27
-Buenos días -saluda mi madre al verme bajar las escaleras.
La observé confundida mientras terminaba de servir el desayuno en el comedor y noté su incomodidad al no recibir respuesta de mi parte. Terminé de bajar las escaleras en silencio y me dirigí hacia mi respectivo asiento.
-Creo que tu madre te deseó buenos días, Daka -mumuró mi padre.
-Buenos días -contesté comenzando a comer.
La situación comenzaba a tornarse incómoda y lo primero que impactó mi mente al escuchar los buenos días por parte de mi madre fue aquella situación donde me defendió y aún no lograba comprenderlo, era casi irreal. Terminé de desayunar a los minutos y me dispuse a tratar de gozar de mi fin de semana en paz.
-Daka -llamó mi padre-. Tu madre me acompañará a una importante junta, no saldrás de casa y no quiero que nadie te visite, ¿comprendes? -preguntó con completa seriedad y asentí comenzando a subir las escaleras rápidamente.
Me encerré en mi habitación y me tiré a mi cama, mientras pasaba el tiempo no hacía mas que dar vueltas en la misma y de vez en cuando caminar por mi habitación, hasta que supe que mis padres se habían ido. Salí rápidamente de mi recamara y bajé las escaleras a pasos rápidos, seguidamente me dirigí al cuarto de mis padres y comencé a buscar algo que me ayudara a entender porqué mi familia estaba rota.
Recordé que la vez que estuve en el sótano a pesar del escándalo que hizo mi padre, no logré encontrar algo útil, por ende, era un lugar tachado en mi lista. Busqué en el armario, en los gabeteros e incluso debajo de la cama y como resultado estaba sin respuesta a mis preguntas; recordé que mi madre tenía un pequeño cofre por el cual alguna vez Robert discutió pero que si mal no recordaba, debía abrirse con llave, debía haber algo allí dentro.
Comencé a buscar el cofre y luego de varios intentos en diferentes lugares, por fin lo encontré escondido entre las sábanas limpias de mi madre y cómo recordaba, tenía cerradura. Busqué nuevamente en los gabeteros y no había nada, pero entonces algo iluminó mi mente. ¿Cúal sería el único lugar donde escondería algo que deseo que mi esposo no encuentre? algo que mi padre no tocaría; la ropa de mi madre. Caminé rápidamente hasta el armario y busqué entre las camisas de mi madre y cuando estaba por darme por vencida, en los bolsillos de una vieja chaqueta, estaba lo que buscaba.
Inserté la llave en el cofre y con ansias y nervios lo abrí encontrándome con antiguas imágenes, entre ellas mi madre abrazada con otro hombre que no era mi padre. Mi intriga aumentó aún más pero sin embargo, el resto de imágenes eran fotos mías de bebé y al observar cómo mi madre las había conservado todo éste tiempo causaba en mí cierto sentimiento y ganas de volver a ser pequeña.
El timbre de mi casa sonó y rápidamente ubiqué todo en su respectivo sitio. Con nervios, salí del cuarto de mis padre y corrí hasta la puerta con dudas sobre si abrir o no, el timbre sonó por segunda vez y entonces abrí encontrándome con Cameron, lo miré estupefacta y noté la vergüenza en su rostro.
-Hola-susurró.
-Hola -contesté segundos mas tarde.
-Te llamé pero... Tu celular está apagado por ende, no había forma de avisarte que vendría. Lo siento -informó.
-Cameron... Que... ¿Que haces aquí? -interrogué confusa.
-Necesitaba verte, ¿Puedo pasar? -lo dudé unos segundos al recordar las palabras de mi padre, sin embargo, ellos no llegarían pronto lo cual hizo que terminara asintiendo y haciendo espacio para que lograra entrar.
Cerré la puerta detrás de mí y me propuse a caminar hacia mi habitación con Cameron detrás de mí. Nunca fueron usuales las veces que Cameron entró a ésta, pero justo ahora no deseaba tener que sentarme en los muebles del salón. Terminé por lanzarme nuevamente a mi cama y seguidamente me incorporé para escuchar todo lo que Cameron debía decir, lo observé tomar un pequeño banco que se encontraba cerca de mi ventana y sentarse frente a mí.
-Extraño tu amistad, aún no comprendo porque te has alejado de mí -soltó con tristeza.
-Cameron... Ya hablamos sobre eso -jugué con mis dedos.
-No Daka, no hablamos. Tú sólo dijiste lo que debías decir y te fuiste, lo cual me parece egoísta y hasta injusto -dijo con molestia.
-Por mucho tiempo, estuviste atado a mis problemas y sentía que dejabas de pensar en ti por pensar en mí, fuiste mi mejor amigo por años y me dolía saber que algunas veces, dejabas de contarme tus problemas sólo porque yo estaba enfrentando cosas peores -lo miré a los ojos-. Sentí que era necesario para ambos, lo siento.
-No Daka, ¡No, no era algo necesario! Lo único que yo deseaba era protegerte, lo único que deseaba era estar a tu lado y tú... Tú simplemente me alejaste de la forma mas difícil -pasó su mano por su cabello-. No era algo necesario. Yo quería enfrentarme contigo a todos los problemas y adversidades de la vida, quería seguir recogiéndote para ir al instituto y traerte de vuelta al salir de él, anhelaba poder seguir viniendo a tu casa una tarde a ver películas. Daka -se acercó-. Aún quiero todo eso. Quiero que sigamos siendo Meghan, tú y yo. Porque si, si aún no lo he dicho, ella también te extraña.
-Lo lamento Cameron, yo...
-Tú nunca viste cómo en realidad eran las cosas-me interrumpió causando cierta confusión en mí-¿No te das cuenta cierto? -hice un gesto de confusión-. Daka, eres lo más importante para mí y sí, me duele en alma que hayas decidido alejarte de mí, que en algún punto no me hayas necesitado porque luego de lo sucedido nunca perdí la esperanza de que me llamaras porque necesitabas estar conmigo. Sólo quiero que estés feliz y si tú deseas emprender tu camino sin mí lo aceptaré si me juras que estarás bien porque Daka, no puedo seguir a delante sin algo que me asegure que estarás bien. ¡Júramelo Daka! -pidió con sus ojos llenos de lágrimas.
Lo observé por varios segundos en silencio y sentí cómo una lágrima estaba por desplazarse cuesta abajo, por instinto llevé mi mano hacia ella y la sequé. Cameron siempre fue tan honesto y tan bueno conmigo que ahora me sentía terrible por sacarlo de mi vida, sin embargo, era una decisión que había tomado, sentía que era lo mejor para él, porque como había dicho, no seguiría a delante si yo me encontraba en alguna mala situación, por ende, lo menos que quería para él era que siguiera enfrentando a mi lado los problemas que tenía con mis padres.
-Lo juro, Cameron.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro