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6. Una Tregua

~Constelación Antlia~

"Tantas estrellas en el cielo, y nos tenemos que enamorar de una fugaz"-Anonimo

(++)

A veces pensamos que las personas con mayores problemas son las que tratan de mostrarse ante el mundo. Pero no es así, la mayoría tenemos casi un candado en nuestros recuerdos, o nuestro pasado. Y podía confirmarlo, porque así como yo estaba rota, el chico el cual tenía en frente no mostraba quien era en realidad y aunque no lo conocía de toda la vida, en este momento no se veía capaz de sostener su candado.

—¿Te encuentras bien?—Claramente no lo estaba, por lo que me arrepentí casi instantáneamente de haber dicho una pendejada así de grande.

—No pasa nada. Deja de meterte en mis asuntos—Cada vez me lo ponía más difícil. No podía mantener ni una sola conversación sin tener que gritarnos estupideces. No dejaba que viera todo lo que él era.

—oye, yo solo trataba de ayudar. Puedes desahogarte si quieres—Me mostró una minúscula sonrisa. Pero era de burla casi como lo era todo de él.

—dime una razón por la que le estaría contando mis cosas a una chica que me ha dado por el culo desde el primer día que la conocí. Y ahora resulta que vive bajo mi mismo techo—En parte tenía razón, pero por lo menos podía tener un poco de amabilidad. Estaba tratando de mantener la calma, pero él me lo ponía muy difícil.

—Eres un imbecil Tyler, pero estoy tratando de comportarme, porque estás en malos momentos. Deja de esconderte. Eres insufrible. Si no quieres hablarlo, solo dilo, no tienes que alargar el momento—Mi cara se volvió roja. Él se sorprendió por mi respuesta. Pero por más mal que esté se lo merecía. No podía creer que pasar por encima de las personas estaba bien.

—Vale ya, no seas dramática. Que tal si hacemos una pequeña Tregua. Ya sabes... Empezar de nuevo, ya que no nos hemos conocido en buen momento—Pude notar que su mirada cambió. Ya no era triste, pero no podía descifrarla

—Está bien. Pero... De verdad ¿estas bien?—Me dedico una sonrisa, muy linda la verdad. Este chico era un misterio andante. Un día estaba expulsando humo por todo su cuerpo, y al otro día se comportaba como si nada hubiese pasado y siempre hubiésemos sido grandes amigos.

—Lo estoy ahora que estas aquí—Mi mirada se quedó pausada. Mis mejillas se llenaron de un rojo caliente y pude notar en su sonrisa burlona, lo mucho que disfrutaba este momento.

Me sorprendía la manera en la que se expresaba y nada podía afectarle. De un momento a otro cambiaba sus expresiones, su personalidad, su actitud. Era bipolar. O tal vez no tanto, esa era una palabra fuerte, pero es que no lo entendía muy bien.

Básicamente Tayler era una bomba de vacío, que no se daba a conocer realmente. Eso me molestaba, pero también me hacía, estar allí para descubrirlo. Me apasionaban los enigmas. Tal como la Constelación Antlia.

Yo me despedí con un asentimiento de Tayler y fui directo a mi habitación. Esta noche tendría la fiesta con mi nueva amiga, que al parecer también tenía doble personalidad. Pero antes de empezar a arreglarme, me percaté de que debía preguntarle a Cris quien era la chica que me había apuntado con una mirada amenazadora y después me invitaba a pasar la noche de lo más tranquila en una fiesta.

Estaba justo frente a la puerta de la casa de Cris. Cuando toque el timbre, pasaron solo dos minutos antes de que una señora, retocada, con buen aspecto y muy tierna. También tenía pecas, por lo cual deduci que era la madre de Cris, me abriera.

—Buenas tardes señora. ¿Está Cris?—La señora me miró con una sonrisa, que le dejaba a la vista una dentadura muy reluciente.

—Si claro pasa. Esta arriba, segunda habitación a la izquierda—Asentí y subí las escaleras. Eran de madera fina y me sorprendió cuando vi la planta de arriba. Era amplia y tenía decoraciones contemporáneas.

Entré a la habitación que la amable señora me había indicado y ahí lo encontré. Estaba de espaldas en su cama. Con un libro en las manos y unas gafas entre su nariz. Se veía muy chistoso.

—Vaya... No sabía que leías—Cris se sobresaltó ante mí presencia y volteo. Al percatarse de que era yo, me sonrió y me invitó a entrar a la habitación.

—Pues... No sabes mucho de mi, cariño—Me entro la risa en ese mismo momento. Era muy divertido hablar con Cris. Todo lo tomaba en broma y eso hacía que no pensaras.

—Ya lo sé, pero pretendo aprender. Deberás enseñarme, cariño—le dije sarcásticamente, también entonó una gran sonrisa

—Bueno y si se puede saber... ¿Por que has venido?, no es que me moleste tu presencia, pero tengo curiosidad—Me acomode en una silla que estaba al lado de la cama y me puse a ver mis uñas mientras le respondía. No sabía cómo reaccionaria a mi pregunta. Quizá era su novia.

—La curiosidad mató al gato... Pero no soy la indicada para decirte eso, ya que soy la primera en preguntar todo. Así que he venido para preguntarte sobre la chica del otro día. La que se ha pegado a ti—No quise sonar pretenciosa, no quería que pensara que era más que curiosidad. Era solo por asimilar porque de un momento a otro ella había sido buena conmigo.

—ahh... Ella ¿Estas celosa?—Mi cara estaba más roja que el tomate. Estaba avergonzada.

—Ya quisieras, cariño—

—bueno... Pues para que estés más tranquila, te digo que es mi hermana. No tiene muchos amigos, así que pasa encima mio. De la manera correcta, no de la que te imaginas. No soy de liarme con mis hermanas—Sabia que seríamos grandes amigos. Él era una gran compañía. Siempre me sacaba una sonrisa.

—entiendo... Eso era todo. Ya me voy Cris. Tengo que arreglarme para una fiesta esta noche—Que casualidad que me mirara con ojos de «Que raro, yo también voy a una fiesta hoy»

—¿También vas a la fiesta de Mclair?—Dijo casi en un susurro

—Pues no sabia el nombre, solo me ha invitado tu hermana, para no dejar que se topara con su ex—me levante y fui hasta sentarme al lado de Cris en la cama. Parecía de agua.

—Típico de ella. No es buena creando amistades. Bueno... Pues nos vemos mas tarde—Me despedí de él con un beso en la mejilla y salí de allí. Me despedí de la madre de Cris y fui a arreglarme. Me esperaba una larga noche. Sin embargo estaba dispuesta a pasármelo bien. Me lo merecía después de todo.

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