Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 38

Chloe

Había perdido la noción del tiempo luego de los exámenes médicos de Hunter. Por más que no haya sido la protagonista de ese suceso, decidí no pensar en el tema y así no transmitirle mis sensaciones. Me necesitaba fuerte, y eso intenté ser por él.

Cuando Paul nos contó que los resultados estaban listos, todos los nervios que estaba alejando cayeron sobre mí de golpe.

Tengo mucha fe y esperanza de que todo va a salir bien. En verdad, siento que esos resultados van a ser buenos, y que hay una oportunidad para que Hunter vuelva a ver.

Espero no equivocarme, no errar en lo que siento, porque ahora mi único deseo es este; que él recupere la vista.

Todas mis energías positivas están puestas en él. Y no solo las mías, todos, pero absolutamente todos los que lo conocen, depositan sus buenas vibras en esos resultados.

—¿Qué hacés aquí? —me pregunta mi jefe. Con Marie no esperábamos su visita hoy.

—¿Trabajando? Supongo...

—No, tú hoy no trabajas.

—¿Por qué, estoy suspendida? Yo avisé sobre mis días de estudio.

—Nada de eso, Chloe, ¿hoy no le dan los resultados a tu novio? —miro a Marie, porque claramente fue ella quien le informó, y se encoge de hombros—. Por eso vine, le voy a dar una mano a Marie en tu ausencia.

—Pero...

—Pero nada, ese chico te necesita más que esta biblioteca.

—Si cualquiera te escuchara, te querría como jefe por ser tan comprensivo.

—Lo sé, soy un amor. Ahora, hazme el favor de irte.

Antes de hacerlo lo abrazo, por supuesto que lo hago. No quise pedirle permiso para faltar hoy, ya que me había dado muchos días de estudio, y exámenes. Y no tiene la más mínima idea de cuánto le agradezco que me deje estar hoy a su lado.

Al salir, miro la hora, y si el tránsito está de mi lado, voy a llegar a tiempo. Me subo a Blue y emprendo viaje.

Para la suerte de todos, no hay embotellamientos. Todo va marchando bien, y mi fe para que esos resultados salgan igual de bien se multiplica por mil.

Llego al hospital, y le pregunto a una de las recepcionistas sobre el sector al cual tengo que ir. La joven morena me ignora y continúa en lo suyo. La entendería si estuviera haciendo algo relacionado con el trabajo, pero dudo que hablar por teléfono con tu amiga para contarle que el doctor x está que arde sea algo laboral.

Le vuelvo a preguntar, y me hace el gesto para que la espere. La voy a matar, lo juro.

—¿Chloe? —volteo y veo a Paul.

—¿La atención de aquí siempre es así?

Mira a la recepcionista y se ríe.

—Te encontraste con la persona equivocada, ella siempre es así.

—¿Y no la echan? ¡Argh! Qué me importa eso. Hunter, ¿dónde está?

Sigo a Paul hasta el sector correspondiente. Y ahí lo veo, con sus padres a cada lado dándole apoyo y cariño.

Su madre sostiene sus manos y le dice algo al oído, él asiente y no le responde con palabras. Me acerco a ellos, ambos sonríen al verme y me miran como si estuvieran agradeciendo mi presencia.

—Bueno, si nosotros no podemos calmar tus nervios, hay alguien que sí —dice su padre.

—¿Quién? —pregunta Hunter y sus padres se levantan de su lugar para darme mi momento con él.

—Hola —me siento y cojo su mano.

—Chloe... Creí que no vendrías.

—Me dieron permiso para salir del trabajo.

—Te necesitaba aquí conmigo.

—Y aquí estoy, siempre a tu lado, pase lo que pase.

Lo abrazo, y nos quedamos un largo rato así. Él con su cabeza sobre mi hombro, y mis brazos a su alrededor.

Por lo bajo comienza a pedir para que esos resultados sean positivos, y en el caso de no serlo, pide que, por favor, no lo dejen caer.

Más allá de esos resultados, nadie lo va a dejar caer. Yo no voy a hacerlo en absoluto. Aunque tenga que batallar contra mil demonios, lo voy a hacer. Todo para no dejarlo solo.

—Hunter... —lo llama un señor de mediana edad al salir de su consultorio.

—Creo que hoy echo de menos que me llames señor.

—No me has tratado de usted, eso es nuevo.

Hunter se pone de pie, y al momento que lo hace, sus padres y Paul se acercan.

—¿Quieres entrar solo o...?

—Ni hablar, mi novia entra conmigo.

Si no fuera por el momento que estamos pasando, en mi mente estarían haciendo eco sus palabras.

Hunter me busca con su mano, y yo se la entrelazo con la mía. El doctor me mira, y asiente.

—¡Suerte, hijo!

—Todo va a salir bien.

Es lo último que escuchamos antes de que la puerta se cerrara tras nosotros.

Nos sentamos frente al doctor, y saca una carpeta de color madera que lleva el nombre de Hunter. Su expediente médico.

—Por si te preguntas, no, no sé cómo dieron los resultados. Decidí enterarme contigo.

Dicho eso, saca de la carpeta un sobre blanco y mi corazón comienza a latir tan fuerte que hasta podría jurar que va a saltar de mi pecho y va a ir directo a la cara del doctor.

Hunter suspira a mi lado, y su agarre con mi mano se hace aún más fuerte. Hay muchos nervios en esta habitación, necesitamos cuanto antes la respuesta a la pregunta que tanto nos estuvimos haciendo; ¿hay cura?

Del sobre blanco sale una hoja, blanca también. El doctor mira a Hunter, me mira a mí, y luego sus ojos caen en la hoja, en los resultados, en el futuro de Hunter, en su vida.

Por un momento, me olvido de cómo respirar.

—Estás tardando demasiado, eso significa que no tengo cura.

—Siempre hablando antes de que te diga algo —niega con la cabeza mirando a su paciente—. Estás en perfectas condiciones para hacerte la operación.

—¿Qué?

El doctor sonríe, y al parecer, me acabo de acordar de cómo respirar.

—Tu nervio óptico responde tal como lo esperaba. La queratoplastia puede funcionar.

Mis ojos se llenan de lágrimas, y no puedo con la emoción. Grito y el doctor larga una fuerte carcajada para luego sumarse a mi festejo.

—¿Es una broma?

—¿Cómo voy a bromear con algo así, hombre?

—Entonces... ¿todo este tiempo me estuve negando a un enorme sí?

—Puedes sentirte un tonto, ¡pero ahora quiero que festejes! Eres mi paciente favorito, puedes operarte la vista y estás ahí como si nada.

Hunter se ríe, y es la risa más hermosa que escuché en toda mi vida. Hay felicidad plasmada en su carcajada, hay vida en la manera en que su rostro cambia al reírse, y yo me siento completamente feliz.

—Me siento un tonto afortunado —lágrimas de alegría acarician su rostro—. Puedo volver a ver... Puedo... ¡Me puedo operar, Chloe!

Rompe en un llanto precioso de felicidad, y me contagia. Lloro con él, y lo abrazo. Sonrío, nos reímos, soy feliz con él.

Ahora solo queda pedirle a Dios para que la operación esté de su lado como lo estuvieron los resultados.

Hunter sigue llorando cuando se lo cuenta a sus padres, y a Paul. Y, por supuesto, la felicidad es contagiosa, toca el corazón de todos y lo acompañamos en sus lágrimas.

No pido nada más que esa sonrisa perdure, porque es la más hermosa que se ha visto jamás.

—No puedo creer lo cerca que estuve siempre —nos encontramos en mi habitación, acostados en la cama luego de la cena que tuvimos con mi padre, quien, por supuesto, se sumó a la alegría.

—El miedo nos frena demasiado, pero no pienses en eso ahora. Ya está, ya pasó. Ahora tienes que enfocarte en lo que sigue.

Suspira.

—La operación...

—La tan esperada señora.

Se ríe y me abraza.

—¿Y qué sucede luego? Espera... En muchos casos no funciona, ¿y si soy uno de esos casos? ¿Mira si soy el primer fracaso de ese tan famoso médico? ¿Y qué si...?

—No, detente, no sigas. Quiero que ahora disfrutes de este momento, no traigas al miedo, ya mucho te acompañó y mereces un descanso de su negatividad.

—Sí..., supongo que tienes razón.

Apoyo mi cabeza sobre pecho, y me enamoro del sonido de su corazón. Hunter acaricia mi pelo, y poco a poco mis ojos se van cerrando.

—Gracias por ser siempre mi luz, Chloe.

Y con una sonrisa, me duermo...

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro

Tags: #wattys2015