Al llegar a la nueva escuela, fui totalmente rechazada. Al cabo de unos dias, una de las niñas (o adolescentes) se acerco a mí y me aceptó en el curso.

  Creo que no me aceptaban por varias razones, entre ellas que soy un poco tímida y que tengo el aspecto de una. Esa niña fue la que hizo que me diera cuenta de mi orientación sexual, y ella, para mi desgracia, tiene una diferente a mí.

  Recuerdo el día en que se lo confesé.

  Había dado como excusa la tarea que teníamos, y ella fue sin vacilar a mi casa. Traté de hacer la tarea lo más rápido que pude para luego pedirle que guardara silencio porque tenía algo importante que decirle. Ella guardó el silencio que necesité para hablar. Le dije lo que sentía por ella. No me imaginé que ella, la que al principio rió, luego se fuera y nunca más me hablara.

  Ahí comenzó el bullying que aun no ha terminado.