Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

1. Muerte súbita

~Constelación Andrómeda~

"Yo, un universo de átomos, un átomo en el universo"-Richard P. Feynman.

(++)

TESS

Caminaba por la acera del vecindario, como si mi vida dependiera de ello.

El alfeizar de las ventanas goteaba agua por todos lados. Había vecinos por el costado izquierdo de la casa más singular del barrio mientras presenciaban lo ocurrido. Al parecer la Señorita Dumford había fallecido, todo no era más que una muerte súbita. Llegaba a imaginarme lo que mi madre pensaría si se enterara. Ella la odiaba y la culpaba por su desgracia. Sin embargo, me traía sin cuidado lo que ella pensara.

La señora Dumford siempre estaba al pendiente de mí, cuando mi padre necesitaba escaparse al trabajo, por alguna reunión o queja que siempre llegaba los fines de semana. Cuando se enteró de que mi madre siempre andaba bailoteando conmigo en brazos por todos los bares de la ciudad, tan solo la denunció. Yo no supe lo que hacia conmigo hasta que cumplí los 15 años y por fin lo entendí. Ella me prostituía. No le importó nunca mi bienestar, y aunque eso me destrozaba muy lentamente, Camille Dumford siempre estuvo ahí para sobrellevar mis recaídas.

Mientras me preguntaba porqué las personas buenas se iban tan rápido, mis lagrimas se esparcían por toda mi cara. El poco rímel que tenia se desmoronaba. Casi parecía un zombi, por lo desaliñada que estaba. Mis ojeras eran mas profundas que todo el maquillaje que llevaba, y me costaba mantenerme de pie sin balancearme.

A los segundos de procesar información en mi cerebro, y poder entender que había perdido a una de las personas importantes en mi vida, me dedique a observar el cielo. Era de día y el sol daba justo en los techos de madera de cada casa en este lugar.

Mi padre llegó momentos después de que sacaran el cuerpo de Camille de su casa. No me dirigió palabra alguna, tan solo se dedicó a observar la escena.

Todo alrededor de la casa era un caos. La mayoría de personas estaban esperando desde hace mucho tiempo que ella muriera. Sus nietos, solo derramaban lagrimas falsas para aparentar. Tan solo se preocupaban por la herencia que dejaría. Sin mentir, el dinero a la señora Dumford le sobraba. Era viuda y su ex marido era uno de los negociantes mas importantes. Era ruso, y su empresa le traía muchas riquezas. Sus socios mayoritarios quedaron siendo mi padre, uno de los banqueros del pueblo, que al enterarse se volvió mas orgulloso de lo debido, y por ultimo el cantinero. Todos se sorprendieron por sus nuevos trabajos. Pues ser socio significaba fortuna, sin embargo, a mi padre eso no le importaba para nada. Se dedicaba a donar la mayoría de sus ganancias a una asociación de astronomía. Donde había chicos hasta de 22 años, que, así como yo, se apasionaban por las constelaciones y por el universo en general.

Cada fin de semana visitaba la asociación junto Camille y aprendíamos los significados de cada constelación.

Siempre me decía que la que me representaba era la Andrómeda. Su genialidad era tan especial, que me hacia sentir honrada por su opinión.

Significaba poder. Una mujer que puede con todo. Eso me relacionaba tanto que dolía.

Mi padre me sacó de mis grandes pensamientos, en el momento en que puso sus manos en mis hombros, tal vez para consolarme, pero eso tan solo lo hacía más insufrible.

—Cariño, es hora de volver a casa—Dijo en algo mas bien como un suspiro. Su porte era tan elegante, que me preguntaba donde había quedado el padre albañil de hace unos meses.

Yo, por otro lado, no sabia que silaba entonar, para no acabar derramando un mar de sal aquí.

Nos encaminamos a nuestra casa. Por fuera tan apagada, pero por dentro tan iluminada, que te dejaba sin visión por un instante, cuando entras.

Las paredes eran de un color llamativo. Mi abuela vivía con nosotros desde que mi madre se largó sin decir nada.

Le encantaba pintar todo de colores altos, ya que, decía que, si por fuera había tristeza, podíamos demostrar estar felices por dentro. No lo entendí, hasta el día de hoy.

—Hija, ¿si me estas escuchando? —¡Joder!, no sabia ni de que me estaba hablando mi padre. Estaba tan ensimismada en mis pensamientos, que no había reparado que me estaba hablando

—Lo siento, no he prestado atención a lo que decías—Mi mirada se volvió algo a desnivel, a comparación con la suya. Me observaba con atención, con el entrecejo fruncido, y con sus ojos mas apagados que de costumbre.

—Te decía que mañana mismo, nos iremos a California. Me han encomendado algunos negocios para la empresa y tenemos que mudarnos por un tiempo—Mi vida iba cada vez peor. Me indignaba por las cosas que tenía que afrontar.

—¿Un tiempo es cuánto? —Necesitaba enterarme de cuánto tiempo estaríamos allí, sin embargo, no me importaba mucho. Al fin de cuentas, la única persona que estaba en este lugar que importara, ya esta siendo enterrada en estos momentos.

—Solo serán seis meses, nada para preocuparnos. Viviremos en el mejor barrio de California, y verás que te divertirás—Me atosigaba este lugar, así que, si ese estado mejoraría las cosas, tal vez no fuera tan malo todo al fin.

—No reprocharé nada. Al fin y a cabo este pueblo era una mierda—No mentía. Los vecinos eran mas chismosos que mi abuela. Solo aparentaban lo que no tenían, y llevaban sus caras tan falsas que asustaban. Las festividades tampoco eran algo del otro mundo. Algo así como pascua y esas cosas, solo trataban de vestirse formal, poner cara bonita, y bailar alrededor del centro comunal hasta que te salieran ampollas.

—Cuida ese vocabulario Tess—Me miró con cara de pocos amigos y se fue a su despacho, a seguir con sus actividades habituales. Ya que nuestras rutinas eran algo sosas. Despertarse, desayunar (siempre era normal que mi padre leyera el periódico mientras comíamos huevos revueltos) (mi abuela tan solo se sentaba ahí a garabatear sobre las revistas de moda donde las modelos eran hermosas. Ella amaba destrozar sus sonrisas editadas, pues decía que nada más eran maquillaje detrás de esas caras tan finamente delicadas) , Tomar el autobús a la escuela de riquillos aparentones, mientras mi padre se iba en su lujoso auto a trabajar y mi abuela se iba a jugar bingo todas las tardes, junto a sus amigas habladoras, que no parecían más que cacatúas hambrientas de chismes. Después tan solo volvíamos a casa. Cenaba junto a mi abuela y dormíamos. Pues mi padre siempre llegaba tan tarde que no aguantábamos el ojo despierto a esas horas.

Después de tan poca habladuría con mi padre. Subí a mi habitación.

Era algo poco divertida. Los colores de las paredes eran un tanto monocromáticos, pero las cortinas hacían ver el cuarto un poco tipo Pinterest. Había repisas llenas de libros de suspenso. Me apasionaban todos los protagonistas, que iban en sintonía con la trama del libro, sin embargo, odiaba las historias de romance. Me molestaba tanta falsedad entre los protagonistas. Aunque no odiaba el amor, me atormentaba que los personajes ficticios lo consiguieran tan fácil, que parecía como atar un cordón de zapato.

(++)

A la mañana siguiente, me desperté con la cama hecha un desastre, y el pelo como un nido de pájaros. Mi forma de dormir era extraña. Pues amaba tocar la pared con los pies, así que mi posición nunca era la correcta.

Como era costumbre puse rock a todo volumen, para poder ducharme. La vida mejoraba un poco si escuchabas música. Mientras sonaba Crazy de Aerosmith, me dedique a lavar mi cabello, y cepillarlo hasta que consiguiera uno normal, y no tan parecido al de un muerto.

La letra la cantaba a todo pulmón. Me quedaría sin voz para reprocharle a la vida todo. Pero era preferible perderla cantando música célebre, a entonando palabras de discordia con mi padre.

Come here, baby
You know you drive me up the wall
The way you make good on all the nasty tricks you pull
Seems like we're makin' up more than we're makin' love
And it always seems you got somethin' on your mind other than me
Girl, you got to change your crazy ways
You hear me?

¡Oh si!, la melodía me sacaba de mis desniveles emocionales, y eso lo agradecía con los dioses de la música.

Al salir de mi concierto en vivo, con publico de categoría, como lo era mi shampoo, la esponja de baño entre otras cosas, decidí que era hora de empacar todo lo que llevaría a California.

Saldríamos en la tarde. Y mi padre no hacia mas que atacarme con sus fuertes gritos provenientes de la cocina.

—Querida, es hora de desayunar—dice mi padre, desde la cocina. Mientras bajo, veo que tiene la cara llena de harina. No se le da muy bien cocinar. Se me sale una carcajada, porque a decir verdad es gracioso ver la cara de mi padre.

—Creo que es mejor que coma una manzana. Tengo que ir a comprar algunas cosas para California, y eso no pinta bien—digo señalando los pancakes que ha hecho. Están quemados y deben de saber horrible, así que comerlos no es una opción.

—También opino que es lo mejor—a las palabras de mi padre, les doy un visto bueno. Tomo una manzana del refrigerador, y salgo, no sin antes despedirme de mi padre y mi tan querida abuela.

Las calles están hechas un lio. Hay trafico por todos lados. Hoy es la celebración del pan, lo cual me parecía una idiotez de primera.

Todos los años hacían esa dichosa fiesta, donde todos bailan y cuchichean sobre la vida de los demás. La única comida que se ofrece son varios tipos de pan. Mi favorito es el francés, aunque todos son deliciosos, no le encuentro sentido a conmemorar los panes. Eso tan solo se convierte en una celebración para engordar. Ya está visto que después de comer tanto pan, todas las vecinas no hacen mas que quejarse de los kilos que suben. Sin embargo, lo mejor que tengo es un intestino que metaboliza todo rápido, de manera que como y como y nunca engordo. La verdad solo necesito del ejercicio de vez en cuando.

Lo único que podía decir, aunque odiara este pueblo, es que tal vez en algunos momentos tenia un poco de carisma. Y aunque nadie lo notara, tanta falsedad que también se encontraba aquí, tan solo nos hacia unos átomos tan pequeños, que nadie los visualizaba.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro