Es alguna hora de la madrugada, o eso cree, y aún no logra dormir.

Se remueve en su cama, intentando encontrar una posición en la que finalmente pueda descansar. La misma situación de toda la semana se repite, el insomnio también quizo acompañarlo esa noche.

Para su mala suerte mañana –¿o ya sería hoy por pasar de media noche?– era día de escuela. Seguramente terminaría durmiendo en alguna clase.

Suspira derrotado y se acomoda para ver el techo de su cuarto, allí se encuentra uno de los tantos pósters que decoran su habitación de su héroe favorito: All Might, también conocido como el símbolo de la paz en su anime. Desde niño se vio fascinado por el héroe de gran sonrisa y hasta ahora, siendo adolescente, ese sentir permanece.

Se mantiene de esa manera por unos largos minutos hasta que se gira a donde se encuentra la mesita de noche para tomar su celular. Responde algunos mensajes que tenía y se entretiene viendo algunos videos. Revisa la hora, no es tan tarde como pensaba.

1:00 a.m.

Entonces, la pantalla del celular se oscurece. Extrañado por eso intenta encenderlo, tenía más de la mitad de batería, no tenía por qué apagarse y no le había fallado de alguna forma que recordara. Nada, no funciona. Lo deja donde anteriormente estaba y vuelve a acomodarse, ahora sin nada que hacer.

—Deku.

Su cuerpo se estremece, ¿había escuchado bien? No, no podría ser. Posiblemente su falta de sueño le esté afectando y ya imagina cosas. Sin embargo, ¿por qué su voz? De entre todos los sonidos con los que su mente podría decidir molestarlo, era esa la que oía. Aunque, quizás hizo una buena elección porque el poco sueño que comenzaba a tener lo abandonó en el momento en el que la escuchó.

—Deku.

Ahí está de nuevo. Se escucha tan real pero no puede serlo. Porque, a la vez, es tan diferente. No pareciera llamarlo en el tono enojado o irritado con el que acostumbra a habrarle –del cual ha notado los últimos días que tiende a cambiar, a veces deja las palabras a media frase o lo que sea que le diga lo hace sin verlo–. Ese llamado se escucha suave, lindo, decir que tal vez un poco cariñoso ya era algo extremo. Es que era tan similar al tono de hablar que alguien usa para expresarse cuando algo le gusta o le tiene afecto.

Si Kacchan en verdad lo dijera así, ¿sonreiría? ¿Lo diría bajito, casi en un susurro solo para que él lo escuchara? ¿Lo miraría tal como él lo ve? ¿Sus ojos brillarian al decirlo? ¿Sería como en esas escenas de películas románticas donde todo se detiene apenas hable?

No, no, no pasaría nada de eso.

Su mente baja de las nubes y vuelve a la realidad, Kacchan nunca, pero nunca lo diría así. Lo sabe perfectamente, mas le gusta imaginar situaciones tan irreales con él, unas que está seguro que jamás pasarán por mucho que lo deseara.

Debería estar feliz con al menos tener su amistad, esa misma por la que luchó tanto tiempo a pesar de lo fracturada que se volvió su relación mediante crecían.

Sin embargo, ¿acaso estaba mal querer algo más?

¿Estaba mal querer tomar su mano? ¿Abrazarlo? ¿Caminar a su lado? ¿Querer acariciar su cabello y saber si es suave? ¿Perderse en su mirada? ¿Ser quien lo escuchara cuando lo necesite? ¿Ser su hombro en el que recueste su cabeza cuando duerma? ¿Ser lo primero que vea al despertar? ¿Todo eso estaba mal?

Posiblemente sí pero, ¿qué le impide anhelar todo eso, si de cualquier forma sabe que no lo tendrá? Nadie. Quizás no deba ser así, lo que repite cada vez que lo piensa, ya que esa pareciera ser una manera de lastimarse a uno mismo, simplemente queriendo algo que no obtendrá.

El hecho de que deba ocultar sus sentimientos y resignarse a tener su solo su amistad estaba bien, era suficiente. Así debía ser. Sus sentimientos tenían que permanecer en un baúl cerrado en lo más profundo de su persona, perderse hasta ser superados –porque olvidados del todo no serían, de eso está seguro–, y con el tiempo, si es que tenía suerte, desaparecer y nadie sabría que en algún momento existieron.

—Deku, hey...

Bien, ya se está cansando del juego de su mente. Se sienta y talla sus ojos con el dorso de una de sus manos, luego mira en todos los espacios de su habitación que puede abarcar su vista estando a oscuras. Cierra sus ojos un momento, recargandose en la cabecera de su cama.

Sin embargo, cuando vuelve a abrirlos se sorprende y a la vez se asusta por lo que ve. Parpadea unas cuantas veces y ladea su cabeza, no entiende qué está viendo.

—¿Pero qué...?

Hay una luz. Es roja, brillante, su tono se le hace conocido. Tiene forma de esfera y está suspendida en el aire; su luz que es tenue es suficiente para iluminar la habitación. Está justo frente a él y no sabe si es de manera inconsciente, es por curiosidad o tal vez sólo estupidez que extiende su mano para tocarla.

Sus dedos hormiguean apenas se acercan a la esfera de luz y detiene su acción a escasos centímetros del objeto.

—¿Puedo tocarte? —pregunta así mismo, pero también lo hace como si le estuviera pidiendo permiso a la esfera. Lo cual no pareciera alejarse de la realidad. “Siempre hay que tener modales” dice su madre e Izuku quiere tenerlos aun si es con esa esfera que apareció en plena madrugada en su cuarto.

Debería tener miedo, pánico, estar asustando por lo que está pasando pero no hay nada de eso. Solo hay calma, de alguna manera, sabe que lo que sea que sea eso, no le haría daño. Lo cree, aunque pareciera que está confiando ciegamente en solo su intuición.

La esfera es la que se mueve y sus dedos la tocan. El hormigueo que sentía se expande por su cuerpo e inmediatamente aleja su mano y la sensación se va.

En su lugar, el cansancio se hace presente y lo cubre de pies a cabeza, también sus ojos comienzan a cerrarse; tiene sueño, mucho sueño, solo quiere dormir y nada más. Es más por inercia que se recuesta de nuevo.

Y en segundos cae dormido, teniendo la imagen de la luz rojiza como lo último que vio antes de que sus ojos se cerrarán por completo.

Había una luz.

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Nota:

No sé si hoy era de hacer algo pero como mencionaba esta fecha, decidí comenzar a publicar. También porque según yo era libre así que creo que está bien(?

Sin más que decir, ¡nos leemos luego! 💕