Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

3._ "Déjame solo".

Dos toques rápidos y fuertes se escuchan en la puerta. Acostado boca abajo sobre la cama, Taehyung giró su rostro hacia la dirección donde provino el sonido.

En su visión, donde antes solo había matices de grises y azules profundos, apareció una franja de un tenue amarillo. Al instante sus facciones se contraen en una mueca de fastidio.

Hace tiempo pensó que todos los ciegos quedaban a oscuras. Esta idea, que ahora reconoce como absurda, provenía de relacionar la ceguera con cubrirse los ojos. No obstante, por el asesoramiento de los especialistas que llevaron su caso, sabe que la visión es más compleja que eso.

Los médicos, al enterarse de que era apasionado a la fotografía, hicieron una analogía entre el sentido de la vista y una cámara, para ilustrar su afección (una analogía cruel para quién tiene la idea de que jamás volverá a tocar una cámara en su vida):

Si a una cámara se le rompe la lente, está ya no puede captar imágenes, pero sus demás accesorios, como la pantalla, el flash, y el almacenamiento siguen funcionando.

En el caso de Taehyung, solo parte externa de sus glóbulos oculares resultaron lesionados por el accidente, lo que deriva en que no puede capturar imágenes como la cámara del lente rota. Sin embargo, los receptores de luz que se encuentran en el fondo de los glóbulos oculares se encuentran intactos, razón por la que puede percibir la graduación de luces a su alrededor.

El reflejo de la luz trae consigo los colores. El cerebro, y su tendencia a completar las percepciones, otorga a los destellos de luces diferentes matices de color, que poco o nada se relaciona con lo que Taehyung tiene frente a él.

Taehyung pensó que si alguna vez quedaba ciego, la oscuridad sería lo único que vería. Grande fue su sorpresa al descubrir que es lo que más extraña. Como desearía poder tener un poco de paz en una negrura absoluta.

Su estrés se dispara al escuchar una voz al otro lado de la puerta; no quiere saber de nadie ni nada en estos momentos. Quiere dormir por un largo rato, al dormir puede descansar de su defectuosa visión, a veces.

—Taehyung, soy yo de nuevo, Hoseok. Te traje la cena, ¿puedo pasar?

No quería saber de nadie; mucho menos de él.

A su memoria llegó el acuerdo que habían hecho acerca de que, siempre dar una respuesta verbal. En rebeldía a esa propuesta, Taehyung optó por guardar silencio. Lo hizo de manera intencional; lo hizo con el propósito de molestar al contrario.

Dos toques en la puerta, y la voz de Hoseok vuelve a hacerse oír.

—¿Taehyung?

Taehyung da un respingo al escuchar al contrario. En su tono ha encontrado algo diferente: una percusión más airosa, más rápida y que se encuentra amortiguada por el nudo en su garganta.

Entre queriendo y no queriendo, se incorpora sobre la cama. Se sentó en la orilla del colchón, e hizo un ruido sordo al bajar sus pies al suelo. En esa posición, espero escuchar algo al otro lado de la puerta.

—¿Puedo pasar?—. Hoseok se escucha cansado, ha perdido su tono servicial y amable.

Taehyung se apiada de él y pronuncia un leve monosílabo en afirmación, casi en un susurro. En seguida se escucha el tecleo de los botones y el clic del cerrojo.

La puerta se abre; su visión es asaltada por un inmenso destello amarillo. Los colores se mezclan, se combinan en formas que cambian cada segundo. La cabeza le da vueltas, comienza a dolerle.

—Traje la cena —repite Hoseok, intentando recobrar su habla formal, sin lograrlo del todo—. Lo voy a poner en el buró. Acércate, hay una silla al lado.

Taehyung se pone de pie y da pequeños y dudosos pasos hacia donde recuerda que se encuentra el mueble. Al quedarse encerrado ahí, dio un pequeño recorrido.

—Por única ocasión se te permite comer en la habitación, el resto de veces...

Hoseok pierde el hilo de su monólogo debido al estrepitoso sonido que Taehyung provoca al tropezar con la silla y caer de manera abrupta sobre esta. Para restarle importancia a lo ocurrido, retoma lo que antes decía.

—El resto de veces deberás bajar al comedor juntos con los demás, incluso habrá ocasiones en que ayudarás en la cocina.

A pesar de que Hoseok había tenido la consideración de pasar del tema, Taehyung se agobia con lamentos y reprendas hacia su torpeza. Desde que la visión le falla, siente que ha perdido el control de su propio cuerpo. Detesta enredarse con sus propios pies al caminar, tropezar con los muebles y tirar las cosas. A veces quisiera quedarse como una masa inerte; no moverse para no provocar caos.

Taehyung giró su cuerpo y colocó sus manos en el mueble, lo que provocó que los trastes se agiten. Al recuperarse del sobresalto, la frustración lo inunda; se aleja y gruñe molesto.

—Déjame solo —pide con voz autoritaria; actitud que no es agradable. Taehyung lo reconoce, incluso se arrepiente; sin embargo, no puede evitar que su frustración crezca mientras más se extiende el silencio.

Finalmente, Hoseok decide hablar.

—No lo haré —pronunció en un tono bajo, un tanto tembloroso, pero seguro de sus palabras—. Esta es tu primera lección, sabrás dónde se colocan los cubiertos y los alimentos para que puedas tomarlo...

Taehyung no quiere escuchar más, de alguna manera tiene que hacerlo callar. Se atreve a sumergir su mano en el plato; agarra un trozo de carne y se lo lleva a la boca.

Hoseok da una larga exhalación, lucha por no perder la paciencia.

—Entiendo que es más fácil tomar las cosas con las manos, pero...

Taehyung masca de forma ruidosa; es su forma de retarlo. Quiere llevarlo al límite, quiere hacerlo enfurecer.

—No tienes que comportarte como un salvaje—. La voz de Hoseok se balancea entre tonos neutrales y tonos altos. Taehyung consigue su cometido, pero el resultado no le agrada, lo hace sentir atascado—. Los demás se sentirán asqueados si te ven comer así.

—¿Qué me importa lo que los demás digan? —exclama Taehyung, mientras se levanta y golpea sus manos contra el mueble—. ¡Si les da asco el modo en que como, que se larguen!

—Claro, ¡por supuesto! —responde Hoseok, sarcástico, al mismo tiempo en que se levanta—, porque los demás son malos y tú eres el pobre chico que quedó ciego por un incidente.

—¡Cállate! —protesta Taehyung. —Yo no quiero que nadie me tenga lástima.

—Entonces deja de causar lástima, y haz el intento de hacer algo por tu propia cuenta.

Un estruendo resonó por la habitación; Taehyung había tomado el plato de comida para arrojarlo hacia alguna parte de la habitación.

El plato se estrella contra la pared, y cae en pedazos al suelo. El tintineo de la porcelana se detiene, un silencio se prolonga y Taehyung siente que el aire se le va del cuerpo al caer en cuenta de lo que hizo.

Por suerte, Hoseok no está herido. Después de un rato, hace presencia con un largo suspiro.

—Si has actuado así, es porque sabes que lo que he dicho es verdad—. Está agotado, a punto de darse por vencido.

Taehyung muerde su labio, hace su mayor intento por no quebrarse.

—Vas a limpiar eso, en el armario está todo lo necesario. Los desperdicios de comida van en bolsa diferente y se tiran en la cocina—. Su tono se transforma a uno solemne y distante, como el de un profesor estricto, y que se encuentra decepcionado—. Por favor, usa guantes, no te vayas a lastimar.

Hoseok se marcha, cerrando la puerta tras de sí.

Taehyung gruñe y maldice; camina alrededor de la habitación sin cuidado, a la vez que tira al suelo lo que encuentra en su camino.

Bajo uno de sus pies descalzos siente la dura y fría superficie de una de las piezas de porcelana rota; la posibilidad de haberse herido, o dañar a otro, lo hace entrar en trance.

Retrocede hasta caer sobre el colchón, donde permanece sentado con la respiración agitada. Cierra los ojos, aprieta los párpados; por más que lo deseé, las luces y los colores no desaparecen.

Taehyung maldice al sujeto que lo saca de sus casillas.

Maldice a "La maldita escuela para ciegos".

Maldice a Sowon y "su tonto deseo de ver fuegos artificiales", también a Joshua por ser un tonto enamorado y haberlos comprado.

Maldice a Sungjae por haber propuesto ir a la casa de campo de sus padres para celebrar su nuevo trabajo.

Maldice haber conocido a Jimin y que esté le presentará a los demás.

Por encima de todo, se maldice a sí mismo por "ser tan imbécil" y haber quedado ciego.

Un pensamiento cuela por su mente, y logra calmar su respiración:

<<¿Y si muriera hoy?>>.

La muerte es igual a dormir. Muerto podría detener las visiones de colores, formas y luces que se proyectan en su cabeza. Incluso, morir es mejor que dormir, porque no habría pesadillas.

Taehyung se da la vuelta y se sube por completo al colchón. Se acuesta boca abajo, con su rostro hacia donde percibe menos luz. Y ahí, se desconecta del mundo.

Permanece despierto, sin pensar en nada; respira profundo, sin sentir que realmente está vivo. Una masa inerte, eso es lo que es.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro