizaba su dedo por la pantalla de su teléfono móvil.
—Buenos días, Nana.— Saludo él al ver a la señora lavando los platos y deposito un beso en su regordeta mejilla. —¿Dormiste bien?—Preguntó sacando una caja de leche de la nevera.
—Si mi niño, me agrada, verte de buen ánimo.— Sonrió dejando rápidamente los platos en su lugar para servirle el desayuno al menor.
—Puedo hacerlo solo Nana, no te preocupes.— Le dice amablemente y le sonríe después.
La pequeña mujer sonrió, dejó una caricia en la mejilla de su pequeño y continuó lavando los platos, por su parte Jungkook se preparó un poco de leche con cereal y unas tostadas con mermelada de fresas. Le dio una primera mordida y el fresco olor de la fruta le recordó a los dulces besos de Taehyung, y aquella noche que pasaron juntos y sonrió mientras sin darse cuenta revolvía sin parar la leche que había puesto sobre el cereal, sentía tanta paz en aquel momento olvidándose de todo lo que había a su al rededor, solo eran él y sus pensamientos. Hasta que escuchó la voz de su padre, quitándole aun más la poca tranquilidad que le quedaba a su mañana.
–Buenos días.— Dice el hombre cuando entra a la cocina.
—¿Qué tienen de buenos?—Respondió Jungkook sin mirarle. Mismo que se obligó a llenarse la boca con comida para evitar alguna conversación incómoda con su tonto padre.
—Buenos días, señor Jeon, su desayuno está listo.
—Ya tengo que irme.— Comentó el menor levantándose del taburete y dejando el plato en el lavabo—Perdón por eso.— Le susurró a su Nana regalándole una tierna sonrisa y luego salió sin más de la cocina.
—Cariño.
Jungkook se detuvo junto a la puerta cuando escuchó la voz de su madre, el menor volteó a verla y vio como aquella se acercaba con timidez y algo preocupada.
—¿Sí?
—Ven cariño.— Le guio a la salida tomando de su brazo con delicadeza.
Ambos salieron de casa, aunque Jeon estaba completamente confundido ¿Qué era lo que su madre quería? Se dirigieron hasta el auto de la mujer, aquella subió a su vehículo pidiéndole a su hijo que hiciera lo mismo. Ya estando los dos adentro, la castaña condujo, hubo unos minutos en donde solo hubo silencio, minutos que para el jovencito parecieron horas eternas. Veía a su madre conducir sin quitar la mirada de enfrente y la oía suspirar constantemente.
—¿A dónde vamos?—Habló Jungkook.
—Escuché que irías a comprar ropa.— Dijo ella sonriendo, sin quitar la mirada de la carretera.
Pero Jungkook no pudo corresponder aquella sonrisa, más se sintió preocupado ante lo que su madre había dicho, había escuchado lo que hablo con HyunSuk esa mañana.
—¿Escuchaste algo más?—Le preguntó preocupado y la mujer negó de inmediato.
Su semblante era tranquilo, tanto así que le transmitía un poco de seguridad, aquella seguridad que Jungkook por tantos años había anhelado.
—Pensé que sería bueno pasar algo de tiempo juntos.
—¿Y eso a qué se debe?
—Hijo, sé que hemos estado ausentes— Suspiró ella.— Yo sé que no he sido la mejor madre, y estoy tan arrepentida de no estar contigo cuando más lo necesitaste, hijo, quiero pedirte perdón, si es que ya no es tarde.
Jungkook vio a su madre por primera vez llorar, sus palabras las oía sinceras, pese a ello no podía reaccionar de alguna forma, no podía abrazarla, siquiera consolarla. Únicamente pudo asentir dedicándole una fingida sonrisa.
—Sé que hay muchas cosas que debes estar pensando ahora, y puedes tomarte tu tiempo, pero realmente quiero hacer las cosas bien, cariño.
—Yo... No lo sé, no sé qué decir. Me tomará tiempo.— Decía mientras jugaba nervioso con sus dedos.
—Tranquilo cariño, te esperaré el tiempo que sea necesario.—Finalizó sus palabras dejando una ligera caricia en el cabello de su hijo.
Aquella tarde Jungkook compartió con su madre, aunque al principio no le pareció una buena idea en lo absoluto, terminó por aceptar. Visitó varias tiendas de ropa y se probó ropa en cada una de estas, su madre le ayudó a elegir la mayoría de las prendas, la mujer lo veía con nostalgia, no podía perdonarse nunca todo lo que se había perdido por estar todo el tiempo siguiendo, un tonto sueño que ni siquiera fue suyo.
—¿Podrías llevarte a casa las cosas?— le pide el pelinegro dejando las bolsas en el asiento trasero.
—¿No iras conmigo?
—Eh.. No, lo siento, tengo algo que hacer ahora, pero volveré para cenar.
—Bueno, nos vemos para la cena, te quiero hijo.—Jungkook sintió como su corazón se apretó con lo que su madre le dijo, solo sonrió y se despidió de ella.
—Adiós Ma...
Luego de que la mujer se marchó, Jungkook entró a una librería enorme y bonita que había en toda la planta baja del centro comercial, tomó un canasto y puso en el varios pinceles, pinturas y algunos bastidores.
Llevo todo eso hasta la caja en donde pagó y luego la cajera le entregó todo en una linda bolsita.
Tomó un taxi después que lo llevaría hasta la casa de Taehyung, se bajó con su bolsita llena de materiales de pintura y subió las escaleras hasta el segundo piso, escuchó un par de risas y la puerta se abrió, de una vez salió Jimin quien al verle le sonrió casi por obligación y detrás de él el chico del cabello negro con cara de gato amargado que por supuesto no le habían presentado aún.
—Tae, tienes visita.—Le dice el rubio en voz alta y el castaño inmediatamente se acerca hasta la puerta. —Cuídalo eh...— Fue lo último que Jimin le dice a Jungkook antes de irse y perderse por las escaleras, seguido de los pasos del otro chico.
—Hola Taetae– Se acerca y se abrazan enseguida.—Perdón por venir sin avisar. Quería verte.
—Ven, vamos adentro.— Respondió el castaño tomando su mano y llevándolo hasta adentro de su hogar. —¿Cómo estás?
—Bien, ¿Y tú?
—Pues bien, de maravilla.— Le responde con una sonrisa.
—Andaba comprando un par de cosas y recordé cuando me dijiste que querías pintar un cuadro.
Jeon le sigue los pasos sin quitarle la mirada.
—Sí, pero aún no me he operado.— Carcajea el castaño.
—Si eso lo sé, pero de todas formas quise traerte un regalo, además podría enseñarte o ayudarte.
—Jungkookie yo... No lo sé, solo quedará un desastre.
—Taetae, eres un prodigio con la música, tus manos pueden hacer magia y estoy seguro de que puedes hacer un dibujo.
—¿Y como sabré que está quedando bien y que estoy usando los colores correctos?
—Te ayudaré con eso. Ven.— Le dice el menor tomando su mano.
Jeon armó el bastidor en medio de la sala y puso algunas hojas de periódico en el suelo para no ensuciar. Una vez todo listo ayudó a Taehyung a tomar su lugar en el banquillo frente al bastidor.
—Estos son los pincelesLe explica mientras le deja un par de pinceles en sus manos, Taehyung los toca con delicadeza analizando la anatomía de aquel trozo de madera.
—Son diferentes, ¿Verdad?
—Sí, todos tienen un propósito diferente, el que es plano y recto en la punta sirve para dar pinceladas gruesas y más intensas, estas de punta más fina sirven para dar trazos, como líneas delgadas o delinear.—Le explica.
Taehyung admiraba como Jungkook podía dejarse llevar cuando algo le gustaba como se desenvolvía, demostrando aquel conocimiento relacionado con el arte, esa parte de él tan maravillosa y tan única que lo hacía especial.
—Esto es un bastidor, el lienzo en blanco.— Toma su mano llevándola hasta el pedazo de tela frente a ellos, Taehyung lo toca ligeramente sintiendo su textura.
—Es como un trozo de tela.— dice él. — Me gusta su textura. Me gusta también tu forma de explicar —Le sonríe y Jungkook se sonroja.—Bien, no sé exactamente lo que quiero hacer, de todas formas, no creo que quede bien.— Se ríe.
Ya terminando con la explicación Jungkook se queda a su lado viéndolo con expectación y emoción, Taehyung tocaba todo tratando de familiarizarse con los instrumentos que Jungkook le había dejado. Introdujo un pincel en el bote de pintura y sin más comenzó a pintar, con su mano izquierda se guiaba y con la otra daba pinceladas.
—Es un desastre, ¿verdad?
—No, no, vas bien.— Le dice en voz amable y suave.
—Me he pintado las manos.— Ríe él — Jungkookie esto no va a terminar bien — Suelta nuevamente una carcajada contagiando al menor y continúa dando pinceladas sobre el lienzo.
—¡Que lo estás haciendo de maravilla!— Le dice animado, observando con detalles todos los movimientos del rizado.
Era impresionante la capacidad intelectual y lo prodigioso que era aquel hombre que tenía a su lado, como era posible que a pesar de no ver nada, podría lograr cosas tan increíbles como aprender una melodía de música clásica hasta pintar un cuadro solo guiándose con sus dedos, era un acto maravilloso, admirable. Jungkook ni siquiera sabía como podría descifrar todo lo que veía en Taehyung.
Era magnífico.
—Creo que he terminado.— Le dice el castaño rompiendo su ensoñación —¿Se ha mezclado mucho?
—La verdad es que se ve bien, algo abstracto, pero muy bonito— Se acercó él mirando más de cerca.
—Pensé en Yeontan y el día en que nos conocimos en el parque.— Le comenta mientras limpia sus manos en el delantal que tenía puesto.
—Me gusta la mezcla de rojo y azul.— Le dice suspirando.
—Tú eres como el color azul, y yo el rojo.—Mencionó el castaño girando un poco en la silla para quedar frente a Jeon e inmediatamente buscar su rostro con ambas manos.
—El rojo y el azul dan morado...— Le susurró el cuándo sus mejillas estuvieron entre las delgadas y cálidas manos del mayor.
—El color que somos al estar juntos.
Kim concluye y deja un casto beso en los labios ajenos. Jungkook sintió aquel hormigueo en su estómago, vio a Taehyung una vez más para admirar aquel rostro tan bonito que tenía rastros de pintura, haciéndolo ver tierno.
—Ven, ponte aquí.— Le dice jeon después de alejarse un poquito, le ayuda a acomodarse poniendo el banquillo justo en el centro del bastidor para que el de cabello rizado pudiera sentarse nuevamente.
—¿Qué haces?
—Tú solo quédate ahí y sonríe— Le indica mientras acomoda y configura su cámara fotográfica.
—Jungkookie, dime...— Le dice él haciendo un puchero —¿Quieres que pinte otro cuadro?
—No, solo quiero recordar este momento toda la vida— Suelta un suspiro lleno de amor y melancólica —Sonríe. —Le pide y el castaño obedece regalándole la más hermosa y encantadora sonrisa que en su vida jamás había visto. —Ahora con Tannie.— Jungkook deja al perrito en los brazos de su dueño y se aleja otra vez para tomar una nueva fotografía.
—¿Y tú? ¿No saldrás en la foto?
—No es necesario, es un recuerdo para ti, para que puedas verlo cuando recuperes la vista.
—Vamos, tomate una foto con nosotros— Le pide el mayor animándolo.
—De acuerdo.—Jungkook arma rápidamente el trípode y acomoda su cámara en este mismo, ajusta el cronómetro y se acerca a Taehyung, mismo que al sentirlo a su lado toma su mano, mientras que con la otra sostiene aún a su cachorro.
El cronómetro avanzó y el clic sonó inmortalizando aquel precioso momento.
Jeon volvió hasta su cámara y vio la foto, no podía descifrar aquella sensación que en ese momento recorrió todo su cuerpo, Taehyung sonreía en la captura y se veía como un ángel, su personalidad relucía a flor de piel, era maravilloso.
—Carajo.— Susurra el azabache cuando siente vibrar su teléfono en el bolsillo de su pantalón.
—¿Pasó algo?
—HyunSuk está en la ciudad.— Le comenta abrumado mientras ordenaba sus cosas dentro de su mochila — Lamento no decírtelo antes.
—No te preocupes.— Suspiró Taehyung quitándose el delantal.
—Taetae...— Dice él en voz suave y algo melancólico, acercándose al castaño para luego abrazarlo y esconderse en el pliegue de su cuello.
Taehyung le abraza también y acaricia su espalda de arriba a abajo, para luego abrazarlo fuerte, no queriendo dejarlo ir.
—Prometo que lo dejaré para que podamos estar juntos.— Le dice jeon tomando sus mejillas entre sus manos al borde del llanto —Yo no quiero estar con él...
—Jungkookie, tranquilo.— Le sonríe. —Si quieres podemos...—Sin embargo el menor le interrumpe.
—No.— Niega de inmediato y vuelve a esconderse en su cuello y abrazarlo por la cintura —No quiero, yo quiero estar contigo.— Concluyó aferrándose a la ropa del mayor.
Un golpe a la puerta los interrumpe y Jeon se aleja de Taehyung casi a regañadientes, ya que no quería hacerlo, ve al castaño alejarse y caminar hasta la entrada, escucha una vez más cuando golpean, esta vez un poquito más fuerte y Taehyung abre la puerta. Era el chico que acompañaba a Jimin hace un rato.
—Tae ¿Podemos hablar?— Dice el de piel pálida notando la presencia de Jungkook. —Oh, aún estás ocupado, puedo venir luego.
—No, no te preocupes.— Le responde Jungkook y el chico le mira —Yo ya me voy.
—Jungkookie...— Le dice Taehyung con pesar.
—Te veré luego, ¿sí?— Le dice estando a su lado y luego besa fugazmente sus labios para por fin marcharse del lugar.
—¿Están saliendo?— Le pregunta Yoongi cuando Taehyung cierra la puerta.
—Supongo que si, soy su amante.— Dice en un tono divertido.
—Bueno, eso es mejor que nada, supongo.
—¿Que pasa?, te oigo un poco preocupado
—Hay una cosa que me ha estado dando vueltas en la cabeza desde hace varios días, semanas tal vez.— Suelta un largo suspiro y se queda en silencio unos segundos —Jimin me gusta...— Confiesa finalmente.
—Pensé que ustedes ya estaban saliendo.
—No, él no quiere nada, bueno, dice que soy un buen chico, pero no quiere nada de "amor".— Dice imitando la voz del rubio y Taehyung ríe —Me tiene todo loco y no se da cuenta.
—Jimin es así, además su exnovio le hizo mucho daño, es difícil de sanar cuando te rompen el corazón supongo.— Suspiró el castaño y Yoongi le mira.— Jimin estuvo con el tonto de Yesung casi ocho años y bueno el tipo lo engañó por harto tiempo, y luego de que jimin supo él se fue con su amante. Fue difícil ya que Jimin estuvo triste durante mucho tiempo, lloraba día y noche preguntándose que fue lo que él hizo mal, por qué Yesung había decidió irse y cambiarlo por otro. Nunca había escuchado a mi amigo llorar tanto como lo fue aquel día. — Dice esto último con melancolía recordando lo triste que fue aquel proceso para su amigo.
—Que lastima.—Suspira el pálido con pesar —No me imagino lo difícil que fue.
—Le costó tiempo superar todo eso, y estoy seguro de que aún no lo ha superado al cien por ciento es por eso que él no accede a salir con nadie, ya que muchos chicos le han pretendido, pero él siempre prefiere tenerlos de amigos, obviamente tiene miedo de volver a ser lastimado.
—Y lo entiendo perfectamente.— Agrega yoongi.
—Él no te lo dijo ¿verdad?
—No.
—Bueno, jimin es muy reservado en su vida privada, no le digas que te he contado esto o va a matarme.— Ríe él.
—De verdad me gusta mucho, Tae...— Suspira profundamente y se deja caer en el sofá, quedando acostado de lado aplastando su mejilla contra el cojín. —¿Crees que él podría fijarse en mí?
Hay un breve silencio en aquel momento y Taehyung suspira dejando salir todo el aire de sus pulmones y luego habla.
—Bueno, creo que eres un buen chico, pero Jimin es alguien muy complicado, creo que deberías de no ilusionarte.— Taehyung le murmura con sinceridad y el pálido se queja.
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