𝕾𝖊𝖎𝖘
Gran parte de la noche me la había pasado repasando para uno de los finales más difíciles, para este punto veía dormir como un privilegio que estaba muy lejos de alcanzar. Había dedicado las últimas horas de la madrugada para dormir pero no había sido de mucho, ya que no descanse en lo absoluto, mi cerebro se encontraba trabajando a toda velocidad. Al abrir los ojos me encontré envuelto en los vientos mañaneros de las montañas, mi ventana estaba abierta y a mi lado la figura de Jules contemplando el techo de la habitación.
—¿Estoy soñando de nuevo?—Pregunte adormilado a la nada, contemplando su perfil.
Ella parecía no haber tomado atención a mi pregunta y continuó con la mirada perdida comenzando a hablar a la nada:—Mi cuerpo nunca había contenido tanto nivel de estrés. ¿Sabes algo Zedd? Estuve repasando toda la noche cada apunte, guía y libro que me dejaste pero ¿por qué siento que no aprendí nada? Estoy segura de que repetiré año si no pasó los exámenes y mis padres me venderán para sacar las ganancias que perdieron en mi fallida educación.
—¿Será demasiado tarde como para arrojarme por la ventana?—Me pregunté en voz alta mientras que Jules continuaba sin prestarme atención.
—Además, tengo un mal presentimiento que sigue molestandome...
—No me importa.—Vociferé mientras me cubría con la sábana, tal vez si evadía su presencia eventualmente desaparecería.
—... como si algo malo fuera a pasar.—Dijo mientras de un tirón me quitaba la semana, obligándome a mirarla.
Me acomode en el respaldo de la cama y crucé los brazos admirando su rostro lleno de desesperación—Oh la dulce paranoia que se crea antes de un examen, aun recuerdo mi primera vez.
—¡Tú!—Dijo girándose hacia mí y tomándome del cuello de la camisa para sacudirme hasta sentir que el cerebro comenzaba a bailar en mi cráneo—¿Qué me hiciste?
—Eso que sientes se llama tomar responsabilidad.—Dije mientras me zafaba de su agarre y tomaba una de la almohada que me rodeaban y la lance hacia su cara, con la fuerza de un proyectil—Espero que te acostumbres a ese sentimiento que te carcome el alma porque yo ya no lo quiero.
La pequeña discusión matutina había terminado en una pelea de almohadas en donde había gastado mi poca energía del día en dos simples tiros, Jules por otro lado parecía obtener fuerza con cada golpe que daba, por lo que termine declarandome derrotado, la batalla terminó con una Jules victoriosa, riendo a carcajadas sobre mi cuerpo moribundo.
—Ahora me siento mucho mejor, gracias. Supongo que necesitaba algo para liberar el estrés.
¿Estrés? ¡Estrés era el que yo estaba sintiendo! ¿Por qué siempre terminamos en situaciones como esta?
Antes de hacer cualquier movimiento me aseguré de que no estuviera atrapado en otro sueño erótico de adolescente hormonal y que mejor manera de demostrarlo que pellizcando el brazo de Jules, cuando lo hice soltó un chillido. Mierda.—No estoy soñando. Jules, si algún miembro de mi familia entrara por esa puerta en este preciso momento y nos viera en esta posición estaríamos en problemas. Así que por favor, bájate de encima de mí antes de que tu rostro vuelva a saborear el piso de mi habitación.
Se acerco lentamente a mi rostro, dejando pocos centimetros de distancia y con una amplia sonrisa dijo:—Uh, ¿Zedd Anderson tiene miedo? ¿De mí?
—Solo no quiero que se lleven una impresión equivocada.—Dije mientras trataba de ocultar el nudo en la garganta que se me había formado.
—No te preocupes—Dijo confiada. Conciente de mi clara incomodidad y con aires burlescos se acerco a mi oido, lo cual no fue buena idea, ya que recuerdos de aquel sueño cruzaron por mi mente, ella por otro lado continuaba actuando como una fiera seductora y a punto de comerme.—Soy demasiado genial para ti.—Susurro.
Trague saliva y cerré los ojos para armarme de valor. Y la tiré de la cama mientras retomaba la compostura:—La próxima vez solo hazlo cuando te lo pido de manera amable.
Me sorprendí al no escuchar ni un solo quejido de su parte, inclusive me inquieto de que la hubiera lastimado, le di un vistazo rápido sobre el hombro y pude ver su cuerpo tendido en el suelo, toda la atmosfera juguetona que ella habia creado, desaparecio como si de una burbuja se tratara. Me acerque a ella a paso lento, temeroso de otro cambio drastico en su actitud.
Jules rodo hasta quedar sobre su espalda y de nuevo regreso la mirada a la nada:—Prométeme que si no saco una buena calificación no te decepcionaras.
—Es biología no el fin del mundo.—Dije como una manera de darle animos.
—Prométemelo.—Insistio.
—Te lo prometo.—Dije.
Una sonrisa se apodero de nuevo de su rosotro y se levanto a gran velocidad para terminar plantandome un beso en la mejilla de lo mas asqueroso que ni siquiera me dio oportunidad de alejarla por mi cuenta, y dijo:—Ahora puedo reprobar sin sentirme mal al respecto.
—¡Jules!—Grite para reprimirla.
—¡Estaba bromeando!—Dijo mientras se encaminaba a la ventana para huir de mi habitación.
El pasillo estaba repleto de mis compañeros de clases avanzadas, ansioso por entrar al aula y terminar con su sufrimiento, ¿la razón? Se había corrido por los pasillos el rumor de que el examen de esta materia seria el más difícil del año. Si el nudo que se me había formado en la garganta no era signo de nerviosismo entonces no sabía que era, esta clase era muy importante para -mis padres- mi, ya que era un vago reflejo de mi futuro. Una pequeña prueba del sabor de una clase de Medicina. Estaba obligado a sacar una buena calificación.
Mientras trataba de buscar un punto fijo en la pared para concentrarme y repasar mentalmente todos los temas que había estudiado, me llamo la atención que a tan solo unos cuantos pasos de mí se encontraba recargada en la pared Melany, la cual parecía nerviosa sin dejar de observar la puerta del aula con sus tarjetas de estudio en mano. ¿Tomamos clases juntos? me pregunté. Me acerque hacia ella casi de manera automatica y me coloque a su lado, estaba tan concentrada que ni siquiera había notado mi presencia.
—No sabía que estabas en biología celular.—Dije sacándola de su trance.
Tardo varios segundos en reaccionar, como si mi voz estuviera en segundo plano y apenas estuviera recibiendo la señal, no se enmuto, simplemente asintió con la cabeza y dijo:—No suelo participar mucho.—Al escuchar su respuesta comprendí que ella a diferencia de mí, sabía que compartíamos clases.
Hice un gesto con la cabeza apuntando a sus notas.—Leí en un artículo que no es bueno repasar minutos antes de un examen.
Melany alzo una ceja después de inspeccionar mi rostro. Dejo sus apuntes de lado y con una media sonrisa creandose en sus labios, señalo las dos bolsas negras que se habian formado debajo de mis ojos:—Y yo uno que solo debes preocuparte en descansar bien la noche anterior.
Alce ambas manos como si de un delicuente atrapado me tratara:—Me has atrapado.
Ambos compartimos una leve carcajada, casi amistosa, que inmediatamente se convirtio en un silencio lo contraria a incomodo. No dejaba de pensar como era que ella tomaba esta clase, no parecía ser la clase de chica inteligente que adelantaba clases por gusto - ni mucho menos la que se une al equipo de natación- es por eso que decidi romper el comodo silencio y dije con sincero interés—Nadie entra a Biología Celular por mero gusto a la ciencia ¿qué te hizo tomarla?
Ella se encogió de hombros—Mi padre quiere que estudie biología en la universidad y que me especialice en botánica como él para hacerme cargo del negocio familiar, esta es una de las tantas clases avanzadas que sugirió que realmente parecian interesante y ¿tú?
Me sorprendió la similitud del rumbo de nuestras vidas. Ambos perseguíamos sueños ajenos.
Tome un par de segundos para contestar hasta que por fin dije:—Mis padres quieren que siga el legado familiar. Teo, mi hermano mayor no parece tener problema para seguir ese camino pero yo por otro lado no considero que preocuparme por otras personas sea lo mío.
—¿Qué es lo que tú quieres hacer realmente?, si estudiar medicina no es lo tuyo.
—¿Realmente importa?—Dije conectado nuestras miradas. Ahora podía entender porque aun cuando sólo conocía de vista a Melany y había intercambio un par de palabras con ella después de cruzarnos en un evento tan desafortunado, ella me recordaba a alguien que conocía.—No suelo hacer esto muy a menudo pero, gracias.
—¿Por que me agradaces?
—Por aceptar ser parte de mi plan.
Esas fueron las últimas palabras que compartimos después de que el profesor de Biología asomara su canosa cabeza por la ventana para dejarnos entrar al aula.
Mi preocupación ante el dichoso examen habia durado mas que mi satisfacción por aprobarlo. Debo de admitir que fue difícil pero no imposible, aun cuando no saque un excelente fui una de las notas más altas de la clase y tras de mi, se encontraba Melany pisandome los talones.
Al dar por terminado el examen y la calificación del mismo me encontré a mis amigos esperando en el marco del aula, Teo, Caleb y Riley se veían energéticos lo cual decía que en el examen de hoy habian salido victoriosos. Al reunirnos di un vistazo al aula en donde Melany se encontraba guardando sus cosas, ella noto mi mirada y se despidió de mí con un leve gesto que solo yo note o eso creí.
—¿Qué rayos fue eso?—Preguntó mi hermano mirando sobre el hombre de Caleb.
—No se de que hablas, camina.—Dije mientras los impulsaba hacia el pasillo.
—No te hagas el tonto que no te queda. Esa era un chica.—Añadió Caleb el cual trataba de abrirse paso para obtener mejor visión de Melany.
Riley que aunque no se hubiera percatado de nuestra pequeña despedida, pudo identificar rapidamente a Melany y dijo:—Espera, ¿acaso ella no es...?—Antes de que pudiera terminara la pregunta, salte sobre el para callarlo.
Aun cuando habia pasado un par de dias desde el incidente, Jules había decidido que no quería que nadie -además de Riley y yo- supieran de lo ocurrido, el incidente ya había pasado y las culpables habian obtenido su merecido.
—Una compañera de mi clase que no odio del todo. Solo eso.—Dije mientras miraba a Riley. Esperaba que entendiera con mi mirada penetrante que cerrara la boca. Al cabo de unos segundos y de muecas de su parte terminó entendiendo.—Cuentenme, ¿como les fue en sus exámenes de hoy?—Dije desviando la atención y ellos cayeron en mi trampa.
Como si hubiera tocado una herida fresca, Riley soltó un grito ahogado:—Estoy a nada de que mi madre me madre compre un vuelo directo a Corea para irme con mis abuelos. Ya la puedo escuchar diciendome "¡당신은 짜증!"* —Dijo diciendo lo último imitando a su madre.
—¿Que se supone que eso significa?—Preguntó Teo.
—No me hagas traducirlo, es demasiado denigrante.
—¿Y a ustedes como les fue?—Dije señalando a los siameses. Ambos se miraron como los cómplices que eran y nos miraron una enorme sonrisa.
—Notas excelentes...—Dijo mi hermano.
—... como siempre.—termino Caleb la oración.
Riley soltó un comentario que lo hizo recibir un par de golpes por parte de los siameses respecto a cómo se las ingeniaban para pasar con notas sobresalientes transcurriendo a copiar o robar exámenes de otros grados. En medio de la discusión nos abrimos paso a los jardines los cuales se encontraban infestados de estudiantes descansando en las áreas verdes antes de ir a casa y de la misma manera entregar las noticias de sus deplorables calificaciones a sus padres. Encontramos un lugar que fuera lo suficientemente grande para todos y dejamos que el pasto y el calor del inicio del verano nos envolviera, Riley sacó de su mochila sus auriculares y reprodujo la música tan fuerte que no necesitábamos compartirlos como para escuchar lo que él estaba escuchando. Al final termino tarareando. A mi lado Teo se había recostado en las piernas de Caleb el cual intentaba proteger a mi hermano del sol con una vieja carpeta. ¿Yo? Tan solo me deje caer, estaba frito y cansado. Cerré los ojos y deje que la melodía de Riley me llevara a tomar una siesta antes de llegar a casa.
La tranquilidad que había construido fue derrumbada cuando frente a nosotros se apareció Jules sosteniendo un pedazo de papel haciendo gestos mientras gritaba eufóricamente, estaba celebrando, en medio de todos.
—Acérquense y miren mi increíble setenta y cinco.—Los chicos se compusieron y felicitaron a Jules la cual orgullosa mostraba su calificación. Me levanté un poco y mire de reojo, asintiendo lentamente. Para una noche intensa de estudios nada mal. Su atención viajo hasta mi y al ver que no hacia el mismo revuelo que mis amigos se recosto a mi lado colocando una mano sobre mi pecho—Todo gracias a Zedd.
Inmediatamente quite su mano pero a cambio obtuve un beso en la mejilla. Me quedé pasmado, era la segunda vez que me besaba.
—¿Les parece bien pedir pizza y repasar en mi casa? De paso celebramos que todos aprobamos los exámenes de hoy.—Sugirió Caleb. Teo y Riley sin dudar se incluyeron en el plan.
—Estudiar en equipo no es lo mio.—Dije antes de levantarme y tomar mi mochila.—Los veo luego.
Teo, Caleb y Riley no reprochaban mi falta de interés porque sabían que era algo típico de mi pero Jules por otro lado no se daba por vencida en tratar de convertirme en alguien como ella: un entrometido sediento de atención. Dejando atrás a los chicos me encamine hacia la salida del colegio, antes de llegar a casa y encontrarme con la presencia somnolienta de mis padres, había decidido que pasaría por uno de mis restaurantes favoritos y pediría algo para cenar, grandes porciones de pasta y albóndigas extras me harían sentirme mejor. Al estar tan concentrado pensando en mi cena no me cerciore de que Jules me pisaba los talones.
—¡Espera! ¿A dónde vas?—Grito tras de mi.
—A casa.—Dije para que dejara de seguirme.
—A veces no entiendo tus repentinos cambios de humor ¿acaso eres bipolar?—Murmuró para ella pero fue lo suficientemente fuerte como para que yo la escuchara, lo cual me hizo detenerme en seco provocando que ella chocara con mi espalda.
—¿Que?—Dije. Me gire para mirarla pero ahora un color carmesí invadía sus mejillas, ella sabía que había hablado de más.—Eso pensé—Dije antes de volver a avanzar.
—No, espera, necesito tu ayuda.—Dijo tras de mi.
—¿Ahora que?—Me gire ahora irritado.
—Ya que me ayudaste a aprobar el examen y mi conciencia está tranquila, tenemos un nuevo problema—Normalmente cuando decía tenemos se refería a ella —¿Recuerdas como mi padre se comporto super extraño ayer con el tema de los documentos del ático?
—Si..—Dije extrañado a que mencionara ese tema.
—Pues antes de salir de casa los descubrí colocando los documentos en la caja fuerte de su habitación.
—¿Y...?—Dije tratando de entender a donde llegaba con su punto.
—¡Metieron los papeles a una caja fuerte! A lo que se ahí dentro tienen dos tipos de cosas: sus ahorros de toda la vida y documentos importantes como las títulos de la casa o los pasaportes que nunca utilizamos. ¿Por que se tomaron la molestia de ocultar viejos papeles después de que los encontráramos?
—¿Como sabes si quiera que te los están ocultando? Tal vez solo eran viejos documentos de la casa que mágicamente encontraron y para no volverlos a perder los guardaron.—Dije dándole la explicación lógica. De nuevo me giré hacia ella y coloque mi mano sobre su hombro dándole un ligero apretón—ahora deja de seguirme.
Antes de poder seguir mi camino, Jules me tomó del brazo y me detuvo—Zedd espera, realmente necesito tu ayuda.
Me solté de su agarre y acomodo la correa de mi mochila.—¿Por que estas tan aferrada en saber que hay en esos documentos?
—No lo se, tengo un presentimiento. Tal vez descubro que tengo un familiar perdido, una tía millonario o algo por el estilo.
Negué con la cabeza y masajee mi sien, como siempre me iba a arrepentir de mis acciones.—¿Qué quieres que haga?—Dije.
Ella me atrapó entre sus dos pequeños brazos sin parar de agradecerme. Rápidamente me explicó su plan, abrir la caja fuerte antes de que sus padres llegaran a casa y mucho antes de que nuestros amigos -y hermanos- lo hiciera. Antes de partir mire a lo lejos la desviación que tomaría para llegar al restaurante en donde pensaba ordenar mi cena, al ahora ser incapaz de ir me imagine el olor de la famosa salsa de tomate y el pan de ajo y mentalmente me despedí de la única oportunidad que tenía para pasar tiempo solo.
El recorrido había sido rápido, al llegar a casa de los Miller observe el auto de mis padres lo cual me aseguraba que ya estaban en casa al contrario de la casa de Jules, que se encontraba completamente vacía, sus padres aun no llegaban del colegio y nuestros hermanos -y amigo Riley- posiblemente aún se encontraban en alguna pizzería del centro esperando su pedido. Aun cuando parecia que teniamos todo despejado, el reloj que marcaban las diez para las cuatro y nos dejaba alertas ante la espontánea llegada de sus padres. Con nuestras mochilas colgadas en nuestros hombros subimos hasta la habitación de los padres de Jules, el lugar de encontraba impecable, pensé por un momento en la pieza de mis padres los cuales podían dormir sobre un tumulto de ropa y ni siquiera lo notarian.
Jules se abrió paso entre el lugar mientras que yo me dedicaba a inspeccionar el lugar, años de conocer a los Miller y nunca había estado en esta habitación, por un momento me detuve a pensar si estaba bien invadir su privacidad de esta manera solo para cumplir un capricho. Estaba rodeado de viejas fotografías familiares e inclusive me sorprendió encontrar unas cuentas de Teo y mías, como si formaramos parte de la familia desde siempre.
El ruido de cajas moviéndose me distrajo, Jules se encontraba arrodillada abriéndose paso hasta la caja fuerte que se encontraba escondida entre un viejo librero, de nuevo me pregunté si mis padres tenian algun sitio secreto como el de los padres de Jules o estaban demasiado ocupados como para hacerlo, ¿acaso tenían tiempo para guardar secretos?
—Zedd acércate—Dijo Jules de rodillas ante la caja. Hice lo que me ordene y analice el pequeño cuadrado con cerrojo digital, aun cuando no conocía de cajas de seguridad esta parecía ser cara y sofisticada.—Has tu magia de genio y abrela.
Al escuchar esas últimas palabras salir de la boca de Jules, la miré incrédulo sin saber si estaba bromeando o no. ¿Quien pensaba que era? ¿Stephen Hawking? ¿Terence Tao? ¿Superman?
—¿Estas bromeando cierto? ¿Sabes que pueden ser cientas las combinación posibles? Ni siquiera mi cerebro es tan rápido como para crearte tantas posibilidades en los cinco minutos que tenemos hasta que tus padres aparezcan por esa puerta.
Y como si lo hubiera llamado, escuchamos la puerta de uno de los autos de sus padres cerrarse. Jules corrió hacia la ventana que daba a la entrada principal y después me miro.
— Es mamá ¿algún truco bajo la manga?—Dijo apurada.
Mire por ultima vez la puerta de la habitación de sus padres para después acercarme a ella y hacerla a un lado. Me quité la mochila de los hombros y miré los botones que iban desde el uno al asterisco, por un momento pensé en la técnica de utilizar los que parecían más viejos pero todos parecían nuevos lo cual me daba a entender que muy pocas veces abrían la caja fuerte—Lo único que se me ocurre es que me digas todas las fechas importantes que recuerdes
La lista se reducía a tres fechas: la boda de sus padres, el dia que Caleb fue elegido para concurso de inteligencia y por el último el cumpleaños de Jules.
Un golpe en seco. La puerta de la casa se había cerrado, los padres estaban dentro. Rápidamente introduje los dígitos y uno tras otro fue rechazado.
—¿Jules? ¿Caleb? ¿Están en casa?—Dijo su madre posiblemente desde el inicio de las escaleras.
Al no escuchar respuesta lentamente sus pasos se fueron escuchando subiendolas. Alarmado teclee la fecha de nacimientos de Jules y la caja fuerte hizo un extraño pitido. Era correcta. Mire a Jules victorioso la cual ahora se encontraba vigilando, le hice un par de señas y le mostré la puerta de la caja entreabierta, ella no tuvo mucho tiempo para celebrar ya que me hizo un gesto de que moviera todo. Su madre estaba en el pasillo.—¿Jules, eres tu?
Cubri la escena del crimen lo mejor que pude y Jules corrió hacia mí tomándome del cuello de la camisa justo como lo había hecho esta mañana. Nos iban a atrapar, no había escapatoria. Hasta que Jules dijo las palabras mágicas:—Túmbate en la cama.
—¿Que?—Pregunté entre susurros, aterrado. Ella hizo caso omiso de mi tono de voz y comenzó a desabrocharse la camisa, lo suficiente como para ver su sostén, acomodo su cabello hacia un lado y de inmediato viajó a la hebilla de mi pantalón—¿Que estas haciendo Jules?—Sisee asustado.
—Siempre has sido muy lento Zedd.—Ella misma me lanzo impaciente a la cama de sus padres y sin previo aviso junto sus labios con los míos. Con los ojos abiertos de par en par mi mirada viajó del rostro de Jules al de su madre que se encontraba paralizada en el marco de la puerta de su habitación, había llegado en el momento exacto. Mis reflejos se encontraban atrofiados y sin saber cómo reaccionar. Jules al cabo de unos segundos se separó y se giró hacia su madre la cual ahora se encontraba avergonzada por entrar en un momento tan íntimo -y falso- que había interrumpido. Ni siquiera parecía enfadada, podría decir que se veía aliviada. Tal vez las teorias de Caleb eran ciertas, la señora miller esperaba que me casara con su insoportable hija.
Nuestras miradas no dejaban de viajar del uno al otro, nadie decía nada. Jules como si fuera lo más normal del mundo comenzó a abotonarse la camisa, yo por otro lado aun seguía avergonzado.
—Lo siento mucho señora Miller—Dije al levantarme rápidamente, no me quede para escuchar su respuesta ya que tome a Jules de la muñeca y la lleve conmigo hacia la entrada de la casa, agradecí que su madre no nos siguió.
—Eso fue... ¡Increíble!—Dijo Jules sufriendo de un ataque de adrenalina.—Nunca me había sentido tan... viva.
—Jules—Dije tratando de hacerla entrar en razón.
—Debemos hacer esto más seguido. Mi madre no tenía ni idea, la dejamos en blanco.—Ella no paraba de saltar de un lado a otro, como si lo que acabara de pasar fuera lo mas normal del mundo.
—Jules, escúchame.—Dije intentado de nuevo.
—Puedo decir que somos buenos espías, claro que tu debes de trabajar más en tu coartada.—Se tomó una pausa para procesar y después volvió a estallar de emoción—No puedo creer que abriste la caja fuerte Zedd, ahora el siguiente problema es sacarlos ya que está abierta, dejame decirte que tendremos que encontrar otro momento en donde mis padres no estén.
Aun cuando ella no paraba de hablar, no podía escucharla, estaba saturado, enojado, irritado, me sentía usado y lo deje salir en un simple:—¡Jules!
—¿Que pasa?—Dijo. Mi alzada de voz la había tomado desprevenida.
—Me besaste.
—Oh si, realmente la dude en esa última parte pero salio bien, mi madre ni siquiera sospecha de la caja fuerte. Ha de pensar que solo nos estamos enrollando, no es para tanto.
—Necesito que me escuches bien.—Dije mirándola a los ojos— Aun cuando no me guste admitirlo tenemos una amistad de muchos años que jamás ha pasado de ese límite. Si realmente dices ser mi mejor amiga debes de saber que no tolero ese tipo de contacto físico y sabes perfectamente que cuando quedamos en situaciones incómodas soy yo el que te aleja a ti. Así que te lo diré una sola vez, si vuelves a sobrepasar esa línea de esa manera no se como voy a reaccionar.
—No te pongas así Zedd, todo era para los documentos... los cuales dejame decirte no logramos sacar de ahí. Es por eso que mañana podemos seguir con esta misión como te lo estaban comentando.
Ella ni siquiera estaba escuchándome. Nunca lo hacía, estaba cansado de que todo lo que le dijera le entrada por un oído y le saliera por el otro. Decía estar ahí para mi pero ni siquiera notaba la angustia que salía de mi voz, no importa cuanto decía que no la soportaba, cuando ella necesitaba algo ahí estaba yo pero cuando por una vez decido decirle una parte de como me siento, es como si no dijera nada. Estaba harto, no solo porque no había descansado bien los últimos días sino de todo, de mis padres ausentes, de seguir un camino que ni siquiera habia decidido pero que de todos modos tendría que seguir tomando, de querer hablar sobre mi por una puta vez pero que nadie me escuche, de Jules y de su estúpida obsesión esos papeles que para mi eran insignificantes pero para ella no. Quería decirle todo eso pero de nuevo, me quede callado. Me trague todo como solía hacerlo.
—Jules—Dije después de un largo suspiro.—Tienes todo el verano para indagar por tu cuenta, ¿porque ahora cuando tenemos exámenes finales?
—Por que como alguien decidió irse al otro lado del país de vacaciones y abandonarme a mi suerte.—Aquí vamos de nuevo con el egoísmo. Ya se me hacia extraño que no mencionara nada sobre mis vacaciones.—Quiero que hagamos esto juntos antes de que te vayas.
—Prefiero que ambos aprobemos el año la verdad.—Dije siendo sincero. Me importaba que ella pasara el año, me preocupaba cada vez que se sentía mal por no sacar buenas calificaciones pero en parte era su culpa y es por eso que le di el unico consejo fiable:— Deberías utilizar tu tiempo para estudiar, aprueba el año y después te puedes convertir en Nancy Drew si te da la gana.—Mire en dirección a mi hogar y dije las palabras mágicas—Yo estoy fuera.
—Eres... eres.. un idiota.—Soltó al escuchar esas tres palabras. Así que esto era lo que pasaba si no seguía las instrucciones de Jules, me convertía en un idiota.
—Felicidades...—Dije aplaudiendo levemente— tardaste nueve años en darte cuenta.
No le di la oportunidad de responder, de todos modos no quería escucharla. Me gire y camine hasta el pórtico, en el momento exacto mis amigos se encontraban llegando con varias pizzas en mano, riendo de algún chiste barato del repertorio de Riley, pude notar sus miradas al verme salir y sin dirigirles la palabra fui hasta mi casa que quedaba a unos cuantos metros. Al abrir la puerta de madera encontre a mis padres durmiendo plácidamente y con el televisor encendido en la sala. Idiota, termine siendo un idiota. Me repetía. Podía sentir todos los problemas acumulados bajar en forma de una sencilla lágrima y como lo había aprendido con el paso de los años, la tomé con punta del dedo antes de que pudiera bajar por mi mejilla y la bote.
Desde niño me había quedado un par de cosas claras: uno, mis padres eran un problema que nunca terminaría de comprender ya que sabía que si lo hacía, el resultado no me agradaría, dos, fingir ser alguien que no soy, era algo que hacía muy bien y tres, Jules Miller solo pensaba en una sola cosa... en Jules Miller.
*당신은 짜증, en español significa: Eres un inútil.
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