Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 36

Chloe

No puedo concentrarme en el estudio, no puedo ni siquiera ordenar los libros por orden alfabético en la biblioteca.

Mi mente está fuera de todo lo que hago, de cualquier actividad que haga o intente hacer. Mi mente está con él desde que Paul trajo la noticia sobre la operación.

Aunque, a decir verdad, desde que Riley dijo que la familia de su amiga está ahorrando dinero para su operación de la vista, he averiguado sobre el tema.

Todo lo que Paul me había contado, luego de lanzar la noticia, yo ya lo sabía. Pero por Hunter decidí no tocar el tema antes, porque sé muy bien que es un tema bastante sensible y no quería ponerlo en esa situación.

Siento nervios, miedo, ansiedad. Soy una mezcla de emociones, las cuales muchas de ellas no debo manifestar. Él nos necesita fuerte, y voy a luchar lo más que pueda para serlo. Me necesita y, por supuesto, que pase lo que pase estaré a su lado.

Cuando Paul trajo consigo la noticia, Hunter actuó como si no le hubiese dicho nada. Me pregunto si cayó en la noticia, o tal vez prefiere no hacerlo. No lo sé. No sé nada porque desde esa noche esquivó todas mis preguntas al respecto, hasta que decidí no tocar el tema, porque claramente no quiere hablar sobre ello.

Aunque de nada sirve acumular los sentimientos. De nada sirve esconderlos, porque tarde o temprano esa bolsa que acumula y acumula termina estallando, y he ahí todos los problemas. Y no quiero que Hunter oculte lo que sea que esté sintiendo. Me gustaría que se animara a liberar lo que piensa, pero tampoco puedo presionarlo. Debo entender que necesita su espacio, su momento, más aún luego de la noticia.

El teléfono de mi casa comienza a sonar, dejo mis apuntes de lado y atiendo.

—¿Diga?

—Chloe, habla Paul.

—Oh, hola.

—Marie me pasó tu número. Es que estuve llamando a tu celular.

—Debe estar en silencio, aún no he familiarizado con él, ¿está todo bien?

—De hecho..., no muy bien que digamos. Hunter te necesita. Hoy su médico de cabecera le dio turno para que se realice el estudio, y... desde ese entonces no ha dejado de llorar —me desplomo en el sofá. Como si las emociones de Hunter hubieran llegado a mí—. No quiere salir de la habitación, no quiere hablarme. Ni conmigo, ni con sus padres. Tal vez contigo sí lo haga, últimamente eres quien le pone los pies sobre la tierra.

—Ni bien termine mi conversación contigo salgo para allá.

—¿En serio, puedes?

—Por favor, Paul. Por supuesto que sí. Cuentas conmigo en todo lo que necesites, ¿de acuerdo?

—Gracias, Chloe. En verdad, te lo agradezco.

Y tal como se lo dije, ni bien cuelgo el teléfono, cojo las llaves y me dirijo hacia el departamento.

Cuando Paul me recibe, lo noto realmente preocupado y lleno de nervios. Le tranquiliza que esté aquí, y espera que él abra la puerta de su habitación cuando sepa que soy yo. Yo también lo espero.

Entonces, golpeo la puerta. Pero no hay respuesta del otro lado. Vuelvo a insistir.

—Hunter, soy yo.

Silencio.

—No me voy a ir de aquí hasta que me abras la puerta.

Ninguna respuesta, señal. Nada. Absolutamente nada.

Hasta que con Paul escuchamos cómo del otro lado destraba la puerta. Su mejor amigo suspira tranquilo, y me agradece en silencio para luego encerrarse en su habitación.

Cuando la puerta se abre, me encuentro con un Hunter vistiendo miedos, nervios. Llevando en su rostro todas las sensaciones que está intentando ocultar.

Y sin decir nada, lo abrazo. Me devuelve el abrazo, y yo lo abrazo con más fuerza. Como si en verdad quisiera así quitarle todos los sentimientos malos que está teniendo.

Entramos a la habitación y nos sentamos en la cama. Espero a que él empiece a hablar, porque no quiero llenarlo de preguntas. Pero no lo hace, no habla, y un silencio que duele nos acompaña.

—Si te cuento los libros que han llegado a la biblioteca, estoy segura de que no podrás con la emoción.

Decido romper el hielo, terminar con el silencio. Y lo hago con un tema que nada tiene que ver con lo que está pasando. Quiero que se distraiga, que piense en otra cosa al menos por un momento.

Hunter me responde, sin ánimos, pero lo hace. Está luchando contra todos sus sentimientos, pero ellos son más fuertes. Aun así él no se rinde.

Luego de los libros, le hablo de mi padre y sus citas. Aunque, a decir verdad, sospecho que son con la misma persona. Le cuento cómo lo veo y que eso me llena de mucha felicidad, porque nada quiero más en el mundo que mi padre sea feliz.

Los temas de conversación no están funcionando muy bien, pero aun así puedo notar cuando me agradece que lo intente.

Hasta que no tengo nada más para decir, nada nuevo. Podría hasta inventar algo, pero ni eso se me ocurre. No puedo ir en contra de lo que me pasa cuando lo veo así.

—Estoy asustado —dice al fin, con la voz quebrada, ahogada por las lágrimas que está cansado de liberar—. Le tengo terror al estudio. Tengo miedo de que los resultados salgan mal y no pueda volver a ver —respira profundo reiteradas veces, está intentando no llorar—. Dije que no me hacía ilusiones, pero mentí. Por supuesto que me ilusioné, ¡vamos! Hay probabilidades de que pueda volver a ver, ¿cómo no ilusionarme? Por más que haya intentado no hacerlo. Y le tengo mucho miedo a la desilusión. No he dejado de llorar, incluso ahora estoy intentando no hacerlo. Tengo mucho miedo, demasiado. Al estudio, a lo que pasará después... a todo.

Hunter ya no puede esconder sus lágrimas, ya que estas salen disparadas de sus ojos, y desembocan con rapidez sobre sus mejillas.

—Lo siento —dice cuando las seco.

—¿Por llorar? No te disculpes nunca por hacerlo. Es mejor que te descargues, porque acumular solo causa más dolor. Y es inevitable no ilusionarse con algo así, todos lo hicimos. Pero claro, para ti todo es diferente porque eres el protagonista. No le temas a la desilusión, porque si se presenta, lucharemos contra ella, todos. Pase lo que pase tienes que saber que no estás solo. Por mi parte, jamás te soltaré la mano. Jamás.

Sus hombros comienzan a temblar, y más lágrimas acarician su rostro. Agacha la cabeza, como si tuviera vergüenza de mostrarse así. Entonces, lo abrazo. Una vez más lo rodeo con mis brazos, y sus lágrimas se duplican.

Mis ojos reaccionan como los suyos, y soy una persona que no puede luchar contra las emociones.

La respiración de Hunter cambia a causa de las lágrimas, así que me tengo que separar de él para indicarle cómo respirar.

Está siguiendo mis pasos, pero su respiración no mejora mucho. Entonces, se me ocurre besarlo, y lo hago. Lo beso.

Con el beso se va tranquilizando, al igual que los fuertes latidos de su corazón. Seco sus lágrimas sin despegar mis labios de los suyos.

Hunter abre la boca, y nuestras lenguas comienzan a danzar. La calma nos rodea, la paz nos acaricia y todo parece querer estar bien.

Y al todo se suma el deseo. El beso se torna más intenso, acompañado de caricias y una respiración acelerada por parte de ambos.

La boca de Hunter baja a mi cuello y deja una serie de deliciosos besos. Nunca me habían gustado los besos en ese sector... hasta ahora. Los suyos son diferentes, todo es diferente con él.

Mi cuerpo se deja dominar por el deseo, y se abalanza hacia él. Cuando se encuentra acostado, vuelvo a besarle los labios, solo que esta vez hay más intensidad.

—Chloe...

—Por favor, no digas que no, quiero esto.

—¿En verdad?

—Sí, pero si tú no quieres... lo voy a entender.

—¿Que si no quiero? —se ríe—. Nada me gustaría más en estos momentos.

—Entonces, ¿qué te detiene?

Se vuelve a reír nervioso y sus mejillas se ponen coloradas.

—Pasó mucho tiempo desde la última vez que lo hice.

—¿Y? Eso no tiene importancia, Hunter.

—¿Y si no te trato bien?

—¡Oh, por favor!

—No, en serio.

—En serio tú. No pienses en el tiempo que pasó, piensa en el ahora, en lo que quieres y deseas. Es lo único que importa. Te amo, y no quiero que te avergüences por algo así.

Asiente y dejo un beso en su frente. Nos quedamos en silencio, y es en este momento, cuando se me ocurre una hermosa idea. Cursi quizá, pero especial para mí.

—Si lo vamos a hacer, quiero que sea como lo es desde tu lugar.

—¿Qué quieres decir?

—¿Tienes alguna venda?

—Creo que hay una en el armario.

Me levanto de la cama y busco la venda. Encuentro una de color naranja con pequeños detalles blancos. La agarro entre mis manos como si fuese un objeto en verdad importante y lo miro. Sigue recostado en la cama, con el ceño levemente fruncido.

—Chloe, ¿por qué quieres una venda? —me acerco a él, y pongo la venda sobre mis ojos. Cojo una de sus manos y la guío hacia ese lugar. Al darse cuenta, aparta la mano y niega con la cabeza—. No. No, Chloe. No tiene por qué ser así.

—Pero yo quiero que sea así, por favor.

Suspira y eleva su mano para acariciar mi mejilla.

—Es el detalle más lindo que han tenido conmigo.

Sonrío y vuelvo a colocarme la venda, solo que esta vez la ato detrás de mi cabeza.

La oscuridad llega a mí, y busco con mis manos las suyas. Pienso en lo difícil y triste que debe ser todo para Hunter, pero prefiero no pensar en eso. Está a punto de pasar algo hermoso, único y maravilloso. Solo tengo que pensar en eso.

Una vez que encuentro sus manos, él me guía hacia su rostro, lo acaricio, y una sonrisa se dibuja en mí. Percibo su belleza, la aprecio desde la negrura y, sobre todo, valoro su hermoso ser desde donde estoy. Tal como él hizo conmigo todo este tiempo.

Y con mis manos en su rostro, me acerco hasta besarlo. Comienza lento, tranquilo, con caricias del mismo tipo.

Hunter acelera el ritmo y yo lo sigo. Llevo mis manos a su espalda y lo acaricio por debajo de la ropa, hundiendo mis dedos en su piel, provocando un gemido entre sus besos.

Él hace lo mismo, me acaricia por debajo de la blusa, solo que me la quita. Sonrío y muerdo su labio inferior.

Hago lo mismo, le quito su camiseta de mangas cortas y hago el beso más intenso. Hunter se recuesta en la cama y me lleva con él.

Mientras lo beso, acaricio su torso desnudo. Con mi dedo índice hago círculos en la zona donde siento un poco de vello. Es perfecto, lo amo.

Desabrocha mi sostén, y me lo quito. Cuando cae al suelo, Hunter hace un movimiento y termino debajo de él. Sus besos llegan a mi cuello, y mis dedos se pierden en su cabello. Su boca continúa bajando hasta uno de mis pechos, y esta vez, soy yo la que gime.

Todo está siendo hermoso, tal como lo sospechaba. Y hacerlo como lo es desde su lugar, es simplemente mágico. No encuentro otra palabra para describir el momento, porque hay magia en todos lados.

Ahora solo visto con mis bragas y él con su bóxer. Pero no por mucho tiempo, ya que en cuestión de segundos se lo quita, y luego me deja por completo desnuda.

Se aleja de mí, y escucho que busca algo en la mesa de luz.

—Esto... ¿Chloe?

—Dime.

Se ríe nervioso.

—Me da pena, pero... ¿podrías quitarte la venda un momento? Es que necesito de tu ayuda.

Le hago caso, me quito la venda y primero tengo que acostumbrarme a la claridad para darme cuenta de su necesidad.

Está sentado en el borde de la cama, con la cabeza gacha y con sus manos juega con la envoltura del condón. Le sonrío porque luce totalmente adorable entre sus nervios.

—Tranquilo, que no te dé pena. Estamos juntos en esto.

Me acerco a él y lo ayudo con el asunto. Una vez que todo está hecho, vuelvo a ponerme la venda y volvemos a lo nuestro.

—Te amo —le digo cuando está encima de mí.

—Y yo te amo a ti.

—Pero yo aún más.

—Si quieres que pare, solo dime.

—No lo diré.

—¿Y si te lastimo?

—No lo harás. No hagas esto, no pienses en esas cosas. No pienses en el tiempo que pasó. Solo piensa en lo que tenemos, en este increíble amor.

Coloco mis manos sobre su nuca y lo acerco hasta mis labios. Mientras nos besamos, se acomoda entre mis piernas y entra en mí.

Ambos gemimos, y nos reímos algo nerviosos. No quiero que este momento termine nunca, quiero quedarme así para siempre. Porque nosotros estamos aquí, y nada más importa.

Mi mundo es él, y yo giro a su alrededor.



Hunter supo cómo cuidarme en todo momento, fue lindo y atento. Me pregunto cómo se habrá sentido, si fue lo que realmente esperaba, si estuve bien.

No creo ser la primera, ni la última chica, que se pregunta todas estas cosas luego de haber hecho el amor con la persona que ama.

Por mi parte me siento bien, demasiado bien. A tal punto que no encuentro las palabras justas y necesarias para describir todo lo que hay en mí.

Me sentí diferente, como nueva. Estuve cómoda con todo, conmigo, con el momento, con él. Creo que todo se basa en la comodidad, y en la seguridad.

El amor influye demasiado, por supuesto. Pero la comodidad es la base de todo a la hora de hacer el amor con alguien, al menos para mí.

Supo cómo hacerme sentir cómoda, segura, bien conmigo misma y con él. Y sumado con todo el amor que le tengo, sentir cada una de esas sensaciones, hicieron del momento uno realmente especial, único, y hermoso.

—¿Estás bien? —me pregunta y me sorprende. Creí que se había dormido, su respiración era lenta y profunda, entonces eso supuse.

—Creí que dormías.

—Por un momento me dormí... ¿entonces, cómo te sientes?

—Bien, Hunter. Demasiado bien de hecho —me acerco a él y apoyo mi cabeza sobre su pecho—. Fuiste muy lindo conmigo, y me gustó eso. Me gustó haber estado contigo.

Con una de sus manos acaricia mi espalda desnuda, y mientras disfruto de sus caricias, espero por su respuesta.

—Me hace sentir bien oír eso, creí que no la habías pasado del todo bien.

—¿Eso te hice notar?

—Pues... no, no lo has hecho. Pero quizá fui un poco torpe, porque bueno, ya sabes que hace tiempo no hago nada.

—No fuiste para nada torpe, fuiste muy lindo.

Dejo un beso en su torso desnudo, y vuelvo a apoyar mi cabeza. Muero por una respuesta de su parte, pero no quiero ser una pesada y presionarlo a que responda.

¿Y si no dice nada porque la pasó mal? Oh, Dios... No.

—Gracias, Chloe —dice al fin y frunzo el ceño. Continúa hablando antes de preguntar el porqué—. Gracias por esta noche, por calmar mis miedos, por hacerme sentir bien entre tantas cosas que tenía en mi mente. Pero, sobre todo, gracias por siempre hacerme sentir que no hay nada malo en mí, por traer la paz que necesito y siempre necesité —se ríe—. Si eso no te da a entender lo especial que eres, y lo especial que fue esta noche... no sé qué más decir. Dime qué más decirte para que entiendas cuánto te amo.

Subo hasta sus labios y lo beso.

—No es necesario que digas nada más, con esas palabras fue suficiente. Y me deja más tranquila, porque pensé que había sido mala.

Frunce el ceño y niega con la cabeza.

—No lo fuiste en absoluto.

—Bueno... ¿gracias?

Se ríe y me abraza.

—Te amo demasiado, Pulgarcita.

—No vas a dejar de llamarme así, ¿cierto?

—Muy cierto.

—De todas maneras, yo te amo más... Mmm... Ya se me va a ocurrir un apodo que odies.

Nos reímos, y este, es otro momento especial. Las risas y nosotros.

Este hermoso amor y nosotros. Siempre nosotros de la mano del amor.

Ahora solo nos queda enfrentar el estudio, su resultado, y todo lo que sigue a partir de él. Y de la mano de lo que sentimos, pase lo que pase, Hunter va a salir adelante. De eso estoy muy segura.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro

Tags: #wattys2015