El día finalmente llegó. Emma abordó su vuelo a Colombia con una mezcla de emoción y nerviosismo. Durante el viaje, no pudo evitar pensar en cómo sería encontrarse con Andrés en persona. Habían pasado tantas horas hablando y compartiendo sus vidas, que sentía que ya lo conocía profundamente, pero el primer encuentro cara a cara era un momento que ambos habían estado esperando con ansias.

Mientras tanto, en Colombia, Andrés esperaba en el aeropuerto acompañado por Felipe. A pesar de no poder ver, Andrés había memorizado cada paso del camino y confiaba en que Felipe lo guiaría. Estaba nervioso, pero también emocionado. El sonido de los aviones aterrizando y los anuncios por altavoz le indicaban que el momento se acercaba.

Finalmente, el vuelo de Emma aterrizó. Ella bajó del avión, sintiendo una mezcla de alivio y anticipación. Siguió las indicaciones hasta la sala de llegadas, buscando a Andrés entre la multitud. Cuando lo vio, acompañado por Felipe, su corazón dio un vuelco. Se acercó rápidamente, con una gran sonrisa en su rostro.

"Andrés," dijo Emma, su voz temblando ligeramente por la emoción.

Andrés sonrió ampliamente, extendiendo los brazos. "Emma," respondió, y en ese momento, el tiempo pareció detenerse. Se abrazaron fuertemente, sintiendo que todas las barreras y distancias se desvanecían en ese instante.