12. Entre edificios.
A Taehyung le sorprende encontrar tranquilidad entre los pasillos de la institución, sobre todo cuando minutos antes parecían las concurridas calles de Seúl. Expresó su pensar con Hoseok, y de forma inconsciente confesó el pánico que le provocaba este tramo. Al caer en cuenta de esto, su cuerpo se tensó y quedó sin palabras, atravesó por un debate mental, en el que mandó al diablo su orgullo que lo acusaba de mostrarse vulnerable. ¡Qué más da! Por lo menos con Hoseok, está seguro de que no será rechazado.
Por curiosidad, cuestionó a su asesor el porqué los pasillos eran tan concurridos en ciertas horas. Fue hasta ese momento, en que Hoseok habló con un tono decaído, que se dio cuenta de lo amargo que lo tenía el tema. Ahora, su principal interés cambió a averiguar la razón de su humor.
Respondiendo a su pregunta, Hoseok explica que el tráfico en los pasillos era debido a la mala administración de los espacios: Los dos edificios que componen la infraestructura de la institución se encuentran uno detrás del otro. Por lo que, para poder llegar al edificio B (donde se imparten las clases), se debe cruzar por el interior del edificio A (donde se encuentran los dormitorios); en consecuencia, los alumnos que solo asisten a clases se cruzan en el camino de los huéspedes.
Al escuchar esto, Taehyung le da la razón acerca de que fue una tontería por parte de los administrativos el haber asignado los roles de los edificios de esa manera. Sus refunfuños hicieron que Hoseok saltara a explicar la razón de esto. Al parecer, el problema se remonta desde hace tres décadas. En los años 90 se anexó el terreno detrás del original y ahí se construyó el segundo edificio. Los costos del terreno y la construcción fueron mayor a lo previsto, por lo que ya no había fondos suficientes para mudar los dormitorios y áreas comunes al nuevo edificio. Los administradores de esa época no tuvieron más remedio que rehusarse a adaptar esa zona como un centro educativo temporal.
Además, explicó Hoseok, que el intercambio de funcionamiento de los edificios sigue pospuesto por la falta de recursos económicos. "Dinero, dinero y dinero, siempre falta el dinero". Taehyung cree haber averiguado lo que le inquieta. No obstante, a Hoseok no debería preocuparse por esto, ya que solo es un empleado. Entonces, ¡ya no sabe lo que le molesta! Mejor se da por vencido con ese tema, de igual modo, se le pasará si deja de hablar del tema.
Salen del edificio A al patio principal. En el exterior es recibido por el calor del sol sobre su piel, el sonido de la grava bajo sus pasos y el aroma a tierra humedad. Sensaciones que antes solía pasar por alto, lo dejan maravillado. Por desgracia, aquello toma un giro inesperado al abandonar la sombra del edificio y caminar bajo los rayos del sol. Su visión sufre un cambio drástico: los matices de colores se vuelven tan brillantes que pierden saturación; tanta blancura lo encandila y lo agobia.
Pierde seguridad en sus movimientos y se detiene por completo. Formas extrañas han aparecido en su vista, como si fueran las patas de una araña. Tallas sus ojos con la desesperación que le provocan aquellas figuras; el dolor que se autoinfringe, el pánico y el sonido de pasos aproximarse reviven escenas del pasado.
De repente, su cuerpo es sostenido por el torso. Las manos de Hoseok suben a sus hombros, siguen la forma de sus brazos doblados hasta todas sus muñecas. El tacto ajeno lo dejó tan desconcertado que los terribles recuerdos fueron dejados de lado.
-Será mejor que te cubra-. Hoseok guio sus manos por encima de sus ojos, simulando un visor-. Perdón, Taehyung. Olvide que necesitas gafas oscuras para salir al exterior.
A Taehyung no le gusta eso, desearía poder desenvolverse dentro de cualquier espacio como lo hacía antes. Sin necesidad de gafas, ni de bastón, ni de ningún otro soporte.
Sus pensamientos que se encaminan a un oscuro pasadizo son interrumpidos por Hoseok, que le cuestiona si cuenta con algún par de gafas especializadas. Al responder de manera afirmativa y decir que están guardadas en su maleta, el tono compasivo se vuelve acusador; Taehyung recibe los regaños en silencio; en realidad, jamás ha usado las gafas, pero eso no se lo dira. Sin embargo, promete que ya va a considerar tenerlas cerca, por lo menos llevarlas como corbata, o por detrás de la cabeza.
Tras asegurarse de que puede sostenerse por sí mismo, Hoseok le propone entrar al edificio. Al hacerlo, de inmediato hubo un cambio en su visión. Aunque debe de admitir que hay más luz en este edificio en comparación al edificio A. Al caminar, se dio cuenta de que esto era debido a que los pasillos eran más amplios y las paredes más altas.
-Está muy tranquilo aquí, ¿dónde están los alumnos? -No oía a nadie a su alrededor.
-En los pisos de arriba -contestó Hoseok, y agregó-. El primer piso es para primaria y el segundo para secundaria, aquí abajo están las oficinas directivas y los salones donde se imparten tutorías; además de una pequeña biblioteca. Es ahí a donde nos dirigimos.
Hoseok guía a Taehyung hasta la biblioteca. Le sugiere tomar asiento, en lo que él busca el material que desea mostrarle. Mientras se aleja, Hoseok le pregunta lo que sabe acerca de la escritura en Braille.
Taehyung responde:
-Sé que el Braille es la escritura que emplean las personas ciegas para leer-. Hace una pausa; la pregunta lo tomó desprevenido y le cuesta encontrar las palabras adecuadas. Se da por vencido y dice lo que cruza por su cabeza-. Son como círculos, que de alguna forma hacen palabras. Lo siento, no sé mucho.
>>Pero recuerdo que hace dos o tres años, asistí a una muestra de arte en Gangnam donde había unas placas metálicas con escritura en Braille. Los toques por curiosidad; es muy relajante, como esas sandalias de piedra que venden en las saunas.
-Nunca lo había pensado así-. Hoseok se echa a reír con ternura-. Tienes razón, es como un masaje en los dedos.
De repente, se oye un ruido sordo, que sobresalta a Taehyung.
-¿Qué fue eso?.
-Libros. Hay muchos libros aquí y el que busco está hasta fondo. ¡Ya lo tengo!-. Termina de recoger y se pone en marcha para regresar con Taehyung.
Hoseok deja los materiales sobre la mesa, rodea esta y toma asiento a su lado. Por alguna razón, se pone a tararear antes de animarse a hablar.
-Esto de aquí es una plantilla con el abecedario-. Actúa raro desde que salieron del comedor-, ¿puedo tomar tu mano para mostrarte?-. Hoseok se muestra tímido, y Taehyung, todavía más tímido, accede.
De manera torpe, extiende su brazo frente a sí. Hoseok buscó la mano de Taehyung, iniciando su trayectoria desde el antebrazo, hasta el dorso de su mano, donde entrelaza sus dedos. La delicada caricia había hecho que Taehyung se sintiera un poco raro. No está nervioso, ni avergonzado; solo fue raro. Respira hondo para disminuir la sensación y deja que Hoseok guíe su mano.
-Aquí tiene la silueta de la letra, y debajo su representación en Braille.
Al sentir su voz ronronear en su oído, Taehyung cae en cuenta de lo cerca que se encuentran el uno del otro. Y eso, también es raro.
Hoseok lo invita a recorrer la silueta de la figura, presionó su dedo índice con el suyo y comienzo a explicar:
-La escritura braille consiste en dos columnas, cada una con tres espacios. Los relieves que mencionaste se acomodan en estos espacios para formar la letra-. Baja sus manos entrelazadas hacia los relieves-. Aquí solamente hay un punto, y está ubicado el primer espacio: es la letra a.
Taehyung asiente, Hoseok imita su acto. Debido a la cercanía, pueden sentir el movimiento que hace el contrario como un ligero cosquilleo. Entran en trance, cubiertos por un aura de intimidad, que nada más puede ser rota por uno de los dos.
Hoseok es quien lo hace; de repente carraspea y regresa su cuerpo al frente como un resorte. "Extraño", todo es desconcertante para Taehyung, tanto la aptitud del contrario, como lo que él mismo siente en su pecho.
Sus manos siguen entrelazadas. Hoseok le da un cariñoso agarre para llamar su atención a esa zona y empuja su tacto de vuelta a la planilla. Hace que trace la forma y pregunta cuál letra es. Taehyung responde que es la B, Hoseok confirma y pasan a detallar la secuencia de relieves: dos puntos consecutivos en la primera columna.
Y de esta manera, pasan a describir cada silueta y cada secuencia. Completa la primera fila, y Hoseok suelta la mano de Taehyung. La sensación de rareza no se retiró junto con la cercanía del contrario, al contrario, se agravó por el vacío que sintió después de esto. La rareza provenía de que no le desagrada estar cerca de quien antes no soportaba.
-Ahora, inténtalo tú.
Taehyung frunce los labios en una fina línea, a la vez que baja la barbilla y amplía los ojos. Hoseok le pregunta el motivo de su letargo; no responde, y su lugar se dedica a buscar la siguiente letra en la plantilla.
No tiene dificultad para continuar con la actividad, aunque se siente un poco distraído. No es el único, Hoseok tiene la intención de extender una conversación entre los dos.
-En el museo al que fuiste, ¿te dejaron tocar las pinturas?
Taehyung negó. -Estaba prohibido hacerlo-. Detuvo su tacto para explicar el patrón que descifro-. Esta es la letra M. En la primera columna hay un relieve, luego un espacio y otro relieve, y en la segunda columna solo hay un relieve en el primer espacio.
Continuo con la siguiente letra, por su curiosidad se distrae. Necesita aclarar las dudas que le han dejado su respuesta anterior.
-¿Cómo se supone que las personas ciegas disfrutan del arte, si no les permiten tocar las obras?
Hoseok suelta una risa: sutil y encantadora.
-No es necesario usar el tacto para saber lo que tienes enfrente. Supongo que esas placas que viste describen la obra y las intenciones del artista-. Busca la mano de Taehyung, la sostiene y lo invita a regresar a la plantilla-. Las palabras pueden despertar los sentidos, describir una sensación, o dar los detalles necesarios para que podamos crear nuestras propias interpretaciones. Al final, de eso se trata el arte, ¿o me equivoco?
Taehyung medita sus palabras y da una pequeña sonrisa que no alcanza sus ojos.
-Tienes razón -suelta una risa-. A mis profesores del colegio les haría feliz saber que finalmente voy a leer más-. Niega con la cabeza, aumentado la amplitud de su sonrisa-. No soy bueno para leer. Me distraigo con facilidad, las palabras no llenan mi cabeza; por eso prefiero el cine o la fotografía. Siento que una imagen puede contar más que mil palabras.
Su tono de voz disminuye con cada palabra, su habla se vuelve pausada y su respiración profunda; no es necesario que Hoseok, o cualquier otro, describa su postura encorvada para notar que a Taehyung lo inunda la nostalgia.
-De algún modo, voy a encontrarle el gusto a la lectura-. Trata de ser resiliente; es complicado serlo.
-Te pregunto lo del museo, porque en la escuela tenemos un grupo de arte-. Hoseok quiso cambiar de tema, y Taehyung se lo agradece-. Hacen pinturas y esculturas que la gente puede tocar. A veces sus obras están de tour por los museos de arte, en exposiciones temporales.
-No, jamás he asistido a una. No iba muy seguido a los museos porque la entrada es costosa, y con mi salario solo podía pagar la renta y la comida-. Taehyung se detiene al darse cuenta de que su discurso se vuelve deprimente una vez más. Se pregunta si ¿acaso vivía tan mal, incluso antes del accidente?
Humedece sus labios, atrapa el inferior entre los dientes y lo jala hacia el interior de su boca. El ambiente tenso que comienza a formarse regresa al presente como un resorte, entra en desesperación por demostrar que "todo está bien" y dice lo primero que cruza por su cabeza.
-Llévame a la siguiente exposición-. Taehyung maldice su imprudencia al hablar. Por suerte, sale bien. Mejor de lo imaginado.
-Sí, por supuesto -responde Hoseok, con enredos en la lengua. Pronto superó la sorpresa de la demanda y se echó a reír-. Voy a preguntar acerca de la siguiente exposición y te llevaré conmigo, ¿te parece bien?
Taehyung sonríe, encantado. La emoción no cabe en él, sus labios se separan entre sí para dar un gesto de alegría más grande. Salir a la ciudad le emociona, lo extraña como nunca creyó hacerlo. Por el momento, puede ignorar el miedo que también le provoca y lo mantuvo por meses encerrado en la casa de sus padres.
Antes de poder responder, el timbre de un celular lo interrumpe; como si un balde de agua fría le cayera encima, ambos jóvenes recordaron el compromiso del mayor.
-Tengo que responder, ya vuelvo-. Tan rápido como lo mencionó, Hoseok se levantó y salió de la habitación.
Se alejó lo suficiente para que sus palabras fueran imperceptibles, o eso fue hasta que elevó el volumen de su voz.
-Mi prioridad es como asesor, y eso es lo que hago.
Taehyung se sobresalta y tensa. Escuchar a Hoseok molesto es intimidante, lo hace recordar las veces que discutieron y la forma en que este se muestra inquebrantable.
-He tomado una decisión y no planeo cambiarla. Busque a otro para hacer el recorrido, Seokjin, Nana, cualquiera de los asesores que tenga a su pupilo en clases.
Pero es la primera vez que lo nota tan terco e incontrolable. Actúa como un joven caprichoso, ¡como una persona de su edad!
-Yo no quiero hacerlo, y es todo lo que diré, gracias -escupió con seriedad.
Hoseok regresó al aula y al asiento al lado suyo, Taehyung está con los nervios de punta: no quiere que sea despedido. Lo peor, ¿por qué parece ser el único que le preocupa eso?
-Bueno, ¿en qué nos quedamos?-. Hoseok está tranquilo. Se atrevería a decir que mucho más que antes.
Hoseok está contento de haberse quitado esa reunión de encima, y de quedarse un rato más junto a Taehyung.
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