El sonido y el olor de algo siendo freído le hizo abrir los ojos lentamente, con muchísima dificultad y pereza. Se sentó en donde estaba y estiró sus brazos por un momento antes de detenerse a mirar en dónde rayos estaba. ¿Qué diablos?

Era una habitación, pero estaba muy seguro de que no era la suya. Se levantó cuidadoso y tanteó las paredes para buscar el interruptor de la luz; al encontrarlo lo presionó y pudo analizar mejor su situación. El lugar le daba una sensación enorme de familiaridad, aunque estaba seguro de que nunca había estado allí antes.

Habían varias cajas en el suelo, justo al lado del futon y dos fotografías de marco en un estante; en estas se veía a sí mismo junto a Shinya. En una lo estaba besando y en la otra parecía susurrarle algo al oído que lo puso muy rojo. ¿Qué rayos? Su cabeza empezó a dolerle y aunque no entendía muy bien, medio sonrió a estas.

Luego, miró hacia la puerta para asegurarse de que él no venía e indagó un poco en las cajas. Habían muchas cosas: ropa, adornos, zapatos y libros. Hubo uno de tapa negra con un rectángulo pequeño en el centro de color morado que llamó su atención; ponía "solo él". La sed de saciar sus dudas y la curiosidad le llenaron aún más.

Lo empezó a hojear, observando que al inicio tenía una dedicatoria muy larga en la que ponía lo mucho que amaba a esta persona y que jamás deseaba perderle, además de otras cosas cursis. Rodó los ojos con fastidio y continuó. Con cada hoja que pasaba, su dolor de cabeza aumentaba más y más. En cada una había una foto seguida de un pequeño texto narrando lo sucedido ese día, además de algunos sentimientos reflexionando sobre lo anterior. Era como estar leyendo un diario.

Excepto que no era uno. Y el que estaba en las fotos era él. En la mayoría de fotos estaba acompañado de Shinya, en otras cuantas con su familia y él, en una o dos con los Hiragi y en un par se veía solo. ¿Lo conocía de antes? ¿Entonces cuando dijo que "siempre había sido él", se refería a esto? Le dolía la cabeza más que antes, al punto en que tuvo que sostenerla con fuerza y dejar el libro en la caja.

Gateó hacia el futon en medio de quejidos y cuando estaba por dejar su cabeza en la almohada, todo se oscureció.

—Guren, despierta —oyó a lo lejos—. ¡Guren!

Lentamente fue abriendo los ojos, adolorido y lo primero que encontró fue a un Shinya preocupado en frente suyo, que le veía esperando su reacción. Sintió sus caricias en su rostro y cabello.

De repente una descarga de recuerdos se agolparon en su cabeza, como haber recibido un garrotazo que lo dejó medio atontado unos segundos. Cuando por fin pudo sentarse y mantenerse por su cuenta, tocó su frente; sudando frío.

Recordaba todo. Todo lo que había sucedido y lo referente a Shinya. Cada momento memorable que pasaron juntos, sus citas, sus encuentros pasionales y también cada pelea que tuvieron. Justo como la que fue responsable de su ida al hospital y de su caso de amnesia.

—Shinya... Tú, ¿por qué hiciste esto? —reclamó sin verle. Le dolía muchísimo la cabeza.

—¿Qué...?

—Me hiciste creer que no nos conocíamos y aguantaste todo tú solo son decirme una sola palabra —gruñó levantando poco a poco la cabeza.

—¿T-Te acuerdas de eso...? Ja, ja... —intentó reír, nervioso. Casi podía ver un aura negra saliendo del cuerpo del azabache, lo que significaba que estaba muy, pero muy enojado.

En un instante, Guren lanzó su mano libre al cuello de la camisa del albino y lo atrajo hacia sí mismo en un abrazo protector. Hundió su cabeza en su cuello y aspiró su aroma; disfrutó de su calidez y de sus latidos erráticos golpeando en su pecho. Casi podía oírlos.

—Eres un imbécil, Shinya.

—Es que... pensé que sería lo mejor para ti —sollozó apretándole también. Pudo sentir su camisa mojarse con sus lágrimas—. Creí que serías más feliz con una mujer, teniendo hijos y una vida normal, yo no...

—Cállate ya —gruñó apretándolo más. ¿Qué clase de babosadas estaba diciendo? Dios—. ¿Quién diablos te dijo que tomaras esa decisión por mí?

—Ya sé que hice mal, pero... —suspiró resignado; limpió sus lágrimas—. Tú te veías tan bien junto a una mujer, junto a Mahiru, y yo no supe manejarlo...

—Cállate, me haces enojar —musitó alejándolo un poco para ver su cara llorosa y llena de mocos—. Tenías que haberme dicho todo cuando desperté en el hospital. Imagino que les pediste a todos que guardaran el secreto y ellos te hicieron caso. Los voy a matar.

Shinya rió un poco nervioso una vez más, pero no podía evitar sonreír también. Finalmente todo ese sufrimiento que tuvo que vivir después de haber tenido esa discusión con Guren en la que se cayó por las escaleras accidentalmente y de que despertase sin reconocerlo había terminado. Se sentía tan feliz que sus lágrimas salían solas y adornaban su mejillas sonrosadas.

Hasta se sentía un poco tonto al pensar que Guren pudo tener a una mujer y ponerla por encima suyo. Ya que incluso si había perdido sus recuerdos, volvió a escogerlo a él y solo a él. No podía estar más dichoso.

—Vas a tener que perdonarme, Guren —dijo, tomándole de las manos—. Porque no voy a dejarte ir de nuevo, nunca, jamás.

—¿Qué te hace pensar que voy a permitir que lo hagas? —contraatacó jalándolo y le sujetó de sus mejillas, juntando sus frentes y narices—. Te lo he dicho antes: tú eres mío.

—Pffff... Te extrañé mucho, Guren —aseguró risueño.

—Hm.

Y entonces se besaron. Fue un beso único, lleno de júbilo y de todo el amor que se tenían; desbordaba añoranza y deseo, pero sobretodo, la felicidad de poder estar juntos una vez más.

—¡Felicidades, Shinya-kun! —chilló la matriarca Ichinose completamente emocionada.

—Te capturó dos veces, ¿eh? —comentó Yuu.

—¿Quién diablos te preguntó, mocoso? —regañó Guren, dándole un golpe en la cabeza.

Lo había llevado a su hogar para contarle a su madre la noticia, y también para reclamarle por guardar el secreto. Claro que ella se excusó con que Shinya se lo pidió y no pudo negarse, pues era un asunto entre ellos dos; y bueno, no podía decir que actuó mal, así que se tragó sus quejas. Ah, y se aguantó las burlas de su hermano.

También terminaron yendo con los Hiragi, que habían preparado una cena familiar ese día, así que fue perfecto para anunciar que estaban juntos de nuevo —y dejárselo bien claro a Mahiru, por supuesto—. Ah, pero antes de eso fueron a la cafetería; Goshi, Mito y Sayuri casi sufren un ataque cuando les vieron llegar juntos.

En general, todos tuvieron reacciones muy positivas a su relación, lo que les dio más tranquilidad; después de eso, decidieron caminar por la inmensidad de la ciudad en lo que la luna estaba en lo alto y brillaba con intensidad. Se tomaron de la mano, cosa que Shinya usualmente le pedía que no hiciera en público, mas esta vez permitió.

Sentía que todas su inseguridades con respecto a que Guren algún dia podría dejarlo por una mujer que pudiera darle lo que él no habían sido borradas; después de todo, teniendo la oportunidad de vivir una vida diferente con alguien más, lo escogió de nuevo sin pestañear. Era halagador.

—Me alegra que esto haya terminado, no quería tener que mudarme —mencionó el albino.

—¿Por qué rayos ibas a hacer eso? Por dios.

—Ya sé, lo siento —suspiró—. Pero cuando vi que recordabas a todos menos a mí no supe qué hacer, fue muy cruel de tu parte olvidarme así.

—Eso fue tu culpa, idiota.

Rodó los ojos y con su mano libre, lo agarró del mentón para luego estamparle un beso. Shinya lo empujó preocupado de que alguien los hubiera visto. No es que quisiera hacerlo, ya era un reflejo.

Guren chasqueó la lengua y de nuevo lo atrajo con fuerza para besarlo, logrando que este se dejara llevar y enroscara los brazos alrededor de su cuerpo. Fue una sensación muy hermosa, liberadora y sobretodo, llena de amor.

Porque aunque las ansiedades y miedos pudieron quebrantar su relación, el amor la reconstruyó en un santiamén.

Ellos estaban hechos el uno para el otro.

Fin.

Para serles muy honesta, cuando empecé a escribir esta historia sentí que no iba a ser capaz de terminarlaporque la personalidad de Guren siempre se me ha dificultado, así que estoy muy feliz con esto :'3

De verdad espero que les haya gustado y hayan disfrutado de este regalito que les traje en este fin de año uwu

Sé que para muchos no fue un año placentero, yo incluida, pero les deseo de todo corazón que tengan un 2022 lleno de cosas bonitas y buena energía <3

Recuerden leer el epílogo uwu

Bye!