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16. Entre Corazones Acelarados.

Dedicado a IRISARIZA27,
por tu paciencia, tu compañía y tu apoyo, podré llegar hasta el final.
¡Feliz cumpleaños!


Por las siguientes dos semanas la escuela se volvió el escenario de las constantes prácticas de Taehyung. Ya sea en la tarde o en noche, en cualquier otro rincón, se podía apreciar el melodioso sonido de las cuerdas del violín.

El resto de alumnos y trabajadores disfrutaban del ruido, e incluso se acercaban para acompañarlo durante sus prácticas. Al día de hoy quedaban 6 días para la audición; con aquel número dado vueltas en su cabeza, Taehyung expande su práctica hasta la medianoche.

Su corazón late con fuerza en su pecho al alargar la última nota. Es así que, un sonido grave y conducente, da por finalizada la demandante composición.

—¿Cómo lo hice? —preguntó Taehyung, lleno de ilusión.

—De maravilla, como las otras veces —responde Hoseok, con una leve risa.

Hay algo en su tono de voz que, aunque sean palabras reconfortantes, hace que Taehyung tan solo sonría a medias.

—Te noto un poco decaído, y cuando comíamos no estabas así; así que supongo que algo habrá ocurrido después de que el director Kang te llamara a su oficina.

Pausa. La repentina tensión que crece en el ambiente delata la respuesta que Hoseok se niega a dar.

Los pasos de Taehyung retumbaron en medio de la callada noche. Dejó el violín y el arco sobre la mesa de centro, rodeo el mueble y tomó asiento en el sofá, al lado de Hoseok.

—¿Qué pasó? ¿Estás bien? —lame sus labios y deja escapar un suspiro entre ellos. Comienza a ponerse nervioso—. Puedes contarme lo que quieras, sabes que aquí estoy para escucharte.

Hoseok permaneció inmóvil y serio, como si atravesará una gran batalla mental en ese momento. De manera inesperada, suelta un grave quejido y se echa hacia atrás en el asiento.

Aclara su garganta, y con la voz ronca comienza a relatar.

—CAPIDI fue invitado a participar en un congreso para establecer nuevas estrategias de inclusión laboral, van a asistir varias empresas que están dispuestas a hacer cambios en su administración si los logramos convencer.

—Eso es bueno —mencionó Taehyung, con una mezcla de emoción y confusión—. Es una muy buena noticia, ¿por qué no estás feliz por eso?

—Estoy feliz —aclaró con molestia, como si pensar lo contrario fuera un insulto para él.

Taehyung se encoge en el asiento sin saber qué decir. Hoseok carraspeó y volvió a hablar con un tono quedo.

—El director Kang quiere que yo lo acompañe al congreso, ya le dije que no podía hacerlo porque iba a ser el mismo día de tu audición.

Taehyung saltó a interrumpir.

—¡No!, no tienes que hacerlo por mí. Yo estaré bien si prefieres ir al congreso, es una gran oportunidad para la escuela—. Sus hombros decaen y su voz se vuelve más ligera—. No hay mejor persona para asistir al congreso que tú: sabes cómo funciona la escuela y lo que los demás necesitan; necesitan de verdad.

Taehyung habla desde lo más profundo de su corazón, trayendo a la superficie sentimientos que formó desde hace tiempo. Al caer en cuenta de la calidez que crece en su pecho, se reprocha por desviarse del tema y vuelve su atención a Hoseok, en el justo momento en que este se aleja. 

—Escribiré unas propuestas para dárselas al director, y le diré a Seokjin que lo acompañe al congreso. Él conoce este lugar tanto como yo, lo hará bien.

Lastimado por el aparente rechazo, Taehyung chasqueó la lengua con disgusto.

—Parece que ya tienes todo pensado. Entonces, ¿qué es lo que te preocupa? —Hace una pausa, en que la culpa llega a él—. Dime la verdad, ¿tú realmente quieres ir?

—No —respondió de inmediato y de manera cortante—. Las conferencias me aburren, no son sitio para mí.

Taehyung asiente, y recuerda la vez que Hoseok se negó a darle un recorrido a unos empresarios que venían a ver la institución. Aunque no está de acuerdo —porque cree que es una gran oportunidad para Hoseok—, acepta su decisión, pues a él tampoco le gustan los ambientes empresariales.

—Perdón por preocuparte, tan solo estoy un poco estresado. No es nada nuevo con todo el trabajo que hay que hacer aquí.

—¿Estás seguro?

—¡Por supuesto!—. De pronto, Hoseok se acerca a él y rodea sus hombros con su brazo; la inesperada cercanía hace que el corazón de Taehyung dé un salto.

—Ugh, tú también estás demasiado tenso—. Hoseok aprieta su hombro—. ¡Siente ese nudo!, ya no habrá más prácticas para ti—. Aligera su agarre; baja y sube su tacto por su brazo en una gentil caricia, y lo acerca a él—. Ambos necesitamos despejarnos, hay que hablar sobre cualquier otra cosa.

Taehyung traga saliva y asiente. Su mente está en otro asunto, se debate acerca si ceder o no al repentino pensamiento que ha cruzado por su cabeza.

Decide arriesgarse, y con timidez coloca su mano sobre la Hoseok. Una suave risa suena en sus oídos; la sonrisa en sus labios se expande al tener sus dedos entrelazados.

Tiene que decirlo, o de lo contrario va a explotar.

—Hoseok —lo llama en un hilo de voz.

—¿Si?, dime.

¿Por qué le resulta difícil encontrar las palabras adecuadas? ¿Por qué se esmera tanto en hallarlas? Solo tiene que soltarlo, y ya, tampoco es para tanto.

—Quiero saber como eres. Tu físico, ¿cómo es?—. Entre tartamudeo, aclara:: Es una pregunta que me hago seguido, con otros y contigo, tal vez eso no es importante, pero aun así tengo curiosidad.

Una curiosidad que se remonta a la nostalgia, en la que extraña su antigua cotidianidad, cuando aquella pregunta jamás se le hubiera ocurrido.

Hoseok suelta su mano y retira su brazo de sus hombros. Desconcertado —alarmado y dolido—, Taehyung intenta disculparse por su imprudente pregunta, antes de que pueda articular palabra alguna, Hoseok tomó su otra mano que descansaba sobre su regazo; y la llevó a su rostro.

Sin la intervención de palabras, Taehyung comprendió lo que Hoseok quería. Subió su otra mano a su rostro y comenzó a detallar sus facciones.

—Una vez vi en una película que hacían esto —dijo de manera atropellada, pues sentía que la lengua le pesaba, como si se hubiera hinchado por beber alcohol.

Con toda la longitud de sus manos describe la estructura alargada; la parte inferior de sus palmas presionan la mandíbula tensa.

—¿Sobre qué era la película?

Con la punta de sus dedos toca su barbilla, sube y traza el borde de sus labios, y luego vuelve a bajar acariciando el centro.

—Era acerca de un hombre que fue capturado como prisionero de guerra que logró escapar, pero tuvo muchas dificultades para volver a su país. Luego de muchos años llegó a su casa y se encontró con su padre, el cual ya no podía verlo. Llore con esa escena.

Su tacto sube a las sienes y desde ese punto, sigue la curvatura de los huecos de los ojos. De ahí se dirige al centro

—Jamás supe cómo era el rostro de mi padre. Pero recuerdo el de mi abuela, me gustaba dejar mis manos sobre sus sienes, cerca de los pómulos, porque ahí podía ver su sonrisa.

Taehyung lleva su tacto a ese mismo punto, y jura que puede sentir su sonrisa con tanto detalle como si pudiera verlo. De pronto, un tirón en su estómago lo hace retroceder. De un segundo a otro su pecho se comprime y sus ojos se llenan de lágrimas.

Puede que jamás vuelva a ver de la forma en que lo hacía; sin embargo, habrá otro modo en que pueda conectar con los suyos, en que pueda encontrar su camino y disfrutar del recorrido.

Un suave tacto toca su mejilla. Taehyung ladea su cabeza sobre la mano de Hoseok en busca de más contacto.

—¿Puedo? —preguntó Hoseok, y Taehyung accedió.

Las manos de Hoseok enmarcan su rostro con un agarre tan ligero que lo hace sentir como el objeto más delicado. Con el dorso de sus dedos perfiló sus cejas, bajó por el puente de su nariz y soltó una ligera risa al sentir el cosquilleo de sus pestañas.

Taehyung se ve contagiado por su gesto y una sonrisa crece en sus labios. Un gesto efímero, que dura hasta que el tacto ajeno se detiene sobre su cicatriz en su mejilla.

Antes de poder alejarse, Hoseok lo toma de la nuca y acercó su rostro a él.

—Eres el chico más hermoso que haya conocido, y ni siquiera me hace falta poder verte para saberlo. Solo tuve que ser paciente para que me permitieras conocer la maravillosa persona que eres: apasionado en cualquier cosa que hagas,
tan sentimental que a veces tu corazón se desborda y —suelta una risa— tan espontáneo, contigo debo de estar preparado para cualquier cosa que se te ocurra hacer o preguntar.

Su mano cruza por su rostro, con sus dedos índice y anular acaricia la eterna marca en su piel, y con su dedo pulgar atrapa su aliento.

Taehyung ya no lo resiste más y termina con la distancia entre los dos. Tras superar la sorpresa, sus labios encuentran la sincronía casi al instante. No hay rastro de inseguridad, ni una pizca de duda en ninguno de los dos; tanto para Hoseok como Taehyung, sabían los sentimientos que tenían por el otro y que eran correspondidos.

Ahora satisface ese deseo que tenían desde hace tiempo. Hoseok jala a Taehyung desde su nuca sin perder el contacto con su rostro; este pasa sus brazos por torso y se aferra a su espalda con fuerza.

Un pensamiento fugaz pasa por la mente de Taehyung, no puede evitar sonreír y por ende terminar con el beso. Hoseok ríe junto con él, da un casto beso en su labio inferior y lo jala hacia él para que recueste su cabeza en su hombro.

Al acomodarse, la mano de Taehyung descansa sobre el pecho del contrario. Siente el rápido latido de su corazón y se vanagloria por ser el causante de su agitación.

No sabe qué pasará después de esa noche, ni tampoco tiene cabeza para pensarlo. Tan solo se queda a disfrutar de la compañía, mientras que admira los colores que proyecta su vista como si fuera un escenario mágico.

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