18. Entre recaídas.
-Podemos poner el tocadiscos en la sala de estar, o pedir comida a domicilio -propuso Hoseok, acercándose a Taehyung. Estaban en el taxi de regreso a la institución, con Namjoon en el asiento de enfrente, al lado del conductor.
Hoseok apoyó su barbilla sobre el hombro de Taehyung, sin recibir ni un solo gesto por parte de este. Con su tacto recorrió su brazo, hasta tomar su mano y entrelazar sus dedos.
-También podemos salir al jardín, y tan solo estar ahí, los dos, juntos. ¿Qué te parece?-. Hizo una pausa, en la que besó el dorso de su mano. No recibió respuesta y eso lo entristeció. -O podemos hacer lo que tú quieras.
Finalmente, Taehyung respondió.
-Quiero dormir, estoy muy cansado -habló entre dientes. Desde que había salido del teatro, Taehyung se mostraba irritable: hablaba con desgano y arrastraba los pies al caminar.
Por otro lado, Hoseok desesperaba por animarlo aunque sea un poco.
-De acuerdo, podemos dormir juntos -rió divertido, cada vez que estaba nervioso su humor se volvía más simple. Y en estos momentos, se estaba volviendo paranoico anticipando las reacciones de Taehyung.
A pesar de que sus acciones fueran buenas, obtuvo lo que menos quería: sacar de sus casillas a Taehyung .
-¿No tienes trabajo que hacer? -dijo tajante, más tajante de lo que le hubiera gustado. ¡Diablos! ¿Por qué hablaba sin pensar?-. Digo, ya te ausentaste durante la mañana, y si sigues faltando, te vas a retrasar con el trabajo y estarás muy estresado.
-Y no hay quién te soporte de ese modo -comentó Namjoon, de manera burlona.
Taehyung estuvo a punto de maldecirlo, pero se mordió la lengua para no hacerlo. No haría un escándalo. Si cede a los impulsos, sabe que terminará explotando. Mejor inhala profundo y se concentra en Hoseok.
-Lo lamento, no quise oírme de esa manera. Estoy un tanto preocupado por la audición, es todo.
Hoseok lo interrumpe; pasa su mano tras su cabeza y lo acerca a sí para besar su frente.
-No te preocupes. Sé que mi humor no es el mejor cuando estoy estresado-. Bajo su mano a su hombro y lo sacudió de manera cariñosa-. Y tienes razón, tengo trabajo que hacer.
Luego, lo soltó. Y por el resto del viaje, permaneció en silencio. En un silencio, en el que Taehyung pudo oír los golpecitos que daba con el pie y los suspiros que salían entre sus labios. Por más que lo negara, las acusaciones sí lo habían afectado. Taehyung lo nota, y se revuelve incómodo por la culpa.
Al llegar al instituto, cada uno se fue por su lado:
Namjoon cubría las actividades de Jin durante su ausencia, Hoseok fue a su oficina a revisar los expedientes del día y Taehyung subió a su habitación para poder descansar de la ajetreada mañana.
Apenas se encontró solo entre las cuatro paredes, el punzante dolor que desde antes lo acompleja, se volvió cada vez más fuerte. El dolor doblaba su cuerpo y lo hacía sentir asfixiado, mientras que sus ojos se llenaban de lágrimas. Tiene la necesidad de desbordarse en llanto, pero se esfuerza en no hacerlo.
Se niega a sentir, porque hacerlo sería volver a caer en aquellos miedos que creía superados. No lo entiende, acaso toda su vida cargará con la duda de si se ha esforzado lo suficiente, o no.
Las primeras lágrimas comienzan a correr por sus mejillas; se revuelve sobre el colchón y oculta su cara en la almohada, ahogando un grito. Recuerda lo que pasó en el taxi, no puede evitar hacerlo. Él no quería hablarle mal a Hoseok; pero lo hizo, y bien sabe que no hay razón válida para justificar su acción. Y se odia por eso, porque a pesar de conocer sus malas actitudes, vuelve a caer en estás como si fuera un mal visión.
Estando encerrado en su habitación, tirando lágrimas por lo impotente que se siente, lo hace recordar a su yo de hace unos meses. No lo entiende, ¿qué pasó con todo el progreso que había hecho? ¿Fue real, o nunca existió?
Entre lamentos, se pregunta cuándo será feliz. Feliz de verdad, y no por breves momentos, en los que tan solo fantasea en un futuro mejor.
Y con aquel anhelo, finalmente cayó dormido.
Horas más tarde, un par de toques en la puerta lo hizo despertar. Golpes agudos y rápidos: no era el sonido que él conocía. Preguntó quién era, y vaya sorpresa la que se llevó cuando escuchó la voz solemne y madura del director Kang.
Durante el mes y las semanas que lleva ahí, jamás se había dirigido a él, excepto por el momento en que llegó. ¿Por qué ahora lo busca? ¿Qué es lo que quería? Entre tartamudeos, le permite entrar.
La puerta se abre y una singular secuencia de pasos se hace oír. El director Kang se disculpó por haberlo despertado y promete que no le robará mucho tiempo.
A Taehyung lo tomó por sorpresa su tono comprensible. "Es bastante amable para ser director", piensa, mientras hace memoria de sus antiguos directores y directoras que solían asustarlo. El premio al más intimidante de todos se lo lleva la directora de la academia de música, que incluso siendo él ya un adulto, temía encontrarse con ella al ir a la academia.
Por las dudas, mantiene un lenguaje excesivamente formal con el director Kang. Le resta importancia a su interrupción y procura estar a su disposición para lo que lo solicite. ¿También debería levantarse? ¡Qué vergüenza! Seguía con las cobijas sobre su regazo y una imagen adormilada.
-No tienes por qué levantarte, cómo he dicho, solo vengo de paso -aclaró el director, soltando una leve risa. Después se pone serio, aunque no pierde ese tono amable-. Por parte de la institución, vengo a felicitarte por haber asistido a la gran academia de música de nuestra ciudad, es todo honor para nosotros contar con alumnos tan prolijos en la música.
Taehyung se revuelve sobre el colchón, y entre dientes agradece. Quiere rechazar los halagos, ya que considera que la audición no ha salido del todo bien, pero hacer eso sería descortés, y él desea quedar bien ante el director Kang.
No obstante, quizás su falta de palabras lo está desesperado. Oh, pero él no sabe qué decir. Lo escucha caminar por la habitación y tomar asiento en la silla al lado del muro. Taehyung se sonroja al percatarse que ha tenido que mover su montículo de ropa sucia para poder hacerlo. Sabía que debía ser más ordenado.
-¿Te encuentras bien?-. Taehyung iba a decir que sí, pero el director se adelantó-. Te notó tenso, ¿hay algo que te moleste?
No responde; no por negarse a hacerlo, sino porque no sabe cómo ordenar sus ideas. Son tantas cosas lo que lo molesta, que prefiere decir qué no es nada.
Al percatarse que no recibirá una respuesta, el director Kang continúa.
-Me dijeron que todavía no tienes los resultados de la audición-. Dió un largo suspiro, que volvió su habla más baja y calmada-. Supongo que es difícil saber si tú esfuerzo fue el suficiente sin tener una resolución clara acerca de que si quedaste, no.
De manera inconsciente, Taehyung asiente. No es solo eso, pero por lo menos lo ha ayudado a poner en palabras uno de sus problemas. Aunque, sí lo menciona de esa forma tan simple, comienza a pensar que está haciendo todo un lío por nada.
-No debería preocuparme tanto. Lo que sea que tenga que pasar, pasará. Y ya no es decisión mía: hice lo que tenía que hacer, es momento de que otros decidan.
-Mmh, puede ser -musitó el director-. Sea lo que sea que tenga que pasar, ya has logrado demasiado. Has traído muchos sueños a esta escuela: los alumnos te oyen contentos porque los haces creer que pueden aspirar alto y lograrlo.
Una pequeña sonrisa surca en los labios de Taehyung, admite que le gustó tener audiencia durante sus prácticas y hablar con los pequeños -y no tan pequeño- después de estas. Recuerda su emoción y aquellas promesas de que pronto comenzaría a tocar un instrumento.
No obstante, su sonrisa decae. Sí, sembró muchos sueños, pero sin haber cosechado el suyo, teme que el resto tampoco pueda lograrlo.
-Y si no me escogen para la orquesta, voy a decepcionarlos -revela de pronto, como si sus pensamientos escaparan de su boca.
-Sería una lástima si eso pasa, por supuesto. Pero hiciste el intento, y es lo que vale-. El director Kang hace una larga pausa. Y al retomar la palabra, parece distante y un tanto ansioso-. Hay personas que su miedo es tan grande que ni siquiera se atreven a soñar. Y prefieren encerrarse en lo que es cotidiano para ellos, por ejemplo, en el trabajo.
En el sabor amargo de sus palabras, Taehyung sabe a quién se refiere el director Kang. Pero por el momento, ninguno se atreve a mencionar el nombre.
-Tengo que retirarme. En la sala de descanso está Seokjin junto con Namjoon y Hoseok, por si quieres ir con ellos.
Taehyung asiente y agradece. Luego de que el director Kang se va, baja para encontrarse con los demás. Se detiene al oír la discusión que comenzaba a subir de volumen. Se acerca a la puerta y oye a Jin responder las preguntas acerca de lo que sucedió en el congreso.
Namjoon le cuestiona sus percepciones, preocupándose por cómo se sintió y lo hicieron sentir; por otro lado, Hoseok lo aturde con preguntas de: "¿qué pasó?, ¿qué acordaron?, ¿qué sigue?", y a juzgar por el arrebato de su habla, no estaba recibiendo las respuestas que quería.
Al cansarse de esperar el momento oportuno, empujó la puerta, interrumpiendo la discusión. Jin lo vio como un salvador, y pronunció su nombre con alivio. Seguido de eso, vino la pregunta que menos quería oír en ese instante.
"¿Cómo te fue en la audición?". ¿Hasta cuándo tendría que soportar la misma pregunta? Todavía tenía que esperar la llamada de su madre, y eso lo frustraba.
Se saltó la conversación con un simple: "Bien, luego me llaman". Y tan solo asintió a lo demás que decía Jin, mientras caminaba hacia el origen de su voz.
En el camino es tomado del brazo, cómo él esperaba que fuera. Sabe que es un mal hábito, pero se ha acostumbrado a que Hoseok siempre esté para guiarlo. Con un delicado agarre, le indica que se siente a su lado, y eso hace; jalando la silla para estar más cerca del contrario.
Sus hombros rozan, Hoseok pasa su brazo por detrás de su cabeza y sostiene su hombro. Su agarre es tenso, y un tanto fuerte. Además, lo siente tan impersonal, lo que es doloroso para Taehyung, quién se pregunta si continúa enojado por lo ocurrido en el taxi. Seguramente, pues él sigue arrepentido por lo que dijo.
Respira hondo y deja salir el aire en un suspiro. Le está dando muchas vueltas al asunto, haciendo suposiciones que no vienen al caso en este momento. Se concentra en Hoseok, notando que está demasiado inmerso en los resultados del congreso, como para interesarse por alguna otra cosa.
Cambia su atención al tema de conversación, sin poder entender los temas o nombres que se pronuncian. En cambio, tanto Hoseok cómo Jin y Namjoon, lo abordan con experiencia. Claro, ellos son trabajadores, con una gran vocación a la misión de la escuela, mientras que él es un alumno que apenas puede reconocer el valor de esta.
-¿Cómo salió el congreso? -interrumpe Taehyung, mareado por la discusión que otra vez comenzaba a subir de volumen. Él solo necesitaba una respuesta para entender la conversación a la que llegó tarde.
Ante la voz de Taehyung, los otros tres se quedaron callados. Y sobre su hombro, sintió el agarre de Hoseok relajarse.
-No tan bien, al parecer -contestó Jin, un tanto confuso. Luego, aclaró, con una voz más aguda-. Pensé que habíamos conseguido buenos acuerdos, ¡pero Hoseok no está de acuerdo!
-Deberíamos agradecer lo que nos ofrecen, por lo menos nos han tomado en cuenta -protesta Namjoon, alzando el volumen de su voz. El hartazgo de Jin, lo ha hecho ponerse a la defensiva como si fuera su protector.
Pero lo que más sorprende a Taehyung, es oír a Namjoon hablar de la institución como un "nosotros". El estudiante de medicina, que solo le interesaba cumplir su servicio social, ahora defendía la institución desde sus entrañas. ¿Quién o qué lo habrá hecho cambiar de opinión?
Sea lo que sea, con demasiadas personas apasionadas abordando el mismo problema, sin duda alguna, terminará en una gran pelea. Jin está a la defensiva, Namjoon está a la defensiva y cabreado, al igual que Hoseok, que lo siente tenso y engrandecido al lado suyo.
-Danbam, una gran empresa de alimentos, prometió dar trabajo a personas que estén afiliadas a CAPIDI. Taehyung, ¿acaso no te parece una buena idea?-. Asiente al repentino interrogatorio de Namjoon-. ¡Por supuesto que lo es! ¡Pero no sé qué es lo que Hoseok quiere!
De repente, el agarre sobre su hombro desaparece. Hoseok se aleja de él y se mueve a la esquina del asiento.
-Ya tenemos muchas ofertas de trabajo para hacer embalaje, por qué nos tenemos que rehusar a eso como si fuera lo único que podemos hacer -espetó, comenzado a hablar más fuerte y con más intensidad-. Nos meten en un pequeño departamento, una subsidiaria de la empresa, alejado de todo lo demás. -A Hoseok se le quiebra la voz-. No es justo. Piensa en Sora, ella podría trabajar en la cocina de un bonito restauran, e incluso volverse la jefa de cocina, ¿por qué debemos limitarla a llenar cajas con galletas?
Hoseok suspira y deja caer su cuerpo sobre el asiento. El silencio se alarga, hasta que Jin se anima a hablar.
-No lo había pensado de ese modo -comenta con timidez-. No creo que hayan querido apartarnos, no de una forma ruin, sino que fue un accidente. Más que lugares y trabajos específicos, se necesita integración, que nos permita involucrarnos con el resto de la población, como si fuéramos parte de ellos.
-Eso sería lo ideal -afirmó Namjoon-, pero no hay acceso, no hay señalamientos, y las personas son poco empáticas o no tienen paciencia para lidiar con lo que es diferente para ellos.
Namjoon se calló para reflexionar acerca de sus siguientes palabras. Labio sus labios y habló con tacto.
-Hoy, cuando fuimos al teatro, llegué a sentirme mal mientras acompañaba a Hoseok y Taehyung. No me puedo ni imaginar cómo debieron de sentirse ustedes.
Tanto Hoseok como Taehyung agachan la cabeza, para ellos fue un infierno en la tierra.
-No las hay, porque no ha habido la necesidad de colocarlas-. Luego de un largo rato, Taehyung se hace oír-. Normalmente, no se prevén los problemas, sino que se solucionan. Si las personas con ceguera comenzamos a salir y contamos nuestra historia; entonces, colocar mobiliario se volverá una necesidad.
Al terminar de hablar, la habitación es sepultada por un inmenso silencio. En ese momento, Taehyung se arrepiente de haber hablado.
Hoseok es el único que se atreve a hablar.
-Vamos a intentarlo-. Si bien, la idea no es mala, tiene cierto sabor agrio. -Hablaré con el director Kang y redactará un nuevo reporte para que Seokjin pueda presentarlo.
Jin interrumpe.
-Lo siento, pero no lo haré-dice de manera firme; misma seguridad que va perdiendo al hablar-. Agradezco que me consideres para esto, pero creó que tú lo harías mejor que yo.
La repentina declaración desequilibró a Hoseok.
-Seokjin, me dijiste que me ayudarías con esto. No puedes decirme de repente que ya no lo harás.
-No es obligación de Seokjin asistir al congreso, es tuya-. Namjoon se pone de pie-. Él tan solo te hizo el favor de asistir hoy porque era la audición de Taehyung.
Hoseok también se pone de pie, y Jin se sobresalta.
-¡Namjoon, basta!
-No, me jode que exija a los demás que cumplan, pero él se deslinda de su trabajo tan fácil-. Vuelve a Hoseok, acercándose a este-. Puede que Jin sea demasiado noble para reconocerlo, pero todo esté tiempo, tuvo miedo de que lo despidieran si no aceptaba ir al congreso.
En silencio, Hoseok dirige su mirada hacia Jin.
-Seokjin, ¿eso es cierto?
Aunque sus ojos permanecen cerrados, su expresión es intimidante. Jin termina por ceder, para evitar más problemas.
-Sí, pero también lo hice porque tengo una gran afectó a esta escuela. Y porque sabía que era importante para Taehyung.
-Por favor, no lo meta a él en esta discusión-. Al defender a Taehyung, Hoseok se oye como una fiera. Lo que hace al nombrado revolverse incómodo en su asiento.
Taehyung se prepara para hablar. No obstante, Hoseok toma la palabra.
-Jin, lamento que hayas pasado por eso. Admito que no siempre actuó bien y a veces me beneficio del cargo que tengo. Sin embargo, jamás despedirá a alguien de manera injusta, y me molesta que hayan creído eso de mí.
Hoseok tiene un aire doloroso, su voz se corta y se vuelve rasposa mientras habla.
-Seokjin, no te preocupes, voy a conseguir a alguien más que vaya a la conferencia. Tengo trabajo que hacer, pero ustedes pueden retirarse temprano, descansen.
Hoseok sale de la habitación, y Taehyung, en un arrebato, lo sigue.
En el pasillo, Taehyung alcanza a Hoseok y lo toma del brazo. Al sentir su tacto, Hoseok se da la vuelta y se abalanza hacia sus brazos. Taehyung lo sostiene, mientras abraza su espada y acaricia su cabello.
Hay personas que su miedo es tan grande que ni siquiera se atreven a soñar. Y prefieren encerrarse en lo que es cotidiano para ellos, por ejemplo, en el trabajo.
Pero cuando se ven obligados a enfrentar su miedo, simplemente se derrumban. Finalmente, se ha roto la coraza de impotencia y exigencia en la que Hoseok se protegía.
Por suerte, tiene un ángel dispuesto a sostenerlo, hasta que pueda volver a construirse. Aunque a él todavía le faltan unas piezas.
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