
04
—Hola, Daka —saluda Elliot dejando un beso en mi mejilla.
—H-Hola —tartamudeo al saludar.
Comenzamos a caminar al parque, nos sentamos en una de las bancas de madera que están allí.
—Creí que nunca te acordarías de mí —digo bajando la mirada.
—Te he recordado siempre, pero nunca tuve el valor de hablarte de nuevo —confiesa.
Observo sus ojos azules fijamente tal y como había querido volver a hacerlo siempre.
—¿Por qué te alejaste de mí?, eramos buenos amigos —pregunto y lo observo jugar con sus dedos.
—Te prometo que nunca me volveré a alejar de ti —responde.
Lo abrazo. Pero no es un abrazo común, es uno de esos cargado con todos los años que estuve sin él, por todo el tiempo que lo he extrañado.
El ruidoso sonido de mi alarma suena indicando que mi sueño ha terminado y que debo levantarme.
Mierda
Me quede dormida en el suelo, luego de que mi padre decidiera golpearme, de nuevo. Por suerte, los sábados siempre paso el día sola ya que mis padres salen desde muy temprano por "cosas de trabajo".
Me siento en el suelo y el dolor recorre mi cuerpo, me duele el cuello y todo en general. Definitivamente dormí bastante mal. Recuerdo mi sueño con Elliot, parecía tan real, lástima que era tan solo un sueño.
Me levanto del suelo y voy directo al baño a darme una ducha. Observo los nuevos moretones en mis brazos y en mis piernas; entro a la ducha luego de desvestirme y me estremezco al sentir el agua fría chocar contra mi piel; dejo que el agua caiga sobre mi rostro, cierro los ojos y recuerdo el rostro de mi madre al verme ser golpeada de tal forma por él. Sin embargo, no hace nada para detenerlo.
Se quedó allí parada y luego se fue cuando se dio cuenta que él ya se iba.
Las palabras que dijo mi padre mientras me golpeaba y cuando se fue, retumban en mi cabeza.
—Todo es tu culpa, Daka.
¿A qué se refería? ¿qué era mi culpa?.
Termino de ducharme y salgo del baño. Voy hasta mi armario y me coloco mi pijama y encima de esta un suéter gris, bajo las escaleras por algo de comer y puedo notar que el cielo está nublado.
Amo este tipo de climas.
Brindo junto a mi esposo por el nuevo socio de la empresa. El chico parece ser un joven agradable y su padre, es un señor bastante reconocido.
—Me sorprende que su esposa no esté aquí, señor Miller —digo con tono curioso.
—Tuvo otras cosas que hacer —responde.
Mi esposo y el señor Miller brindan.
—Es un gusto ser el nuevo socio de esta empresa —dice el joven y observo a mi esposo quien lo mira con una sonrisa para seguidamente brindar con él.
—Para mí también es un gusto que lo seas —responde Robert.
Robert y yo estamos juntos hace aproximadamente 20 años. Quedé embarazada de Daka luego de tres años con él.
Suelo pensar en las veces que ha sido maltratada por él y me dan ganas de correr hasta ella y abrazarla, decirle lo mucho que lo siento y lo mucho que la amo. Sin embargo, la cobardía ante Robert se apodera de mí y me retracto.
Observo a mi niña crecer sin mí y me duele.
—Jessica —llama Robert sacándome de mi pensamientos.
—¿Sí? —pregunto.
—¿Qué opinas de que Daka conozca a Kendall? —pregunta tomándome por sorpresa.
Decido llamar a Cameron para ver una película, son casi las seis de la tarde y aún faltan tres horas para que mis padres lleguen.
Ya me leí un libro y revise mis redes sociales, donde por cierto no tenía ninguna notificación. Estoy en el sofá esperando a que Cameron llegue mientras busco alguna película que ver.Realmente me agradan los sábados, nada de gritos ni de maltratos.
La mayoría de los sábados mi padre llega feliz y directo a dormir, se olvida de mí y de su plan por arruinarle la vida todos los días.
El timbre suena, sé que ha llegado Cameron y rápidamente me levanto del sofá para abrirle.
—Hola, Daka —me saluda con un abrazo.
—Hola —saludo correspondiendo su abrazo.
Cameron pasa y observa que ya tengo todo listo para ver la película. Se sienta en el sofá del salón mientras yo coloco una película de acción para "complacerlo". El ama las películas de acción a pesar de que yo no soy muy fan de estas. Pero, no me molesta verlas con mi mejor amigo.
La película comienza y Daka se sienta a mi lado. Sonrio al ver que es una de mis películas favoritas.
Quería preguntarle si su padre la había golpeado de nuevo por el nuevo moretón que tiene en su rostro, pero no quiero arruinar el momento. Sé que ella me llamó para no pensar en eso y yo no se lo voy a recordar. Daka ha sido mi amiga desde que tengo memoria y me duele saber que lleva una vida tan cruel y miserable por culpa de su padre.
—Quiero palomitas —digo y ella ríe.
Amo hacerla reír, amo su sonrisa, amo poder hacerla feliz.
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