Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 33

Hunter

—¿Seguro que no quieres venir?

Es la quinta vez que Paul me pregunta lo mismo. Caroline había organizado una salida; cena, bar, no sé. Pero no me encuentro con ganas de salir del departamento.

Lo lamento por Eric, lo conoceré en otro momento. No estoy con el mejor humor para conocerlo.

—Seguro.

—¿Y qué harás? La idea es que salgas para que te distraigas.

—Puedo hacerlo aquí. Escuchar música, algún documental sobre medicina, lo que sea.

—No vas a cambiar de decisión, ¿verdad?

—No.

—Bien, esto a Caroline no le va a gustar. Voy saliendo, trataré de volver temprano.

—No lo hagas, estaré bien.

Me despido de Paul, repitiéndole que voy a estar bien, que se divierta y que no trate de volver temprano. Creo que necesito estar solo.

Una vez que noto su ausencia, me recuesto en el sofá y escucho la música que me brinda un canal de televisión.

Muevo mis pies al ritmo de una letra movida, luego se suman mis dedos sobre mi pecho. Me encuentro totalmente sumido en la diversión de la letra, y el ritmo de la música.

Pero, así como el canal me brindó un momento de alegría, me presenta ahora una canción melancólica.

¿Esto es jodidamente en serio?

Podría levantarme, buscar el control remoto, y cambiar de canal o apagar la televisión. Pero no lo hago, me quedo escuchando la letra.

«Porque hay un millón de razones por las que debería renunciar a ti, pero el corazón quiere lo que quiere».

Es lo que dice en su letra, y me detengo a pensar en tal fragmento mientras la canción continúa con su trayecto.

Muy cierto, el corazón quiere lo que quiere. Mi miedo me da millones de razones para renunciar a Chloe, pero mi corazón... quiere estar con ella, a cada momento.

Y aquí me encuentro, pensando en ella. Sintiendo su ausencia en todo mi ser, ausencia que yo mismo provoqué.

Estoy luchando contra mis sentimientos, me encuentro en un vaivén. Una parte de mí quiere estar solo, pero otra gran parte, quiere correr a sus brazos para así no alejarse jamás.

Hay una batalla en mí, y el fantasma del miedo se está llevando todos los puntos. Le está ganando al amor, lo está derrotando por completo.

Para cuando la canción termina, mis ojos se encuentran repletos de lágrimas. Y al más mínimo parpadeo, varias de ellas se liberan y hacen su triste viaje hasta mis mejillas.

Me seco las lágrimas, y me siento en el sofá. Decido apagar la televisión en cuanto otra canción melancólica comienza a sonar. Oh, no, otra no.

El timbre suena en cuanto el departamento se queda en silencio. Y lo único que ruego, es que no sea mi madre. Últimamente ha estado muy preocupada, tanto que quiere visitarme a cada momento.

Me dirijo hacia la puerta, y al abrir, percibo un aroma familiar. Ese aroma dulce que tanto me ha enamorado.

—Eres tú —es todo lo que digo, y un silencio incómodo nos rodea.

—Hola —contesta nerviosa.

—¿Por qué estás aquí y no en el cumpleaños de Sam?

—¿Cómo es que... —suspira— Marie y Paul?

Asiento. Sigo sin entender qué hace aquí después de cómo la traté.

—¿Por qué estás aquí, Chloe? Me parece que ya hablamos de esto.

—Porque quiero estar aquí, y esa es toda la respuesta que necesitas saber. Además, fuiste tú el que habló. Ahora te toca a ti escucharme, por favor.

Suspiro y niego con la cabeza. La batalla de mi interior ahora lucha por si escuchar o no a Chloe. Y, por supuesto, el miedo va ganando.

—No lo haré.

—¡Tuve que escucharte decirme cosas horribles! —su voz se quiebra—. ¿Y ahora tú no me quieres escuchar?

—Vete, Chloe. No quiero empezar con esto otra vez.

—Acaba con esto entonces. Acaba con este dolor.

Niego con la cabeza. Mis reacciones son llevadas por la sombra del espanto.

Hago el intento de cerrar la puerta, pero Chloe me frena, la detiene a mitad de camino.

—Chloe...

—No me iré a ninguna parte, jamás.

—¿De qué te sirve estar aquí si no te puedo ver?

—No empieces con eso.

—Imposible no empezar con la realidad.

—La realidad es que estoy aquí pese a todo, y quiero que me escuches. Me vas a escuchar.

Su voz no deja de quebrarse, no deja de ahogar sus lágrimas y me siento terrible.

—Me duele que estés aquí. Me duele no verte.

—Y a mí me duele que no estés. Me duele estar lejos de ti.

—Solo tengo tu voz, Chloe.

—Tienes más que eso, tienes mi amor, mi corazón.

Al decir tales palabras, noto que ya no puede guardar sus lágrimas. La escucho llorar, y no puedo ignorar su llanto. Me está matando ser el culpable.

Acerco mi cuerpo hacia la dirección de donde viene su voz y extiendo mis manos en busca de su rostro. Chloe me coge de las muñecas y me guía hacia ella.

Pretende que la abrace, pero yo busco su rostro, quiero secar sus lágrimas porque yo las provoqué y solo yo puedo acabar con ellas.

—Por favor..., no llores.

—Entonces no me pidas que me vaya.

Posa su cabeza sobre mi pecho y me abraza. Está temblando como una hoja a punto de caerse de las alturas en otoño.

Rodeo su cuerpo con mis brazos, y ella se aferra aún más fuerte a mí. Mi cuerpo la estaba necesitando, demasiado.

Los dos estamos temblando, pero a fin de cuentas, solo nosotros podemos acabar con el temblor.

—Quiero que me escuches... Luego haz lo que quieras. Quiero poder acabar con este dolor, porque ya no puedo estar lejos de ti.

No puedo con esto, no quiero este dolor, ni esta distancia. No quiero que mi corazón continúe herido por los golpes del miedo. Quiero que Chloe lo haga brillar con su amor, sus besos, sus caricias. Con tan solo su presencia.

«El corazón quiere lo que quiere», entonces lo escucho, le pongo atención a él, le doy fuerzas para hacerle frente al miedo que constantemente quiere herirlo.

—Está bien.

Mientras me dirijo al sofá, Chloe cierra la puerta. A los pocos segundos, siento que el mismo se hunde cuando se sienta a mi lado.

—¿Es verdad que no quieres estar conmigo?

Suspiro y niego con la cabeza.

—No, no es verdad. Pero me has creído fácilmente.

—Es que las hiciste sonar demasiado verdaderas.

—Pero mentí, quería que me odiaras. Te quería lejos de mí.

—¿Por qué?

—Ya sabes la respuesta.

Se queda en silencio un breve momento.

—Porque no puedes verme —asiento—. Puedes sentir mi presencia de muchas maneras.

—Es verdad, puedo. Pero no es lo mismo, Chloe. Muero por verte, por ver tu belleza absoluta.

—La belleza es solo estética —lleva una de mis manos hacia su pecho, puedo sentir el latir de su corazón. Es algo hermoso—. Aquí está la verdadera belleza, y es aquí donde puedes sentir mi amor por ti.

—Te mereces algo mejor.

Alejo mi mano de su corazón, pero Chloe me detiene. Entrelaza su mano con la mía.

—Yo te quiero a ti.

—¿Por qué a mí?

—Porque tú quieres a la persona que soy, no a la forma en que me veo diariamente. Contigo me siento hermosa por lo que soy, no por lo que llevo puesto. Y no quiero perder eso, no te quiero perder a ti en absoluto.

Mi corazón hecho añicos está listo para recuperarse. Para dejarse llevar por lo que siente, ignorando cualquier cosa que quiera echarlo hacia atrás.

Ahora es él el protagonista. Mi mundo gris comienza a tornarse sepia, todo está a punto de cambiar.

—Yo tampoco te quiero perder. Quiero todo contigo, Chloe, todo. Eres la luz en mi oscuridad, la razón por la cual comencé a sentirme vivo. Eres eso y mucho más, pero a ese más quiero descubrirlo a tu lado. Hay mucho amor en ti, demasiado, eres increíble. Tengo tanto miedo de fallarte, de no darte lo que necesitas, lo que en verdad mereces, ¿pero sabes qué? El amor que siento por ti puede contra cualquier miedo, lo sé ahora que estás aquí conmigo —sonrío y me emociono. Las palabras que estoy liberando recorren cada parte de mi cuerpo, dándole así la vitamina necesaria para seguir. Es Chloe todo lo que necesito—. Tal vez suene demasiado apresurado lo que voy a decir, pero te amo. Sí, te amo. Por primera vez sé que para el amor no hay límite de tiempo. Me has sorprendido, me has enamorado en cuestión de días.

Me quedo en silencio para esperar una respuesta, o tal vez no sea necesario. Porque, de todas maneras, me encuentro sonriendo. Y esta sonrisa no se borra fácilmente, quiero que dure lo suficiente, porque es esta sonrisa la que me hace bien y tanto estaba necesitando.

—En verdad, para el amor no hay límite de tiempo. Y tampoco puedes elegir a la persona, porque es el amor el que siempre lo hace. Solo pasa, te flecha y ya —asiento y mi sonrisa se extiende más, si es eso posible—. Y lo más lindo es cuando es un amor correspondido. Ahora sé que el mío lo es, porque yo también te amo, Hunter —me siento como un niño entrando a una dulcería—. Estoy enamorada y te amo. Soy feliz porque siento algo tan lindo hacia ti, como nunca antes me había pasado. Eres mi persona, por favor..., no intentes volver a alejarte.

—No quiero dejarte ir, jamás. Lamento haberte hecho daño, en verdad. Sé que no merezco tu perdón de forma inmediata.

—Hunter...

—Tengo que ganarme tu perdón.

—¿Y crees que con esas palabras no lo has hecho?

—Mmm... Tal vez me gané unos puntos.

Se ríe. Amo ese hermoso sonido.

—Está bien, tienes que obtener otros puntos entonces —asiento—. Entonces, ¿comenzamos de nuevo?

—¿Comenzar de nuevo? —sonrío—. Nos tomamos un tiempo para darnos cuenta de que nos necesitamos, pero eso no significa que ahora estemos por comenzar de nuevo. Seguiremos escribiendo nuestro capítulo. No sé qué nos espera en el futuro, pero realmente espero que seas mi libro completo. Si no lo eres... serás el mejor capítulo de todos.

Chloe libera ese suspiro de enamorada, y sonrío.

—Eres el mejor.

—Lo soy por ti.

—Y no quieres que te perdone de forma inmediata, me lo pones difícil.

—¿Y si nos callamos para solo besarnos? Dejemos un poco la dulzura, ¿no te parece? Digo, para no empalagarse.

—Pero no puedo besarte, estoy enojada contigo.

—Cierto, entonces, nos besaremos cuando me perdones.

—Tienes cincuenta puntos.

—No es un número malo. ¿Cuánto tengo que esperar para un beso tuyo?

—No lo sé. Puedes esperar demasiado, por todas las noches de insomnio que me hiciste pasar.

—Lo siento.

—Ya pasó.

Nos quedamos unos segundos en silencio, uno agradable y para nada desgarrador.

—¿Me besarás ahora?

—No.

—¿Y ahora?

—Sigue siendo no.

Suspiro pesadamente y repito varias veces el sonido del reloj.

Tictac.

Tictac.

Tictac.

—¿Ahora sí?

—Preguntas de nuevo, y te sumo más tiempo de lo planeado.

Me río.

—De acuerdo... —me acomodo en el sofá—. ¿Ahora?

Larga una fuerte carcajada, la cual me resulta muy contagiosa. Por lo tanto, me termino riendo junto a ella.

—Te eché de menos.

—Y yo a ti.

Me abraza y le devuelvo el abrazo. No quiero dejarla ir nunca más.

—Ya, en serio, ¿ahora sí me vas a besar?

Se ríe. Y en vez de escuchar un no, siento sus labios sobre los míos. Todo mi cuerpo reacciona ante el contacto, como nuestro primer contacto el día que la conocí.

Chloe abre su boca, y se adapta de manera perfecta a la mía. No con todas las personas sientes que todo lo tuyo fue diseñado para ese alguien, y nadie más.

Nos besamos, me embriago de su sabor, de lo dulce de su aroma. Definitivamente, el miedo terminó por esfumarse, porque ahora está ella para ahuyentarlo.

—Te amo —susurra sobre mis labios y me vuelve a besar.

Y ahora el beso se torna diferente, con el sabor a ese te amo. Mi mundo ya no está en sepia, ahora hay color por cada rincón.

Hola, Chloe. Hola, amor.

Nos volvemos a encontrar.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro

Tags: #wattys2015